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SIN NOMBRE por 691396

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Cap. 03

 

Familia

 

Cuando Sasuke y Neji se van, Naruto que sigue en el suelo, comienza a golpear la madera con su puño y a gritar.

-¡Maldito! ¡Maldito! ¡Maldito! ¡Maldito! ¡Maldito! ¡Maldito! Y ¡Mil veces maldito! me vengare, juro que te hare sufrir, como nunca antes, hare que llores lagrimas de sangre y que me supliques que te deje morir, ¡LO JURO!

Gritó el rubio para comenzar a reírse de forma maniaca, algo le había pasado a su cerebro.

Después de ese ataque de maldad, se levanta, busca sus cosas, limpia y se va, no era tan tarde, aun había sol, aunque aun seguía adolorido, ¿tenía que soportar esto por más tiempo? Se preguntaba sumergiéndose en pensamientos, sin darse cuenta de que iba hacia un parque, solo enterándose al estrellarse contra un árbol.

-¿Pero qué? ¿Qué hace un árbol a mitad de la calle? No importa –miró alrededor, para que un gran sonrojo se apoderara de su rostro –pero, ¡EN DONDE ESTOY! –Gritó, para calmarse -ya es de noche y no conozco este camino, ¡AHG! que voy a hacer, un policía, debo encontrar un policía –se decía así mismo, mirando los alrededores, para su suerte, había uno al otro extremo del parque para acercársele.

-Disculpe, me puede decir ¿dónde queda la central del Hokage?

El policía le indico el camino, pero era un camino que el rubio no conocía, pero de todas maneras fue, camino como por 30 minutos, iba pasando por un callejón muy oscuro, y el frio no lo ayudaba, cuando alguien le tomo por sorpresa desde atrás abrazándole, podía sentir el aliento del desconocido en su oído.

-No me gusta que andes solo por la noche, no quiero que otro que no sea yo te mire –le susurraba en el oído, oliéndole el cabello –yo soy el único que puede mirar tu cuerpo, el único que puede besar tus labios, yo soy el único que puede tener tu cuerpo.

Ante eso a Naruto le corrió un escalofrió por todo el cuerpo, pero no se intimido, inmediatamente se zafó y miró, al ver quien era se alivió y enojo.

-¡¡¡¡TONTO!!!! –Gritó fingiendo enojo –Casi me da un infarto, aunque seas mi hermano, no te da el derecho de hacerlo –regañaba con un puchero, viendo como el otro se comenzaba a reír –no te rías, además ¿qué haces por aquí? –Preguntó sin ser respondido, solo se escuchaba la risa -¡deja de reírte y responde! –solo la risa se escuchaba – ¡que respondas sai!

-Me encanta verte alarmado –siguió burlándose, para verlo mejor, estaba lleno de golpes, pero no preguntaría quien se los hizo, sabia que el rubio siempre se peleaba, además si se enteraba, seguro iba a por el cabrón y le mataba, lo mejor era no saberlo, salió de sus pensamientos, para volver a concentrarse en el rubio –por cierto ¿ya vas a casa? –pregunto ignorando las marcas de su hermano.

-Si –respondió dando gracias a que su hermano ignorara su estado físico, no sabría que responder si le interrogara –pero creo que estoy un poco perdido.

-Si, tienes razón, por si no te diste cuenta, nuestro nidito de amor está al otro lado de la ciudad.

-¿Qué?

-Te llevo, de todas maneras ya termine aquí y traje mi moto.

-Por cierto ¿qué hacías por aquí?

-¡Ah! Eso –sonrió –estaba atendiendo algunos negocios –dijo mientras alejaba al rubio del callejón de donde salió, no quería que viera su “arte” en las paredes cubiertas de sangre y cuerpos en el piso.

-¡ah! –Exclamó al ver la motocicleta –ya la arreglaste, quedo fascinante, aunque es de noche, puedo ver que es de un color negro azuloso, es hermosa, ne, ne, sai nii-sama –pidió con un tono de niño pequeño, haciendo brillar sus ojos – ¿puedo manejarla?

-Claro mi Naru-chan, pero con una pequeña condición, dame un dulce beso, con tus tiernos labios.

Naruto no lo pensó dos veces, después de todo ya estaba acostumbrado a besarse con su hermano; se acercó rápidamente para casi devorar los labios de Sai, quien responde hasta separarse por falta de oxigeno.

-¿Satisfecho? Ahora cumple tu promesa, y déjame conducirla.

Sai todavía no podía creerlo, ese beso había sido muy diferente a los que normalmente se daban, se toco los labios inconscientemente, los labios de su hermano eran tan dulces, tan suaves, los mejores que había probado hasta ahora.

-oye ¿me escuchas? ya vámonos, tengo hambre –habló ya montado en la moto sin recibir respuesta –oye, sai ¿hiciste la compra?

-Se me olvido –se disculpó con una sonrisa, saliendo se su trance, por un momento vio a naruto como un chico más, no como su hermano –pero no te alarmes, traje dinero, y más adelante hay un mini súper, por cierto, si vas a manejar ¿por lo menos sabes por cual camino tienes que ir? –preguntó sabiendo que la respuesta sería “No”, de verdad que no deseaba que su hermanito manejara a su bebe.

-No, no sé.

Se veía la depresión en su rostro.

-Entonces supongo, que yo tendré que manejar.

-Está bien.

Se resigno con un puchero.

-Se le olvido que ya me pago.

Pensó riéndose recordando el beso.

 

Minutos después…

 

-¡Al fin! –Hogar, dulce hogar –exclamó el rubio entrando a casa junto con su hermano, estaba muy cansado –lo bueno es que compramos rameen –dijo alegre mientras organizaba las cosas en la cocina.

-Voy a preparar el rameen, mientras, ve al baño, o haz algo, en vez de pavonear tu delicioso trasero frente a mi.

-Sí, mamá.

Bromeo para dirigirse al baño, mientras Sai comenzaba a cocinar, a él no le gustaba comprar rameen instantáneo, le gustaba hacerlo, pero tanta fue la insistencia de su hermanito que no tuvo opción, puso a hervir el agua para ir al baño, asustaría a Naruto.

-¿Quieres que te estregue la espalda? querido hijo.

Ante estas palabras, el rubio se tapo como pudo, no quería que viera lo maltratado que estaba su cuerpo.

-No gracias madre, lo puedo hacer yo solo, no te tomes tan grande molestia.

-Pero eres mi hijo –seguía hablando en tono burlón, tratando de desviar la mirada de las magulladuras, heridas ¿mordiscos? ¿Marcas de beso? ¿Qué demonios? Se pregunto sai, mirando mejor cada una de las inferidas, abriendo los ojos de par en par viendo las marcas de mano en sus muñecas y su cadera, sabia lo que significaba eso, él había dejado muchas de esas, a la vez que el las había tenido, empuño su puño con fuerza, tratando de ignorarlo, si hubiera pasado lo que él pensaba, si naruto se hubiera acostado con un hombre, si hubiera ofrecido su trasero, o si le hubieran obligado a hacerlo se lo contaría ¿no? –Dejo de pensar en eso, por el momento, pero eso no se quedaría así, lo mas pronto posible indagaría sobre el tema –es mi deber como madre –al fin pudo decir siguiendo la broma del principio.

-Madre, ¿acaso no estás cocinando?

Preguntaba aun sin descubrirse ¿Por qué eligió tomar una ducha en vez de meterse a la bañera?

-En este momento esta hirviendo el agua, así que no te preocupes, tengo tiempo, incluso puedo quedarme aquí hasta que te canses de estar en esa posición.

-¡Ah! –Suspiró –no me queda de otra –Pensó -Esta bien madre, lávame la espalda –dijo para salir de la ducha y sentarse en uno de los bancos.

-Que lindo hijo tengo –rió falsamente viendo con furia las marcas en la espalda de su tesoro, para comenzar a estregarle la espalda –estas muy tenso, te hare un masaje –habló para comenzar a hacerlo.

Apenas sai comenzó su masaje, naruto comenzó a dar pequeños gritos, esto le produjo algo de felicidad a sai, quien seguía con sus masajes, mientras los pequeños gritos del rubio se convertían en gemidos, sai no aguanto más, el rostro que naruto ponía era tan hermoso, así que lo volteo, y le planto un beso, Naruto en ese momento estaba demasiado extasiado, para saber lo que hacía, así que correspondió, esto cada vez emocionaba mas a sai, el cual, como por un reflejo se metió entre las piernas del rubio, y comenzó a acariciar sus muslos, los dos cayeron al suelo, sai encima de naruto, el beso aun así seguía, pero se tuvieron que separar por falta de aire, los dos por alguna razón, no podían parar, sai comenzó a besar el cuello del rubio, borrando las marcas que el “otro” le había hecho a tu hermanito, los celos podían ser un gran afrodisiaco y en este caso aunque eran celos fraternales daban el mismo resultado, el rubio no paraba de gemir, por alguna razón, el tacto de su hermano le gustaba, siguieron tocando, examinando sus cuerpos, sai se quito la remera, naruto comenzó a besar su pecho, el calor que sentía, era profundo, era demasiado, necesitaba quitarlo, y sabia cual era la forma de hacerlo, el menor seguía con sus besos al pecho de sai, en donde con su lengua, jugaba con los pezones de este, los gemidos del pelinegro no se dieron a esperar, era una melodía que recorría toda la casa, hasta que la tetera pito, interrumpiendo su “baile”, los dos se separaron muy extrañados, ¿que era lo que estaban haciendo? ¡POR DIOS! Ellos eran familia.

Sai se puso la camisa y bajó rápidamente a la cocina, en donde terminó de preparar el rameen, mientras naruto estaba sorprendido, ¿por qué le había gustado? ¿Acaso estaba tan necesitado? ¿Acaso necesitaba amor con tanta urgencia que no le importo que fuese de su hermano?, no, tan solo se dejo llevar por el momento, si eso era, solo el momento.

-Naru-chan, ya está listo, baja a comer.

Decía sai como si nada hubiera ocurrido, Naruto decide hacer lo mismo.

Al momento el rubio baja y comienzan a comer, para luego hablar.

-Mañana comienzas a trabajar ¿no?

-Es cierto, seré el profesor de mi Naru-chan.

Decía emocionado.

-No me llames así, por cierto ¿como te fue con tú “tío”?

-Ya sabes, igual que siempre, el tío Fugaku, hace lo que sea para encubrir que soy hijo bastardo de su esposa, pero me alegro, ya que si nuestro padre no se hubiera acostado con ella, tú y yo no existiríamos, pero de todas maneras, los Uchiha son muy orgullosos, cuando le dije que iba a ser profesor, Fugaku casi se muere, el me regaño, con eso del orgullo uchiha, pero lo tranquilice diciendo que también, me hare cargo de las empresas de mi “madre” o su hermana como les ha hecho creer, es un poco complicado hacer las dos cosas al mismo tiempo, pero lo haré, sabes que la familia Namikaze, es más importante para mí, ya que es la familia de mi difunto padre, por cierto, Fugaku no ha averiguado que eres hijo de su esposa, así que no te preocupes, aun estas a salvo, pero aun así, la historia de nuestros padres es divertida, no me canso de recordarla, mira que nuestro padre era descarado –rió –se fugo con la señora de la casa Uchiha, embarazándola, para que luego su marido la recuperara ya embarazada y naciera yo, un bastardo que Fugaku hace pasar como su sobrino, hijo de su difunta hermana –Siguió riéndose, aunque eso no le causaba nada de gracia, naruto lo sabia, pero en esos momentos Sai necesitaba sacar esa historia de su sistema, aunque ya la hubiera contado miles de veces a la misma persona –después de algunos años –siguió contando –tres años de hecho, nació otro niño, el segundo para Fugaku pero el tercero para su esposa, mi hermano menor, ah, perdón, mi primo, después de eso paso un año para que de nuevo Mikoto escapara con Minato, durante casi otro año no se supo de ella, hasta que Fugaku la hallo de nuevo, esta vez en un cementerio, su esposa había muerto, pero lo que no sabia era de que, Fugaku se lamentó, a pesar de todo amaba a su esposa pero ella ya no se encontraba en este mundo para poder decírselo, destrozado, Fugaku volvió a la mansión a cuidar de sus dos hijos y hacerle la vida imposible a su “sobrino”, lo que el jefe de la familia Uchiha no sabia era que Mikoto había muerto dando a luz a su cuarto y último hijo, y que este se encontraba con Minato, quien lo crio durante un año más, para tratar de rescatar a su otro hijo, que ya con trece años podía comandar las empresas de su “madre”, el rubio pudo con la misión de llevarse a su hijo a escondidas con la ayuda del hijo mayor, refugiándose en un nuevo apartamento, en donde no tardaron en encontrarlos, solo dos días después llegaron y se llevaron a Minato, junto con sus dos hijos, torturaron a Minato, pero él nunca dijo una sola palabra sobre él bebe, al final, la tortura fue demasiado y murió dejando a sus dos hijos en el infierno, Fugaku iba a deshacerse del bebe pero el hermano mayor de este no lo permitió, rogo a su “tío” por qué le permitiera cuidarlo y así fue, el jefe de los uchiha ansioso por deshacerse de los dos les dio una casa lo suficientemente alejada como para no verles la cara, a menos claro que el los necesitara, phf, que historia tan graciosa –se seguía burlando tomando otra lata de cerveza que momentos antes había tomado de la nevera.

-Sí, lo sé, pero no debemos entristecernos, aunque nuestros padres estén muertos, nos tenemos el uno al otro.

Tranquilizó, el rubio, siempre que su hermano iba a ver a Fugaku se desequilibraba, la ultima vez llegó supremamente borracho, para casi violarlo, además de molerlo a golpes, para al final ponerse a llorar como un crio, esta vez fue mucho mejor; Naruto se dio cuenta de lo que ocurría en el callejón pero callo, era lo que necesitaba su hermano, desestresarse; su hermano asintió como respuesta ante el anterior comentario, para dejarse llevar por los brazos del rubio quien besaba las marcas en su cuello, marcas de asfixia que Fugaku le había hecho.

-Pero ¿cómo es posible esto? –Se separó para comenzar a hablar de forma animada –solo tienes 19, solo eres mayor que yo cinco años y eres presidente de algunas empresas  que no son pocas además de que ya te graduaste de la universidad y vas a ejercer como profesor, que envidia, te tengo hermano ¡Eres el mejor! –seguía animando mientras lo veía directamente a los ojos y besaba sus labios en uno toque suave, sai sonrió, ya estaba calmado.

-Es porque soy superdotado –comenzó a presumir animado.

Después de cenar, se dirigieron a sus habitaciones, ya estaban por entrar cuando naruto llamo la atención de sai.

-Esta vez espero que duermas en tu habitación.

-Pero es que enserio, no me doy cuenta cuando a medianoche me voy para tú cuarto.

-¿cómo supiste que era a media noche?

-etto…

-Mejor duérmete, mañana será un día pesado.

Al naruto quedarse dormido, comenzó a recordar las palabras de aquel hombre, las cuales no lo dejaban en paz, le daba asco recordar lo que este le hizo, pero estaba feliz porque cada vez que recordaba esas asquerosidades, mas se motivaba su venganza.

Al día siguiente Naruto no se quería levantar, no quería ver a ese maldito, pero si quería vengarse tenía que ir; cuando intento levantarse, sus piernas no le respondían, se estaba asustando, así que quito las cobijas, para encontrarse con un pelinegro aferrado a sus piernas.

-ya quítate –Gritó –tienes que ir a trabajar, y yo a estudiar.

-lo haré solamente si Naru-chan me da el beso de los buenas días.

Naruto suspiró –este tipo se está aprovechando –pensó –pero si ese es todo el requisito, lo hare –buenos días mi sai-chan –habló con voz melosa para besarle en la frente –ya te lo di, ahora déjame ir.

-Que tramposo eres, pero está bien, te dejare ir –se levantó –por cierto, el desayuno está servido, apúrate, tienes poco tiempo.

Después de que se alistaran y desayunaran, salieron a toda prisa, pero sai lo detuvo.

-iremos en mi moto.

-Te verías muy extraño, un tipo con traje sin corbata, en una motocicleta último modelo, se vería como algo de mafiosos, además de que yo estaría en la parte de atrás, si ven a un sexi y endemoniadamente guapo rubio como yo en ella de seguro pensaran que me estas secuestrando.

-Quieres que te lleve sí o no.

-Sí, está bien.

Sai arranco a toda velocidad, sintiendo como el rubio se aferraba a él como un gatito.

-Arreglaste los frenos ¿cierto?

-Se me olvido, pero tranquilo sé cómo frenar.

-¡Vamos a morir! ¡Vamos a morir!

Comenzó a gritar muy asustado.

-No te preocupes –sonrió –se como hacer esto –aceleró para saltar desde una carretera elevada al frente de la escuela.

Naruto seguía agarrándose aferrándose fuertemente a sai, mientras saltaban -¡¡¡AHHHHH!!! –gritó con todas sus fuerzas mientras caían.

-Ya llegamos –dijo tranquilo frenando en seco frente a la academia.

El rubio se baja horrorizado, mientras los alumnos, sin incluir a cierto azabache los miraban con sorpresa, viendo al rubio más blanco que el papel.

-¡No me vuelvo a montar contigo!

Gritó casi sin voz el rubio, se le habían mermado algunos años de vida por el susto.

-Como quieras, voy a estacionar a mi bebe –acariciaba la montura de la moto –mientras tú entra a clases-.

-Está bien, nos vemos.

Sonrió para encaminarse a su salón y para que momentos después de que las clases empezaran, entrara iruka-sensei.

-Buenos días –saludo con una sonrisa –hoy les traigo nuevas noticias, como sabrán, hoy les presentare a sus nuevos profesores, anunció mientras tres personas entraban al aula.

Uno de ellos era Sai acompañado de otro pelinegro y un castaño, esto deja en shock a naruto, el otro era él, era el tipo que lo estaba sobornando.

-Muy bien, les presentare al primero, él es Uchiha sai, y será su profesor de química e historia –hizo una reverencia para escribir su nombre en la pizarra, para que Iruka siguiera hablando –el siguiente es Hyuuga Neji  será su profesor de filosofía y ed. Física –hizo lo mismo que sai –y el ultimo es uchiha sasuke,  será su profesor de física y aritmética –hizo lo mismo que los otros dos.

-Su nombre es ¿Uchiha sasuke? –se sorprendió el rubio -ese desgraciado ¿es familiar de sai? –se interrogo, se le hacia raro que tuviera el mismo apellido que sai.

-Sé que muchos de ustedes tienen dudas, de por qué se ven tan jóvenes –habló Iruka –es por que lo son, estos chicos terminaron todos sus estudios, incluso la universidad, mientras estaban en el instituto, excepto Sai-kun, el termino desde muy temprana edad sus estudios y hace poco termino la universidad, ya presentados, es hora de presentar clases, el primero según su horario, es sai, así que adelante, los demás vallan a sus respectivas aulas. 

Sai se presentó, para de inmediato comenzar clases, aunque no lo pareciera, era endemoniadamente severo, prácticamente, estuvieron en entrenamiento militar (pero sin ejercicio), por lo que desde el primer día lo apodaron “El General demonio” aunque a las chicas les encanto, no paraban de acosarlo, se terminó el horario de Sai en ese grupo para que Neji continuara, él fue aun más severo, les pidió a cada estudiante que se presentara, Hinata que ese día si había ido a clases, cuando se entero que su malnacido primo era profesor se le pego mas a naruto, parecían uno, esto enojo un poco al profesor.

-Usted jovencita –señalo a Hinata –apártese del joven, esto no es una casa de citas para que se comporte así.

Después de esto comenzó a dictar clases, fueron unas aburridas lecciones, después de otras mas con kakashi  y después del receso, al fin llego el turno de sasuke, el cual se presento formalmente, todas las chicas de la clase se lo querían comer con la mirada, sasuke que traía lentes puestos pregunto a cada alumno lo que sabían sobre cada tema, enseño aun mas severo que Neji, pero nadie se quejaba, su sonrisa los despistaba a todos menos a Naruto, su apodo fue “El príncipe Galante”, Sasuke prosiguió con la clase de forma natural, viendo como el rubio no le prestaba atención.

-señor… -buscaba en la planilla como aparentando no conocerlo -…Uzumaki, por favor resuelva este problema –señaló el tablero –lo que el rubio no pudo hacer, estaba tan concentrado imaginándose matando al uchiha que no había prestado atención, esto ocasiono cierto grado de desagrado en el azabache, el cual, dijo a naruto que tenía que quedarse después de la escuela, los demás de la clase se burlaron, pero para el rubio, no era nada gracioso, él sabía que estaba arriesgando el pellejo, o mejor dicho, su trasero.

Se acabaron las clases y ya todos se habían ido, solo quedaban naruto y su Sensei.

-Me quede como querías, ahora ¿que quieres?

-Esa no es manera de hablarle a tu maestro.

-Disculpe “Sensei”, pero no estaba prestando atención en clase, es que estaba pensando en el hermoso cuerpo de mi novia, y lo delicioso que huele.

Esto le hizo brotar una venita en la cara a sasuke.

-ya me canse, ¿crees que no te vi ayer?

-¿De que habla?

-Vi como besabas a mi primo… a sai en la boca, se veían muy apasionados –se oían los celos en la voz – ¿es que aun no lo entiendes? tú eres solamente mío, nadie tiene derecho a mirarte, ni a tocarte.

Ante ese comentario una sonrisa se formo en sus labios, si estaba emparentado con su hermano, era su primo, significa que ¿era su primo también? No importaba, lo que valía es que los celos del Uchiha serian útiles para su venganza.

-Puedo acostarme con quien a mí se me dé la gana, es mi cuerpo, puedo manejarlo a mi antojo.

-Ese ya no es tú cuerpo, me pertenece desde que te hice mío.

-¿Eso es lo que quieres? –preguntó tirando la maleta al piso y abriendo los brazos hacia los lados –entonces tómalo, vamos, si tanto lo deseas, hazlo, haz mi cuerpo tuyo, cuantas veces quieras, ya no me importa, porque tengo a alguien que sanara mis heridas, porque tengo a alguien a quien realmente amo, y sabes que, ella también lo hace, así que adelante, hazlo tuyo, me estoy ofreciendo, ¿es que ya no quieres?

Naruto se mostraba extremadamente frio, parecía que ese ya no era naruto, cuando alguien abrió la puerta, era Hinata quien lo llamaba.

-Entonces profesor –sonrió de forma falsa –gracias por los consejos, se los agradezco, de ahora en adelante pondré más atención en clases, ahora si ya no me necesita, me tengo que ir, como puede ver, mi novia me espera y no puedo hacer esperar a una hermosa mujer.

Al decir eso el rubio se fue junto con Hinata, dejando a sasuke con una extraña sonrisa en la cara.

-Aunque será así ¡eh! –Se burlo –me gusta que sea así, me divertiré doblegando tu espíritu, me divertiré haciéndote mío, hare que te odies por qué vas a sentir tanto placer, que no cabrá en tu cuerpo, te hare gemir, te hare gritar mi nombre aun en el más profundo dolor, te haré completamente mío, es una promesa, al decir esto, el Sensei arregla todo y se va a casa, para preparar su tortura clase para naruto.


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