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Jovenes Amantes por Balu San

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Notas del capitulo:

Hola personitas. Creo que no voy a atrasarlas mucho ahora, solo quiero decir que muchas gracias por comentar mi fic, y espero nos sigamos leyendo pronto. Disfruten !! 

Capitulo 2. 

 

Había pasado algún tiempo, desde que Naruto se había enterado de la segura partida de su hermano, había sido una dura noticia y por varias semanas, el rubio, se mantuvo completamente distante con el azabache. Y aunque no lo aceptase, poco a poco; debido a las actividades diarias. Comenzó a volver a la normalidad, pero siempre con aquella espina que lo atormentaba, casi era como si cada día que pasaba, se llevaba algo de él. Por ello era que deseaba aprovecharlos al máximo, con sus compañeros, en el instituto… Con su hermanastro.

— ¡Muevan ese trasero, idiotas! —Gritaba Lee, quien desde la llegada de los nuevos miembros, al club. Había querido ser visto como un sempai respetable, aunque aquellos pobres chicos de primero eran los únicos que se lo creían.

— Lee, Suigetsu corre aún más rápido que tú, así que deja de forzarlos; los de primero son bastante buenos— Alegó Sai, quien colocó una mano sobre el hombro de su amigo.

— ¡Muy bien! Es todo por hoy… —Dijo Neji, quien a su vez lanzaba una botella de agua a los dos estudiantes nuevos —Juugo, Suigetsu… Lo hicieron muy bien.

— ¡Gracias! —Gritaron los dos al unísono, para después desvanecerse sobre las bancas, el entrenamiento era mucho más pesado de lo que se imaginaron; incluso para Suigetsu, quien anteriormente ya había estado en un club de corredores, pero nunca antes había entrenado tan pesadamente; Shikamaru y Sasuke, en especial, eran los que más miedo daban.

Suigetsu sabía que Naruto era el indicado en correr con Sasuke, para los relevos en parejas, ambos eran los que mayor resistencia tenían; era una meta, para el de cabello blanco, despojar a Naruto de aquel puesto y así correr junto con Sasuke en las próximas competencias. Pero para eso debía de entrenarse mucho más.

— ¡Tanabata! —Gritaron Kiba, Lee y Naruto. Quienes eran los más emocionados por finalmente ir a disfrutar de la actividad más esperada de Julio.

— ¡Oi! —Exclamó Shikamaru — ¡Primero debemos recoger todo! Así que usen esa energía para limpiar rápido.

Los tres eufóricos asintieron, y comenzaron a limpiar velozmente. Todos estaban emocionados, unos los demostraban más que otros; pero el Tanabata era un festival muy especial para los chicos, desde que están juntos, aproximadamente 14 años, acostumbraban ir a los festivales juntos, era parte de sus vidas, de sus recuerdos.

— Sasuke… —Murmuró aquel joven de cabello blanco, quien intentaba mantenerse lo más firme posible ante su sempai — Nosotros… ¿Podemos…?

— ¿Ir al festival con nosotros? —Interrumpió el Uchiha— Pueden acompañarnos, después de todo es algo que siempre hemos hecho, incluso ahora como miembros del club lo vemos como una actividad más, así que recojan rápido para poder irnos.

— ¡SI!

El azabache arqueó una ceja ante aquella respuesta llena de energía, desde que conoció a Suigetsu, pudo darse cuenta que tenía algo especial, casi podía sentir la misma pasión que sintió él, cuando estaba ingresando al club como miembro oficial, aquello era agradable.

°°°

Los caminos del pueblo se encontraban completamente iluminados, habían puestos de comidas, juegos y de todo tipo de actividades para divertirse, todo los habitantes parecían muy animados en aquella noche, incluso habían personas que llegaban desde Tokyo, pues a algunas personas disfrutaban más las actividades del Tanabata, directamente en los pueblos.

Los jóvenes, quienes rebeldemente habían evitado las Yukatas, se hallaban alrededor del lago, disfrutando de varios bocadillos, antes de iniciar la actividad más importante del festival.

— ¿Eres un bebé? —Se escuchó decir a Shino, quien indiscretamente pasó una servilleta por los labios, del moreno que tenía al lado.

— Eish, eso duele, idiota —Se quejó Kiba, agradeciendo a que frente al lago no había mucha luz, de esta manera no podría verse bien, sus mejillas sonrojadas. — ¡Oh! Mira esto… Eish, soy un desastre —Pudo ver como una mancha enorme de salsa, se había plasmado en su camiseta blanca— ¿Qué voy a hacer? No me sacaré fotos así…

— Definitivamente eres un bebé—Murmuró el de gafas, quien a su vez se quitaba la chaqueta que traía puesta, para así, sin pensar siquiera en cómo podría sentirse el adverso, comenzar a vestirlo con ella, muy serenamente. —¿Así está mejor?

Kiba se quedó observando fijamente al más alto, pese a la oscuridad de sus lentes; era como si podía sentir como sus miradas se cruzaban. Respiró profundamente y una sensación de paz se adueñó de su ser, aquel aroma que solo una persona podía tener, ahora más cerca que nunca.

—Huele a ti…

—Oh… Lo siento ¿Te desagrada? —Cuestionó preocupado el joven, quien no imaginó aquella reacción por parte del rudo chiquillo, esperaba más bien algo como ‘’¡No soy un niño, idiota!’’ O cosas así, en cambio; el rostro del moreno parecía más tranquilo de lo normal.

— Todo lo contrario, me gusta.

Shino esbozó una ligera sonrisa, al darse cuenta que Kiba también podía tener aquella dulce faceta, no dijo más; se quedó en silencio y continuó comiendo, con su mirada fija al lago, tan sereno como siempre. Era irritante para Kiba, saber que era el único nervioso.

Los demás jóvenes platicaban alegremente, acerca de temas variados; hasta que finalmente llegaron al tema de sus futuros.

— Sasuke ¿A qué universidad vas a entrar?

El Uchiha volteó su mirada de reojo al rubio, sabía que aquel tema le incomodaba.

—Voy a estudiar en el extranjero…

— Al igual que Suigetsu —Comentó Juugo, quien hizo sonreír al de cabello blanco —Con su coeficiente, se ha guardado campos en varias universidades extranjeras… Solo tiene que mantenerse así, y escoger la de su gusto.

—Tal vez nos sigamos viendo, Sasuke. —Murmuró el de sonrisa afilada.

Naruto mantenía su sonrisa más falsa posible, había sido un golpe bajo para él, saber que aquel chico nuevo, era aún mejor. Era doloroso saber que había alguien que podía seguir a su hermano, en ese momento conoció de cerca a la envidia, por primera vez el rubio había deseado algo que alguien más poseía. Quería los medios requeridos para seguir a su hermano a donde fuese que este se fuera. Pese a que todos los días se repetía un ‘’Estoy bien’’ no era cierto, aún había un vacío que él ocultaba.

 

La hora esperada llegó, finalmente los jóvenes de adentraron al bosque ya cargando cada quien su papel, en donde ya tenían escrito sus deseos, Kiba y Naruto eran los más emocionados pues amaban caminar por aquellos senderos iluminados, era simplemente una vista hermosa.

Todos, con cierto aire de nostalgia; habían comenzado a colgar aquellos papeles en las ramas de los arboles iluminados, a sabiendas que posiblemente era la última vez que lo hacían todos juntos, como la familia que era. Lee incluso había comenzado a llorar desconsoladamente abrazado al cuello de Neji y Gaara, quienes intentaban quitárselo a toda costa pero el de cejas pobladas era bastante fuerte cuando se lo proponía.

Naruto había tomado un poco de distancia, pero siempre sin perderse de la vista de sus compañeros, quería dejar su papel lo más alejado posible, de esta manera ninguno de ellos podría leerlo. Comenzó a dar pequeños saltos intentando alcanzar una rama bastante alta; pero le fue casi imposible puesto que no era lo suficiente grande para llegar. Al tercer intento, luego de dar el mayor impulso, el rubio, pudo sentir como se elevaba pero esto justo después de sentir una fuerte presión en su cintura, Naruto no estaba saltando alto ni mucho menos. Aquel joven de cabellera oscura había aparecido repentinamente, otra vez, y nuevamente a su rescate; tomándolo por la cintura de manera que pudo elevarlo con la suficiente fuerza para que el rubio pudiese colocar el papel en aquella rama deseada.

 

Al bajar, algo nervioso, el rubio inclinó su cabeza en forma de agradecimiento, aquel joven era bastante amable.

— Muchas gracias, Itachi —Dijo en un tono dulce, el ojiazul.

— No me des las gracias ¿Andas con tus amigos?

— Si ¿Tú también?

— Si, me están esperando cerca de aquí.

— Naruto… —Ingresó a la conversación Sasuke Uchiha, quien apuñalaba ferozmente a Itachi, con su mirada —Así que era verdad… Pensé que mi mamá solo estaba suponiendo, cuando dijo que posiblemente volvería a verte.

Naruto se quedó pasmado, al darse cuenta que aquellos dos se conocían, y que además de eso Sasuke parecía odiar al más alto.

— Es un gusto volver a verte, primo —Masculló Itachi— Pronto iré a visitarlos.

—No te molestes —Argumentó el azabache, a la vez que tomaba fuertemente la muñeca de su hermano— Vamos Naruto, nos están esperando.

 

Itachi solo agitó su mano en forma de despedida, ante la mirada apenada del de ojos azules. El pelinegro aún no comprendía como era que su primo continuaba teniendo aquel mismo carácter y Naruto no se explicaba cómo era que no sabía de Itachi puesto que había crecido al lado de Sasuke. De lo que el rubio no estaba enterado era de que Sasuke e Itachi se encontraban cuando hacían esos viajes a Tokio, únicamente su madre y él, hacia la casa de  la madre del de cabello negro, algo así como un encuentro entre hermanas. Desde ese entonces comenzaron a tratarse, pero obviamente Sasuke le cogió odio sin razón alguna, como lo hacía con la mayoría de las personas.

Naruto se mantuvo sin preguntar, únicamente terminó de disfrutar aquella mágica noche al lado de sus amigos, riendo y recordando momentos estúpidos que todos tuvieron que soportar alguna vez en sus vidas, incluso los dos nuevos miembros del club habían disfrutado de la situación.

Al día siguiente todo había vuelto a la normalidad, nuevamente Naruto se había sumergido en sus pensamientos durante las primeras clases, pero esta vez no pensaba en que almorzaría ese día, esta vez únicamente pensaba en que haría de su vida al salir del instituto, aún no tenía idea realmente.

—Quiero quedarme aquí para siempre —murmuró, sin darse cuenta que estaba siendo escuchado por el resto del salón.

— ¡Uzumaki Naruto! Es la segunda vez que interrumpes la clase ¡Cinco vueltas a la cancha! Y cuidado con hacerte el bonito y solo caminar, te estaré vigilando —Dijo Iruka, a quien siempre le tocaba lidiar con los despistes de su alumno más problemático.

 

El rubio únicamente suspiró, siquiera renegó. Salió del salón y comenzó a arrastrar los pies por el pasillo. Realmente no quería que el año terminase, quería seguir con sus amigos.

 

— ¿En dónde quieres quedarte por siempre? —Cuestionó una voz conocida, desde atrás. Al rubio voltearse, pudo darse cuenta que Sasuke caminaba hacia él.

—Sasuke… — Pudo sentir como su corazón daba un salto de alegría en ese momento — ¿Qué haces aquí?

— El profesor se dio cuenta que estaba escuchando música en clase —Musitó, claramente el azabache se había dejado ver, luego de que Naruto salió del salón — ¿Te atreviste a ignorar mi pregunta, dobe?

— Bueno… Sobre eso…

— ¡El que llegue de último se la come! —Exclamó el azabache luego de darle un fuerte golpe en la cabeza de su hermano. La verdad era que se había arrepentido de escuchar la respuesta, tras ver el triste gesto que adornaba el rostro del rubio, incluso podía imaginarse que aquella razón lo involucraba y no quería sentirse más culpable aún.

°°°

—Esos idiotas llevan casi una hora corriendo —Argumentaba Kiba, quien desde la ventana veía a Sasuke y Naruto corriendo, siendo vigilados por Iruka.

— Iruka-sensei se dio cuenta de que estaban jugando en vez de corriendo, seguro los hará correr hasta que se aburra. —Respondió Neji, quien se había quedado en el salón, junto con Kiba.

El castaño no se encontraba ahí simplemente porque sí, nunca fue muy amigo de Neji pero esta vez le había pedido que le explicase un poco de matemáticas, estaba en algo así como una ‘’misión’’ junto con Shikamaru; quien en ese momento seguro ya se encontraría hablando con Shino.

— Neji… Eres muy popular entre las chicas ¿Qué se siente eso?

Neji reaccionó de inmediato, levantando su mirada con un gesto cargado de sorpresa, incluso había dejado un rayón en el cuaderno de Kiba, ante aquella pregunta — ¿Qué quieres decir con eso? Claro que no lo soy.

— La vez pasada vi a una chica del colegio femenino, esperarte afuera, te dio una carta ese día ¿No es así? Pero que cruel Neji, la rompiste luego de que ella se fue con esperanzas.

— ¡Pero era para Shikamaru! —Confesó el de cabellera larga, ante la intensa presión que sentía por parte de la profunda mirada del moreno, sin darse cuenta que había confesado algo bastante delicado. Al caer en cuenta de lo que había hecho, inmediatamente llevó ambas manos sobre la boca de su amigo — Kiba… No le digas a Shikamaru lo que acabo de decir.

El moreno apartó aquellas manos, delicadamente —Así que rompiste la carta de amor que una chica te había pedido que entregases a Shikamaru ¿No es así? — El de mirada blanca asintió, sintiendo bastante pena en ese momento  —Ya veo… No te preocupes —Se puso de pie y colocó ambas manos sobre los hombros de Neji —Yo hubiese hecho lo mismo si alguien le enviase una carta a la persona que me gusta.

 

— ¡Espera! No… Estás equivoca… —El joven Hyuga siquiera tuvo tiempo de terminar de hablar, pues Kiba ya había salido del salón a toda prisa —Mierda… Estoy perdido.

 

°°°

Shikamaru se había sentido incómodo desde el primer momento en que tomó asiento al lado del de gafas, el silencio sepulcral era algo que odiaba en ocasiones, y aquella era una de ellas. Estando en grupo podía dirigirse tranquilamente a su amigo pero ya estando solos; simplemente no encontraba un tema que pudiese utilizar pues no conocía muy bien a Shino, además este solía utilizar respuestas cortantes y no quería eso.

— Shino… ¿Qué piensas de Kiba?

 

No solo Shino abrió sus ojos con sorpresa, Shikamaru también lo hizo al darse cuenta de la pregunta tan obvia que había utilizado, si Kiba estuviese ahí seguramente lo habría aniquilado.

 

—Shi-Ka-Ma-Ru —se escuchó una voz amenazadora desde atrás de ambos y pronto el de coleta se vio arrastrado del cuello de su uniforme, lejos de donde se encontraba Shino; quien esbozó una dulce sonrisa, aquella forma de ser tan explosiva, que poseía Kiba; era bastante dulce, al punto de hacerle sonreír de aquella manera tan natural.

 

°°°

En la cancha, Naruto y Sasuke ya se hallaban desplomados en el pavimento, Iruka les había dejado libres finalmente. Ambos estaban envueltos en una capa de sudor que había humedecido incluso sus uniformes. El rubio volteó su mirada hacia el lado donde podía ver el rostro de su hermano, aquel perfil al cual estaba tan acostumbrado.

—Sasuke —Murmuró el ojiazul —¿Por qué últimamente eres más amable conmigo?

El azabache guardó silencio por unos segundos, no quería responder cualquier cosa —Pues… No quiero que quedes con malos recuerdos míos. Pero eso no significa que deje de pensar en que eres un maldito dobe. Aún te odio.

 

—Idiota ¡Yo te odio también!

 

Todo corrió con normalidad después de eso, Sasuke y Naruto continuaron tratándose de manera grosera solo que esta vez el azabache siendo más atento con el rubio, lo cual era incómodo pero tranquilo para el de mirada azulada.  Aunque por la tarde, cuando regresaban a casa. El rubio tenía sus cabellos más puntiagudos de lo normal. Su hermano venía al lado de alguien extraño, nuevamente. Luego de haberse despedido del resto de sus amigos, tomó camino muy al frente de ellos, no quería escucharlos ni verlos.

 

Sasuke solo lo miraba desde atrás mientras Naruto se preguntaba si aquella escuela estaba llena de homosexuales calientes que solo querían con su hermano. Esta vez incluso se trataba de un rubio igual que él, incluso se veía más inocentes que los de las noches anteriores.

Al llegar a casa el rubio tuvo que finalmente perder contacto con el Uchiha, cuando este pasó directamente a la habitación junto con aquel chico, aunque antes de entrar a la habitación, Sasuke se dignó a dedicarle una última frase a su hermano —Tranquilo dobe… Solo vamos a estudiar.

—Como si fuera a creerlo —Murmuró para si mismo el moreno.

Más tarde, cuando ya Naruto se encontraba agradeciendo por la deliciosa cena, su nueva madre le pidió el favor de llevarle unos bocadillos a su hermano y a su nuevo ‘’amigo’’ era el momento perfecto para el ojiazul, descubriría si finalmente Sasuke había traído a su nuevo amigo para fines sanos. Llevaba unos bocadillos y unas cuantas bebidas, en una bandeja plateada. No se dignó a tocar, pues no era algo que ambos hicieran, entró directamente; encontrándose la escena menos esperada.

 

Su hermano se encontraba sentado en el piso, al lado de aquel intruso; ambos con la mirada fija sobre unos libros matemáticos que se hallaban sobre aquella mesa baja, totalmente concentrados y en silencio.

—Con permiso… Mamá hizo estos bocadillos para ustedes —Musitó al momento que ingresaba totalmente a la habitación y colocaba la bandeja sobre la mesa.

— Ohh ¡Muchas gracias, Naruto-kun!

 

El rubio asintió y salió de la habitación con una amplia sonrisa en su rostro, aquel rubio no era igual a los demás después de todo. Parecía una persona sin fines pervertidos como todos los demás, que la lujuria se les notaba en sus ojos.

—Yo también debería de estudiar matemáticas… ¡Oh! Pero Sasuke tiene mi libro —Tras unos minutos decidió que lo mejor era pedirle el libro ahora antes de que se concentrase más en sus estudios y nuevamente sin permiso abrió la puerta de la habitación, entrando en ella — ¡Sasuke también voy a estu…!

 

El rubio se quedó pasmado, observando como el azabache tenía su mano por encima de los cabellos de aquel rubio, quien se encontraba literalmente tragando el órgano masculino de su hermano, y además parecía disfrutarlo. Rápidamente ambos lujuriosos reaccionaron y se separaron, el rubio intruso muy apenado no pudo con la situación y tomó sus cosas para así salir rápidamente de aquella habitación; empujando levemente a Naruto al hacerlo, iba lo suficiente molesto como para odiarlo; tras haberle interrumpido la oportunidad de su vida.

 

Sasuke subía la cremallera de su pantalón a la vez que torpemente se intentaba poner de pie. Era la primera vez que Naruto lo encontraba de aquella manera, estaba consciente de que su hermano sabía de lo que hacía con aquellos chicos, pero el hecho de ser visto; era realmente incómodo. —Naruto…

— Por un momento pensé que realmente estaban estudiante… Que tonto. —el rubio le dio la espalda a su hermano, y cuando estuvo por abrir la puerta, el azabache empujó con fuerza su mano contra esta. No pensaba dejar ir al rubio en aquel estado de shock. Lo mantenía en una especie de jaula humana gracias a su brazo izquierdo, mientras con el derecho cubría su notoria erección que por alguna razón ni siquiera el susto consiguió bajar.

Naruto se giró lentamente hasta encontrarse de frente a su hermano, cruzando ambos sus miradas penetrantes. Pronto se vieron envueltos por un penetrante silencio, el rubio odiaba el hecho de tener que soportar a los ‘’amigos’’ calientes de su hermano, odiaba saber que estaban haciendo cosas indecentes en su habitación… Odiaba saber que Sasuke los acariciaba con las mismas manos que le revolvía los cabellos a él, odiaba que les jadeara con la misma boca que le regañaba a él, odiaba que los mirase con los mismos ojos que lo miraba a él… En otras palabras, odiaba el hecho de que todas aquellas muestras de afecto no fueran únicamente para él.

No entendía por qué razón Sasuke quería hacer eso todo el tiempo, él también, como hombre, constantemente tiene deseos que complace él mismo, pero nunca antes había metido a nadie a la casa, ni mucho menos hacer esa clase de cosas con gente que recién conoce; en cambio su hermano…

— ¿Puedes dejar de hacer esas cosas con otros chicos? ¡Si realmente no puedes satisfacerte tú solo… Entonces yo puedo ayudarte!

Sasuke se quedó perplejo, siquiera creía que aquellas palabras fuesen salidas de los labios del rubio. El recelo estaba marcado en su rostro.

— ¿Qué acabas de decir?

— Que puedes hacer conmigo, las cosas que haces con esos tipos… Somos cercanos después de todo ¿No? Yo puedo ayudarte con eso de ahí abajo.

Siquiera Naruto sabía lo que decía, estaba claro que no era él en ese momento. Era su adolescente interno que se estaba apoderando de aquella situación. Teniendo sus mejillas sonrojadas, quería desviar su mirada pero simplemente era perder ante el azabache, después de todo aquel rostro de sorpresa era algo nuevo para el Uzumaki, y esperaba que solo él lo pudiese ver.

— ¿Te estás dando cuenta de lo que estás diciendo, dobe? No juegues conmigo.

Sasuke estaba molesto, toda su vida había estado huyendo de aquella clase de situación, y ahora el rubio llegaba muy tranquilamente a ver todo aquello como una ‘’ayuda’’ como si para el azabache fuese tan fácil. La mirada de Sasuke era opacada por un brutal ceño fruncido que le hacía saber al rubio lo descontento que se encontraba justo en ese momento. Naruto no estaba consciente que Sasuke no lo veía como un simple hermano, no tenía ni la más mínima idea de que todos esos años fueron una tortura para el azabache; quien se retenía constantemente, luchando contra sus impulsos.

Durante muchos años, desde que el Uchiha descubrió su gusto hacia los hombres, incluso desde antes… Había sentido algo especial por el hijo de su padrastro, incluso sus primeros jadeos y experiencias habían sido dedicadas al pequeño y revoltoso rubio, era una lucha constante verle a la cara luego de haber manoseado sus partes íntimas con el rostro de su hermano en su mente. Muchas veces el mismo Sasuke Uchiha había tenido que luchar contra la repulsión que sentía al momento de verse en el espejo, cada minuto de su vida se había vuelto una total agonía hasta que descubrió el desahogo en el sexo.

Aunque el efecto era momentáneo, aceptaba que olvidaba todo al encontrarse completamente excitado, de aquella manera había conseguido sobrevivir cerca de Naruto todo ese tiempo, aunque finalmente había tomado la decisión de dejar aquella vida y alejarse por completo del rubio, rehacer su vida en otro país.

Y ahora el Uzumaki llegaba a querer hacerle perder el equilibrio y la razón.

— Sal de aquí, maldito dobe.

— No te preocupes… No soy igual que tú ni nada de eso, solo ve esto como un favor, tú no traes a más tipos extraños a casa y yo hago lo que ellos hacen, o al menos te haré sentir bien.

— ¿Dónde diablos aprendiste a hablar de esa manera? —Sasuke cerró sus ojos por un momento, para pensar la manera en acabar con el asunto pero al abrir sus ojos, el rubio ya se encontraba de rodillas; frente a su abultado pantalón; aún así el azabache no dejó de cubrir la zona de la erección. — ¡¿Qué estás haciendo, idiota?!

— ¿No es obvio? —Cuestionó subiendo su mirada para poder verlo desde abajo, dejando notar de mejor manera el sonrojo que ya había aumentado — No te hagas el duro Sasuke… Nadie se va a dar cuenta —Quitó la mano de su hermano para consiguiente abrir el cierre y bajar la zona del bóxer que cubría el miembro; dejando este completamente al descubierto sin haber sido necesario el bajarle los pantalones.

Sasuke estaba absorto, ver a su pequeño Naruto de rodillas frente a él, le hizo sentirse completamente asqueado hacia sí mismo. ¿Qué estaba haciendo al llevar a una persona inocente hasta ese extremo? Su madre lo odiaría si supiera lo que estaba haciendo ahora mismo con el hijo de su esposo. Sasuke estuvo a punto de volver a regañarle pero las palabras se quedaron atascadas, al momento de sentir como la mano del blondo sujetaba con poca fuerza aquella parte de su anatomía, causando que una corriente eléctrica le bailase por todo el cuerpo. No era una sensación que llevase a la gloria, lo que lo llevaba hasta ese punto de excitación era el hecho de saber que era el rubio quien estaba llevando a cabo aquella acción.

— Maldito dobe… —titubeó el azabache, mirando hacia el rubio —Si no te largas ahora mismo… tendrás que quedarte de rodillas hasta que me sienta completamente satisfecho.

Naruto abrió sus ojos de par en par, al darse cuenta que el rostro agitado de su hermano podía ser jodidamente sexy al agregarle aquellas palabras que le recorrieron por toda su cabeza, consiguiendo que su cuerpo se erizara completamente. Nuevamente llevó la mirada al caliente miembro ajeno, no sabía como debía de hacerlo; pero recordó las películas porno que alguna vez vieron en grupo en la escuela, recordaba claramente como la chica absorbía aquella extensión, y además parecía disfrutarlo; no quería excitarse al hacer aquella clase de cosas con la boca; pero después de todo la excitación nunca fue su propósito, solamente quería bajar la erección del azabache.

Tragó pesadamente y entre abrió su boca para sacar poca parte de su lengua y así empezar a lamer aquella zona resbaladiza, tenía un sabor salado pero se sentía completamente suave en su lengua; mantenía sus ojos cerrados con fuerza; no quería siquiera imaginar el rostro de Sasuke en ese momento.

Finalmente tras dejar aquel miembro completamente humedecido con su lengua; procedió a llevarlo directamente al interior de su boca, consiguiendo únicamente un poco más de la mitad pues no era como aquellas actrices que acostumbraban a llevarlo hasta su garganta. El rubio hacía lo que podía.

Sasuke, por su parte, estrujaba sus dientes con ímpetu. Los torpes movimientos de Naruto lo estaba llevando a otro nivel de placer, incluso había llevado una mano hacia aquellos cabellos dorados; enredando sus dedos entre estos. Incluso podía sentir como su cadera comenzaba a moverse por apatía con el deseo de entrar más profundo en aquella tórrida cavidad.

Pronto Naruto había comenzado a escuchar los lujuriosos jadeos del más alto, aquellos jadeos que de ahora en adelante quería solo para él; no le importaba cuantas veces tuviese que ponerse de rodillas siempre y cuando Sasuke cumpliese y no llevase ningún entremetido a la casa. El rubio ya había tomado familiaridad con lo que estaba haciendo y pronto había comenzado a sentir un líquido extra en su boca; sin darse cuenta que se trataba del pre-semen, continuó moviéndose con prontitud hasta que el interior de su boca se vio lleno por una explosión de semen, que resbaló parte por su garganta, el resto quedó en el piso luego de que el blondo escupiese y tosiese. 

— ¡Idiota, pudiste avisarme! —Chilló completamente molesto por haber consumido aquel espeso liquido — ¡Teme!

— No pude contenerme, se sentía jodidamente bien.

 

El rubio abultó sus labios, estaba a punto de levantarse cuando de pronto vio al azabache bajar hasta donde él se encontraba y de esta manera abrazarlo contra la pared. El de ojos azules se quedó completamente perplejo pues no esperaba aquella reacción. Sasuke ocultaba su vergonzoso rostro entre el cuello blando de su hermano.

— Dobe… Solo haz esta clase de cosas conmigo.

— ¡Teme! Ni que fuese como tú, no me metería jamás otro pene en mi boca… Me gustan ya sabes…

— Los coños.

— ¡No tienes que decirlo así, imbécil!

— Discúlpeme usted, su real magnificencia… Usted goza de los órganos reproductores femeniles. 

— ¡Eso suena mucho peor!

Naruto se calmó, al escuchar reír suavemente al azabache, llevó una mano a sus oscuros cabellos y comentó a acariciar con suavidad; por alguna razón sentía que su hermano se encontraba buscando refugio entre sus brazos.

— No te sientas mal por esto —musitó el rubio— Ambos sabemos lo que estamos haciendo, no me estás obligando a nada… Solo estoy ayudando con tu calentura… Mientras que tú ayudas en no traer más tipos raros a la casa. Ese último parecía diferente… Eish.

— ¿Estás celoso?

— ¡¿Qué?! —Inmediatamente empujó al azabache, apoyando sus manos contra los hombros de él — ¿Celoso de esos tipos? Ni que también fuese gay.

— Me acabas de ma…

— ¡No lo digas! —El rubio interrumpió inmediatamente al azabache pues no quería escuchar aquella repugnante palabra — Ya te dije, solo nos estamos haciendo un favor mutuamente… Eso no me hace gay… —comenzó a levantarse— Y si me disculpas, me iré a lavar los dientes para quitarme ese maldito sabor de mi boca, sabor a teme.

El rubio dejó la habitación, dejando así a un confundido Sasuke quien aún no planeaba levantarse del piso, sabía que Naruto se arrepentiría al día siguiente de lo que había hecho; después de todo habían crecido como hermanos y se volvía un poco perturbador.

Mientras tanto Naruto se encontraba en el baño de su habitación, completamente a oscuras sentado derrotado en el frío piso, mientras que con su mano izquierda deshacía toda la tensión que había estado acumulando, su corazón dolía y las lágrimas caían por sus mejillas, se sentía completamente deshecho en ese momento. Para el Uzumaki, el haber tenido una erección luego de tener el miembro de su hermano en la boca, era una pésima señal de que las cosas se estaban desbordando de sus manos. No tenía por qué excitarse con el simple hecho de saber que Sasuke lo estaba, pero así sucedió.

— ¡Maldición, sal de mi cabeza! —Exclamó al darse cuenta que no podía sacar al Uchiha de su mente, que si llegaba al éxtasis era gracias a su querido Sasuke, y fue de esa manera —Maldición… Soy un asco de persona…

 

Efectivamente se sentía el ser más ruin del mundo en ese instante, sin darse cuenta que no era el único. 


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