-Cuando termine de leer la carta comprendí que era lo que quería Sakura-San que hiciera.
-S-sakura… ¿T-tu quieres que yo, que yo regrese a Tokio?
Capítulo 2.
“Reencuentro”
-Misaki, enserio, si no quieres hacerlo está bien. Solo era un favor que te quería pedir, tal vez así podrías dar aquel paso que no te has atrevido a hacer en todos estos años Misa-Chan.-Sakura me miro, como una madre mira a un hijo mientras le da un consejo que podría salvar su vida.
-Sakura… yo… no estoy seguro.
-No te preocupes Misa-Chan, encontrare a alguien más- Ella me sonrió, en ese momento supe que no podía defraudarla, no a ella.
-No, Sakura… yo, yo iré, solo déjame digerir bien la noticia.- Suspire y tome fuerzas para mirarla mientras le sonreía.
-Gracias Misa-Chan. Sabía que podía confiar en ti. Te dejare que te acomodes con la noticia durante el día de hoy y te daré los detalles mañana, tienes que hablarlo con Kazu-Chan también.
Sakura-San se miraba alegre, y su felicidad me contagio. De entre todas las personas que hay en Tokio, ¿Cómo podría llegar a encontrarme con “el”? Probablemente se haya juntado y casado con alguien, o tal vez se haya mudado a otro lugar. Bueno, debía dejar de pensar en eso y ponerme a trabajar, ya después hablaría con Sakura.
Me despedí de ella y baje a la entrada del local para abrir las puertas y dar comienzo a mi cálida jornada de trabajo.
Δ•Δ•Δ•Δ•Δ•Δ•Δ•Δ
A las 8 de la noche ya había terminado mi turno en la cafetería y me dirigí a cambiarme el uniforme por mi ropa casual. Después de eso salí despidiéndome de los demás empleados y de Sakura, para encaminarme hacia la casa del compañero de Kazuki para recogerlo.
En mi camino, me cruce con una panadería que desprendía un olor bastante agradable. Entre y compre unos cuantos panes para Kazuki, ya que a él le gustaban las cosas dulces. Después me marche de ahí complacido por el amable trato que me habían dado.
Cuando llegue y toque el timbre de su casa, el padre de su compañero salió y me saludo. Me dijo que Kazuki ya estaba guardando los juguetes que había llevado y que iba a despedirse de la madre de su amigo. Yo reí y cuando mi hijo llego, le agradecí al amable señor y nos retiramos por ese día.
Cuando llegamos al departamento, me traslade a la cocina y deje la bolsa de pan en la mesa antes de que Kazuki tomara alguno para comenzar a devorarlo. De pronto mi hijo fue a dejar sus cosas alegremente y regreso corriendo con una pequeña esponja que tenía la forma de un oso.
-Papi! Papi! ¿Puedes ponerme el baño para que quede limpiecito? ¡Por favor!- El pequeño dijo esto mientras abrazaba su esponja color café claro y yo le frote los cabellos mientras le sonreía.
-Claro mi amor, anda, ve por tu toalla y me alcanzas en la ducha- Kazuki salió nuevamente rápido a su habitación y yo me dirigí al cuarto de baño para encender el calentador. Abrí la llave del grifo de la tina y esta comenzó a llenarse, cuando iba a la mitad lo cerré y coloque unos cuantos juguetes de goma en ella. Kazuki llego enredado en su bata de baño y yo lo despoje de su ropa colocándola en un cesto de ropa sucia.
-Papi! ¿Te bañas conmigo? Por favor!- Kazuki me miro tiernamente y yo lo cargue para introducirlo en la tina.
-Lo siento cariño, será otro día, por el momento preparare algo para que cenes y puedas ver tu programa favorito- Cuando mencione sobre ver su programa el pequeño agito sus bracitos y me salpico algo de agua.
-Si! Ya me apuro a terminar de bañarme papi, tú también ve a apurarte- mientras me decía eso, tomo una botella pequeña con un líquido algo viscoso y se unto un poco en la cabeza, cerro la botella y comenzó a sobarse para hacer espuma. Cuando finalmente tenía en sus manos espuma, comenzó a hacerse una barba de la materia blanca. Yo comencé a reírme y cuando estaba a punto de salir le mencione:
-Vamos! Apúrate o si no, no llegaras para ver al oso Teddy-
-Si papi! Ya casi termino!
Finalmente me retire del cuarto y camine hasta la cocina. Prepare un poco de leche con miel para Kazuki y algo de té de manzanilla para mí.
Tome un pan de los que había comprado hace rato y lo coloque en un plato, después lleve un par de vasos con liquidos correspondientes para cada quien y los deje sobre la mesita que estaba en la sala. Me traslade nuevamente al baño y pude ver que Kazuki ya casi estaba listo para salir. Cuando me vio, rápidamente alzo sus manos y me dijo:
-Mira papi! Tengo piel de pasita! Está muy arrugada! ¿Por qué?
-Hijo, eso sucede cuando pasas demasiado tiempo en el agua.
-y, ¿eso es malo?
-No querido, pero ya es hora de que salgas de ahí, ven, te secare- tome la toalla que en un principio el me había traído y lo saque de la tina para comenzar a restregarle suavemente la tela por su cuerpo, después lo cargue envuelto en su bata hasta su habitación. Lo senté en su cama y de su armario saque su pijama que tenía un estampado de tiernos dinosaurios. Se la coloque y después se levantó de su cama para tomarme de la mano y llevarme hasta mi cuarto. Ya en mi habitación, el hizo lo mismo que yo había hecho con él. Me coloco mi pijama y después nos dirigimos a la sala.
El ponernos la pijama el uno al otro era una pequeña muestra de cariño que significaba mucho para nosotros. Era como un acuerdo que teníamos entre él y yo.
Ya en la sala, los dos tomamos asiento en el gran y cómodo sofá color lila. Encendí la televisión y coloque el programa favorito de Kazuki. El programa se llamaba “Teddy” y contaba las experiencias de un oso de peluche, la historia no tenía mucho sentido pero siempre daba una moraleja al final. Y Kazuki siempre ponía en práctica los consejos que dicho oso daba.
Durante el programa tomamos nuestra correspondiente bebida y mi pequeño comenzó a comer su pan con mucha felicidad. Cuando “Teddy” fue a comerciales, pasaron uno donde hablaban sobre la ciudad de Tokio, mencionaban las estructuras, los lugares de turismo, la vida que se podía llevar y más cosas para llamar la atención. Entonces cuando pensaba como decirle a Kazuki sobre que tendríamos que mudarnos él dijo:
-Papi, sabes, sería muy interesante vivir en ese lugar. Bueno, se ve que es muy bonito y que hay muchas partes para divertirse, me gustaría vivir ahí.
Entonces vi mi oportunidad.
-Cariño, bueno, hoy en el trabajo Sakura-San me ofreció un… traslado de trabajo- Comencé a habar mientras dudaba.
-¿Qué es un traslado de trabajo papi?- El pequeño me miro interesado.
-Es cuando una persona tiene que irse a vivir a un lugar que está lejos de donde vive actualmente, cielo.
-¿Y tú te vas a ir? ¿Me vas a dejar aquí papi? ¿No puedo ir contigo?-Kazuki comenzó a lagrimear un poco porque pensó que tal vez lo iba a dejar y me iba a marchar solo. Lo acune entre mis brazos y le dije:
-Jamás pienses eso cariño, nunca te dejaría solo, nos vamos a ir los dos, ¿recuerdas la promesa que hicimos?- El menor rápidamente se volteo para mirarme y me respondió.
-Si papi! Tu y Yo podemos contra todo, mientras estemos juntos todo saldrá bien- entonces mi hijo se levantó y me beso a mejilla.
Después de eso continuamos viendo su programa, cuando termino, Kazuki ya tenía sueño, así que lo cargue nuevamente para llevarlo a su habitación y recostarlo en su cama. Antes de que se durmiera nuevamente quise decirle algo:
-Mi amor, entonces, estás de acuerdo en que nos marchemos de aquí y vayamos a vivir a Tokio?-Le pregunte, para poder aclarar mis pensamientos de una vez.
-Si!, yo siempre te acompañare a todos lados- entonces me tomo de las mejillas y me dijo: te amo papi- Cuando escuche eso, lo tome en mis brazos y lo llene de besos por todo su rostro.
-Yo también te amo Kazuki, más que a nada en este mundo.
-papi! Basta! Me haces cosquillas!-él y yo comenzamos a reír, después nos fuimos quedando dormidos, mi niño se durmió entre mis brazos y yo me quede aspirando el suave olor de su cabello. Antes de entregarme a los brazos del dios de los sueños, hice una pequeña petición para que mi hijo siempre fuera feliz. Después, dormí con la mente y el corazón en calma.
Δ•Δ•Δ•Δ•Δ•Δ•Δ•Δ
A la mañana siguiente mi rutina continuo de lo más normal, le consulte a Kazuki que pasaría por su escuela para hablar con sus profesores y darlo de baja en su institución. Después de que él se fuera, me metí a la ducha para tomar un relajante baño y prepararme para el trabajo. Cundo termine, cerré el apartamento y me dirigí a la cafetería, ya estando ahí, salude a Sakura como siempre y ella me invito a su oficina. Cuando llegamos, comenzó a relatarme lo que tendría que hacer en Tokio. Iba a hacer mis mismas tareas, solo que ahora se sumaría el coordinar a los demás empleados para que pudiéramos dar un buen servicio. Finalmente me comento que hoy sería mi último día de trabajo y que lo aprovechara para despedirme de todos.
-Misa-Chan, también quiero comentarte que me tome el gusto de conseguirte un departamento, ya que será un poco difícil que tú puedas encontrar uno rápidamente. No me lo agradezcas, es bastante similar al que tienes por el momento.
-Sakura-San! No se hubiese tomado la molestia, yo, yo le pagare todo lo que le haya costado la venta, discúlpeme si le cause molest- comencé a hablar rápidamente pero fui interrumpido.
-No, Misaki, no fue una molestia, es un regalo para ti - en ese momento, la mayor comenzó a derramar lágrimas de sus brillantes ojos y sonriendo me dijo:
-Gracias Misa-Chan, por hacerme feliz todos estos años- En ese momento, me levante de mi asiento y rodee su escritorio para lanzarme a sus brazos y susurrarle:
-No Sakura-San, gracias a ti, por darme la oportunidad de sonreír de nuevo. Has sido una muy buena madre para mí, gracias- entonces yo, empecé a llorar.
Duramos un tiempo abrazados, agradeciéndonos silenciosamente por haber estado juntos. Después nos separamos y ella dijo que me pusiera a trabajar. Yo le sonreí y baje al primer piso, mis compañeros de trabajo ya habían llegado y me dijeron que querían que me formara con ellos. Yo obedecí, y cuando menos me lo esperaba, tomaron una fotografía donde salían todos los empleados, Sakura-San y yo.
Entonces dos de mis compañeras corrieron rápidamente fuera del local y se despidieron alegremente, mientras todos nos poníamos a atender los clientes que ya comenzaban a llegar. Cuando ya eran las 3:00 de la tarde, Sakura dijo que ya podría retirarme, pero que esperara a que llegaran mis compañeras de la mañana. Ocupe el tiempo para despedirme de cada uno de mis amigos, ellos me decían palabras de aliento que inspiraban al éxito, yo les respondía agradecido y deseándoles mucha suerte más.
Cuando llegue hasta Sakura-San nos abrazamos silenciosamente y mucho más fuerte en comparación a aquellos días que había vivido a su lado, como cuando llegue a Shizuoka, cuando la conocí en aquel tren. Cuando me recibió en su hogar, cuando me acompaño durante mi embarazo, después del parto, en los primeros años de vida de Kazuki, cuando conseguí mi apartamento, y muchos más momentos que quedaran grabados en mi memoria como bellísimos recuerdos.
Le susurre que la quería mucho y le prometí que nos volveríamos a ver pronto. Fue entonces que escuche la puerta abrirse y vi a mis compañeras entrando, ellas me sonrieron y con lágrimas también se despidieron de mí. Después me entregaron un recuadro de un tamaño mediano que estaba cubierto por papel de regalo y me dijeron que lo abriera. Cundo retire el papel, estaba la foto que nos habíamos tomado en la mañana, conmovido me voltee llorando y agradeciendo a todos por los maravillosos momentos que había vivido en aquel lugar durante muchos años.
Después de unos calurosos aplausos y muchos abrazos más, me retire de ese lugar, prometiéndoles a todos que los vendría a visitar.
-¡Gracias por todo amigos! Los voy a extrañar mucho! Nos volveremos a ver, mientras tanto, cuídense. –Dije mientras me despedía de nuevo, ahora con la mano, y emprendía mi camino hacia la escuela de Kazuki.
Cuando llegue a la escuela, pase por su salón y observe como él se encontraba coloreando en un libro de dibujo, algo retirado de los demás. Kazuki siempre había sido así de reservado, no confiaba mucho en las personas, pero cuando les tomaba cariño, ya no quería que se alejaran. “Se parece tanto a él” fue el pensamiento que llego a mi mente. Aleje de nuevo aquellos recuerdos y me dirigí a la dirección de la escuela para solicitar la baja de mi hijo. Hablando con el director, me dijo que estaba bien y que solo tendría que llevar unos cuantos papeles al día siguiente, le agradecí y me encamine a la salida para esperar que la jornada escolar terminara.
Después de un rato los niños comenzaron a salir y cuando Kazuki me vio, alegremente salto a mis brazos y comenzó a narrarme que ya se había despedido de sus compañeros, y que le dijeron que lo extrañarían demasiado. Mi hijo se veía realmente contento y yo me alegre por eso, nos dirigimos a nuestro departamento, en el cual, comenzamos a empacar algunas cosas como prendas de ropa y a empaquetar los aparatos electrónicos.
Esa noche, antes de dormir, Kazuki metió sus juguetes en una gran caja de cartón y les dijo que pronto los volvería a sacar de ahí mientras abrazaba y besaba a cada uno. Se refería a que los sacaría cuando estuviéramos en Tokio. Yo reí por eso y lo mande a dormir. Cuando estuve recostado en mi cama, a punto de caer en el mundo de los sueños, sus manos volvieron a mi memoria, aquellas frías manos paseándose por mi cuerpo. E n un reflejo, salte de la cama y me golpee contra el piso. Vaya manera de despertar.
Lastimosamente para mí, toda la noche me la pase así, y no pude dormir muy bien. Estoy convencido de que el regreso a Tokio me está afectando demasiado.
A la mañana siguiente me levante un poco más tarde de lo normal y cumplí con las actividades que tenía que hacer, limpie mi departamento y después desperté a Kazuki, el me acompañaría a su colegio para darlo de baja.
Después de un alegre desayuno, con papelería en mano, nos dirigimos a la institución y luego de un rato de firmas salimos de la escuela, de nuevo Kazuki fue a despedirse de sus compañeros y comento que los extrañaría mucho.
Nos dirigimos a comprar un pequeño pastel y volver al departamento. En él, hice los trámites para la mudanza y terminamos de empacar nuestras cosas. Solo quedaban los muebles más grandes y unas mantas para taparnos el día de hoy. Mañana a primera hora tomaríamos el tren que nos llevaría a nuestro nuevo hogar.
Por la tarde, llame a la cafetería para invitar a Sakura-San y que se despidiera de mi hijo. La recibimos en nuestro hogar y convivimos con el pastel que habíamos traído, mi pequeño y Sakura estaban muy abrazados, y era comprensible, los dos se iban a extrañar demasiado, eran como abuela y nieto. Terminaron dormidos en el sofá y los cubrí con una manta.
Entrada la noche, me asome por una ventana desde mi cuarto y vi el cielo, cubierto de estrellas y con la luna resplandeciendo. Silenciosamente, volví a pedir el mismo deseo del día de ayer. Observe durante un tiempo más las luces de la ciudad nocturna y sentí la ligera brisa que refrescaba el cuerpo. Yo también termine dormido, preparándome mentalmente para el paso que estaba a punto de dar.
Δ•Δ•Δ•Δ•Δ•Δ•Δ•Δ
Sakura-San fue a despedirnos a la estación de trenes, le dejamos encargado la mudanza de nuestras cosas y ella acepto encantada, solo llevamos un par de maletas y… los juguetes de Kazuki. Durante el viaje, el miraba los paisajes que recorríamos y me preguntaba dónde estábamos, yo le respondía el nombre y el murmuraba algún alago hacia el lugar. Después de 6 horas de viaje* llegamos a nuestro destino. Bajamos del tren y nos dirigimos a la dirección de nuestro nuevo apartamento.
Al llegar, vi que era hermoso, era un edificio de al menos 8 pisos, y enfrente de él, había un hermoso parque con árboles de Sakuras, también habían algunos juegos, Kazuki podría ir a jugar ahí cuando quisiera. Al entrar, el portero nos saludó y nos pidió nuestros nombres, le di el mío y un sobre que Sakura dijo que debía entregar. Después de leerlo el me miro sonriente y me entrego unas llaves, menciono un “Bienvenido Takahashi-San” y después nos guio hasta nuestro apartamento. Subimos por el elevador hasta el piso 5 y al departamento E-5, el portero se despidió y nos deseó una buena estadía, agradecimos y entramos a nuestro hogar.
Era bastante amplio, Kazuki echó a correr rápidamente y exploro la casa en cuestión de segundos, yo me quede en mi lugar, y espere a que volviera, cuando lo hizo, se puso frente a mí y colocando su mano en su cabeza, en forma de saludo militar, dijo:
-Sargento! He revisado la vivienda, y tenemos suficiente para sobrevivir!- yo reí ante esto y le respondí, acariciando sus cabellos-
-Bien hecho soldado, ahora, puede dirigirse a desempacar a sus amigos, porque estoy seguro de que están ansiosos de salir de su encierro en una caja- el me sonrió y salió hacia su caja de juguetes para comenzar a sacar cada uno de los objetos y decirles “bienvenidos”.
En lo que mi pequeño hacia aquello, yo camine para descubrir el apartamento, en realidad, era bastante grande “Sakura se excedió, debo buscar un buen regalo de agradecimiento” suspire y me dedique a ayudar a mi hijo a desempacar sus cosas y después las mías.
El mismo día, por la tarde, llego el camión de la mudanza y comenzaron a meter nuestras cosas, después de agradecer el servicio acomodamos los objetos y cada vez se parecía un poco más a nuestro antiguo hogar.
Terminamos cansados y después de cenar algo ligero, caímos dormidos en el sofá. (1)
Todo el fin de semana fue así, ordenamos los muebles, investigábamos lugares de interés, salíamos a conocer las tiendas, y paseábamos por las calles para aprender ciertos caminos.
El domingo por la tarde, decidimos ir a dar una vuelta y ver si encontrábamos donde comprar algunos útiles escolares que todavía le faltaban a Kazuki. Caminando, llegamos a un supermercado y entramos, buscando el departamento de útiles de oficina y cuando finalmente llegamos, mi pequeño se emocionó al ver tantos lápices de colores, gomas de borrar e incluso sacapuntas con formas de animalitos.
Al final, termino tomando tantas cosas como para que no le volviera a comprar dentro de dos años. Después pasamos por el pasillo de juguetes, él se quedó observando unos peluches que se encontraban ahí, mientras yo veía unas mantitas que estaban al final del pasillo. Verdaderamente eran bonitas, tenían un hermoso color y eran muy suaves, tome una de color lila que olía a lavanda y la abrase, después la pegue a mi rostro, aspirando su aroma de seguro le encantaría a mi hijo.
-Kazuki! Ven a ver esto cariño!- llame a mi pequeño, mas no hubo respuesta.
Voltee hacia los peluches para ver donde estaba.
.
.
.
No se encontraba ahí.
Mis ojos se agrandaron de la sorpresa y el temor, solté la manta y corrí para buscarlo.
-Kazuki! Kazuki! ¿Dónde estás? Cariño! Contéstame! Kazuki!- alce un poco más mi voz para que me escuchara, pero nadie contestaba.
-Kazuki! Ven aquí! Kazuki!- rápidamente revise cada uno de los pasillos por los que habíamos pasado. No estaba ahí.
Me detuve, regrese sobre mis pasos hasta el último lugar donde había estado. Volví a mirar el pasillo, un peluche estaba tirado. Lo recogí. Un rechoncho conejo color blanco. Pero tampoco estaba Kazuki. El lugar estaba vacío.
Caí al piso y cubrí mi cara con mis manos, mientras empezaba a llorar.
Kazuki, ¿Dónde estás?
-Papi! Papi!
Volví la cabeza hacia donde esa voz me llamaba.
-Papi!
Entre las lágrimas que nublaban mi vista, pude distinguir a mi hijo, que venía con un paso agigantado hacia mí, y detrás venia alguien mayor, una sombra azul oscuro.
Entonces reaccione.
-Kazuki! Mi amor!- me lance a abrazarlo. Lo tome entre mis brazos y lo estruje fuerte, necesitaba saber que estaba verdaderamente ahí.
-¿Papi? ¿Qué paso? ¿Estás bien? Me estas comenzando a asfixiar papi- el pequeño me miraba confundido y preocupado, pero aun así me correspondió el abrazo.
-Dios, cariño, creí que te había perdido. ¿Dónde te habías metido?- me separe un poco de él y le acomode uno de sus plateados mechones detrás de la oreja.
-Ah! Cierto! Es que vi pasar a Nowa-Chan y lo llame, pero no me contesto, y por eso lo seguí!- mi pequeño hablaba emocionado y dio dos saltitos en su lugar.
-Cariño, no vuelvas a hacer eso, casi me matas del susto- lo volví a abrazar, esta vez con alivio.
-Si papi, prometo que no lo volveré a hacer, Nowa-Chan también me dijo que no debía alejarme de ti.
-Pues ya vez, Nowa-Chan tiene razón- entonces caí en cuenta- oye, espera, dijiste Nowa-Chan?
-Si papi! Mira!- en ese momento señalo a la figura que había venido detrás de Kazuki.
- Hasta que te diste cuenta, Misaki-Kun.
-Nowaki-San...