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Ten Years later por Kristy

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El día era agradable. Aún hacía fresco, pese a que se acercaba el verano, y algunas nubes negras iban rápidas, desplazadas por el viento. Jinyoung  mantenía la vista al cielo, esperando, mientras su café se enfriaba. Esperaba a Gongchan, quién había empezado a movilizarles de repente, entre agobiado y preocupado.  No le sorprendía la noticia de la boda, de hecho se había sorprendido que hubieran esperado casi un año, desde que era legal, para hacerlo. 


— Hola, Jinyoung. —En su campo de visión apareció la cara morena y adulta de un Baro que aún mantenía sus facciones de antaño, pero más marcadas. Seguía maquillándose, según él porque su piel era un asco. No era él para discutirle lo que hiciera con su cara. Eso sí, alguien debía avisarle a su peluquero que dejara de ponerle esas crestas estrafalarias que no le beneficiaban en absoluto.


— Hola, Sunwoo —Se sintió raro llamándole por el nombre, pero tiempo atrás, en el momento en que dejaron de ser B1A4, decidió recuperar sus nombres, recuperar a las personas y olvidarse de los ídolos. Le observó y no traía buena cara. Parecía afectado, aunque no sabía bien porqué. Algo le decía que pronto lo averiguaría.


— Hacen un café estupendo. ¿Te pido uno? —El exrapero asintió, con desgana, y se sentó a su izquierda dejándose caer en el asiento, perdiendo la vista en la nada. Ni siquiera estaba con la vista centrada en algo. ¿Por eso le había llamado Chansik con tanta prisa? ¿Sunwoo volvía a caer en otro estado depresivo del que debían ocuparse?


— ¡Perdón, chicos! —La voz alegre del que fue maknae del grupo que había liderado le obligó a mirar a la puerta de la terraza del chic local. Estaba esplendido. Seguía igual de delgado que siempre, igual de guapo que siempre y su peinado no había cambiado demasiado. Iba muy elegante, pese a que su estilo era bastante casual. Se sentó con prisas y energía. Colocó su tablet sobre la mesa y empezó a teclear como un loco. Jinyoung lo dejó hacer. Seguro que era la boda que lo tenía así de frenético. Eso le pasaba por hacer una macroboda.  Miró a su izquierda, comprendiendo que Sunwoo, al que todos seguían llamando Baro, no estaba en su mejor día. Cualquiera podía tener un mal día en el trabajo.


La chica les trajo el café de Baro, que había pedido Jinyoung, y a Gongchan le trajo algo que parecía ser un batido de chocolate. El antaño líder del grupo no se molestó en hablar. Esperó mientras se tomaba un sorbo de su café, perdiendo la vista en el cielo. Solo faltaba Junhwan para cerrar el círculo de la quedada, pero le había llamado esta mañana diciendo que fuera él porque no podía ir. Aún seguía en esos líos de Comeback que a Jinyoung le parecían muy lejanos en el tiempo. Había que tener ganas, a su edad, de seguir metido en esa vorágine. Su compañero apagó el aparato electrónico y dio un aplauso al aire, para centrarlos. Jinyoung reaccionó en el acto pero Baro permaneció apático un instante, antes de enfocarse.


— ¿Y bien? ¿Le diste el sobre? —Gongchan miró a Baro con sumo interés e ilusión.


Jinyoung alzó la ceja, intrigado. No tenía ni la menor idea de lo que estaban hablando.  Su compañero lanzó un largo suspiro y un leve asentimiento compungido como respuesta. Entonces a Chansik se le cambió la expresión, de entusiasta a triste.


— No va a venir, ¿verdad? —Jinyoung casi se sintió apenado ante el disgusto de su amigo.


— No lo sé. No te lo puedo garantizar —Sunwoo por fin respondió y su voz sonó hasta extraña para Jinyoung. Eso le hizo ponerse en alerta.


— ¿De quién demonios habláis? —No tuvo más remedio que preguntar, incapaz de seguir la conversación.


Ambos amigos callaron. Miraron a Jinyoung con reparo. Bueno, no, Chansik lo hizo. Sunwoo, en cambio, volvió a desconectar como si estuviera siendo sometido al tercer grado y no supiera ni cómo esquivar la pena de muerte.


— De Dongwoo, Jinyoung. De Shin Dongwoo, nuestro CNU. —La mirada que le dirigió Chansik a Jinyoung escondía una disculpa por no contárselo antes. 


El famoso actor Jung Jinyoung tuvo que detenerse a pensar, casi sin poder reaccionar, por qué estaban hablando de una persona que hacía años habían perdido la pista. La habían perdido porque, él, de forma voluntaria, se fue y desconectó de ellos. Bueno, eso no era del todo cierto, pero esa era la “cantinela” que su cerebro había creado para no sentirse demasiado culpable.


— ¿Por qué estamos hablando de él? —Su curiosidad fue mayor y se sobrepuso a cualquier sentimiento negativo que su cabeza pudiera estar procesando.


— Quiero que venga a mi boda, igual que vosotros. El problema es que no pude localizarle. Así que envié a Sunwoo a localizarlo, ya que dijo que “sabía” cómo conseguirlo —Jinyoung se giró, atónito, hacia Sunwoo. Sabía mejor que nadie que Sunwoo y Dongwoo no acabaron siendo los mejores amigos del mundo precisamente y que su “relación” se rompió tiempo atrás. Era sorprendente que Sunwoo supiera cómo localizar a su ex tantos años después.


— Está en Boeun —Baro casi resopló al decirlo, claramente disgustado.


— ¿En serio? —Jinyoung no daba crédito. ¿Qué hacía en Dongwoo en un pueblo tan pequeño?


— ¿Y qué hace ahí? —Chansik parecía tan intrigado como Jinyoung.


Ambos vieron a Sunwoo coger aire, aferrándose a la taza de café.  Antes de hablar se bebió el café de un trago, sin degustarlo siquiera. Jinyoung supo entonces que el viaje le había afectado demasiado y que se enfrentaban a un grave problema.


— En mi opinión… ¡echar su vida por la borda! —Jinyoung escuchó cómo sus dientes rechinaron de pura rabia, sorprendiéndolos, mientras daba un puñetazo en la mesa que hizo que todos vasos rebotaran sobre la superficie de cristal. Hacía mucho tiempo que no veían a Sunwoo en ese estado, bailando entre la locura, la ira, la desesperación y la rabia más absoluta. Años… Y Jinyoung se asustó, igual que Chansik.


— Vale, tranquilo. ¡Respira y cuéntanos! —Logró decirle Gongchan, manteniendo a raya a su compañero.


Jinyoung observó la escena como si sobrase. Le recordaba a los viejos tiempos, donde Chansik o Dongwoo eran los únicos que lograban mantener el control del grupo cuando todos perdían la cabeza por egoísmo, celos o ataques de estrés. Siempre tenía esa sensación de que había perdido el control y el liderazgo del grupo muchos años antes de que el mismo terminase. Si habían conseguido llegar hasta donde habían llegado, sin matarse entre sí, había sido gracias a ese par que normalmente le irritaban hasta la exasperación, por llevarle la contraria cuando no tenía razón. Sobre todo CNU, ese había sido el más desesperante para él.


— No sé ni por donde cojones empezar… Así que para ahorraros mucho, mejor hago un resumen —Masculló de nuevo, rabioso, impotente, e incapaz claramente de contener sus sentimientos.


— No pasa nada, Sunwoo —Insistió Chansik, que empezaba a estar tan afectado como Sunwoo.


— Está divorciado, tiene un niño de tres años y vive “de alquiler” en una casa que no llamaría como tal. Y está pluriempleado. ¿Alguno de vosotros sabía que su padre murió hace dos años? —Lanzó la pregunta con tal angustia que Jinyoung no tuvo más remedio que centrarse. Centrarse en Sunwoo y en su ataque de histeria. ¿Por qué le había afectado todo esto? Vale, era sorprendente que la única persona, junto a Chansik, que se había declarado “públicamente” gay, se hubiera casado. Pero bueno, a veces la gente se casaba y se divorciaba a los pocos meses. Aunque… le tenía un poco descolocado lo del niño.


— ¡Frena! A ver si lo entiendo… ¿Tiene un hijo de tres años? —Chansik expresó en voz alta la propia duda de Jinyoung con las fechas y los hechos.


— Esta es la mejor parte —Baro rompió a reír histérico, con cinismo claro—. Se casó hace cuatro años… Con-una-mujer —Remarcó peligrosamente las últimas palabras, furibundo y frustrado.


Jinyoung parpadeó, sorprendido. La nueva información le había dejado noqueado. No había contemplado esa posibilidad ni en sueños. Conocía a Dongwoo. O mejor dicho, creía haberlo conocido. CNU siempre había sido una persona consecuente con sus actos y sus decisiones. ¿Qué había pasado en estos siete años para que alguien tan rígido y tan claro con sus intenciones hubiera cambiado de opinión de forma tan radical? ¿Realmente no era gay? A lo mejor acabó confundido y en realidad era bisexual, igual que él. Sin embargo, le costaba visualizar a Shin rompiendo sus principios. Se había pasado años criticándoles porque no habían tenido la valentía para enfrentarse a sus miedos. El mismo Dongwoo hubiera sido el primero que hubiera criticado y se hubiera sentido profundamente decepcionado si alguien que se ha declarado homo se hubiera casado “para cubrir apariencias”. No era su estilo. Había algo raro detrás de esa historia. Lo que no entendía Jinyoung era por qué Sunwoo parecía estar tan afectado con ello. Salvo que…  Al observarlo con detenimiento, una bombilla se encendió. Y tuvo miedo de repente. Mucho miedo.


— Sunwoo… No eres es el más indicado para juzgarle —Sentenció Jinyoung, sin pretenderlo. Baro casi lo fulminó con la mirada y Gongchan intervino rápidamente.


— ¿Dices que está pluriempleado?, ¿por eso no podrá venir? —Chansik pegó un corte radical de tema, para evitar que Sunwoo perdiera los nervios y se enzarzara con Jinyoung, cuya falta de tacto era legendaria.


— ¡No me jodas, Chansik! Un empleo por cada día de la semana. ¡Se puso a contar los días delante de mis narices como si hablase del tiempo! Leyó el mensaje y ni se inmutó. Sólo parecía preocuparle si había que ir de etiqueta o no. Joder… —Baro dio otro puñetazo a la mesa y Jinyoung no tuvo otro remedio que saltar a atrapar las tazas, a punto de chocar y romperse. Chansik le lanzó una mirada entre preocupada y seria. Estaba claro que ahora mismo ambos sabían qué estaba pasando con Baro, y debían enfrentarlo.


— ¿Por qué estás tan frustrado? ¿Discutisteis? —Jinyoung miró alarmado a su excompañero de banda. ¿No podía ser más discreto? Un Sunwoo fuera de sí podía ser un ciclón y  arrasarlos ahí mismo, en plena terraza de la cafetería, si quería.


— No —Susurró Sunwoo, casi agonizando.


— ¿Entonces? —Preguntó Chansik, intrigado, levantando las cejas. Jinyoung no soltó las tazas, temiendo que arremetiese contra ellas. Permaneció a la espera de una violenta reacción por su parte.  


— Fue muy amable. Hasta me dejó quedarme a dormir. —La cara de resignación que puso Baro fue desconcertante para ambos.


Vio a Chansik fruncir el ceño y girar la cabeza hacia Jinyoung, en clara incomprensión. El propio Jinyoung no comprendía tampoco qué pasaba. De acuerdo, las noticias con las que había llegado no eran lo que ellos habían imaginado sobre lo que había estado haciendo su excompañero en estos años en los que no supieron nada de él. Sin embargo, eso no justificaba ese estado tan de montaña rusa que estaba experimentando Baro.


— Sunwoo, no sé por qué estás así de frustrado, decepcionado y cabreado. Si te molesta que “pase” de nosotros, deberías saber que los primeros que hemos pasado de él hemos sido nosotros mismos. No estará viviendo en las mejores condiciones, cierto. Y tiene una carga, si está divorciado. En lugar de encabronarte, piensa en cómo poder ayudarle. ¡De que vaya a la boda ya me encargo yo! —El exlíder de B1A4 se volvió sorprendido al antiguo maknae de su grupo. Su rostro normalmente agradable, enérgico y encantador, había mutado a uno fiero. Su propia voz le sonó dura y agresiva. En cierto modo despectiva, en una bronca de insinuaciones que Jinyoung apenas llegaba a alcanzar. Sunwoo les echó una mirada sorprendentemente triste, desganado.  Tal como había llegado, se fue sin decir ni una sola palabra. Se levantó, pasó de ellos, y se marchó sin decir ni una sola palabra dejándolos ahí solos.


— Idiota… —Ahora el turno de estar triste y frustrado era del planificador de bodas. A Jinyoung se le escapaba esos sentimientos tan rotundos que tenían, de dolor y culpabilidad, tanto el uno como el otro. Se le escapaban porque entendía que, mientras él mismo había dejado su pasado atrás, bien enterrado, ese par seguía arrastrando sus miedos y sus errores hasta el presente. En cierto modo seguían sin madurar. Al menos, desde el punto de vista de Jinyoung.


— ¿Estás enfadado porque Dongwoo ha seguido con su vida? —Tenía curiosidad. Quería entender las reacciones que había asistido y estaba asistiendo en ese momento.


— No, no estoy enfadado con eso, Jin —Gongchan levantó la vista y le miró fijamente.


— ¿Entonces? —Preguntó, intrigado.


— Estoy enfadado por haber fallado a mi amigo. Estoy bastante seguro de que nadie conocido fue al funeral de su padre. Y estoy enfadado porque no sé en qué momento la persona que más me apoyó para que luchara por ser feliz conmigo mismo sucumbió y se dejó llevar por la corriente. Estoy enfadado conmigo mismo. Muy enfadado.


Jinyoung asintió. Por fin alguien con cabeza en medio de esa inesperada reunión.  Les gustara o no reconocerlo, todos le habían fallado de una forma u otra a lo largo de los años. El propio Jinyoung el primero. Por eso era prudente al respecto y se sentía dividido ante la decisión de Chansik de invitarlo a la boda. Eso significaba verle de nuevo, hablarle. Eso significaba tener que actuar como un hipócrita ante él, fingir qué bien todo cuando era evidente que no era así. Por el cabreo de Sunwoo, Dongwoo había pasado página con ellos. Evidentemente a lo largo de estos años no les llamó. ¿Para qué? Ellos habían roto las relaciones con él. En su lugar, no se molestaría en avisar de nada: ni de bodas, ni de funerales. Su reacción era la de una persona racional, consecuente con sus principios.


— Me cuesta entender que él mismo renunciara y se casara con una mujer —Dijo en voz alta lo que le estaba empezando a torturar.


— Como bien le has dicho a Sunwoo, tú tampoco eres la persona más indicada para juzgarle —Le reprochó, hiriente. Tragó saliva ante el puñetazo invisible que le había lanzado Chansik. Le observó y se encontró con la versión de Gongchan que tanto había temido en el pasado, cuando se cabreaba con las estupideces de “sus hermanos mayores” y decidía tomar el control de la situación.


— Disculpa, Chansik. Tienes razón. Toda la razón —Asintió y desvió los ojos, porque empezaba a sentirse apuñalado y herido por su excompañero de grupo. Aún así, podía entender la frustración del viejo rapero. Si algo había admirado de CNU, secretamente, había sido su determinación por ser él mismo. Había admirado secretamente la capacidad de CNU de no adementarse y soñar con un futuro libre de prejuicios y de normalidad total. Había admirado que nunca se hubiera cansado de repetírselo a ellos, de mantenerlos íntegros en sus principios durante tantos años. Podía entender también la necesidad de Chansik de localizarle. Y el día en que Corea del Sur aprobó con amplia mayoría la ley que permitía a los homosexuales casarse por lo civil y obtener garantías legales, su primer pensamiento fue para él. Jinyoung deseó internamente que hubiera encontrado a alguien, que estuviera celebrando esa victoria. Después de seis años estuvo durante dos horas intentando reunir valor de marcar el número y llamarle para felicitarle. Y se dio cuenta que él mismo era pasado en su vida cuando marcó y la operadora le dijo que el número ya no existía. Recordaba haberse quedado clavado en el asiento, con su novia mirándole e intentando animarle, callado y hundido. De hecho, llamó varias veces para asegurarse que no había marcado el número equivocado, pero la voz de la irritante máquina le aseguró por activa y por pasiva que no existía ese número. Entonces comprobó horrorizado que Dongwoo había desaparecido de su vida. Y lo peor de todo es que era incapaz de recordar en qué punto del camino sucedió. Jamás se lo comentó a Gongchan temiendo a esa versión que tenía ante él ahora mismo, gritándole que era un egoísta y un dejado. Nunca había comentando a nadie que había intentado localizarle, sin éxito. En el fondo quería verle. Ver cómo había cambiado, ver cómo era y cómo pensaba la persona que había despreciado por ser demasiado realista en la vida, y que, a juzgar por la reacción de Sunwoo, poco tenía que ver con el gigante que habían conocido.


— También estás arrepentido, ¿verdad? —La pregunta de Chansik flotó en sus oídos, difusa. Asintió. Sí, estaba arrepentido. Arrepentido de no haber sido capaz de convencerle siete años antes de no marcharse de Seúl y renunciar a todo lo que era y había conseguido. Arrepentido de no haberle pedido perdón jamás. Arrepentido por haber manejado tan mal el grupo y haberle dejado la responsabilidad de solucionarlo todo a él. Arrepentido por la forma en la que dinamitó su propia relación con él. Sí, Jinyoung estaba profundamente arrepentido. Pero lo había ignorado, olvidado, con la esperanza de poder mirar hacia adelante sin incomodidades y buscando la felicidad que tanto había deseado durante años.


— Tal vez deberías aprovechar para llamarle y hablar con él. —Finalmente se vio obligado a enfrentar a su amigo. Seguía enfadado, pero había rebajado el tono agresivo.


— Lo haré. No quiero perderle otra vez —Pronunció aquellas dolorosas palabras en voz alta, sorprendiéndose. También vio sorprenderse a Chansik, por vez primera en mucho tiempo, casi compadeciéndole. Lo vio levantarse y abrazarlo con fuerza, comprendiendo sin decir nada que le entendía.


Jinyoung era consciente de todos errores, garrafales errores, cometidos en el pasado. Las veces en las que debió y no estuvo, no solo con CNU sino con todos sus compañeros. “Nunca es tarde para solucionar las cosas”, esa frase estrella del mayor de todos nunca se le había ido de la cabeza. No, no era tarde. No era tarde para ser un hombre maduro, racional, para recomponer lazos destrozados y para luchar por recomponerlos. 


Nunca es tarde para recuperar a tu amigo. 

Notas finales:

Y hasta aquí el capítulo de hoy. Es un capítulo de transición, tal vez, pero en el que se da más información de lo que parece sobre lo que está por venir. 

Estoy bastante liada estudiando, así que por el momento la actualización seguirá siendo semanal. La semana que viene, día 8 de abril actualizaré con otro capítulo nuevo donde los protagonistas serán Sandeul y CNU titulado: 7 years later – Sandeul

Y eso es todo por hoy. Espero que no seáis tímidos y comentéis qué os está pareciendo la historia, porque tengo mucha curiosidad. 

¡Hasta la semana que viene! 


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