Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Eternity por Hot Cat

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holis lindis mindis >w< Aca les traigo un OneShot Vhope, estaba pensando en subirlo en dos partes..pero al final decidi hacerlo todo de una vez, ¡espero les guste! espero sus comentarios, criticas, lo que sea c: ¡A leer!

Aun podía recordar aquel día en el que se habían conocido, ese casi niño de 16 años que había llegado a su vida como un torbellino y había puesto su mundo completamente de cabeza. Nunca se imaginó que el, un joven de 20 años iba a enamorarse de esa manera, pero las cosas son así, simplemente suceden, sin explicación, sin razonamientos... sin pedir permiso.


 


No podría decirse que fue algo sencillo, porque no lo fue, pero a pesar del rechazo, de las criticas, la falta de apoyo incluso por sus familias, ellos se amaban, con una intensidad que quita el aliento, que marea, que descontrola, que desordena, con una intensidad que duele. Y ellos sabían que sus corazones


habían quedado irremediablemente unidos, desde la primera vez que se vieron y se dijeron hola.


Ahora él se encontraba aquí, en este hermoso día soleado, que parecía ser su cómplice, que parecía ponerse de su parte. Se sentía ansioso y se podría decir que bastante nervioso, no sabía si había hecho bien en comprarle esa hermosa rosa blanca, sabía perfectamente que a él no le gustaban las flores, pero es que a Hoseok, a veces lo cursi se le escurría hasta por los poros.


 


-¿Y si la rechaza? – susurró para si mismo mientras observaba aquella rosa en sus manos, una leve sonrisa se formó en sus labios inmediatamente después – Serás tonto Hoseok, el jamás haría eso.


 


 


5 años antes~


 


Hay ocasiones en la vida, en las que sentimos que no pertenecemos al lugar en el que estamos parados, miramos a nuestro alrededor sintiéndonos como un punto negro en una hoja blanca. Hay algo en todo que no encaja...Hoseok abrió los ojos sintiendo una pesadez en los parpados que pocas veces había tenido oportunidad de sentir. El dolor de cabeza era insoportable y lo acrecentaban los gritos y risas a su alrededor ¿Qué demonios estaba pasando? Eso es lo que de seguro estaba preguntándose, pues no comprendía lo que sucedía y se sentía tan débil que de hecho no podía siquiera hablar.


Miró a su alrededor, tratando de reconocer el lugar y a quien estuviese ahí, pero lo único que podía ver eran paredes blancas y tres personas a las cuales no había visto en su vida. Cerró de nuevo los ojos un tanto desorientado, tratando de calmar los latidos de su corazón cada vez mas acelerado.


 


-Les voy a pedir por favor que salgan un momento – una voz ronca se dejó escuchar en la habitación. Las tres personas que estaban ahí salieron rápidamente al escuchar al hombre de bata blanca que ahora estaba frente a Hoseok revisando aquí y allá junto a una enfermera.


 


Ahora comprendía, estaba en un hospital. ¿Pero porque se encontraba en ese lugar? El solo hecho de intentar recordar hacía que dolorosas punzadas se alojaran en el lado izquierdo de su cabeza, incluso le provocaba apretar los ojos con fuerza tratando de mermar el dolor. No lo conseguía. Intentó decir algo, lo que sea, pero cualquier intento de palabra que salía de su boca, era interceptada en esa máscara de oxígeno que prácticamente le cubría la mitad del rostro.


 


-Tranquilo – una voz cálida se escucho cerca de su oído, era la enfermera – tenemos que cerciorarnos de que todo está en orden, vas a estar bien.


 


Vas a estar bien. Que falso sonaba aquello cuando ni siquiera sabía porque es que se encontraba en ese lugar, pero es de suponer que de nada le valía desesperarse. Esperó con paciencia, mas de la que creía tener, mientras varios médicos y enfermeras desfilaron frente a el haciendo y diciendo cosas que el por


supuesto no entendía.


 


-Sus signos vitales están bien – escucho decir a lo lejos, mientras sentía como sus ojos nuevamente se cerraban por esa pesadez en los parpados que se incrementaba cada vez mas.


Nuevamente se iba quedado dormido. Despertó desorientado por segunda ocasión. Ya no tenía la mascara de oxigeno cubriendo su rostro. Miró a su alrededor, dándose cuenta que las mismas tres personas estaban ahí, sentadas en un sillón al fondo de esa habitación de paredes blancas.


La única mujer entre esas tres personas se acercó rápidamente a él. Jaló con cuidado una silla acercándola a la cama y tomó delicadamente su mano derecha.


Lo que él sintió en ese momento fue jodidamente extraño, si tomamos en cuenta, que jamás había visto a esa mujer.


 


- ¿Te sientes bien cariño? – Esa voz cálida llenó de inmediato la pequeña estancia, escuchar esa voz de una extraña manera lo tranquilizaba, aunque no sabía que responder. Se podía decir que no se sentía mal, incluso el dolor de cabeza ya no se sentía tanto, pero eso no significaba que estuviese cómodo con la situación – Hoseok – volvió a decir la mujer – ¿quieres que llame al médico? ¿Hoseok? ¿El se llamaba Hoseok? ¿Porque aquel nombre le parecía tan ajeno?


 


Tres semanas habían pasado desde que Hoseok despertó en aquella cama de hospital sin recordar absolutamente nada de su vida. Ahora sabía que esa mujer que había sido la primera persona en acercarse a él, era su madre y las otras personas con él en la habitación eran su padre y su abuelo... aunque él no los recordaba.


Su madre se había encargado de ir contándole poco a poco algunos detalles de su vida y de el porqué se encontraba en esa situación. Había tenido un terrible accidente según lo que le contó su madre, en el cual un conductor ebrio se había estrellado de frente con su coche, causando en Hoseok una terrible conmoción cerebral que lo había dejado en coma durante 10 meses.


Era algo casi imposible de creer, 10 meses de su vida perdidos, aunque si tomaba en cuenta que ahora no recordaba absolutamente nada, la pérdida de 10 meses de su vida se volvía insignificante... ahora lo había perdido absolutamente todo.


Llegar a su casa fue por mucho lo más extraño hasta el momento, más extraño incluso que haber tenido que reconocer a sus propios padres, pues por mas desconocidos que pudiesen parecerle, a ellos lo unía ese lazo de sangre que aunque invisible, es más fuerte que cualquier cosa. A la casa no lo unía nada, al


menos no sentía nada, era completamente desconocida para él, ajena, lejana.


Entrar a su habitación, mirar las paredes, la cama, las ventanas, hacía que le doliera la cabeza. Nada de lo que miraba le parecía familiar. Pensó que quizá al estar entre sus cosas, algún recuerdo por mínimo que fuera llegaría a su mente. No fue así. De verdad quería recordar, pero no podía. Los médicos le habían dicho que posiblemente nunca recuperaría la memoria. Quizá únicamente habría instantes, momentos, pero nada claro que pudiera hacerle formar un recuerdo.


 


Una semana más había pasado y él seguía sintiéndose como ese punto negro en medio de esa hoja blanca. Completamente fuera de lugar, no había pasado mucho tiempo así que tenía que acostumbrarse. Estaba por tumbarse en la cama completamente aburrido, cuando escucho a su madre hablar en la planta de abajo. Se levantó inmediatamente al escuchar una voz que extrañamente le pareció familiar, aunque eso era prácticamente imposible. Se suponía que él no podía recordar nada.


Bajo las escaleras a saltos, lo más rápido que le fue posible, pero se frenó al escuchar que aparentemente su madre discutía con la persona que se encontraba frente a ella afuera de la puerta.


 


—No sé qué es lo que estás haciendo aquí, te lo dije ya, no te quiero cerca – la voz de su madre sonaba molesta, irritada, aunque Hoseok no entendía el porqué.


 


 


—Lo sé señora, no he venido a molestar, solo quería entregarle esto –Hoseok presiono ambos lados de su cabeza con las manos, estaba haciendo demasiado esfuerzo al intentar recordar y es que esa voz era abrumadoramente familiar.


 


—Perfecto, si eso es todo lo que tienes que decir, te voy a pedir que te retires – ¿pero a que venía esa actitud tan hostil? Por lo general su madre era amable, al menos en el poco tiempo que tenía de “conocerla”


 


—Solo una última cosa – Hoseok casi despegaba una de sus orejas y la lanzaba al aire para poder escuchar mejor, y es que si alguien lo viese espiando conversaciones ajenas vaya que se avergonzaría.


 


— ¿Qué última cosa es la que quieres? – aquellas palabras habían salido de boca de su madre prácticamente como un susurro.


 


—Solo quiero saber... ¿Él está bien? – la voz se escuchaba temerosa.


 


—Lo estará


 


Después de eso, la puerta se cerró casi de golpe. Hoseok subió a zancadas la escalera, no quería ser descubierto espiando personas, no creía que eso fuera algo bien visto, ni en su antigua vida ni en esta. Unos cuantos escalones arriba y decidió hacer como si en lugar de subir estuviese bajando.


 


— ¿Quién era mamá? – preguntó completamente inocente, como si no hubiese escuchado nada.


 


—Vendedores, sabes lo molestos que pueden ser a veces – le pareció sentir que la voz de su madre salía algo nerviosa, aunque no comprendía la razón ¿pudiera ser que le estuviese ocultando algo? De conocerla un poco mas quizá se hubiese dado cuenta si estaba actuando de forma extraña. En este momento solo le tocaba aceptar cualquier cosa que ella le dijera.


 


El tiempo siguió su curso. Para Hoseok los días pasaban como hojas de un cuaderno en blanco. Sentía como si estuviese viviendo una vida que no le pertenecía.


Sus padres decidieron viajar, obviamente Hoseok iría con ellos. Pensaban que quizá le haría bien, descansar, alejarse de todo aquello que sin querer lo hacía intentar recordar cosas que solo lo dejaban con un intenso dolor de cabeza y más dudas e incertidumbre que antes. De esa manera terminaron en el pueblo natal de su abuelo a unos cuantos kilómetros de la ciudad donde vivían. Lo que se suponía que serían unos cuantos días, se convirtieron en semanas... y un poquito más.


 


Un año pasaría para que Hoseok pudiese regresar de nuevo a la casa que compartía con sus padres en la ciudad en el que había crecido. Cabe mencionar que él seguía sin recordar absolutamente nada. Aunque el hecho de sentirse un completo extraño entre su propia familia había dejado de preocuparle de manera


importante, había algo que no dejaba de rondarle la cabeza, era una idea rara, hasta cierto punto absurda... pero es que él sentía que su propia familia estaba ocultándole algo. Para empezar, era bastante extraño que hubiesen decidido alejarse de la casa en la que había crecido, si la idea era intentar recuperar su vida anterior, pese a que los médicos no daban ninguna esperanza, lo lógico era quedarse en aquel lugar en el que había pasado su niñez y adolescencia, donde estaban sus amigos y demás personas que lo conocían, pero al parecer su madre había sentido demasiada urgencia por marcharse. Eso no podía dejar de parecerle extraño. La verdad es que eso ya no importaba, por fin estaba de regreso y si sus padres se empeñaban en tenerlo alejado de la realidad, de la verdad o de alguna situación que él hasta el momento no podía entender, ya se encargaría el mismo de averiguar qué es lo que sucedía.


 


Un día después de haber regresado por fin a su casa, Hoseok decidió salir. Justamente ese fin de semana se celebraría en una plaza una especie de feria cultural. Se venderían libros, se mostrarían pinturas, que quizá estuviesen también a la venta y algunas cosas más que pudieran resultar interesantes. Sus padres habían salido a un pueblo cercano a visitar amigos de la familia, a lo que Hoseok se negó a asistir argumentando que no se sentía del todo animado para salir, dijo que prefería quedarse la tarde entera viendo películas en su habitación y aunque no muy convencida su madre accedió a dejarlo solo. Tampoco es que fuera un niño que necesitara cuidados, pero a veces Hoseok sentía que su madre se preocupaba excesivamente por él. Desde su regreso no quería que saliera prácticamente a ningún lado, de hecho ni siquiera había estado de acuerdo en que reanudara sus estudios de maestría en literatura, aunque en eso quizá podía tener razón, Hoseok no recordaba absolutamente nada de literatura. Pero estar sin hacer nada estaba volviéndose completamente aburrido.


 


En cuanto tuvo oportunidad y sus padres se hubiesen ido, tomo su móvil, las llaves de la casa y salió. Tenía un coche, pero pensó que sería mejor caminar, observar las calles, las personas, quizá algo entre aquel mar de gente lo haría recordar... el aun no perdía la esperanza.


La plaza era enorme y estaba llena de locales y personas, Hoseok prácticamente no sabía por dónde empezar a mirar. Había libros en cada lugar que miraba, acetatos, pinturas, esculturas, aquello estaba como para pasarse el día entero mirando y aun así quedarse con ganas de más. Un pequeño puesto de libros usados llamó su atención. Si se supone que estudiaba una maestría en literatura, posiblemente reconocería algún libro.


 


-¿Buscas un libro en especial? – una voz se escucho detrás de una montaña de libros.


 


-¿Eh? No, nada en especial, solamente quería mirar – la mujer le dedicó una sonrisa y se concentró en regresar a su lugar los libros que las personas ociosas movían de su sitio.


Hoseok siguió avanzando entre los estantes de aquel puesto hasta que un libro en especial llamó su atención.


 


-Utopía – dijo en voz baja mientras estiraba su mano para tomar el pequeño libro del estante frente a él... aunque su mano chocó con la de alguien más que se le adelantó.


 


- ¡Oh lo siento! Tú lo viste primero – la voz cálida y amable de un chico se escucho de pronto, haciéndolo levantar inmediatamente la mirada. Frente a él se encontraba un joven quizá de su edad, vestía jeans y una sudadera gris de Jack & Jones, cabello naranja y tenía la sonrisa más hermosa que Hoseok había visto en su vida, además de aquellos ojos color esmeralda y los hoyuelos que se les hacia al sonreír . La sonrisa de aquel chico se borró inmediatamente después de ver como Hoseok presionaba ambas sienes con las manos y es que al momento de verlo, un intenso dolor lo había hecho incluso sentir mareado. Intentó calmarse respirando con algo de dificultad.


 


-¡Por Dios chico! ¿Estás bien? Lograrás que me de un infarto – el chico desconocido sostenía a Hoseok del brazo, mientras el intentaba pararse derecho


 


– El libro es todo tuyo, no necesitas intentar asustarme.


Unos segundos de silencio y una escandalosa carcajada se escuchó por parte de ambos. Hoseok se incorporó por completo y el chico soltó su brazo. Se miraron por unos segundos que parecieron eternos hasta que Hoseok se atrevió a hablar.


 


-Me llamo Hoseok, mucho gusto... ¿Tú eres...? – el chico lo miró como dudando en responder, o al menos eso había sentido él, aunque finalmente lo hizo.


 


-Taehyung, me llamo Taehyung – la misma hermosa sonrisa pintó sus labios.


 


-Esta pregunta te va a sonar tonta quizá, pero ¿ya nos habíamos visto antes? Es decir ¿nos conocemos? – Taehyung alzó una ceja como analizando la pregunta.


 


-Estoy seguro que si te conociera, no hubiese podido olvidarme de ti... así que no, no nos conocemos.


Aquel comentario le había sonado a Hoseok como un descarado coqueteo, aunque era el pensamiento más raro que había tenido hasta el momento ¿un hombre coqueteándole a él? Eso sí que era un muy buen chiste, lo más raro aquí es que no le había desagradado, ni le había parecido fuera de lugar o algo


parecido, hasta el momento, su sexualidad era algo en lo que Hoseok no había pensado, pero en este preciso momento se daba cuenta que aquel joven frente a él le parecía incluso lindo, además de que le resultaba familiar a un nivel que asustaba, creía reconocer incluso su ropa, su mirada, su sonrisa, pero él decía no conocerlo, así que obviamente solo eran figuraciones de Hoseok.


 


-¿Te gustaría que fuéramos a tomar un café? Digo si no estás muy ocupado.


Hoseok quizá estaba precipitándose demasiado con aquella pregunta, pero era la primera vez desde que había despertado en aquel hospital, que se sentía acompañado por alguien que le resultaba familiar, aunque este chico, Taehyung, no tuviese ni idea de quién era el, Hoseok sentía que estaba con un viejo amigo y no quería desaprovechar eso. Unos segundos pasaron y unas cuantas muecas en el expresivo rostro de Taehyung hasta que por fin...


 


-Me encantaría.


Estaban por salir del local cuando una voz los frenó a ambos de golpe.


 


-¿Piensan pagar ese libro? – La voz de la vendedora se escuchó al fondo. De nuevo una fuerte carcajada salió de labios de ambos chicos. Hoseok aun sostenía el libro en sus manos.


 


-Claro que si – Taehyung se acercó a la vendedora extendiendo su mano con algunos billetes en ella – quédese con el cambio. Salieron por fin y empezaron a avanzar en silencio, aunque no era de esos


silencios incómodos, era silencio, sin más explicación.


 


-¿Así que pensabas irte de la tienda sin pagar? Vaya que me resultaste un delincuente Hoseok – Ambos se miraron para empezar a reír de nuevo, parecía que este día las sonrisas no se iban a hacer esperar.


 


Llegaron a un pequeño café en el centro no muy lejos de la plaza. Algo extraño sucedía, Hoseok se sentía indefinidamente cómodo en compañía de Taehyung. No sabía porque, pero tampoco le urgía averiguarlo. Disfrutaría de la conversación el tiempo que durase y poco más. Lo que Hoseok imagino que serían unos cuantos minutos, se convirtió en 4 cafés con leche para Taehyung y 2 café frappé con 3 galletas de avena que ambos compartieron.


Hoseok nunca se imaginó que iba a terminar hablando por horas con ese chico que acababa de conocer, pero así fue, se sintió cómodo incluso contándole lo de su accidente y como es que había perdido por completo la memoria. Taehyung lo escuchaba con atención, mientras el relataba lo difícil que era sentirse como un extraño en su propia casa.


Estaba haciéndose algo tarde y ellos habían pasado el resto del día en esa cafetería, conversando, el tiempo había pasado volando, pero era momento de irse. Era seguro que para ambos había sido una tarde agradable. Hoseok estuvo a nada de pedirle su número de teléfono a Taehyung, pero le parecía algo fuera de lugar si tomaba en cuenta que aunque le hubiese revelado tanto de su vida, al menos todo lo que el mismo sabía, ellos seguían siendo un par de desconocidos, aunque si jamás recordaría su anterior vida, le iba ser necesario construir una nueva. Arriesgándose a parecer un loco, tomo una servilleta y anotó su número de móvil entregándoselo a Taehyung.


 


-Por si quieres quedar algún día – Taehyung solo asintió con una leve sonrisa en sus labios – ah por cierto, esto es tuyo – extendió la mano entregándole el pequeño libro.


 


-No, claro que no, lo compre para ti – aquel comentario hizo sonrojar a Hoseok – además no puedo privarte de leer a Tomás Moro.


 


Hoseok se despidió de Taehyung con la esperanza de volver a verlo en algún momento, esperaba que teniendo su número le llamase algún día, se había sentido tan feliz y cómodo por primera vez en mucho tiempo, que esperaría con ansia una llamada suya... aquello no sucedió.


 


Los días pasaban y Hoseok no dejaba de mirar con insistencia su móvil, como si eso fuera a hacerlo sonar, ahora se arrepentía de haber sido tan miedoso al no pedirle el su número de móvil a Taehyung, no tenía como comunicarse, no sabía dónde encontrarlo. Lo único que Hoseok sabía de Taehyung era que trabajaba en una tienda de discos en el centro, ahora se daba cuenta de lo poco que lo había dejado hablar aquella tarde en el café.


 


Sus días pasaban aburridos y en expectativa, no salía con nadie y será que en su anterior vida había sido un jodido asocial o los que se suponía debían ser sus amigos se habían olvidado también de él. Al menos no recordaba nada para poder decir que los extrañaba.


Hoseok estaba cansado de la situación, por lo que decidió salir a buscar un empleo, pese a los comentarios de su madre de que era precipitado ¿Precipitado? Tenía más de un año sin hacer nada provechoso con su vida, aquello amenazaba con volverlo loco. Salió de casa.


Recorrió el centro de la ciudad sin decidirse a entrar en ningún lugar. No tenía idea como pediría un empleo si prácticamente se podía decir que no sabía hacer nada, al menos nada que pudiese recordar. Caminaba completamente distraído, mirando aquí y allá, cuando se topó con un enorme cartel en la calle, al parecer aquella tienda de discos estaba en su semana de ofertas ¿Tienda de discos? ¡Taehyung!


Entró sin pensárselo dos veces, la verdad era improbable que tuviese tanta suerte para que a la primera se lo volviese a encontrar... pues al parecer aquel sería un excelente día.


 


- ¿Taehyung? – un chico que se encontraba de espaldas a él acomodando una pila de discos se giró inmediatamente al escuchar su voz. Era el.


 


-Tú de nuevo... Hoseok ¿cierto? – ¡Pero qué mierda! El se había pasado los días esperando una llamada suya y el con suerte recordaba su nombre, vaya putada le hacía este chico.


 


-Así es – de pronto Hoseok se sentía completamente molesto y decepcionado – no me sorprende entonces que no hayas llamado, apenas recuerdas mi nombre – ¿eso lo había dicho o lo había pensado?


 


-Oh lo siento, he estado un poco ocupado – definitivamente no lo había pensado.


Por alguna extraña razón Hoseok sentía que Taehyung esta vez estaba diferente, casi podía advertir que estaba incluso evitándolo, estaba serio, con la mirada apagada, no era el mismo chico que había conocido en la tienda de libros.


 


 


-¿Te pasa algo? – quizá era muy entrometido de su parte, pero necesitaba saber, por alguna razón desconocida saber de este chico se estaba volviendo una necesidad para él.


 


-Estoy bien, es solo que tengo mucho trabajo.


Para Hoseok aquello estaba claro, a Taehyung no le interesaba para nada saber de él, eso era evidente, y tampoco era plan de andar por ahí acosando personas, así que lo mejor sería retirarse. Estaba por salir de la tienda, cuando detrás del mostrador, en una pequeña mesita, vio algo que logró hacerlo perder por


completo el aliento.


 


-¡¡ ¿Qué es esto?!! – Hoseok se inclinó por encima del mostrador hasta alcanzar la pequeña fotografía en aquel vistoso marco morado. Era él, con Taehyung ambos sentados en el mostrador metálico de esa misma tienda, con enormes sonrisas en sus rostros y ¿tomados de la mano?


 


-¡DEJA ESO! – Taehyung se abalanzó hasta el, prácticamente arrebatándole de las manos aquella fotografía. Sus manos temblaban y sus ojos estaban abiertos de par en par.


 


-¡Tu dijiste que no nos conocíamos! ¿Qué es esto? ¿Por qué estamos tomados de la mano? – el maldito dolor de cabeza regresó. Hoseok se sentía muy mareado en ese momento, tanto así que incluso sintió como sus piernas se doblaban cayendo de rodillas al piso.


 


— ¡Cariño por Dios! ¿Estás bien? – ¿Pero qué demonios era esto? ¿Cariño? ¡Joder! Esta era demasiada información para un solo momento, sentía que la cabeza iba a estallarle en ese instante. Una cantidad enorme de imágenes sin sentido cruzaban por su mente.


 


¿Dónde está el hombre más guapo que existe en este mundo?”


¡Joder Hoseok! te pedí que le dieras de comer a la tortuga, si se muere un día de estos tu serás el culpable”


Sabes que las flores no me gustan ¿verdad? Pero te amo aun así”


Todo estaba volviéndose demasiado confuso, aquellas voces en su cabeza, aquellos trozos de recuerdos eran de él con Taehyung, ese chico que ahora lo sostenía con cara de preocupación.


 


- ¡Necesito que me expliques en este momento que es lo que está sucediendo! – aquello ya no era una petición, era una exigencia. Hoseok intentaba incorporarse y necesitaba saber que sucedía, pero al parecer Taehyung no estaba dispuesto a decir nada.


 


- ¡Por favor! No hagas preguntas que no puedo responder – Los ojos de Taehyung estaban rojos, casi se podía adivinar que en cualquier momento empezaría a llorar – ¡Esto no debería haber sucedido así! ¡Tú no deberías haberme encontrado nunca!


 


Para Hoseok nada tenía sentido en este momento. Había salido de su casa con la firme intención de encontrar un empleo y con suerte continuar con su vida de la mejor forma que pudiera, sin tomar en cuenta cada una de las limitaciones que le daba su falta de memoria y ahora, se encontraba envuelto en una situación que comprendía, que lo atemorizaba, que lo llenaba de angustia.


 


-¡TIENES QUE DECIRME LA VERDAD MALDITA SEA!


 


-¡NO HAY NINGUNA VERDAD QUE NECESITES SABER!


Los gritos empezaron a alertar a algunos clientes que se encontraban en la tienda. El dueño tuvo que venir hasta ellos y llamarles la atención.


-Lo siento mucho Hoseok pero tienes que retirarte – ¿el dueño de la tienda lo conocía? Sentía que estaban jugándole una maldita broma. Hoseok se giró dedicándole una última mirada a Taehyung, en sus ojos ya se podían ver lágrimas a punto de salir.


 


-No quiero volverte a ver aquí... por favor – aquello salió de los labios de Taehyung casi como una suplica lastimosa. Y Definitivamente Hoseok no podía creerlo, la única persona que sentía poder reconocer no quería saber nada mas de él, este tenía que ser el día más asqueroso de su vida.


Salió de la tienda sin decir nada más completamente furioso, confundido, triste ¿Por qué le hacían esto? ¿Porque se empeñaban en ocultarle la verdad?Llegó a su casa y nada más entrar se dirigió hasta la cocina donde estaba su madre preparando la comida. De solo verlo sabía que algo malo había sucedido,


pues Hoseok no pudo aguantar más y estalló en llanto en cuanto la tuvo frente a él, palabras entrecortadas y un llanto ahogado se dejó escuchar.


 


-Quiero... por favor, que me digas la verdad – la expresión de su madre cambio inmediatamente a una de angustia, sabía perfectamente a que se refería su hijo, aquello que tenía tanto tiempo evitando había sucedido al fin – Dime por favor quien fue Taehyung en mi vida.


Angustiantes minutos de silencio los envolvieron a ambos. La madre de Hoseok no sabía que decir, no encontraba las palabras correctas para explicarle a su hijo de la mejor manera lo que estaba sucediendo.


 


-Ven conmigo – Hoseok intentaba normalizar su respiración mientras seguía a su madre escaleras arriba hasta su habitación. Ambos entraron, aunque Hoseok se quedó de pie a un lado de la puerta, mientras ella buscaba en su enorme ropero una pequeña caja de cartón, para después acercarse a Hoseok y depositarla en sus manos, era la caja que aquella vez hace mucho tiempo, ese supuesto vendedor con quien discutía en la puerta le había entregado – Esto es tuyo... y quiero que sepas hijo, que hubiese querido poder evitarte este sufrimiento, que de ser posible soportaría por ti, pero sé que no puedo, de igual forma quiero que sepas que estaré para apoyarte siempre... no lo olvides.


 


Hoseok salió de la habitación de su madre para dirigirse a la suya, con aquella caja en las manos que ni siquiera se sentía con el suficiente valor para abrir. Entro en silencio y la puso en la cama. Se quedó mirándola un buen rato, sin saber qué hacer, unas inmensas ganas de llorar lo invadían. Tenía que afrontar lo que sea que fuera de una vez. Al abrir la caja lo primero que vio fueron fotos, muchas fotos de él y Taehyung, juntos felices, serios, tonteando... besándose. Pasó la mano por su rostro tratando de asimilar la cantidad industrial de información que estaba recibiendo con una sola imagen. Se veía tan feliz con el que casi parecía increíble. Siguió sacando cosas de la caja que parecía no tener final hasta que se encontró con varias cartas, cartas de Taehyung para él.


 


“Sabes lo mucho que te amo ¿verdad? Aunque seas un pringado y me regañes por cada cosa que hago y me vuelvas loco con cada una de tus manías... eres lo mejor que le ha sucedido a mi vida Hoseok, quiero que recuerdes eso siempre, nuestro amor durará una eternidad”


 


Los ojos irremediablemente se le llenaron de lágrimas. Aquello era terriblemente doloroso y confuso. En la caja había pequeñas pulseras, una cadena, tarjetas, bolígrafos y figuritas, pero sería una pequeña cosa la que lograría enloquecer a Hoseok si es que no lo había hecho ya. En el fondo de todas aquellas cosas estaba una pequeña cajita negra... abrirla fue desatar el más intenso mar de lagrimas que hubiese visto cualquier persona. Un pequeño anillo de bodas estaba adentro “Taehyung y Hoseok, hasta la eternidad” era lo que el anillo tenía grabado por la parte interior. ¡Ellos estaban casados! O al menos lo habían estado en algún momento de sus vidas o planeaban hacerlo, la verdad es que eso daba un poco igual, lo importante era que la relación que ellos habían tenido era tan fuerte como para


pensar en unir sus vidas como lo decía el anillo, para siempre.


La cabeza le daba vueltas, sentía ganas de vomitar, su corazón estaba más acelerado de lo que había estado jamás. Quería gritar, quería salir corriendo a donde sea, deseaba que esto no estuviese sucediendo, parecía una horrible pesadilla. Todos esos recuerdos, tanto amor ¿eso ya no existía? ¿Por qué la única persona que al menos un poco quería recordar no quería verlo? ¿Qué es lo que estaba sucediendo?


 


Guardó las cosas nuevamente en la caja y fue de nuevo a la habitación de su madre. Entro sin tocar siquiera, en este momento no le importaban para nada los modales. Se la encontró de pie mirando por la ventana con expresión de tristeza.


 


-Dime porque el ya no quiere saber nada de mi – Su madre giró inmediatamente a mirarlo. Ver a su hijo así, tan destrozado la estaba matando.


 


-Creo que eso es algo que debería decirte el.


 


Sin darse cuenta la noche había caído. Hoseok se había pasado todo el día viendo aquellas fotos, leyendo aquellas cartas una y otra vez, viendo como aquel anillo se veía perfectamente reluciente en su dedo. Tenía que hablar con él, aunque obviamente debía esperar, no sabía donde poder encontrarlo, era de noche y el aun estaba visiblemente alterado, era mejor que dejara pasar esa noche.


 


Hoseok se acercó a Taehyung mucho más si es que era posible, casi podía sentir su respiración entrecortada por los nervios, el también estaba asustado y es que jamás se había sentido de esa manera. Este sentimiento era definitivamente nuevo para él, era lo más intenso que hubiese sentido jamás por alguna persona. Acortó la distancia por fin chocando sus labios con los de Taehyung de forma un tanto torpe y desesperada, sentir sus dulces labios en los de él, era como tocar el cielo”


 


Hoseok se levantó de la cama de un salto, tenía que verlo ya, no podía esperar más tiempo. Estuvo listo en cuestión de minutos. Subió a su coche y salió inmediatamente a la tienda de discos en la que trabajaba Taehyung. No lo encontró. Resulta ser que no había ido a trabajar el día de hoy, había llamado por la mañana para reportarse enfermo. Después de muchísimo insistir, argumentando que era una situación muy delicada, logró que el dueño le diera la dirección de la casa de Taehyung. Así que en poco tiempo se encontraba de pie frente a su puerta. Tocó


 


-¿Qué estás haciendo aquí? – La cara de sorpresa que puso Taehyung era para no creerse.


 


- ¡Necesito hablar contigo!


 


-¡No puedo!


 


- ¡Si que puedes! – Hoseok prácticamente aventó a un lado a Taehyung y se abrió paso al interior de la casa. Nada más entrar una oleada de sensaciones familiares lo inundó por completo.


 


-Tú no deberías estar aquí ¡Quiero que por favor te vayas de mi casa! – La voz de Taehyung lo sacó de la ensoñación en la que había caído tan solo con observar lo que había en ese lugar. Aquella casa sí que le parecía familiar.


 


-Primero quiero que me expliques ¿Qué es esto? – Hoseok extendió la mano frente a la mirada atónita de Taehyung, ahí en su mano estaba aquel anillo con sus nombres.


 


Al parecer Taehyung se dio cuenta que ya no tenía caso seguir ocultando las cosas, Hoseok había ganado y por más doloroso que fuera tenía que decirle la verdad.


 


-Eso, es un anillo de bodas... igual que este – metió su mano por el cuello de su camiseta, para sacar una cadena de la cual colgaba un anillo exactamente igual que el que Hoseok sostenía en sus manos.


 


-Tú y yo... ¿pensábamos casarnos? – Hoseok paso saliva pesadamente al hacer esa pregunta.


 


-Tú y yo... estamos casados Hoseok.


En qué momento las lagrimas se apoderaron de sus rostros, eso ninguno de los dos lo sabía, lo único que Hoseok sabía, era que de alguna manera que no entendía aun, aquello estaba doliendo demasiado.


 


-¿Por qué Taehyung? ¿Por qué no quieres que me acerque a ti entonces? – Hoseok exigía respuestas, respuestas que no estaba recibiendo.


 


- ¡JODER! ¿Dime porque quieres que me aleje de ti?


 


-¡PORQUE YA TE HE HECHO DEMASIADO DAÑO MALDITA SEA! No quiero dañarte más... Yo te amo demasiado para hacerte sufrir.


 


- ¿Pero qué puedes haberme hecho tu? – Hoseok se acercó acariciando dulcemente la mejilla de Taehyung. Quizá no lo recordaba, pero en algún lugar de su corazón estaba ese amor que en algún momento había sentido por él.


 


-Yo tuve la culpa de tu accidente – Aquellas palabras salieron acompañadas de muchas más lagrimas. Hoseok no entendía nada, pero quería explicaciones.


 


-¿Tu ibas conmigo? ¿Tú conducías? ¡Joder Taehyung, habla claro por favor!


 


-Fue algo que te dije esa noche lo que te puso tan mal, enloqueciste, no hiciste caso a mis suplicas, estabas completamente descontrolado. Tomaste el coche aun cuando las lagrimas no te dejaban siquiera ver ¡Tu tuviste ese accidente por mi culpa! – Los ojos de Hoseok casi se salían de sus órbitas por la sorpresa.


 


-¿Pero qué fue lo que me dijiste?


 


-¡Es que no puedo volver a hacerte esto!


 


-¡JODER TAEHYUNG DIMELO!


 


-¡YO VOY A MORIR!


 


En ese momento parecía que el mundo se había detenido, que todo lo que existía ya no estaba, que solamente eran ellos, ellos y ese inmenso dolor que los envolvía. Taehyung sintió como se desvanecía, de pronto todo se volvió completamente negro.


 


Abrió los ojos sentándose de golpe en la cama. Miró a su alrededor, estaba en su casa, no la de sus padres, la casa que compartía con Taehyung desde el día que se habían casado. Lo había recordado todo.


No pudo evitar emitir un llanto ahogado que inmediatamente alertó a Taehyung quien se había quedado dormido en un sillón frente a la ventana.


 


-¿Te sientes bien? – Taehyung se acercó inmediatamente a Hoseok, se tumbo a un lado de él en la cama, tomando su mano. El la sujetó con fuerza.


 


-Mi alien por favor... dime que esto es una pesadilla – Con solo escuchar aquella forma de nombrarlo, Taehyung pudo darse cuenta que Hoseok había recordado por fin, hizo falta la misma mala noticia de hace dos años, para golpear tan profundo en su mente haciéndolo recuperar su memoria.


 


-Lo siento Hobi... quisiera que fuera una pesadilla.


 


Pero la verdad era esa, aquello no era un sueño, no era la peor de las pesadillas que alguno de los dos hubiese tenido. Taehyung efectivamente estaba muriendo. Un defecto irreparable en su corazón detectado hace ya dos años, estaba por arrebatarle la vida en cuestión de meses, quizá semanas.


Cuando Taehyung se dio cuenta que Hoseok no recordaba absolutamente nada y que quizá jamás lo haría, pensó que esta era su mejor oportunidad para desaparecer de su vida. De solo recordar el día que le dio la noticia de su enfermedad, solo unas semanas después de haberse casado, sentía que su piel se


erizaba. Hoseok se había puesto como loco, había maldecido todo lo existente por arrebatarle a su alien, a su pequeño y es que desde el principio sabían que para Taehyung no había esperanza, el tratamiento solo retardaría lo que era inevitable, pero en algún momento su corazón se detendría sin más. Taehyung no podía permitirse volver a hacer sufrir a Hoseok. Si no lo recordaba no sufriría. Por eso tuvo que engañarlo, por eso aquel día en el puesto de libros, cuando se encontraron, el fingió que no lo conocía, aun con las ganas que tenía de saltarle encima y acabárselo a besos. No podía, el iba a morir...


Y el tiempo no perdona


.......................


 


El tiempo siguió su curso como era inevitable. Taehyung cada vez estaba más débil, más delgado, mas enfermo. Hoseok había decidido no llorar más, si inevitablemente la vida iba a arrebatárselo, no se permitiría hacerlo sufrir más.


Quería verlo feliz, al menos todo lo que le fuera posible, quería que Taehyung lo viera a el feliz por mucho que se estuviese muriendo por dentro. Se encargó de llenarlo de muchísimo amor esas semanas que pudo tenerlo consigo, lo amó tanto cada día como le era posible, lo hacía reír hasta dejarlo agotado, lo llenaba de besos y de mimos... lo hacía suyo en cuerpo y alma. No volvería a verlo llorar.


Pero como ya lo dijimos y lo sabemos, el tiempo no perdona y el día de su despedida había llegado.


 


-¿Te sientes bien? – Hoseok estaba preocupado. Taehyung cada vez se veía más distraído, más débil.


 


-Si amor, solo estoy un poquito cansado.


 


-¿Quieres que veamos una película?


 


-Me parece perfecto – la misma hermosa sonrisa que había enamorado a Hoseok pintó el pálido rostro de Taehyung.


Se sentaron en el mullido sillón y se cubrieron con las mantas, estaban en plena época invernal, estar acurrucados y juntos era algo que se agradecía. La mano de Taehyung presiono con fuerza la mano de Hoseok. Sus anillos de boda brillaban como nuevos en sus dedos.


-Sabes que te amo ¿verdad? – Los ojos a medio cerrar de Taehyung se clavaron en Hoseok, quien le dedico la sonrisa con más amor que hubiese tenido nunca.


 


-Lo sé pequeño... y yo te amo a ti, mucho – su mano fue presionada aun con mayor fuerza.


 


-¿Me das un beso? – la voz de Taehyung salía completamente débil.


 


-Con todo gusto mi amor


Sus labios se unieron con calma, con ternura, con muchísimo amor... y después de eso, los ojos de Taehyung se cerraron para siempre. El agarre de su mano se volvió flojo, su corazón había dejado de latir.


 


-¿Taehyung? ¡Mi alien! Por favor pequeño ¡Despierta! – él sabía que ya no tenían caso sus suplicas. Taehyung se había ido... Para siempre – ¡Por favor no me dejes! Taehyung por Dios ¡abre los ojos!


 


Sería imposible describir el dolor que Hoseok sintió, las lagrimas que derramo y como una parte de su corazón se detuvo junto con el de Taehyung, pero nadie puede decidir contra la muerte. A veces solo queda aceptar... a veces solo queda continuar.


.....................


 


Tres años habían pasado, tres años en los que Hoseok había tenido que soportar la soledad de estar sin él, tres años en los que aprendió a vivir con la ausencia y el dolor de la perdida.


Ahora estaba aquí, en este hermoso día soleado, frente a la tumba del único amor de su vida, con esa preciosa rosa blanca en las manos, aunque sabía que a Taehyung jamás le habían gustado las flores.


 


-Aquí estoy mi amor ¿creíste que me olvidaría de nuestro aniversario? Pues eso no pasará nunca cabezón. Yo te sigo amando ¿sabes? Y sé que algún día podremos volver a vernos... mientras tanto solo espérame en el cielo.


 


Muchas veces la vida nos arrebata lo que más queremos, sentimos que no hay salida a tanto dolor. A veces lo único que nos queda es aceptar lo que la vida decide, continuar y seguir con la esperanza de que en algún momento nos volveremos a encontrar con ese ser amado... La muerte no es un final para


aquellos que se aman hasta la eternidad.


 


Fin.

Notas finales:

Bueno..se que es triste el final, todos esperaban que despues de por lo que pasaron estuvieran juntos y por fin fueran felices, pero no es un final para aquellos que se aman hasta la eternidad, asi que..eso debia suceder. ¡Nos leemos pronto en otro fic!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).