Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ten Years later por Kristy

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Gong Chansik tenía frío. En aquella sala, tan familiar para él a lo largo de los años, se sentía roto, atrapado y acorralado. Miró a su alrededor. CNU estaba a su lado, a la derecha, totalmente tirado en la incómoda silla, despreocupado, con la mirada perdida en sus pensamientos. Aún tenía el pelo, totalmente negro, bastante corto. Por alguna razón, tras salir del ejército, mucho tiempo antes que todos ellos ya que fue el primero en ingresar, no había querido dejarse crecer el pelo. A su lado, rígido y como si alguien le hubiera atado contra un poste, estaba Sandeul, recién salido del ejército. Jinyoung estaba a su lado, en manga corta y bermudas, cómodo y el único que parecía contento de estar ahí. Jinyoung era el único que parecía un ciudadano normal tras incorporarse de su periodo de servicio militar. Había otra silla vacía, al lado de la de CNU, la de Baro, que aún no llegaba. En el centro y monopolizando la reunión que no terminaba de empezar se encontraba su jefe, serio y con un montón de papeles.


— ¿Y Sunwoo? —Susurró el todavía maknae del grupo a su compañero.


— Yo que sé. Estará durmiendo la mona tras la juerga de anoche —Soltó CNU sin preocupación alguna, alzando los hombros. Justo en ese momento la puerta se abrió de golpe. Apareció Baro, con la cara desencajada y de tener mucho sueño, que los miró como si le doliera mirarles, y se fue directo a la silla vacía de la sala. A chansik se le escapó un suspiro de puro alivio. Por fin podrían empezar, firmar e irse de ese infierno, abandonarlo y dejarlo atrás para siempre. Esa misma noche podría mudarse con su novio,  a su apartamento. Tenía tanta prisa por irse que hasta había dejado la maleta hecha y había ido llevando las cosas poco a poco a lo largo de esta semana.


— Veo que estamos todos, así que comencemos. —La voz de su jefe le pareció hasta tétrica, impersonal y con las mismas ganas que Chansik de perderles de vista. No sabía si eso era buena o mala señal—. Como os habrá dicho Jinyoung, estamos en un punto en el que debéis tomar una decisión. Por si acaso, las condiciones que os comenté para seguir como grupo están en estos contratos que tengo aquí —Posó la mano sobre un montón de papeles—. La única condición es que debéis seguir los cinco juntos. —Su jefe hizo una pausa dramática mirándoles uno a uno, deteniéndose en Baro, que parecía a punto de dormirse. CNU se incorporó de mala gana para darle un codazo que le hizo gritar del susto, pero no le dijo nada, y se limitó a recolocarse de cualquier manera en la silla, desganado, ignorando la mirada de asesinar del rapero.


— Tras hablarlo bastante, tenemos claro que si seguimos en la compañía será por separado, no como grupo —Intervino Jinyoung, ansioso, mirándoles a todos para confirmar sus palabras.


— A mí me parece irónico que aún estemos pensando en la posibilidad de seguir juntos cuando una noche de estas lo más probable es que alguien mate a alguien. –Gongchan no soportó más la tensión y decidió hablar en voz alta. Cinco caras se giraron, pero no añadieron nada. Sabían que tenía razón.


— Está bien… Entonces, os voy a facilitar los contratos personales e individuales para que podáis estudiarlos. Esta es mi propuesta en función de las capacidades de cada uno. Si alguno quiere discutir algún punto, que me llame para discutirlo. Y si hay un acuerdo, lo firmaremos.


Nadie dijo nada. Chansik observó a su jefe levantarse y empezar a nombrar a cada uno, pasándole un fajo de papeles con una jerga legal imposible de discernir, de forma personal.  Jinyoung cogió el montón de papeles y dijo algo sobre que debía consultarlo, disculpándose y marchándose. Sandeul alegó que tenía una presentación del último musical, cogió su contrato y se fue. Baro miró el montón de papeles, se levantó sin decir nada y se largó, sin despedirse si quiera. Gongchan miró a su jefe y a CNU.


— Ahora que se han ido, os diré algo. Espero que vosotros dos sí os quedéis. Sois los únicos que me dais confianza y con los que discutiré de verdad si necesitáis ampliar o modificar algún término del contrato —Chansik tragó saliva, aún sin haber echado un vistazo al suyo, alternando la vista entre su jefe y CNU. Finalmente, su jefe decidió que no era necesario ahí, hizo una reverencia y les dejó solos en la sala de reuniones de la empresa.


Chansik no pudo evitar centrarse en la postura desarrapada de CNU, tan grande, tan encogido, tan disperso del lugar y de lo que acababa de pasar. En muchos sentidos dudaba que hasta hubiera escuchado lo que había dicho su CEO. Se atrevió a leer su contrato. Se sorprendió al ver lo amplio y flexible que era. Simplemente lo querían representar en cualquier cosa a la que quisiera dedicarse. Es más, hasta se ofrecían a representarle como actor o comediante si era lo que decidía. Y el salario era generoso. Además, le pagarían un plus si se ofrecía como profesor del ámbito que eligiera para los trainees de la empresa. Levantó la cabeza y se volvió a CNU. Seguía mirando a la nada, en un punto indeterminado de la pared. Chansik comprendió por vez primera que no estaba desganado, sino aterrado. No quería mirar el papel que decía que todo se había esfumado, que B1A4 había desparecido.


— Dongwoo ¿qué te han ofrecido? —se atrevió a preguntar. CNU pareció reaccionar, con una mirada casi perdida y una sonrisa extraña, calmada, pero torcida. Se recolocó de nuevo en el asiento y por fin decidió ponerse a leer su propio contrato. Decidió quedarse con él. Era la única persona de todos sus compañeros a la que apreciaba de verdad. Sabía que este momento era su fracaso personal, de no haber sido capaz de mantenerlos unidos, de no haber sido capaz de convencerlos de lo contrario. Chansik sabía que Dongwoo había intentado mantener al grupo unido en los últimos cuatro años, en el mismo momento en que Jinyoung perdió el rumbo y la coherencia, y delegó internamente como líder en él. A veces se sorprendía que no se hubieran deshecho antes, pero sabía que había sido gracias a al mayor de todos. Merecía al menos que alguien se quedase con él.


— Vaya… Qué sorpresa… —Escuchó su murmullo, realmente sorprendido. Se agachó más sobre el papel, como si eso le ayudase a entender mejor el texto.


— ¿Qué te han ofrecido? —Insistió. Internamente esperaba que fuera algo bueno. Sabía, porque les conocía bien a ellos y a su ego inflado, además de su desatada ambición, que Jinyoung, Sandeul y Baro no firmarían esos contratos. Buscarían otro lugar de inmediato, otro con más renombre.


— Me dan toda la libertad del mundo. Da igual qué haga, que me representarían. El sueldo parece razonable. Y me quieren de nómina fija como compositor. Supongo que es porque saben que Jinyoung no lo hará y que se largará de aquí, esta misma noche. A fin de cuentas es esta noche cuando se extingue la validez de nuestro último contrato —apoyó un codo en la mesa y la mano en su mejilla derecha, dejándole ver su asombro.


— Esa es una estupenda noticia, ¿no? A mí me han ofrecido algo parecido. Sería genial que te quedaras, Dongwoo. Aunque lo tengo que discutir con Hongbin, pero creo que es razonable. Viable. —Chansik decidió levantarse del asiento y acercarse a CNU, posando su mano en su ancho hombro izquierdo, ahora menos voluminoso porque había adelgazado bastante.


— Tengo que pensármelo… Si te soy sincero, estoy harto de toda esta mierda, de todo este mundo… No lo tengo muy claro. —Por primera vez desde que habían entrado en esa sala, CNU le miró directamente. Sus ojos estaban empañados, pero las lágrimas no se derramaban. Estaba realmente afectado, perdido. Chansik quería abrazarlo, sin embargo no tenía ganas tampoco. El abrazo que quería era el de su pareja, no el de esta persona. No tenía ya fuerzas para consolar a nadie, cuando necesitaba ser consolado.


— Háblalo con Sunwoo. Te vas con él, ¿verdad? Sois dos, tenéis que hablar de esto, porque os concierne como pareja. Cuando sepas qué hacer me llamas, ¿vale? —Su mano apretó el hombro con fuerza—. Me voy, me va llevar un rato hacer la mudanza. Llámame, Dongwoo.


Gong Chansik dejó a CNU mirando aquel contrato en silencio y totalmente solo, sin saber que esa iba a ser la última vez que lo iba a ver en persona en mucho tiempo… casi siete años.


 


Cuando Gong Chansik conoció a sus compañeros de grupo era apenas un adolescente, un crío. Había sido el hermano mayor responsable en su casa, pero en esa casa compartida por cinco personas era el más pequeño. Sacó provecho de ello, abusando de las licencias que le permitían “sus hermanos mayores”. Al principio eran una familia de verdad, con un padre, una madre y dos hermanos mayores. Todo demasiado idílico, demasiado bonito para ser verdad. Tal vez la ilusión, la hermandad y el espíritu de equipo se perdió porque los sentimientos se interpusieron por medio. En algunos casos, el sentimiento llamado amor provocó rupturas, discusiones, acusaciones y fracturas de bandos. En otros casos el sentimiento llamado ego los fue rompiendo silenciosamente cuando empezaron a creerse unos más valiosos que los otros, de forma individual, a la hora de promocionar el grupo. En otros casos el sentimiento llamado ambición los transformó, haciéndoles perder la perspectiva como grupo, como compañeros y como amigos.


Hubo un momento en el que Gongchan decidió apartarse de sus propios compañeros, incapaz de soportar ver cómo eran capaces de masacrarse entre sí, apuñalarse y anularse, con tal de conseguir un trozo de popularidad. Vio derrumbarse al castillo por dentro, con una fachada preciosa, pero en ruinas por dentro y decidió no hacer nada más. Alguna vez intentaba ayudar al incansable e insistente reparador de causas perdidas que era CNU.  A Shinwwo no le importaba si dos se mataban o si él quería matarlos a todos, no hacía más que tapar agujeros, arreglar las averías o tender puentes que los demás hacían añicos. Una y otra vez. Hasta el día que volvió del ejército y se dio cuenta que el castillo precioso estaba en ruinas por dentro desde hacía demasiado tiempo, como le había intentado hacer entender Gongchan, y no tenía arreglo. Solo había dos opciones: o tirarlo y levantar uno nuevo o abandonarlo y dejarlo derrumbarse de una vez. Y CNU, por una vez fue sabio y consecuente y, con su permiso mudo, dejó que el castillo se derrumbase de una vez.


Shin Dongwoo había sido el promotor incansable de las oportunidades, de potenciar el perdón, de creer sus propias mentiras fantasiosas de que todo iría bien, que todo tenía solución. Había cosas que no tenían solución, salvo que las personas cambiasen. Dongwoo no entendió hasta el último momento que Jinyoung había cambiado, Sandeul había cambiado y hasta Baro había cambiado. El único que no había cambiado y había permanecido fiel a sí mismo y a sus fuertes ideales había sido el propio CNU. No, Gongchan debía corregirse. Los únicos que habían permanecido fieles a sus principios y fieles a sí mismos como personas habían sido ellos dos.


— ¿Estás bien? —la voz preocupada de su novio le sacó de su ensoñación. Desde que se habían independizado, tanto VIXX como B1A4, siempre había tenido reparo de mudarse con su novio, por si la prensa les pillaba. Pero como ahora ya no era un idol, había tomado la decisión tan largamente postergada. Miró a su alrededor. La cama doble para ellos, el armario donde había colocado su ropa, en el otro lado estaba la de Hongbin. Afuera una pequeña salita con un acogedor sofá, más televisor, se unía a una cocina integrada. El piso era pequeño pero bastaba para los dos.


— No, Choco. No estoy bien —Sintió dos brazos cubrir su cuerpo en un fuerte abrazo, atrayéndolo contra su delgado pero musculado cuerpo, dejándose arrullar y escondiendo su cabeza contra su pecho.


Estaba asustado. Asustado ante un futuro incierto, un futuro donde no vería más a sus compañeros, donde no tendría que soportar desprecios, insultos, malas caras y actitudes negativas. Ese ambiente tóxico desaparecería para siempre porque podría estar con Hongbin, apoyarse en él, cuidarse mutuamente y crear un futuro juntos sin ser juzgados, ni controlados. Por otro lado, esperaba que Dongwoo tomase la misma decisión que él y se quedara en Seúl. Le preocupaba el estado en que lo había dejado esa mañana, pero confiaba en que el problema de Baro con la bebida no fuera a más y pudieran arreglarlo. Llevaban demasiados años juntos como para que este nuevo punto de inflexión los separase.


— No me vas a dejar, ¿verdad? —Susurró, lastimado—. No me vas a abandonar, ¿verdad? —Las primeras lágrimas empezaron a caer.


— ¿Cuándo lo he hecho, Chansikie? —Notó el mentón de su novio revolverle el cabello, mientras notaba como sus manos intentaban apretarle aún más contra él, su forma de decirle que podía caer, que estaba ahí para sujetarle.


Una vez. Solo una vez y no sucedió porque alguien intervino, ganándose su lealtad, cariño y admiración para siempre.


 


— He roto con él —Dijo Gongchan, como si hablara al viento.


CNU estaba en la cocina intentando cocinar para dos con los escasos ingredientes que había en la nevera porque con tanta promoción tanto a unos como a otros se les había olvidado hacer la compra. Podía haber pedido comida a domicilio pero dijo algo que “estoy cansado de comer fuera”, y no hubo forma de convencerle de que no cocinase.


— ¿Qué? ¿Con quién? —CNU detuvo la acción de cortar el pollo en trozos, con el cuchillo en mano y la olla humeando, atónito.


— Con Hongbin —Terminó de informar, aparentemente despreocupado y serio… pero herido de muerte por dentro.


— ¿Por qué has roto con él? ¿Qué ha pasado? —Su compañero de grupo dejó el cuchillo en la mesa, olvidándose por completo de la comida.


— ¿Y a ti qué cojones te importa? —soltó cabreado, enrabietado—. ¿Vamos a cenar o no?


CNU se le quedó mirando, con una cara de asombro imposible de describir, y se puso a cocinar de inmediato. Gongchan decidió que no era necesario en la cocina y le dejó solo. Se sentó en el sofá de cualquier manera y se puso a cambiar canales. Le llegaba el olor de la cena, pero en realidad no quería comer nada. Tenía el estómago como una piedra y la simple  idea de tragar solo le hacía vomitar. Sí, había roto con su novio. Bueno, ahora su exnovio. No soportaba más la situación y había tomado la decisión unilateral de romper. La distancia, las broncas (tanto con Hongbin como con sus propios compañeros de grupo), las amenazas y el miedo habían hecho mella en él. Prefería cortar por lo sano que ser engullido por todo y acabar sepultado. Su salud mental no lo soportaba más: semejante presión, semejante aplastamiento y semejante anulación.


— Estoy contigo, Chansik —A duras penas escuchó la voz de Dongwoo, mientras le abrazaba, sujetándole fuerte, mientras se abandonaba. No se dio cuenta que estaba llorando a pleno pulmón, desgarrándose y sin poder detenerse. Ni siquiera podía ver, solo gritar, llorar y temblar. Cuando logró tranquilizarse, agotado y desganado, un cuerpo grande lo mantenía firmemente sujeto y el abrazo seguía contundente. Había perdido la noción del tiempo, pero ahora se sentía aún peor, más perdido, más roto y más hundido. Había mandado el mensaje por la aplicación sin pensar.


Te dejo. No me vuelvas a llamar más. Adiós”.


Ese era el tríptico y letal mensaje que le había mandado a Hongbin después de dos años de relación. Lo dejaba por un triste mensaje porque no tenía el valor de llamarle o decírselo en persona. Tenía miedo de que él viera su miedo en los ojos, reaccionase y le convenciese de nuevo. No quería más oportunidades, solo quería que Hongbin, la única persona que quería, de la que dependía emocionalmente, que amaba y por la que mataría en su vida, fuera feliz lejos de él, lejos de la destrucción y lejos del odio. Estaba anteponiendo el grupo a su felicidad, cierto. La realidad es que es lo que debía hacer si quería mantenerse cuerdo y ganarse la confianza de su círculo y que Jinyoung dejara de boicotearle cada dos por tres profesionalmente. No quería tener a Jinyoung pisándole los pies, una y otra vez, degradándolo, supliéndole, cortándole las alas infinitamente solo porque no soportaba que saliera con un hombre y más con un miembro de una banda rival en la competición del Kpop. Había intentado hacer reuniones, juntar al grupo de su novio con el suyo, para ver si haciéndose amigos Jin hacía la vista gorda. Solo Sandeul y, a veces, CNU habían conseguido llevarse bien con los miembros de VIXX. CNU no era muy amigo de ellos, pero estaba cómodo en su presencia, porque CNU tenía un círculo de amigos muy diferente, más fuera de la industria.  Baro los toleraba, pero tampoco hacía demasiado esfuerzo por hacerse amigo de ellos y Jin… en público “se llevaba con ellos”, pero en privado evitaba acercarse más de lo posible.


No puedes salir con un tío y más de otro grupo, maldita sea Chansik. Nos van joder vivos si se enteran. Te lo prohíbo a partir de ahora”.


Eso fue lo que le dijo Jinyoung cuando le confesó que era gay y que tenía novio, esperando que le apoyase en su idea de pedir al jefe que eliminara la cláusula de “nada de romances”. Pecó de inocente cuando se lo dijo, nunca esperó una oposición de tal calibre. Tampoco esperó que Jinyoung se tomara su desafío como una afrenta personal y decidiera actuar como actuó. CNU intentaba mediar, rebajar el nivel de tensión, dialogar, pero no había manera y las broncas y explosiones los arrasaban a todos cada poco tiempo.


— ¿Qué ha pasado? —La voz suave y comprensiva de Shinwoo se filtró por sus oídos. Logró separarse, y quedarse sentado, encogido, buscando un pañuelo para sonarse la nariz, en lugar de sorberse los mocos. Una caja apareció en su campo de visión y se dispuso a sonarse.


— No puedo más. Estoy cansado de tener que estrellarme contra Jinyoung. Estoy cansado de tener que desafiar a la compañía, a los managers, al jefe… Estoy cansado de ser motivo de discusión en esta casa. Estoy cansado de tener que esconderme cada vez que veo a mi novio. Estoy cansado de tener que inventar mentiras sobre mi relación con él. Estoy cansado de ser una farsa. Antes de ser una farsa, una mentira, prefiero deshacerlo todo y que esta no exista. —Gongchan soltó todo ese discurso con una voz contenida, intentando no romper a llorar, sin mirar a nada, ni siquiera al suelo, sujetando la caja de kleenex, entendiendo que tenía miedo de lo que había hecho, pero aferrándose a que su decisión había sido la correcta.


— No eres ninguna mentira, Channie. Nunca lo has sido. Nunca lo habéis sido —La cara borrosa y ladeada de CNU apareció en su campo de visión. Distinguió una sonrisa a medias, yendo a gatas a sentarse a su lado, frente a él—. Jinyoung es un grano en el culo. Pero la misma mierda que te suelta a ti, me la suelta a mí o a Baro. El truco está en decirle que sí y luego hacer lo contrario, para joderle —Escuchó una risita cómplice—. Y lo que digan los demás, ¿sabes qué debes hacer? —Gongchan negó con la cabeza, mientras CNU hizo el gesto de dar por el culo con sus manos, provocando que se riese un poco.


— Pero… ya le he dejado. Además, últimamente estábamos mal. —Escuchó su propia voz rara, como transmutada, mientras empezaba a ver mejor a su compañero de grupo.


—  Todas  las parejas tienen sus más y sus menos… ¿o te crees que Sunwoo y yo siempre estamos en buenos términos? Entiendo que te sea difícil mantener la cordura y la confianza… Hongbin me parece un buen tipo. No he visto a dos personas encajar tan bien en la vida —Le miró, extrañado porque no perdía su sonrisa. CNU mantenía la calma y simplemente estaba hablando con él, diciendo cosas con sentido común. Entonces empezó a sentirse aún peor. Tal vez debía haber hablado con él antes de tomar una decisión pero…


— ¿Tú cómo lo aguantas? —Preguntó, entre curioso e incrédulo. Gongchan no soportaba semejante presión, y él aseguraba entenderle.


— Porque tengo a Sunwoo. Hay una diferencia entre tú y yo. Yo tengo a mi pareja conmigo, siempre, veinticuatro horas al día. De hecho, salimos con más gente cuando tenemos tiempo libre porque tenemos que socializar y no ser dos siempre. Tú no convives con él, debes confiar en los tiempos, en la sincronización, y en que la comunicación fluya constantemente. Hay una barrera, una distancia entre dos. Y hay un error que has cometido: no has confiado en él —Gong Chansik parpadeó, sin entender. ¡Por supuesto que creía en Hongbin! ¡Siempre lo hacía! Jamás había dudado por un momento en que le hubiera mentido o le hubiera puesto los cuernos o…


— Y cuando digo que no has confiado en él, Chansik, no me refiero a lo que estás pensando. No has confiado en él para apoyarte. Le has negado la oportunidad de ayudarte a defenderte, le has negado la oportunidad de estar a tu lado. Le has negado la oportunidad de decidir vuestro futuro juntos. Le has negado la oportunidad de saber tu miedo —Gongchan volvió a sentirse mal al escuchar la última parte. CNU tenía razón, no podía reprochárselo. Tenía mucho miedo—. Si le vas a dejar porque tienes miedo, dale la oportunidad de que lo sepa. Dale la oportunidad de escuchar las razones por las cuales le dejas. Ha estado contigo siempre, en las buenas y en las malas, merece ese derecho. Confía en él incluso para dejarle.


CNU sonrió, comprensivo, mientras se acercaba intentando quitarle las lágrimas de la cara. Gongchan no pudo hacer otra cosa que dejarse hacer, asustado. ¿Por qué no había hablado con Dongwoo antes de tomar esa decisión sin pensar? Porque tenía miedo. Tenía miedo que ellos dos, la parejita feliz que siempre estaba junta, no entendiera sus sentimientos, su frustración y su desesperación. Ellos dos eran un bloque y en demasiadas ocasiones no veía que le apoyaran demasiado. CNU siempre mediaba entre Jinyoung y él, pero a veces Chansik creía que no se esforzaba lo suficiente. No se sentía apoyado por sus propios compañeros. No se sentía respetado por ellos. O tal vez era su miedo el que le había nublado la razón y veía lo que no veía, porque el miedo es poderoso y transforma hasta el punto de vista, siempre negativo.


— Pero  ya le he dejado. Le he mandado el mensaje. Ya no hay nada que hacer —El maknae insistió, tozudo.


— Es posible. ¿Te ha respondido? ¿Te ha llamado? ¿Sabes si has visto el mensaje? —Preguntó CNU con una calma que le empezaba a irritar.


— No lo sé. Lo envié hace dos horas y apagué el móvil —Se sonó la nariz, intentando no ahogarse.


— Entonces habrá que encender ese móvil y averiguar lo que ha sucedido, ¿no crees? —CNU se levantó despacio, con clara intención de ir a por el móvil de Gongchan, que estaba a la vista, en la parte superior del armario donde tenían puesta la tele. Lo cogió entre sus manos y volvió hacia su compañero, mostrándoselo.


— No quiero encenderlo —Se quejó, lastimosamente, casi como si fuera un crío.


— Huir de la realidad no te ayudará, Chansik. Los miedos se vencen haciéndoles frente. Si no eres capaz de enfrentarte a Hongbin y decirle que has cometido un error y explicarle las razones que te han llevado a ese error, nunca vas a estar listo para enfrentarte a la realidad, al mundo real que tenemos ahí fuera. Confía en ti, en tu fortaleza, en tu autoestima y en el hombre que te has convertido, Chansik. Confía en él, por favor. Coge el maldito teléfono —Gongchan se quedó aturdido mirando a esa mano y a la voz suplicante de su compañero de grupo. Le observó, enorme desde el suelo, extendiendo esa mano grande que atrapaba su pequeño teléfono móvil, con decisión.


Quería decirle a la persona que secretamente más admiraba en el grupo que era tan valiente como él, pero no podía. Quería ser sincero, decir lo que pensaba siempre, sin importarle la opinión de los demás. Quería poner su cara pétrea o su sonrisa cínica, cuando los demás intentaban insultarle o boicotearle. Quería tener su capacidad de ignorar los comentarios maliciosos de la gente que les rodeaba con respecto a su relación con Baro. Quería ser capaz de decir en voz alta que sí, era homosexual y no pasaba nada. Quería decir a los que quería que amaba a Hongbin y que algún día, cuando la sociedad avanzara un poco más, se iba a  casar con él y formar una familia. Quería tener la capacidad de CNU de decir todo esto “en público” y sin inmutarse, sin importarle que luego hubiera gente que le caía bien que le diera de lado solo por insinuarlo o decirlo. Quería… pero no podía. Pensaba en el grupo, en el esfuerzo casi sobrehumano que habían tenido que hacer para llegar solo hasta ahí. Pensaba en sus padres, en su hermano y su familia, en lo que dirían los que le conocían si sabían de su condición. Pensaba en la prensa y en cómo podría arrasarlos si se enteraban.


— Chansik… Si no vas a encender el puto móvil, lo haré yo —apenas reaccionó cuando el brazo de CNU cambió de ángulo y se puso a desbloquear el móvil. Para su sorpresa se sabía la contraseña, algo inaudito para alguien supuestamente “despistado” como él. Tal vez el hecho que Baro nunca fuera capaz de acordarse de las contraseñas y que Jinyoung perdiera las cosas había agudizado su capacidad para memorizar ese tipo de detalles tontos. La cuestión es que el teléfono fue desbloqueado y CNU se puso a teclear en la pantalla.


— ¿Qué…? ¿qué haces? —Levantó una mano hacia el cuerpo que estaba de pie, en un intento inútil de detenerlo, porque ni siquiera tenía capacidad para levantarse del suelo.


— ¿Y bien? ¿Vas a tener el valor de mirar qué ha respondido? —De repente dejó de teclear y miró a Gongchan, sin perder su media sonrisa—. ¿Quieres que lo lea? —Gognchan puso una expresión de puro pánico, incapaz de hablar, y se limitó a negar. Había visto la expresión de Dongwoo mientras “tecleaba” y leía lo que había en su móvil. Había sido por un segundo, pero había visto ese gesto suyo de preocupación. Supo que no había vuelta atrás. Hongbin le había creído, habría soltado una bordería y todo había acabado.


— Está bien, Chansik. No tienes por qué hacerlo ahora. ¿Por qué no te vas a dormir un poco? No sería muy conveniente que mañana te levantes con esa cara, teniendo ensayo. Además, mejor que los dos gilipollas no te vean así. Vamos, te llevaré la cena ahí.


Lo siguiente que recordaba era a CNU ayudándole a levantarse, dejando el móvil donde había estado, y acompañándole hasta su cuarto. Una vez ahí, lo ayudó a tumbarse, y empezó a ir y a venir trayendo cosas que ni recordaba. En algún punto de la noche se quedó dormido. A la mañana siguiente se levantó desganado, deshecho y con una cara espantosa. Cuando salió de su cuarto se topó con Jinyoung y Sandeul, los dos juntos viendo la tele mientras tragaban sonoramente una pizza. ¿Quién demonios se comía pizza para desayunar? Ellos dos, sin duda. Pasó de largo del salón y entró en la cocina, topándose con Baro, sentado en una silla, tomándose un buen plato de verduras y con frutas. No vio a su amigo por ninguna parte.


— Vaya cara tienes, tío. No me digas que estás con gripe —Gongchan reaccionó ante la voz del rapero, que le miraba atónito. No se había molestado en mirarse en el espejo, pero sabía que debía tener un aspecto espantoso.


— No… —tuvo que toser para que le saliera la voz clara—. La verdad es que no me encuentro bien —Le ignoró y decidió buscarse algo para comer entre los armarios.


— ¿Sabes dónde está Dongwoo? He llegado hace un rato y no lo he visto. Y no contesta al teléfono —La pregunta de Baro le obligó a girarse y quedársele mirando.


— ¡Oh, vaya! Ya estáis todos desayunando… —La voz del mencionado sonó disgustada desde el salón, así que Gongchan dejó de buscar comida y salió en su busca. CNU estaba con la chaqueta puesta, con la misma ropa que llevaba por la noche y traía cuatro paquetes. Se fijó más y vio que pertenecía a una conocida marca de pastelería de Seúl.


— ¿Has traído tarta? —Sandeul se levantó de un golpe, prácticamente arrancándole una caja entera. CNU no se resistió mientras Gongchan se apartaba a un lado para que Sandeul fuera a por un cuchillo y no le atropellara con la caja.


— ¿No recuerdas que estábamos a dieta? —La voz de Jinyoung sonó despectiva, taladrándole. CNU se encaminó hacia la cocina, ignorándole completamente.


— ¿Estás mejor? Mira, te he traído una de nata con chocolate y otra de chocolate. ¿Cuál prefieres? —Gongchan le miró sin saber qué decir. Oía mascullar a Jinyoung contra Dongwoo, pero decidió no hacer caso. Ahora mismo la idea de poder zamparse una tarta de chocolate con nata o chocolate le era más vital.


— Nata con chocolate —Susurró, un poco más contento.


— Toda tuya —movió las tres cajas que tenía encima, indicándole que justo la que tenía encima era la que deseaba. Así que la cogió sin dudar y entró en la cocina, esquivando a Sandeul que ya había abierto la tarta, y estaba atacándola sin piedad.


— Solo a ti se te ocurre madrugar para ir a comprar tartas, Dongwoo —Escuchó decir a Baro, mientras se reía—. ¿Qué nos queda?


Gongchan se olvidó de todo y decidió abrir su paquete. Su preciosa tarta de nata con chocolate. La sacó con cuidado y la cortó en un gran trozo, dispuesto a disfrutarla. La colocó en el plato y se sentó en la mesa, junto a CNU y Baro quienes ya estaban dando buena cuenta de su tarta de chocolate. Les observó, mientras los envidiaba secretamente. Ojalá su novio viviera ahí y pudieran compartir sus momentos de intimidad juntos y no teniendo que esconderse o cuadrar agendas.


— Vaya cara de sueño tienes… —Justo había pronunciado Baro esas palabras, mientras intentaba quitar un trozo de chocolate pegado en el mentón a Shin, cuando sonó el timbre de la puerta. Baro se quedó extrañado, así como Gongchan. CNU siguió comiendo sin importarle si alguien iba a abrir la puerta o no. Escucharon pasos, probablemente de Jinyoung, que era el único que estaba en el salón, y el sonido de la puerta abriéndose.


— ¿Tú? ¡¿Qué cojones haces aquí?! —en cuanto Jinyoung prácticamente tronó, CNU se levantó de golpe, dejándolos solos en la cocina a los otros tres, quienes se quedaron quietos y a la espera.


— Déjale pasar. —CNU sonaba tranquilo y cercano, por lo que estaba en el pasillo, sin salir del todo del salón.


—  ¡No me jodas, Dongwoo! —Jinyoung gritó, furioso. En ese momento Baro se puso de pie, dispuesto a atravesar media casa e ir a defender a su pareja, como solía pasar cada vez que estallaba una guerra en esa casa.


— Jinyoung, tienes dos putas opciones: O te quedas y te jodes; o te largas, te vas a tomar por el culo y nos dejas tranquilos. Pero, él va a pasar. Tú decides. —Baro se quedó en la puerta de la cocina paralizado. Sandeul miró a Baro y a Gongchan sin dar crédito. Nunca en su vida habían escuchado a CNU soltar esas palabras con semejante tono peligroso y amenazante, sin levantar la voz.


— ¡Iros todos a la puta mierda! —Se escucharon pasos, ruidos y un portazo. Gongchan, Baro y Sandeul no se atrevieron a moverse ni un milímetro. Al poco tiempo otros pasos entremezclados fueron en dirección a la cocina. Gongchan vio asomar la cabeza de Dongwoo, sonriendo como si no hubiera pasado nada, sin entrar.


— Chicos… Junghwan… Sunwoo… Coged vuestras tartas y despejad la cocina. Creo que es hora de despejar la cocina —Baro le analizó y decidió que iba a obedecer a su chico. Cogió su tarta y se fue. Se le oyó exclamar un “joder” al salir, pero luego siguió adelante. Junghwan cogió su tarta y decidió perderse, no sin soltar otro exabrupto y largarse de ahí. CNU seguía asomado, mirándole fijamente –. Chansik…


— ¿Sí? —No entendía bien lo que acababa de suceder, aún estaba procesándolo.


— No tengas miedo. Recuerda lo que te dije anoche, ¿vale? —Amplió su sonrisa, antes de esconder la cabeza y desaparecer del marco de la puerta.


Nunca imaginó que Hongbin fuera a aparecer en el umbral de la puerta de su cocina. Lo normal era que Gongchan invadiera el dormitorio de VIXX y se pasara media vida ahí. De hecho, honoríficamente le llamaban el séptimo hijo, como si fuera otro miembro más del grupo. Su novio había venido poco porque Jinyoung se lo había prohibido. Las pocas veces que había venido, Gongchan se había asegurado que ni Junghwan ni Jinyoung estuvieran en el dormitorio. Así que el simple hecho de verle ahí en persona lo tenía paralizado. Sobre todo porque no había hablado con él desde que había enviado el fatídico mensaje y estaba convencido que todo había terminado entre los dos. Hongbin tenía una cara espantosa: ojeras, demacrada, ojos rojos… Iba hasta con chándal, como si hubiera salido de la cama y no hubiera tenido ni fuerzas para vestirse. Es más, sabía que ni se había peinado porque su pelo era un caos.


— Esta tarta tiene buena pinta. ¿Puedo probar? —su expresión fue tímida, casi como avergonzado. Tenía las manos escondidas en los bolsillos de su sudadera. Gongchan quería volver a llorar, de rabia y de frustración, pero logró contenerse.


— Claro. Toma. –Sirvió un poco más en su propio plato y se lo pasó al centro de la mesa, lugar donde unos minutos antes había estado sentado CNU, cuyo trozo de tarta seguía ahí, comido a la mitad. Hongbin asintió y se sentó sin dudar en el asiento, probando la tarta en silencio. Se relamió, la degustó y siguió comiendo hasta terminarla. Gongchan hizo lo mismo, demasiado asustado como para iniciar la conversación. Sabía que era ridículo retrasarlo todo, pero el miedo seguía ahí.


— ¿Por qué quieres cortar? —Preguntó de improviso, en cuanto terminó de comerse la tarta. Sus ojos oscuros, con ojeras, estaban profundamente preocupados. Chansik abrió la boca intentando articular, sin salirle sonido alguno. Lo volvió a intentar, poniendo un rictus de dolor, decidiendo que era mejor pensar antes de decir nada.


— Sé que tienes miedo. Yo también. Tengo miedo de Jinyoung y su tremenda capacidad para irritarme, para cabrearme… Tengo miedo de que te lave el cerebro y te convenza de algo que no es cierto. No pasa nada por salir juntos, Chansikie. Ahora mismo la gente sabe que somos mejores amigos. A mí me da igual lo que piensen. Porque, siendo sincero, esa es una verdad. Tú eres mi mejor amigo. También eres mi novio, mi amante, mi compañero… pero eres mi mejor amigo —Gongchan le observó, impresionado.


— También eres mi mejor amigo, Choco. Por eso sigo cuerdo… —Susurró a duras penas, con un nudo en la garganta. Hongbin sonrió, de una forma tan adorable que Gongchan solo quería abrazarlo.


— Sé por qué tienes miedo. A diferencia de mí, aquí no te apoya nadie… —Levantó las manos para remarcar el signo de comillas con los dedos—. Aunque eso no es cierto. Shin es bastante bestia cuando quiere y quiero que sepas que te apoya a muerte —Hongbin se rio solo, avergonzado y poniéndose rojo—. Confía un poco más en él, ¿quieres? Intenta protegerte todo lo que puede, pero a veces no puede. Eso no quiere decir que no te apoye… Cuando tengo miedo Hakyeon corre a aconsejarme, aunque escuchar no es su fuerte. Los demás chicos suelen cubrirme, buscarme, preguntarme o simplemente escucharme. Ya sabes como es Taekwoon… es más de oír que hablar. —Lanzó un suspiro, mientras Gongchan le observaba—. A la compañía les da igual con quién salgamos si eso nos mantiene cuerdos y damos el 100%. Cuando nos conocimos tenías una confianza total en ti mismo. Si crees que no me he dado cuenta que te has perdido… —Hongbin tenía razón en lo que estaba diciendo, aunque no lo quisiera reconocer. Era extraño verle en la otra posición, en la de ser fuerte, en la de dialogar, en la de convencer. Normalmente su relación, a lo largo de estos dos años, había consistido en Gongchan arrastrando a Hongbin. Su novio siempre le seguía a todas partes y hacía lo que él quería, totalmente feliz. A veces lo consideraba un inconsciente porque si una mañana le decía que se iban a la montaña a hacer puenting  Hongbin le diría que sí. Aunque le aterrara la idea de tirarse al vacío, lo haría. Ahora entendía que lo hacía porque confiaba totalmente en él, sin importar si la idea rallaba la locura o no. Simplemente le seguía.


— Te has perdido porque, por alguna razón que desconozco, has perdido la confianza en todos y, por ende, en ti mismo. Y no has confiado en mí. Estoy decepcionado porque desde que nos conocemos jamás he perdido la confianza en ti. Debo confesar que cuando leí ese mensaje anoche por primera vez en dos años perdí la confianza en ti.


— Yo… —Gongchan intentó justificarse.


— Confieso que he tenido una discusión tremenda con tu compañero de grupo, con Shin Dongwoo, esta misma noche. Estaba decepcionado, enfadado, frustrado… y sin confianza. Creo que me pasé un poco con él, me gustaría pedirle disculpas, porque se fue gritándome prácticamente —El maknae de B1A4 abrió la boca, sorprendido—. Confieso que me dio miedo tu resolución anoche. Tanto miedo que estuve a punto de rendirme a la primera. Odio reconocerlo, pero Dongwoo tiene razón. Somos dos, debemos aprender a solucionar nuestros problemas y… aprender a no rendirnos ante el primer obstáculo. Sabía que necesitabas ayuda, pero me empeñé en no hacer nada porque confié en que vendrías a pedirme ayuda. Ahora entiendo que tú también tienes miedo, como yo.


Gongchan sonrió, en silencio, asintiendo, comprendiendo lo que le estaba diciendo su todavía novio. No tenía ni idea de lo que habían hablado CNU y Hongbin, pero estaba profundamente agradecido. Nunca había pensado que Hongbin podía tener miedo, porque como le veía seguirle pensaba que le encontraba confiable, seguro. En esta conversación se estaba dando cuenta que ambos tenían mucho que aprender aún, como pareja y como amigos.


— Tomé una decisión sin consultártela. La forma en que lo hice fue cruel, lo siento, Choco —Por fin fue capaz de hablar, sin atascarse y sin temer—. No fue lo correcto. Tienes razón, eres mi mejor amigo. Mereces saber las razones por las cuales tomo una decisión, para bien o para mal. Pero tengo tanto miedo de perderte… La idea me aterroriza y me paraliza. Así que ayer, tras discutir de nuevo con Jinyoung, simplemente me rendí. Pensé que si te dejaba tú podrías ser feliz al menos. Me conformaba con eso —Hongbin asintió, comprendiendo.


 — ¿Me prometes que cuando tengas miedo me lo dirás? —el miembro de VIXX se incorporó un poco, acercándose más.


— Te lo prometo, Choco. También prometo que, porque confío en ti y te amo, pelearé para que esto funcione. Sé que tenemos muchas cosas en contra, pero… tengo un sueño y espero que ese día estés conmigo a mi lado cuando suceda —Se atrevió a sonreír, arrastrando la silla un poco más, acercándose.


— ¿Qué sueño tienes, Chansikie? —Su rostro estaba prácticamente rozando la nariz de Gongchan.


— Uno donde nos casamos, compramos una casa en Jeju y tenemos un par de niños. No me importa si son propios o adoptados. La boda será espectacular, y todos los que queremos estarán con nosotros —Susurró en complicidad, casi sobre sus labios.


— Um, me gusta ese sueño, Chansik. Aunque a mí me gusta más lo que hay más lejos de ese sueño… —Una sonrisa amplísima iluminó la cara casi infantil de Hongbin.


— ¿Cuál? —preguntó curioso, levantándose de su asiento y sentándose en las piernas del contrario, para apoyar su frente contra la otra.


— Un sueño donde somos libres, sin escondernos, y compartiendo nuestra felicidad. Un sueño donde habrá obstáculos, donde tendremos problemas, los desafiaremos y los afrontaremos, juntos, sin soltarnos de la mano, siempre adelante y orgullosos de nosotros mismos. Un sueño donde somos tú y yo, sin mentiras, siendo una verdad sin importarnos qué dirán. Donde confiamos y en esa confianza encontramos valor para ser tú y para ser yo —Lo miró, sin perder la sonrisa, contento y confiado. Gongchan sonrió de vuelta y lo besó.


Ya averiguaría más tarde qué demonios había pasado esa noche con Hongbin, pero ahora se sentía seguro, confiado, fuerte y amado entre sus brazos. Confiaría en él a partir de ahora. Sabía que habría problemas, dudas, miedos… Pero si confiaba en él tanto como Hongbin lo hacía en el propio Gongchan, estaba seguro de poder seguir adelante y derribar cualquier barrera. En eso consistía amar: en confiar en el otro, a un plano superior al conocido.


Recordaba ese día porque fue el día que por fin entendió qué significaba tener una pareja y en qué consistía ser una pareja. Ahora empezaban a tener su propio sueño. Por vez primera convivían juntos en un apartamento, pero siendo dos. Su miedo inicial de no poder sobrevivir sin sus compañeros de grupo se diluyó en apenas dos semanas. Ya llevaban un mes juntos y apenas había sabido de los demás, salvo por la prensa. Junghwan había firmado con una de las compañías más potentes del país como solista y esperaban que más pronto que tarde debutase como cantante. Jinyoung ya había firmado su primer papel para una película como actor, firmando con la principal compañía de representantes de actores; y Baro había firmado con otra para ser un poco de todo, porque estaba de presentador en una de las cadenas televisivas de referencia de Corea del Sur. Del único que no sabía nada era de CNU, cuya decisión seguía sin conocer. El propio Gongchan había optado por firmar con su compañía original, durante un año, para darles tiempo de ver qué eran capaces de hacer con él.


Era mediodía y estaba comiendo tranquilo en su apartamento, mientras esperaba que Hongbin y sus compañeros llegasen de una sesión de firmas. No oyó el primer timbre de llamada, pero notó la segunda. Extrañado, descolgó.


— Hola, Channie —La voz grave, tranquila y cansada de CNU se filtró por el auricular. Gongchan cambió con rapidez a la opción de manos libres para poder hablar con él mientras comía.


— ¡Hey! ¡Empezaba a pensar que te había tragado la tierra! ¿Qué tal todo, Dongwoo? ¿Por fin te has decidido? —Intentaba mantener la calma, pero en el fondo necesitaba saber qué había pasado con él. Sabía que Baro había tomado la decisión rápidamente, aunque le extrañaba que CNU hubiese tardado tanto, casi un mes y medio, en decidirse.


— Sí, bueno… He tenido que solucionar algunas cosas y tomar algunas decisiones. Prometí llamarte cuando decidiera algo al respecto, así que por eso te llamo. Me vuelvo a casa, a Cheongju —Gongchan contuvo el aliento y dejó de comer al escuchar lo que decía su compañero, porque esa decisión no se la esperaba—. He encontrado una academia de música, daré clase ahí.


— ¿Sunwoo se va contigo? —preguntó con rapidez, deseando secretamente que le dijese lo contrario a lo que estaba pensando.


— Channie… Sunwoo y yo lo hemos dejado —Gongchan se quedó mirando el teléfono, atónito. Diez años de relación destrozada en un mes y medio. No se lo podía creer. ¿No habían podido sobrevivir a la ruptura del grupo? ¿Cómo podía ser? Su relación había sido la que le había inspirado, la que había tomado como modelo, la que…


— Sé que estás sorprendido, Chansik… Pero no es algo repentino, como estás intentando pensar ahora mismo. —Chansik se sorprendía con la tranquilidad y la comprensión que estaba hablando Dongwoo, como si la ruptura ni siquiera le afectase—. En realidad llevábamos tres años intentando arreglarlo, pero las cosas no han podido ser. Sunwoo tiene un problema que no quiere solucionar y no puedo hacer nada al respecto si él no quiere cambiar. Su estilo de vida y el mío no son compatibles y me he cansado de esperar. Cuando la confianza se pierde es difícil recuperarla, Channie.


— Entiendo, pero ¿irte es una buena solución para ti? Quiero decir, no has trabajado tanto para… —Gongchan intentaba razonar, pensar, porque todo esto le había tomado tan de sorpresa que no era capaz ni de reaccionar.


— No estoy huyendo. Te lo dije el día cuando nos dieron los nuevos contratos. Estoy cansado de este mundo. Quiero volver a ser un ser humano, a ser una persona. Poder salir por la calle sin que me juzguen, poder decir y pensar lo que quiera sin que la prensa me masacre vivo. Poder salir con la gente que yo quiera sin me cuelguen novias o analicen cuidadosamente todo a ver dónde fallo en mi ser perfecto. Tener un trabajo de siete a dos no es malo,  Chansik. No es que reniegue de todos estos años, pero quiero sentirme estable y cuerdo.


— Pero tú amas cantar, amas el escenario… — No daba crédito a lo que estaba oyendo. Jamás pensó que su antiguo compañero de grupo se sentía así: atrapado, agobiado y ahogado por el mundo del espectáculo.


— Me encantaba, hasta que todo se volvió tóxico. Ambos sabemos que no tendré ni una sola oportunidad como solista. ¿Para qué esforzarme? —dejó que la respuesta que ambos conocían se diluyera en el aire. Gongchan no tuvo valor de rebatirle. Sonaba realmente decidido y le conocía bien. No había tomado esa resolución sin haber pensando en ello hasta la extenuación. Él no era quién para convencerle de lo contrario. Era su decisión, su elección. Debía respetarla, aunque no compartiera su punto de vista.


— De acuerdo. Si necesitas algo, cualquier cosa… —Dijo automáticamente, mirando al teléfono y sintiéndose impotente.


— Lo sé, Chansik. No te agobies, no pienso cortar el contacto contigo. En cuanto me instale del todo te iré llamando. Y si me paso por Seúl, no dudes que te llamaré para vernos. Espero que si te animas a venir por aquí me avises para vernos, ¿eh? —Gongchan podía ver la sonrisa melancólica al otro lado, como si lo tuviera enfrente.


— Te lo prometo, Dongwoo. Te deseo toda la suerte del mundo. Espero que todo vaya bien ahí —Su propia voz sonó extrañamente acongojada.


— Gracias. Igualmente. Pasa buen día. Nos vemos —la línea se cortó y Gong Chansik se quedó mirando su teléfono, pensativo. Dongwoo y Sunwoo lo habían dejado. ¿Desde cuándo tenían problemas? Vale, discutían bastante, pero era normal porque Dongwoo solo quería hacer entrar en razón a Sunwoo y su vida nocturna. ¿Qué había pasado realmente ahí? ¿Por qué no lo vio? ¿Tan aislado estaba de sus propios compañeros en los últimos años que ni cuenta se había dado de los problemas que tenían?


Cuando la confianza se pierde es difícil recuperarla, Channie”.


¿Cuántas oportunidades le había dado Dongwoo a Sunwoo para que éste se hubiera rendido? La idea le abrumaba. No veía a Sunwoo traicionando a Dongwoo. Sunwoo no era así. ¿A qué clase de confianza se refería su amigo? Debía haber sido tremendamente difícil tomar esa decisión para Dongwoo, dejarlo todo, dejar de pelear por el otro. 


Ese día Gong Chansik se prometió a sí mismo que no perdería el contacto con sus compañeros, que pese a todo habían sido sus camaradas durante más de diez años. Averiguaría qué demonios había pasado entre Dongwoo y  Sunwoo y, por supuesto, más adelante, cuando Dongwoo estuviera más tranquilo, hablaría con él seriamente, para hacerle ver cuál era en realidad su lugar en el mundo: en Seúl, haciendo música.


Las promesas… son palabras. Para que se cumplan hay que llevarlas a cabo y convertirlas en hechos… no retrasarlas, no aplazarlas y no olvidarlas.


Y Gong Chansik se olvidó de cumplirlas. 

Notas finales:

Y hasta aquí el segundo capítulo del fic. 

¿Os ha gustado? ¿Os esperabais esto? Tengo curiosidad sobre cómo veis la historia. Así que animaos a comentar, ¡que no muerdo! ^^ Espero que al ser una historia bastante atípica no os eche para atrás.

Mañana vuelvo a publicar de nuevo, más o menos por la misma hora (sobre las doce de la noche en España). 

El capítulo de mañana tiene este título. "Seven Years Later — Baro". ¿Qué nos tiene que contar Baro tras lo que se ha visto hasta ahora?

Mañana lo sabréis :D 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).