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Matrimonio. por Tairi Arelys

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Notas del capitulo:

Aquí viene otro capítulo y la verdad es raro que sea tan rápido mi actualización, no sé por qué pero esta historia me inspira y mucho.

Capítulo 2.

Celos.

–        ¿Has visto a Lenalee?

–        Nop, no sé nada desde que nos gritó, hace unos tres días.

La conversación se acaba, a pesar que Kanda es de pocas palabras, Lavi nota que ahora el japonés habla menos de lo acostumbrado, no sabe por qué, pero tampoco se le ocurre preguntar. Tiene la leve sospecha que es por lo que pasó con Lenalee, ya que… él no vuelve a tocar el tema, piensa que todo ya está claro, puede ser que el azabache este preocupado, ya que la china puede hacer alguna que otra cosa para “darles una lección”, la verdad que él también está algo preocupado.   

Suena su celular, haciendo que él se sobresalte un poco.  Al ver aquel artefacto que hace ruido, se da cuenta que es una llamada de un número que no conoce.

–        ¿Hola?

–        ¿Hola?, ¿Lavi?

–        ¿Quién habla?

–        Em… Hashiko o Chomosuke.  

–        ¡Oh, Chome!, de cuánto tiempo. ¿Qué pasó con tu vida?

–        No mucho la verdad, solo quería que sepas que estoy en la cuidad y que si quieres nos podemos encontrar, te puedo contar mejor en persona.

–        ¿Aún no te gusta usar el celular?

–        No, aun no me acostumbra mucho –ella ríe–  pero… ¿Qué tal si nos vemos en la tarde?

Instintivamente ve a Kanda, pero este mismo no le dirige la mirada, así que… solo continúa.

–        Podría ser… voy a ver si no tengo algún compromiso.

–        Ok, entonces me avisas. Nos vemos.

–        Adiós.

–        ¿Quién era? –Kanda habla–.

–        Em… una amiga, no sé si conocías a Chomosuke.

–        No, no la conozco.

Siente, de alguna manera, que esta conversación se está poniendo rara,  algo incómoda, algo… algo le dice que tal vez Kanda siente celos. Lavi solo ríe un poco, se para y se sienta junto a al japonés en el sofá, se acerca y lo abraza de la cintura, Kanda se estremece un poco, pero al estar acostumbrado no hace nada.

–        Si quieres me quedo en casa Yu, ya sabes, yo solo salgo cuando tú lo quieres.

Kanda le ve por un rato, mientras que el pelirrojo se acurruca en él. Sin decirle a nadie, al azabache le gusta el momento, con esa calma y la comodidad única, son esos momentos que hacen que deje de pensar, que solo quiera cerrar los ojos y disfrutarlo en silencio. Pero Lavi insiste.

–        ¿Entonces?

Él gruñe un poco, ya que el momento se pierde y  ahora es la insistencia de una respuesta.

–        Has lo que quieras.

Bookman jr. quiere decirle “¿Y eso que significa Yu?, ¿Quieres que vaya o no?”, pero no puede hacerlo, ya que suena el teléfono. Lavi suspira y pregunta si esto era una broma, mayormente no había llamadas para ellos, ya que nadie busca a Yu y él nunca da su número. Se aparta del japonés y se levanta, tiene ganas de botar el teléfono, pero no lo hace, así que solo contesta.

–        ¿Hola?  –se nota enojado–.

–        Hola… em… ¿se encuentra Kanda?

Se queda en un leve shock, ve a Yu y este le devuelve la mirada, solo que estaba algo confundido. Aparta el teléfono.

–        Yu… misteriosamente alguien te busca, y no es Tiedoll o ninguno de tus hermanos, a menos que Tiedoll haya conseguido a una chica… o contratado a una para que te llame.

El japonés está igual o más sorprendido que el pelirrojo, así que solo se levanta a agarra el teléfono.

–        ¿Quién es?

–        ¿Kanda?, hola no sé si me recuerdas… soy Emilia.

Piensa un rato… no, no la recuerda.

–        ¿Quién?

–        La amiga de Lenalee…

–        Ah, ¿Qué quieres?, no sé nada de Lenalee.

–        Yo no te busco por Lenalee, quería preguntarte si quieres salir hoy, no sé, a pasear por ahí y recordar viejos tiempos.

–        ¡Claro!, él acepta, ¿te parece si se encuentran a la tres?

–        Em…

–        Lo tomo como un sí. Adiós –cuelga el teléfono, con una sonrisa el pelirrojo–.

Kanda se sobresalta,  ve a Lavi con algo de enojo y… sorpresa, no entiende por qué le quieto el teléfono de sus manos y contesto por él. Lavi sonríe. El japonés siente que… debería haberle dicho que quería que se quedara.  

–        ¿Por qué?

–        Porque… ¿qué?

Ahí frunce el ceño.

–        ¿Qué carajo estás haciendo?, ¿Qué mierda te pasa por la mente?

–        Nada Yu, solo… bueno, ¿No crees que es la oportunidad perfecta de que tú salgas?

–        No.

El pelirrojo sonríe más a pesar que él está molesto, no entiende lo que pasa, ya que… todo esto es raro, además que ahora Lavi ya no dice nada, solo sigue sonriendo como el imbécil que siempre es.

–        Yo no quiero salir.

–        ¿Quieres salir conmigo?

Pestañea un poco, la verdad, cuando Lavi va diciendo cosas al azar, Kanda piensa que el pelirrojo disfruta dejarlo confundido, claramente él se enoja y le manda a la mierda, solo que está vez… el único ojo verde se fija en él, parece que el parchado no quiere apartar la mirada, así que… sin saberlo se siente algo incómodo.

–        ¿Qué?, deja de desvariar conejo, me fastidia.

Ríe, Lavi ríe.

–        Yo no desvarío, solo… responde ¿Quieres salir conmigo Yu?

–        ¿Para qué?

–        Para salir por ahí, dime, ¿Cuándo tuvimos una cita?

–        Nunca.

–        ¡Exacto! –exclama– nunca la tuvimos a pesar que estamos hace cinco años, ya que tanto tú como yo tememos que alguien lo sepa, diré, en tu caso que Tiedoll se entere y en el mío sería que Panda lo sepa. Además con la suerte que tenemos ambos, no quisimos tomar riesgo… y nunca lo tuvimos… ¿No te parece una perfecta oportunidad para salir a una cita?

–        No.

–        ¿No?

–        No.

–        ¿Por qué?

–        ¿Quieres salir conjunto a una amiga tuya y a la  que acaba de llamar?

–        Sí…

–        Estás loco.

–         Oh, vamos, es perfecto, solo piénsalo. Si Tiedoll te ve conmigo y con otras dos chicas, simplemente yo puedo decirle al señor Tiedoll que yo te obligue a una cita doble, además… –“Así no sentirás celos…” quiso agregar, pero se detuvo, al darse cuenta que esto puede comenzar una pelea–.

–        ¿Además… qué?

–        Em… nos divertiremos –sonríe–.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 

–        ¿Y si yo no me divierto?

–        Fácil, si no te diviertes, yo seré tu esclavo por dos días, te lo prometo.  

Piensa un rato para ver si le conviene aquel trato, pero la verdad es que le tienta la idea, sabe que el pelirrojo va a cumplir la promesa, no es la primera vez que hace ese tipo de cosas –antes eran estafas, viles estafas– y no cree que sea la última, por obviedad lo que promete va cambiando según… según que tanto quiere que haga “x “ cosa, está vez en serio quiere salir. Además esta táctica solo es usada cuando el pelirrojo esta corto de tiempo o lo suficientemente cansado –o deprimido– como hablar con él y hacerle cambiar de opinión. Piensa que esto no se puede ser desperdiciado, pero a la vez no quiere salir ese día.

Ve la sonrisa que regala Lavi, esa confiada, esa alegre, esa… la de siempre; siente que en serio el pelirrojo quiere salir, que si no lo hace se va a volver un dolor de cabeza por el resto de la semana. A pesar de sus grandes ganas de quedarse en casa a hacer lo que sea, él… acepta.

….

–        Eh, Lavi, aquel amigo tuyo –señala a Kanda– es muy atractivo ¿No me podrías ayudarme con él?

El pelirrojo se queda ahí por un momento, una sonrisa auto-programada aparece en sus labios, de alguna manera rara, siente que debe alejar a Chome de Kanda, no son celos, a pesar que se siente algo molesto, solo es… precaución, no es que Chomesuke sea una loca, sino que… pobre Chome, no podría salir bien parada con Kanda, él único que pudo es él… y Alma, claro, luego, si hablamos de sus relaciones amorosas, nadie más pudo hacerlo. Kanda… tiene un carácter especial, ya que es tan… Yu.

No puede evitar reír un poco, porque sabe que ella no podrá hacer nada. Ella se enoja e infla las mejillas, algo molesto, pero tierna; puede decir que extrañaba ver a la castaña.

–        Oh, eres cruel, solo dime no y listo, no necesitas reírte de mí.

En las mejillas de la chica aparece un color rosado, esta sonrojada y a pesar que la leve –no tan leve– molestia que siente, continua con una sonrisa, quiere agradecer que Yu no está poniendo a tención a la conversación.

–        Perdón, no fue mi intención, es que Yu… –“está saliendo conmigo y es imposible que te acepte”–.

–        ¿Qué pasa con Kanda?

Parpadea un poco, pensando que casi, otra vez, dice algo que… no debería.

–        Es que es muy malhumorado, a penas y acepta que soy su amigo, siempre me va insultando por todo, jamás, en todos los años que nos conocemos, me dijo un alago y…

–        ¿Entonces es alguien cerrado?

–        Es más que eso, es un… –nota los orbes azules están fijos en él– gru… ñón.

–        No debe ser verdad –ella sonríe– debe tener sentimientos muy adentro de él, Lavi ¿Nunca escuchaste que dicen “el que menos demuestra, es el que más siente” o que “las personas más frías, que parece que no les importa nada, esas son las que guardan mundos de sentimientos dentro"?

–        No, nunca las escuche, creo que has estado viendo muchas novelas, ese tipo de cosas no pasan en la vida real, Chome, Yu es un gruñón desde que nació, así que déjalo.

–        ¿Nunca se enamoró?

…Lavi, de alguna manera rara, se siente afectado por esa pregunta, no sabe muy bien la razón, ah, no, espera, si sabe.

.

Jamás lo dirá, pero… a pesar que él siempre fue de muchas palabras, nunca podrá explicar cómo es Alma Es raro si lo va pensando, ya que él como escritor debería saber explicarlo… pero no puede, cada vez que lo intenta se tranca; tal vez se deba a que siente que Alma se parece a él, pero a la vez son muy distintos, lo único que puede decir es que Alma ha hecho una cosa que no creía posible, conquistar a Yu. Podría nombrarlo como el chico que hizo un milagro o el que siempre daba una sonrisa feliz y bonita, pero no más, ya que no puede explicarlo. Algunas veces se molesta por ello, ya que él puede describir a todas las personas, cada uno de los detalles de las mismas, pero con él no puede. Lo único que queda en ese momento es verlo ahí, en la cama, recostado, es obvio que está sonriendo, ya que Kanda está ahí. Yu no se aparata del lado del coreano, a pesar que ya van dos semanas desde que le internaron.  

Kanda nunca ha mostrado alguna emoción, siempre es serio, gruñón, pero eso cambiaba cuando estaba con Alma, ahí parecía alguien diferente, pero a la vez reconocible, tampoco puede explicar tan bien como quisiera, solo sabe –siente– que Yu en serio lo quiere, que si se muere, él va a estar devastado, aunque luego lo niegue. La verdad y a pesar que Alma es amigo suyo, siente que debería irse, dejar a la pareja sola para que puedan… no sé, hablar, conversar, reír, llorar, quién sabe, pero… no lo hace, hasta que recibe una llamada de Bookman, él solo se molesta un poco, la llamada significa que está en problemas.

Se va, diciendo que es urgente, que espera que Alma se recupere y demás. El coreano sonríe, ignorando su estado grave, Kanda ni siquiera lo ve.

La primera vez que él vio una sonrisa de parte de los labios de Kanda, no fue –por desgracia– por causa de él, sino el castaño, que  de alguna manera la sonrisa tan radiante que este tiene –admite, que su sonrisa es una copia barata de aquella sonrisa–  hizo que el japonés sonriera, un poco. Cuando al fin pudo saber cómo es la risa del japonés,  otra vez no fue por él, sino por el chico con la cicatriz en la nariz. Alma era, es y será lo más importante en la vida de Kanda, eso lo sabe, eso piensa mientras va con el viejo, para saber si de nuevo tendrá que mantenerse encerrado estudiando.

Al llegar con Bookman se alivia, puesto que solo es para que le muestre la tarea que tenía que hacer –el viejo le da tareas aparte, solo para que mejore o eso dice– y cuando Panda acaba de revisar el informe que le pidió, sin saber por qué se siente bien, algo más liviano, él sabe que no es porque no está en problemas… es por otra cosa que no sabe y no le importa averiguar.

Más tarde… alguien llama, claro, no es Kanda, él nunca lo llamara, si no es Lenalee preocupada, parece triste, ella dice que el querido Alma… murió.

Al día siguiente él va a ver el cuerpo. Nota… que los ojos de Kanda están rojos.

.

Está decaído, siente, no, sabe que Kanda al único que en verdad amo es a Alma.

Alguien le da un golpe en la cabeza, a él le duele y se queja, después del dolor al fin reacciona y de estar recordando cosas… que no viene al caso en ese momento, ahora está en la realidad, con un Yu sentado cerca de él, –claro, nunca muy cerca– a Chome enfrente de él, y la chica rubia enfrente de Kanda… espera ¿Quién?

–        Eh, idiota, reacciona.

Pestañe un poco, nunca antes se había sentido tan desubicado. Ve a Kanda, que al parecer él fue el causante de su dolor de cabeza.

–        ¿Eh?

–        ¿Lavi estas bien? –la castaña habla–.

–        Em, sí, estoy bien –su ojo no se puede despegar de la mujer rubia que esta frente a Yu–.

–        Hola.

–        Hola… ¿Tú eres…?

–        Emilia, la amiga de Kanda.

En ese momento, Kanda y Lavi tuvieron el mismo pensamiento “¿Amiga?”.

–        Ah, yo soy Lavi, el… –novio– amigo de Yu.

–        ¿Tú eres el que me hablo ayer… digo, el que acepto venir?

–        Sí, claro, si se lo dejaba a Yu… él no hubiera querido salir ni a la esquina ¿Verdad Yu?

–        Cállate idiota.  

–        ¿Ven? Tan amargado como siempre.

La verdad no sabe muy bien la razón, pero… le molesta y mucho, el simple hecho que Chomesuke, su amiga de él, la chica que en primaria y segundaria fue una de sus mejores amigas, ahora, justo ahora, ella solo se fijaba en Kanda, los ojos bien abiertos y solo lo veían a él. Tuvo la gran sensación de decirle “Chome estoy aquí”, y/o hacer otra cosa para que dejara de ver a Kanda,  deseaba que la castaña hablara con Emilia. Bien, esto no eran celos… solo… solo… quiere preguntar a Kanda si en verdad la chica rubia es su amiga y no podía hacerlo si la castaña no paraba de verlo.

Emilia da una pequeña risita.

–        Al parecer Kanda nunca cambia –la rubia habla–.

–        ¿Tú conoces a Yu desde antes?

–        Sí, yo  conozco a Kanda desde la segundaria, cuando mi amiga Lenalee me lo presentó.

–        ¿Lena es tu amiga?, oh, con razón  me sonaba tu nombre. Yo igual soy amigo de ella. Chome, tú conoces a Lena ¿cierto?

–        Claro, ¿Cómo olvidarla?, ella fue quien casi ahoga en la playa y yo tuve que salvarla.

–        ¿Lenalee?, ¿Qué raro?, si ella sabe nadar muy bien.

–        Pues lo que pasa es que ella…

Él sonríe de lado, logro que ambas chicas hablaran entre sí, mientras que él… ve a Kanda, parece que el azabache esta aburrido o desinteresado, también puede estar molesto, aunque eso no lo cree posible. Le punza con el dedo para llamar su atención y lo logra, puede ver otra vez esos orbes azules, quiere preguntar si escuchó la conversación que tuvo con la castaña, pero no lo hace, piensa que si  toca ese tema, tal vez si acabe molestando. Así que solo sonríe un poco.

–        ¿En serio es tu amiga?

–        No, es solo la amiga de Lenalee.

–        ¿Entonces por qué dijo que era tu amiga? –Kanda se encoge de hombros– Mn… ¿Te estas divirtiendo?

Kanda da una leve sonrisa de lado, donde demuestra algo de confianza, burla.

–        No. Vas a ser mi esclavo por dos días.

–        ¿Y si hago algo para que te diviertas?

–        ¿Cómo qué?

–        No sé… ¿Qué quieres tú?

–        Irme.

Lavi no está de muy buen de humor, no sé siente lo suficientemente bien para hablar con las dos chicas y mucho menos, le agrada la idea de quedarse ahí para verlas charlar… aunque, ve algo raro en el comportamiento de ellas, ya que estas han dejado  de hablar en voz alta y están susurrando algo, de vez en vez giran a verlos. No puede evitar sentirse algo incómodo, dirige la mirada a Kanda que ya propuso la idea de irse del lugar, la verdad es que está de acuerdo con su idea, ya que en su plan original era de estar con las dos chicas hasta cierto punto y luego irse con Kanda, para que así esto se considere una cita, pero…

Lavi… se siente mal solo con ver a Kanda. Por eso no le gusta recordar a Alma.

–        Bien… –Emilia habla– cuéntenos algo de ustedes, ¿Qué edad tienes Lavi?

–        La misma que Yu, que es 29 años.

La castaña sonríe. A Lavi le da mala espina todo esto.

–        ¿Desde cuándo son amigos?

–        Em… ¿amigos o conocidos?, porque si hablamos de amistad… según Yu no somos amigos, así que no hay fecha, pero si es de conocidos… nos conocemos hace unos 22 años.

–        ¡¿22 años?! –se sobresaltan ambas–.

–        Sí…

–        ¿Y aun así, según Kanda, no son amigos?

–        No, la verdad que crear relaciones con Yu es muy difícil, casi imposible, así que –se encoge de hombros– tampoco es como yo pudiera hacer algo. Verían lo difícil que fue pedirle una… -cita– que viniera aquí.

–        Entonces… es alguien difícil.

La sonrisa que muestra Chomosuke… le hace enojar al pelirrojo, solo un poco, ya que ella no para de ver a Kanda, además que le desespera un poco, ya que él está diciendo cosas no tan buenas sobre el japonés y la chica no parece decepcionando, si no lo contrario. De a poco, está perdiendo su paciencia.

Antes que Lavi pueda decirles algo, lo que sea para irse con Yu de ahí. La rubia, sonriendo y algo sonrojada, lo ve a él y propone la idea de salir para caminar, para ir hablando, para ir conociéndose un poco más. Él quiere negarse, pero a la castaña le agrada mucho la idea, así que agarra el brazo de Lavi  y le arrastra afuera.

 Una vez afuera y un poco lejos del azabache, la castaña se acerca al oído del pelirrojo.

–        Eh, Lavi, ¿Kanda está saliendo con alguien?

“conmigo”

–        ¿Tanto te gusta Chome?, pero si es un total gruñón, la verdad es que no creo que tú…

–        Eso no me importa, tú solo ves las cosas malas de Kanda, pero estoy segura que él tiene sentimientos y que… puede querer a alguien.

–        Bueno, eso sí, –sí… por qué él amó y ama a Alma–  pero es muy difícil siquiera entrar a su círculo social y para que puedas tener algo con él… tendría que ocurrir un milagro.

–        Lavi, aun no me has respondido… ¿Alguna vez se enamoró?

–        Sí.

–        ¿De quién?

–        Bueno tu pregunta está mal dada, Chome, porque él sigue enamorado.

–        ¿Entonces tiene novia?

–        No, su pareja ya murió hace tiempo… solo que él aún lo ama.

Sabe que después de esta salida, el que va a odiar más está tarde pérdida, no va a ser Kanda, si no él mismo, ya que… en serio que esto es absurdo, recordando a alguien y a algo que hace tiempo dejó de pensar. Y después de tiempo, se vuelve a preguntar… ¿Por qué es que sale con Kanda si sabe que él aun ama a Alma? 

Sonríe un poco, Chome parece algo triste, pero… no es la tristeza que quiere, parece que Chome le parece tierno eso, también parece que no se rinde con Kanda.

En toda la tarde, Lavi ya no ve a Kanda.

Notas finales:

¿Está algo más serio? Aquí se releva la trama central de la historia.

Aquí... ahora y como tengo casi todo listo, voy a intentar poner cada día un nuevo capítulo, aunque la verdad esto es más un deseo que... no sé si voy a poder hacerlo, en fin.  

Espero que les haya gustado, hasta la otra. 


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