Era un domingo por la tarde cuando al cielo se le ocurrió que ya era tiempo de llover, justo en verano, habiendo tenido un invierno tan seco y caluroso, pero así era el clima, tan indeciso como nuestro pequeño protagonista. Baekhyun estaba parado por más de 10 minutos en el paradero del bus 08 con camino a su residencia privada en gangnam.
El castaño gruñía aún más al pasar los minutos, había tenido un día de lo más agotador, sostuvo una discusión con su editor durante una reunión de casi dos horas, cuando por fin terminó aquel trajín del trabajo se dispuso a ir a su restaurante favorito; pero como si el destino lo quisiera molestar aún más, tuvo la desdicha de encontrarse con un ex novio, el cual sin descaro se puso a coquetearle teniendo a su pareja presente, en definitiva Baekhyun había hecho muy bien en cortarle a ese tío porque ver cómo tenía el descaro de hacer aquello, ya sabría Dios que tipo de cosas habría hecho a sus espaldas. Pero bueno, después de todo eso al fin Baekhyun estaba esperando en el paradero y, aunque era cierto que echaba humo de la cabeza por la espera, también era cierto que la idea de llegar pronto a su casa y sentarse en su fino sillón de cuero a escribir aquella idea que no salía de su mente le era totalmente reconfortante.
Pasó al rededor de diez minutos antes de que el gran autobús verde se parara en aquel vacío y mojado paradero. El castaño suspiro aliviado al pasar su tarjeta de autobús para poder, ahora sí, dirigirse con tranquilidad y sentarse en alguno de los asientos vacíos.
La música de a rock to the moon resonaba en la cabeza del castaño, cuando de pronto una voz monótona le informaba que acaba de recibir un mensaje de su representante. Tras desbloquear su teléfono gruñó, su representante le informó que había ocurrido un error con uno de sus editores, haciendo que la impresión de su tercer libro fuera cancelada.
—¿Acaso es tan difícil corregir unos simples errores?—se preguntó Baekhyun molesto. Se suponía que él no tenía errores ortográficos y, a decir verdad, él no los tenía pero, uno de los empleados nuevos de la editorial en donde trabajaba había cometido el error de «corregirlo» pensado que tenía errores ortográficos, causando que casi la mitad de su libro nuevo este lleno de estos. Baekhyun movió su cabeza con negación y golpeó levemente el espaldar del asiento de adelante. Entonces su mirada se cruzó con aquella horrorosa letra y fue cuando cayó en cuenta que el bus 08, el bus que siempre tomaba estaba lleno de faltas de ortografía.
Llámenlo loco o simplemente molesto, tomó un marcador negro de su pequeño maletín y comenzó a corregir aquellos errores. —¡Ni yo quisiera ser tu novia así!—exclamó Baekhyun con asco al leer aquella tremenda falta, al parecer los muchachos de esta generación gustaban de pedir ser su «nobia» a la chicas en el autobús, ¿Dónde había quedado el romanticismo y la buena ortografía?.
Cuando acabo de corregir los errores noto que ya estaba a pocas calles de llegar a su destino pero fue cuando se paro que se dio cuenta que no era sólo su asiento el que tenía tantos errores ortográficos sino que también los otros, tras gruñir un poco murmuró un «Mañana les toca a ustedes» antes de tocar el timbre de la puerta del bus, haciendo que este pare y que por fin, Baekhyun pueda dirigirse a casa.
Quizás él no lo vio, quizás nunca lo haría pero allí estaba el muchacho de cabellos alborotados, caminando hacia dónde antes estaba sentado Baekhyun, con una pequeña sonrisa en el rostro tomo un marcador azul de su mochila y comenzó a escribir.
«Siento el herror, ¿Cómo te llamas?»
Algunas veces unos simples errores pueden cambiar mucho más que él contexto de la oración, tan solo algunas veces, un «Herror» puede cambiar tu sentido de la vida.