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Fusión Synchro por Yami Red eyes

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Notas del capitulo:

 

No se si esto es lo más cursi que he hecho.....creo que si xD, pero el texto ya se me perdió dos veces y antes que vuelva a extraviarlo en mi mensajería jajaja......mejor lo guardo aquí.


Ya lo había escrito hace mucho tiempo, solo que lo deje pendiente, se fue el tiempo, se fue el tiempo y acabo de encontrarlo jajajaja ya para el capi 3 aparece Yuya a hacer su desmadre xD

 

“Incluso si todos estamos en diferentes lugares, nuestros vínculos serán eternos”

 

 

Cap 2.- Fusión.

 

 

 

Dimensión Estándar. Un futuro lejano.

 

Neo Domino.

 

 

La ciudad resplandecía maravillosamente con sus luces como si miles de estrellas la iluminaran para presumir la soberbia de su magnitud.

Neo Domino tenía sus encantos y defectos como cualquier otra ciudad en el mundo, mas esta ciudad tenía más atracción ya que había encontrado un punto de paz entre su caótica sociedad pasada, de los residentes con buen estatus de Neo Domino y los marginados de Satélite. Todo gracias a su héroe, Yusei Fudo, quién les había traído el punto de equilibrio desde que todos habían sido salvados por él en aquella batalla épica. Se habían convencido que los héroes no siempre venían de los mejores lugares y glorias de reyes  sino que pudiesen encontrarse hasta en el rincón más hondo de los hoyos olvidados como lo era Satélite. Ahora restaurado en su totalidad, Satélite era el mejor lugar para vivir.

El apellido Fudo había llegado a una prominente fama mundial, todos estaban complacidos con él y sentían mucha seguridad en su presencia. Donde quiera que iba era conocido, siempre lo saludaban y le regalaban detalles esplendidos que recibía con mucho gusto como toda una celebridad. Para Judai esa clase de afectos hacia Yusei no le gustaban mucho, desviaba la mirada y hacía una leve mueca cuando bellas mujeres se le insinuaban a su prospecto o se le lanzaban a los brazos.

Esa parte del viaje molestaba a Yubel a más no poder, ya que no quería que su castaño sufriera de ninguna manera por poco o tonto que eso fuera. Así es que ella siempre terminaba ahuyentándolas con sus poderes; ya sean ráfagas de viento, sombras asechándolas, pequeños choques eléctricos o jalones de pelo, o lo que sea que se le ocurriera para hacerlas correr; todo fuera por tener feliz a su Rey y Yusei no parecía quejarse.

Habían parado en una cafetería para ingerir algo antes de comenzar un pequeño enfrentamiento amistoso en la D-Wheel y presentarle al castaño su nuevo vehículo que le ayudaría en los duelos del torneo. Quería darle la sorpresa de que había inscrito a ambos.

Se encontraban sentados, frente a frente, tomando soda. Platicando de todo lo que habían hecho en los lapsos de ausencia, hasta que repentinamente se hizo un silencio que parecía indicarles que la siguiente conversación sería seria.

Estaban nerviosos, sobre todo Judai (aunque no lo demostrara), ya que Yubel le insistía en revelarle sus sentimientos al ex duelista experimentado.

Judai realmente no sabía cómo confesarse, cavilaba dentro de sus pensamientos ideando escenarios estratégicos que hiciera de esa confesión un momento inolvidable y perfecto. Miraba a Yusei penetrantemente formulando las palabras correctas en su cabeza mientras tomaba del refresco de mandarina que le habían traído en un vaso de cristal con pajilla.

Nadie había dicho nada, Yusei tomaba de su refresco de limón pero la mirada insistente del castaño sobre toda su figura lo comenzaba a poner nervioso, lo cual no pudo evitar el sonrojo excesivo de su rostro.

 

Judai…—escuchó la voz de Yubel en su cabeza —Este es el momento, ¡Díselo!

 

El castaño tragó saliva mientras trataba de calmar las palpitaciones estrepitosas de su corazón.

—Yu-Yusei… —dijo de repente obligando al aludido a mirarlo directamente a los ojos.

Entre ellos había realmente cierta magia que nadie podía negar; era más que mariposas revoloteando en el estómago, más que las aceleraciones incontrolables de su palpitaciones, más que el impulso de actuar de forma estúpida entre sus presencias y las manos sudadas; aquello era verdadera magia; se hallaba ese universo inmenso que el sentimiento de su amor real solo podía llenar, siendo lo suficientemente extenso y profundo para hacerlo; algo único, verdaderamente sublime. Sabían que estaban enamorados, lo podían sentir en cada poro erizado de su piel, sobre todo al estar juntos y tener contacto por mínimo roce inocente. Pero el primer paso siempre había sido el difícil en cualquier caso.

La mirada baja del castaño haciendo burbujitas en su bebida y levemente sonrojado lo había hecho verse adorable, Yusei no pudo evitar relamerse los labios y sonreír. Cada día que pasaba se le había hecho casi insoportable sin la presencia del oji-marron, siempre le entraba esa enorme necesidad de verlo, de oír su voz, de sentir su aliento, de tocar su alma. Era precisamente ese impulso obligado que le hacía recurrir a la frecuencia de sus visitas al pasado, lo cual nunca se arrepentiría.

El silencio que volvía a armarse entre ellos no resultaba nada incómodo. Yusei también quería confesarle sus sentimientos por él pero era demasiado tímido para hacerlo.

 

Vamos Judai….—Yubel era la fan número uno de esos dos y estaba ansiosa.

 

—Yusei… ¿Tú quisieras….

Los ojos azules se llenaron de esperanza y emoción, su voz casi podía gritar “!Sí, acepto!” a todo pulmón; controló el impulso de su quijada para no dejarlo escapar y poder poner toda su atención en lo que el castaño estaba a punto de revelar, porque estaba seguro que se lo diría,  le pediría ser su novio finalmente, casi podía sentirlo.

—¿Sí? —estaba impaciente.

Judai lo miró a los ojos, ese contacto soltó una chispa de regocijo entre ellos, puso toda su determinación en esa confesión.

—Yo…ehh… ¿Qué quería decirte? Uhm…

—Judai. —lo tomó de las manos tratando de tranquilizarlo para animarlo a confesarse. —Lo que sea que quieres decirme, creme, tendrás una buena respuesta.

Yusei podría pasar su vida en esa dulce rendición, con ese efímero contacto con él, se había perdido en ese momento que deseaba siempre. Entonces entrelazó los dedos y agradecían internamente a Kami-sama por permitirles estar juntos. Ni siquiera le era permitido parpadear ya que no quería perderse ni un momento de ese maravilloso momento que Judai estaba a punto de marcar para toda su vida.   

—Yusei…—Judai se puso serio y apretó el agarre.—¡Tengamos un duelo! —dijo finalmente con toda seguridad e ímpetu.

Yubel y Yusei quedaron de piedra, casi podían notarse unas pequeñas cataratas en los ojos de ambos aguantando la decepción y la criatura se controló de golpearlo. Otra vez Judai no se había atrevido.

—Ehh…claro Judai. —suspiró el científico abatido.

Justo en ese momento—sobre el techo del edificio de enfrente—, se encontraba Sora, quién mordía una lollipop y miraba la escena sin hacer expresión. Vio como los chicos salieron del establecimiento y subieron a la motocicleta roja para continuar su camino.

Sora solo afiló la mirada.

Llegaron a una colina que dejaba ver la ciudad. Era un lugar tranquilo, algo solitario, por lo que algunas parejas disfrutaban del ambiente romántico que ese lugar les brindaba. Las estrellas brillaban con toda su belleza, sumada a las luces llamativas de toda la ciudad. La brisa acariciaba sus cuerpos suavemente y a lo lejos podía escucharse una bella melodía de Jazz.

Era el ambiente ideal, el  lugar perfecto, el bello momento…

—¿Tendremos el duelo aquí? —preguntó inocentemente el castaño.

Yusei en realidad lo había llevado ahí para que se inspirara, para que no dudara más. Con esa magnífica vista alentaba a Judai para que esta vez no pudiera interrumpirle nada y solo pensara en ellos juntos.

Sin embargo, Judai no parecía comprender bien el propósito de aquello, eso podía notarse en sus parpadeos e inocentes expresiones. Ese chico no sabía nada de romance.

Yusei lo tomó de las manos nuevamente y suspiró. Quizás debía darle una ayuda.

—Judai. —el chico se sonrojó. Ambas miradas se profundizaron, sus reflejos brillaban en los ojos del contrario íntimamente y los corazones se agitaron.

 

Viejo, haces que me apene.—pensaba internamente el duelista del pasado con un leve sonrojo, pero gracias a ese gesto por fin había pensado que ese era un buen momento.

Judai Tragó saliva.

—Yusei... —volvió a hacer otro intento. Pero no sabía cómo, realmente no tenía idea de cómo preguntárselo si nunca lo había hecho antes. No quería perder a Yusei tampoco por su decidía, entonces se le ocurrió decirlo mediante el único lenguaje que conocía muy bien.

Sacó su mazo de cartas y buscó una en especial, posteriormente la estiró para que la mirara el oji-azul.

Carta mágica Polimerización (Yuugo).

Yusei no entendía.

—Yusei, fusionemos nuestras vidas para siempre ¿Qué dices?

Tanto Yubel como Banner pusieron un semblante contrariado ¿Qué forma era esa de confesarse?

Sin embargo, para Yusei había sido lo más hermoso y original, sobre todo por el juego que ambos disfrutaban. Sonrió tiernamente y después tomó un extremo de la carta para comenzar a recitar:

—La agrupación de los deseos se convertirá en una nueva estrella. Convirtámonos en la luz que brille sobre nuestro camino. Sincronicemos nuestros corazones Judai, y Fusionemos nuestras almas.

Todo eso revelaba el “Sí” de los labios del científico como una invocación synchro. Ambos chicos se sonrieron cómplices del único lenguaje que entendían muy bien para decirse todos aquellos sentimientos que los desbordaban por dentro y lo que deseaban.

Sin soltar la carta se acercaron a sus labios lentamente para por fin cerrar aquel conjuro de amor que los mantendría unidos hasta el final de sus palpitaciones. El gesto fue lento al principio, pero conforme deseaban más contacto con el otro se profundizaba. Ambos exploraban la húmeda cavidad del otro y mezclaban sus salivas y emociones. Las leguas se saludaron, se acariciaron por primera vez habiendo anhelado tantas veces ese momento que por fin se había hecho una realidad.

Pero algo extraño pasó entonces, tres aros amarillo verdoso fluorescente y espirales azules marino los rodearon en ese momento sumado a una mezcla de cometas color naranja y dos tipos de azules  con estrellas al rededor. Los chicos no se habían dado cuenta, seguían en su expresión de amor con los ojos cerrados, estaban tan confortables que incluso no se percataron que el latido de sus corazones habían comenzado a palpitar al mismo ritmo.

Pero Yubel y Banner se habían sorprendido de aquel efecto parecido a las invocaciones fusión y synchro del juego.

 

¡Judai!... —la criatura Yubel se preocupó. Ese llamado hizo que por fin se dieran cuenta de lo que pasaba. Todo su cuerpo comenzó a brillar, mas no se soltaron, entonces una luz cegadora ascendiendo hacia el universo emanada por ellos fue lo último que vieron antes de que todo regresara a la calma.

Se miraron con evidente incógnita.

—¡¿Estas bien Judai?! —el científico lo miró al rostro sorprendiéndose de sus ojos.

—Estoy bien ¿Y tú? —también lo miró a los ojos con sorpresa.

­—¡Tú ojo derecho, es de color amarillo!

—¡¿Ehhh?! ¡Tú ojo izquierdo también es amarillo, Yusei!

—¿Qué significa esto?

Nadie sabía el significado de esa diferencia de colores, pero aquel color amarillo gélido de sus ojos comenzaba a desvanecerse poco a poco regresando a su color original.

Todos quedaron incrédulos, mas parecía que nada malo había ocurrido. Así es que después de unos minutos sacando sus teorías, no le dieron relevancia.

Estaban felices, ahora ya podían oficialmente salir como pareja y su primera celebración sería con un duelo amistoso.

A una distancia prudente los ojos de Sora se afilaron, así como su ancha sonrisa y su emoción. Había presenciado todo desde su escondite y rio internamente.

—Jeee, Yuya se llevara una gran sorpresa.

 

Campo de  Duelos Turbo

 

—¡Es perfecta Yusei, me encanta! —el Duel Runner que Yusei había armado para su amigo—ahora novio—, vestía un enorme moño azul rey. Era color vino con líneas doradas a los costados, así como alguna de sus luces, a los costados del tablero se alzaban dos pequeñas alas negras en forma draconica y una pequeña elevación en la parte de atrás del mismo color oscuro.

Judai se sentó en la motocicleta y probó su motor con mucho entusiasmo.

—¡Se que ganaré!

—Me alegra que te gustara. —miró enternecido la escena, suspiró por el momento.

Judai bajó del Runner para abrazarlo.

—¡Gracias Yusei! Aunque no podrás librarte de que yo vaya montado en tu  Runner!

La cara del científico se había puesto colorada hasta las orejas.

—Jajaja Te amo.

 

Torneo Riding Duel. Al siguiente día.

 

El futuro es ilimitado y el pasado no es más que una huella de nuestra memoria. Cuando algo está en el fondo, siempre habrá algo encima, así como cuando algo está en la cima, siempre habrá algo en el fondo.

Un hombre que no tiene pasado no puede tener un futuro. Del pasado aprendemos a vivir el presente y proyectamos nuestro futuro. No puedes tener un presente sin tener un pasado, ya que el pasado, presente y futuro están relacionados.

¡Si nuestro futuro es incierto nos corresponde a nosotros arreglarlo!

 

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Euforia, gritos ansiosos, movimiento de masas por doquier y estruendo incluso de la tierra. Pancartas de su duelista favorito, porristas, vendedores en las gradas, todo el animo y alegría en sus venas. El estadio estaba a reventar, la presentadora daba la bienvenida tan emocionada por la actitud del público que simplemente no pudo contener sus lágrimas contagiada de ese sentimiento de excitación

—¡Bienvenidos al torneo Duel Riding!

El público estalló en un grito impaciente y acelerado. La porra de Jack Atlas era opacada por la de Yusei, pero no se habían peleado todavía puesto que los resultados sería donde restregarían en sus caras quien era el mejor.

—¡¿Estan listos para saludar a los gladiadores de aceleración?! —la respuesta fue efusiva—¡Que entren los duelistas!

 

Sora estaba parado en la barda del filo del estadio, miraba intrigado y algo melancólico por los duelos Riding que hacía muchos años habían desaparecido. Reira se le unó en gesto indiferente.

—¿Es la hora?

—Sí. Solo esperemos un poco más. Hace tanto que no presencio un buen duelo. Yuya ha asesinado a los mejores.

—Está por llegar aquí.

—No, Reira. —Sora sintió opresión en su pecho. —Estoy seguro que ya está aquí, en alguna parte.

—Pero si no nos ve en acción, el podría…

—No te preocupes…apuesto a que también quiere observar.

 

 

 

Notas finales:

 

Continuara....


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