Te veo por primera vez por SilverCamil

Miércoles 18 de Mayo.

Salimos de casa los tres juntos a Mai se le dió por querer pasear, tener una salida al aire libre, ninguno de los dos dijo nada, se le dio el gusto.
Terminamos comiendo unas galletitas hechas por Mai, tomando agua, sentados en una banca de una plaza.
Durante a lo mejor dos horas sacamos temas al azar hasta el punto de recordar varias vivencias del pasado, por ejemplo mi amistad con Geb, el cómo Mai apareció en nuestra vida, los conflictos de la convivencia y otras anécdotas.

Con Geb nos conocemos desde hace años, desde los ocho, creo que estuvo bastante predestinado, nuestras madres fueron compañeras en la secundaria y luego varios años después se reencontraron y así nosotros terminamos siendo los mejores amigos.
Un Geb de ocho años es bastante divertido recordar, siempre metido en todo, no se quedaba quieto, siempre tenías la oportunidad de escucharlo reír a carcajadas, que alguna profesora le llame la atención y que alguna compañera lo mirara constantemente pero claro en ese tiempo no le importaba, luego en la secundaria, ya a los catorce ya casi quince creció bastante, llamando aún más la atención, su hiperactividad no cesó demasiado eso si empezó a hacer deportes que le proporcionó un cuerpo con el cual nunca dejó de ser el centro de atención del curso y de los demás cursos, y ni hablar a los dieciséis con todas su hormonas en plena ebullición, no había día en que no me contara algo nuevo con alguna chica o los fines de semana, solíamos juntarnos en casa con los chicos a comer y después salir a algún boliche y no me faltaba que pasada las dos de la mañana viniera a mí y me informara de que se iba y que me llamaba para que le abriera la puerta de mi casa, a mitad de ese curso y unos meses más se enamoró y así también le rompieron el corazón, fue la única temporada en donde Geb no fue Geb y se transformó en un chico tranquilo y responsable, bastante raro, pero pasó, cuando llegó el verano Geb volvió, empezábamos nuestro último año en la secundaria, Geb ya no estaba tan obsesionado en mantener relaciones, ni siquiera en las de una noche, solo en eso se mantuvo calmado, en lo demás no, fiestas, alcohol y una que otra noche consumiendo alguna droga, por suerte nada se salió de control, es más en una de esas noches Geb conoció a Maira.
El destino nuevamente volvía a jugar con nosotros, ese día en que Geb la conoció yo no tuve esa oportunidad, lo tuve varias semanas después en casa de un amigo, había salido al patio a fumar y cuando menos me di cuenta ya estábamos compartiendo un cigarrillo, el rocío que caía a la medianoche y un charla filosófica bastante absurda.
Algunos días después de eso, Geb me mencionó que se iba a encontrar con una chica, no le di importancia, a los días siguiente solo hablaba de ella, se mensajeaba con ella constantemente, Geb centró su atención en esta chica, seguía sin conocerla, hasta una juntada en la casa de este amigo, y conocí a la chica afortunada de tener la atención de Geb, la misma chica del cigarrillo, se me presentó como Maira y Geb como todo competitivo y defensor de lo suyo, la agarró de la cintura, yo reí y Mai también.

Llegamos a casa cerca del mediodía, si madrugamos para darle el gusto a Mai, se cocinó unos fideos con crema con unas milanesas de pollo, nada muy elaborado, algo rápido, en lo que almorzábamos recibí un mensaje de Claus, me abstuve de contestar en el momento, luego de limpiar lo del almuerzo me decidí a ir a dormir, por lo menos unas cuantas horas.