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SIN NOMBRE por 691396

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Notas del capitulo:

Este fic es un poco lento, lo admito, pero T_T ¡ustedes son malos!

No continuaré ¡Disparame! hasta que alguien comente en esta historia.

jejejeje

¡Ah! se me olvidaba, en este capítulo aparecerá una sorpresita.

Cap. 10

 

Nagato

 

Después de unas extenuantes horas de clase, el rubio estaba sumamente aburrido, se podría decir que se estaba durmiendo, pero no podía darse ese lujo, aunque sus parpados se estuvieran cerrando, tenía a su fiel amigo Gaara-kun para despertarlo con un codazo a las costillas.

-¡Ah!

-No te duermas, idiota.

-Lo siento Gaara-chan, no volverá a ocurrir.

-Has dicho eso las últimas diez veces; un momento ¿como me llamaste? –le envolvió un aura asesina.

-¡Ah! Gaara-sama, Gaara sama.

-Así está mejor –se tranquilizó.

-uf, por poco y no la cuento.

Susurró para así, el rubio, limpiándose el sudor y escuchar una risilla a su lado.

-Vaya Naru-chan –Habló el otro pelirrojo a su lado -No sabía que tuvieras ese tipo de relación con Gaara-kun.

-¿De que hablas Sasori-san?

-¿Qué? No me digas que ustedes no…

-No ¿qué?

Seguía confundido.

-No nada.

Rió de forma nerviosa.

-Eres muy raro –sonrió el menor –pero no importa, así es mejor.

-¿En serio?

Preguntó el de ojos miel sonriendo como un galán.

-sí, así me gustas más –volvió a sonreír, sin saber la magnitud de sus palabras.

Este último comentario dejó a Sasori helado, repetía en su cabeza una y otra vez lo que dijo el rubio, no cabía de felicidad, pero con lo que no contaba es con que otro pelirrojo escuchó al rubio y le diera un buen coscorrón, lo cual ocasiono risas de todo el salón.

-Pero ¿Qué hice?

Decía el rubio con las manos en la cabeza y una lagrimita amenazando por salir, pero eso solo logró que Gaara le hiciera una cara de “estás muerto”, con lo cual Naruto se calló, y sin decir nada retomó la atención hacia las clases.

Pasaron las horas, y las clases terminaron.

-Oye Naru-chan

-Si dime Sasori-san

-Qué me dices si hacemos la tarea en mi cuarto, así yo podría ayudarte, en lo que no entendieras.

-¿Enserio? ¿Harías eso por mí? –Habló emocionado – ¡Que alegría, claro que iré! ¿A qué hora?

-Vamos de una vez, para hacerlo lo más rápido posible.

 

Ya en el cuarto de Sasori…

 

-Oye Naru-chan, antes de comenzar, ¿Qué dices de un juego?

-¿Juego?

-Sí ¿te digo de que trata?

-Te agradecería si lo hicieras.

-Es muy simple, vamos a estudiar y luego te haré preguntas, pero por cada que te equivoques, te quitaras una prenda y al final vemos quien tiene más correctas, el perdedor, hará todo lo que el ganador le ordené, lo mismo va para mi, esa es la mejor manera de estudiar, porque así te concentras mas y aprendes rápido.

-Entiendo.

-Y entonces ¿jugaras?

-Está bien

Aceptó Naruto con una sonrisa, sin ver la que se formaba en el rostro de su nuevo amigo.

El tiempo pasó y comenzaron las preguntas, pero lastimosamente, no salió como él pelirrojo esperaba, el rubio se las sabía todas, solo se equivocó en dos, en cambio él, solo le quedaba la ropa interior, el rubio sonrió ante esto, pero después recordó las reglas del juego.

-jijijiji, reía maliciosamente el rubio.

-¿Qué?

-Tendrás que hacer todo lo que yo diga.

El pelirrojo trago en seco ante estas palabras.

-Y… dime, ¿Qué quieres que haga?

Preguntaba el pelirrojo con algo de miedo en su voz

-Es algo muy simple –sonrió de lado el menor –pero tendrás que hacerlo todos los días durante una semana –sonrió acercándose –me encanta lo que te haré hacer –se burló –porque me fascina degustar ese delicioso manjar y en este momento solo tú me lo puedes dar-.

Decía Naruto, mientras se acercaba peligrosamente a Sasori, el cual nunca se imaginó que la expresión del que parecía un dulce niño al principio, se transformara en una mirada de lo más sádica.

El rubio se le acerco más al pelirrojo, hasta quedar muy cerca de su oído para con voz extremadamente lenta y sensual hacer salir algunos susurros.

-Así, que quiero que me…

El pelirrojo se iba morir de excitación.

-Compres rameen.

Terminó de decir con una sonrisa, esto hizo caer a un lado al pelirrojo.

-¿Qué te pasa?

Preguntó inocente el rubio.

-Nada –habló desilusionado –te llevaré a comer rameen por una semana.

-Gracias, pero ahora si me disculpas, ya es muy tarde, me tengo que ir.

-No te preocupes, que te vaya bien.

Después de oír eso el rubio salió del cuarto con sus cosas dejando al pelirrojo aun en el suelo y con una mano en su rostro, el cual al quitarla se veía el hilito de sangre saliendo de su nariz, el pelirrojo se metió en el baño rápidamente, para arreglar otro “problemita” causado por el rubio.

Al salir el rubio vio que ya había oscurecido, se asustó un poco al ver lo tenebroso que era la universidad por la noche, pero siguió caminando, lo bueno es que los corredores estaban bien iluminados, de repente sintió como algo le jaló de la camisa, el rubio paró en seco, se volteó pero no había nada, iba continuar caminando, pero de nuevo lo jalaron, su corazón latía a mil rogando que no fuera un fantasma, miró otra vez, pero esta vez hacia abajo, encontrando a un pequeño de cabellera rojiza y hermosos ojos azules idénticos a los suyos, además de una piel extremadamente blanca y extrañamente la mismas marcas en las mejillas, el rubio aun sorprendido bajo a la altura del pequeño y con su mejor sonrisa le pregunto:

-Sí, dime ¿Qué pasa pequeño?

El pequeño lo miro serio, además de que con esas ojeras le era aun más tenebroso.

-Disculpe, pero ¿me podría decir donde es el cuarto de Sabaku No Gaara? creo que me he perdido.

Comunicó el pequeño con voz firme pero educada.

-Claro, justo iba para allá.

Le respondió el rubio con una sonrisa, ofreciéndole la mano.

El pequeño no reprochó y la tomó sin duda.

Momentos después, los dos se encontraban en frente de una puerta, el rubio sacó una llave y abrió la puerta, cuando menos se lo esperó el niño entro como un relámpago, aventándose contra un pelirrojo que estaba sentado en la cama.

-¡Otou-san!

Fue lo que salió de la boca del niño mientras se aferraba al pelirrojo.

-¡Basta ya, Nagato, me haces cosquillas!

Decía el pelirrojo muy alegre.

De pronto se escucho un ruido metálico, el pelirrojo miró curioso, viendo a un rubio en la puerta recogiendo sus llaves del suelo, al ver esto casi se muere.

-¡Naruto!

Exclamó este muy sorprendido.

El rubio lo miró normalmente.

-Sí ¿Qué pasa?

Preguntó como si nada.

-lo viste no, dime qué opinas.

Decía Gaara con la cabeza gacha.

-Yo no soy quien para opinar, es tu vida no la mía, además es un hermoso hijo el que tienes, me gustaría tener un hijo así.

Ante estas palabras se sorprendió.

-¿Qué edad tiene?

-Tres años y dos meses.

Interrumpió el menor.

-Vaya, eres muy listo para tener tan poca edad –sonrió el rubio –además te pareces a tu padre, ¿y dime, quien es tu madre?

Al oír esto el pequeño calló.

-No sé, no la conocí, pero mi padre dice que era una persona hermosa, esa persona era rubia, tenía los ojos azules, como los míos y las mismas marcas…

El pelirrojo no lo dejo continuar.

-Gaara, eso significa que…

-¿Si?

Decía emocionado el pelirrojo.

-Que…yo…

Notas finales:

jejeje

El inicio del fin para Naruto y el inicio de lo placentero para Sasuke.


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