Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cortos de recompenza por War Black

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Espero que les gusten, son totalmente imaginación mia.

Quiero decirles algo importante, las historias que aquise publicaran, pueden ser elección suya. Eso quiere decir, que ustedes (Por sus comentarios) pueden elegir la proxima, solo deben de darme alguna idea, cualquiera.

En preferencia antes del viernes, así tengo un poco de tiempo para realizarla. Si no hay alguna idea, no hay problema, algo se me ocurrira y lo subire

Dependiendo de lo que aqui se publique, lo entrelazare con la historia o solamente será algo individual.

Notas del capitulo:

Este es el primero de muchos, (Espero) 

Espero que les guste tanto como el fanfic, de donde sale toda esta imaginación

Sin más que decir.. ¡Disfrutenlo!

Pov Allison

Estaba durmiendo, cuando  escucho ese horrible sonido en mi habitación. Prendí la luz, por decima vez, encontrando a Siro sentado al lado de la puerta, tenía la cabeza un poco contra el piso. Me levanté preocupada, caminando hasta el

-          ¿Estas bien?- Le pregunte, una vez que llegue a su lado

-          Si… Solo… Me trapique- Contestó con cierto esfuerzo- Nada que arregle un poco de descanso- Comentó, terminando por subir a mi cama- ¿No vienes?- Me cuestionó mirándome desde mi almohada

-          Claro- Contesté sin creérmelo realmente- Descansa-  Lo abrace, como siempre hacía, besándolo en la frente.

Siro había actuado un tanto extraño los últimos días. Casi no salía para nada, y todas las noches escuchaba ese maldito sonido, pero cada vez que le preguntaba si estaba bien me contestaba con lo mismo “Solo me trapique” ¿Pero cuantas veces te puedes trapicar, hombre?

-          ¿Te pasa algo?- Miré a Kelly, notaba cierta preocupación en sus ojos

-          ¿Eh?... ¡Ah!.. Si- Me rasque la nuca, un poco avergonzada, odio cuando me mira así, me recuerda al momento del cementerio y eso me lleva a la casa, que se liga con la vez que la vi en interiores… ¡Que mierda estas recordando!- Digo… No- Sentía mis mejillas un poco calientes

-          Okey- Contestó sin entenderme

-          Pasa algo, pero no a mí- Explique calmándome, nerviosa era un asco, con todas las letras

-          ¿Entonces?...¿Algo en lo que pueda ayudar?- Dejo de lado su libro.

La miré, dejando de mover la lapicera. Estábamos haciendo tarea, en realidad, le estaba explicando algunas cosas de Física, esta chica es inútil con esa materia, no había nadie en la casa, la tía seguía en el trabajo, después de todo, otra vez le tocó turno nocturno y Siro dormía en mi cama, ajeno a esta conversación.

La veía dispuesta a hacer algo, siempre me sorprende su entusiasmo y las ganas de querer ayudar con todo, ¿Será así con todo el mundo?

-          Siro a estado actuando extraño- Comenté angustiada, me preocupa de veras, pero el maldito no lo entiende. Miré la carpeta, me sentía fatal por no poder hacer algo por el

-          ¿No será que sigue en la época de apareamiento?- Preguntó

-          No lo creo… Ya van varias noches que lo oigo… ¿Tocer? ¿Estornudar? ¿Con nauseas?- No sabía bien como definirlo, parecía que quería vomitar, pero no lo hacía, sonaba a que estuviera tosiendo… Aunque no creo que sea eso.

-          ¿Has ido a una veterinaria?- Me cuestionó, yo levante mi vista de la carpeta. Clavando mis ojos con los miel de ella- ¿Pregunte algo estúpido?- Se contrajo en al asiento

-          ¡Claro que no!- Me levanté emocionada, ¿Cómo no se me ocurrió antes?- ¡Eres una genia!- Le bese la mejilla, pero me separe rápidamente ¿Qué había hecho?

-          Eso es bueno, me alegra ayudar- Me sonrió, dejando pasar la acción

-          Si, es bueno- Supongo que es normal… Esta molestia en mi pecho, debe ser normal

Me volví a sentar en mi silla, así terminaría de explicarle todo. En la mañana lo llevaría a la veterinaria, quiera o no, iría. No voy a dejar que empeoré, sabiendo de ante mano que podía haber alguien que lo cure

[::::::::::::]

-          Te odio por esto- Comentó Siro, mirándome con un profundo odio en sus negros ojos

-          Me lo agradecerás en unos días, cuando lo que sea que tengas, se vaya- Susurré, deseando que nadie me escuchara.

Estábamos en la veterinaria, en espera a ser atendidos. El local no estaba ni muy lleno, pero tampoco tan vacío, como para poder hablar abiertamente, solo tres personas estaban antes de nosotros.

Me había costado bastante encontrar el lugar. Descubri que Kelly no sirve para ser de guía, así como me explico, termine en una calle cualquiera, en un barrio desconocido, y con un montón de miradas detrás de mí. Me toco preguntarle a un señor que pasaba de camino, el lugar especifico donde estaba la veterinaria.

Tenía a Siro envuelto en mi campera. El maldito había intentado escapar, cuando le mencione la palabra “Veterinaria”, por lo que fui más rápida, y logre amarrarlo con la primera prenda que encontré, en este caso, mi campera. Se veía ridículamente gracioso, tanto que Kelly, le dio la carcajada en cuanto lo vio. Después de unos cuantos insultos, por parte del felino, varios intentos de escape, y una que otra mordida, había ganado esa batalla, dejándolo cansado.

-           Pensé que me querías- Murmuró, lo observe.

-          ¡No me jodas!- Grite en susurro- Hago esto porque te quiero- Comente ofendida

-          Claro que me quieres- Rodo lo ojos- ¡Me quieres castrar!- Me gritó, volviendo en su intento por safarse

-          No es cierto, solo saber que tienes- Lo apreté más fuerte, pero no tanto como para lastimarlo

-          Tos, solo eso… Ahora que lo sabes vámonos- Paró, mirándome con unos muy lindos y tiernos ojitos, me recordaron al gato con botas

-          No, tienes que parar eso- Aparte mi vista, si lo seguía mirando, caería redondita en su juego, y lograría su objetivo, irnos de aquí

-          ¡Ya vámonos!- Grito, moviendo sus patas, sacando las uñas. Cerré los ojos, había logrado lastimarme las manos, y parte de la muñeca derecha.

-          ¡Que te quedes quieto, de una vez!- Grite, sin poder evitarlo- ¡No te vengo a castrar, hombre! ¡Solo quiero parar tu feo ataque de tos!

Callé de golpe, mirando alrededor. Seguro me vería como loca por hablar con un gato, porque ese sería el pensamiento que rondaría por la cabeza de las personas presentes, “Que chica loca”. Pero me sorprendí, no había nadie en la sala de espera. ¿En qué momento se fueron todos?

No paso mucho hasta que la veterinaria nos llamó. Me levante con Siro en los brazos, entramos a la sala, que parecía un consultorio de hospital, y me quede parada en la puerta, con Siro en las manos.

En cuanto entramos se quedo quieto, como si se asustara de solo estar allí.

-          Buenas tardes- Me saludo amablemente la veterinaria. Una mujer joven, seguro que no pasa los 26, cabello negro largo, atado en una coleta. Una bata verde claro, abierta, dejándole ver su remera de igual color.

-          ¿Qué tiene el amiguito?- Preguntó señalándome una mesa de metal, quería que dejara a Siro sobre ella

-          No lo se- Contesté, frotándome la herida una vez que hice lo que me pidió. Me había lastimado mucho, me comenzaba a salir sangre- Pero todas las noches comienza a toser, pareciera que le dan nauseas

-          No es verdad- Me negó Siro, interrumpiéndome.

-          Bien… -Observó a mi gato, como si quisiera analizarlo.

Lo acaricio, le toco las cortillas, las vertebras, las patas y sus brazos. Miró dentro de sus orejas, y le reviso la boca, con mucho esfuerzo ya que este no quería abrir su boca. Lo levantó, como queriendo pesarlo. Al finalizar su análisis lo dejo en el mismo lugar donde lo sacó, la mesa de metal.

-          No parece nada grave- Me miró con atención- Solo un simple resfriado- Caminó hasta su escritorio, que por alguna razón estaba en el mismo lugar, y saco un pedazo de papel. Escribió algo en el y me lo entregó- Muchas veces los animales se resfrían cuando salen muy seguido. Estamos en un época en donde el frio es más fuerte, y sus defensas están algo bajas. Antes de salir, pasa y compra esto, es un analgésico, para que se cure más rápido, y una receta para que les des alguna vitamina, que no le caerían mal.

-          Muchas gracias- Le agradecí, colocándome mi campera- Me había preocupado- Acaricie la cabeza de Siro, que aun seguía un poco arisco a mis caricias

-          Es normal no te preocupes tanto- Comentó con una suave risa- Pero lo podrías evitar si lo castras- Me aconsejó

Lo mire, el odio que desprendió en ese momento me dio miedo. Nunca lo había visto tan molesto, y eso que ni siquiera había pensado la idea de castrarlo, ¿Por qué me odiaba?

-          Gracias, pero lo dejare así- Le sonreí, tanto a él como a la veterinaria- No quisiera levantarme todos los días, con un arañón nuevo- Dije entre risa siendo acompañada por ella,  aunque pareciera chiste, era verdad.

Sabía que si lo hacía, amanecería peor que hoja rayada. Su sola mirada me lo advertía, supongo que por ahora seguirá “Dejando su descendencia” por la vida.

Salimos, al llegar a casa le di los medicamentos, tal como decía las instrucciones. No paso mucho tiempo hasta que se curo del todo, pero aun así seguía molesto por haberlo llevado a la veterinaria, o como decía el “La carcel de animales”.

Solo puedo pensar, que el odio que le tiene a esos lugares, se debe de remontar a mucho antes de que estuviera conmigo. Seguro que su antigua familia lo llevó y no le fue tan bien como el pensaba.

Pero es algo que no se bien, ya que nunca me contó cómo fue su antigua familia. Supongo que debo de esperar a que se abra más conmigo, y que por su cuenta, me cuente que sucedió exactamente para haber terminado a mi lado, como mi gato Siro.

Notas finales:

Este es por hoy. Ya saben, que si quieren, pueden elegir la proxima historia, todo esta explicado más arriba.

¡Nos leeremos en el proximo!

War Black

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).