Claus
La cena no estuvo tan mal, Geb encargó unas hamburguesas que trajeron unas porciones de papas fritas de regalo, hasta ahí todo bien, él se tranquilizó y pude comer en silencio, dejándome pensar el cómo mencionar a Mai sin que se altere.
Pasaban de las nueve y Geb volvía a intentar contactarse con Maira, caminaba del comedor al living apretando con las manos una botella vacía, yo ya estaba en el límite de querer irme pero no podía dejarlo solo, el pobre enloquecería.
- Geb podes parar con eso está claro que no va a contestar-.
Su mirada se congeló en la mía.
La botella ya no podía ser más estrangulada.
Sus ojos no podían estar más vidriosos.
Y yo no podía irme.
- Vamos a denunciar esto, nada está yendo bien-.
El policía que estaba de guardia nos tomó por pelotudos, entiendo, no tengo la cara de desesperado en su máxima expresión pero por favor nada era joda, acá de verdad desaparecieron dos personas, acá de verdad está todo muy sensible, además si la policía estaba así de despreocupada a pesar de las muertes queda más que claro que van a seguir ocurriendo y por no agregar que Geb casi se le va encima cuando sugirió que a lo mejor Isma y Mai se habían escapado juntos y que el oficial se nos ría descaradamente, Geb estaba a nada de quedar detenido por agresión y por pura diversión del oficial, era lo último que faltaba.
Llegamos al departamento con Geb todavía enojado y con ganas de golpear a alguien, llegamos al departamento con el cielo cubierto, llegué con ganas de mandar todo a la mierda.
Desperté con el aroma a café que ya invadía mis sueños, cuando miré alrededor la luz era tenue, el cielo no logró quitarse las nubes de encima.
- Es temprano y no hay nada nuevo-. La voz de Geb a penas se me hizo audible, al buscarlo lo encontré en el balcón sosteniendo una taza lleno de café.
- ¿Qué hora es?-.
- Cerca de las siete, así que si queres acostarte no hay problema-.
Fui a la cocina a servirme un poco del café instantáneo y me encaminé al balcón, el primer sorbo fue horrible.
- Gracias por quedarte-.
Quedamos en silencio hasta el momento en que el café no supo tan asqueroso, en pocas palabras, hasta que me lo acabe.
- Es bastante estúpido que pregunte ahora, pero ¿Qué sos de Maira? -.
-Pensé que ya sabias, somos hermanos-.
- No tenía idea, Ismael hace tiempo que no me cuenta las cosas-. Dejó escapar una risita floja, esto se volvía incómodo.
-Geb, hay algo que quiero comentarte acerca de Maira-.
-¿Qué es?-.
Respire hondo.
-Creo que ella tiene algo que ver con la desaparición de Isma-.
-¿Me estás diciendo que el policía ese de mierda tiene razón y se fueron juntos?-.
-No eso no, bueno no de ese modo, creo que Mai le hizo algo, si ya se no tiene sentido pero con lo que Isma me estuvo hablando y otras cosas, sé que suena ilógico y Maira parece demasiado buena-.
Entré a la cocina, dejé la taza en la mesada y me gire a mirarlo.
- Suponiendo que te creo y solo porque yo también noté los cambios de Maira, ¿Qué sugerís hacer? Porque ella puede estar en cualquier lado -.
-Si en cualquier lado pero con Ismael-. Y esa era la diferencia.