Te veo por primera vez por SilverCamil

Miércoles 1 de abril.

Claus.

El tiempo no vuelve, el pasado es inamovible, pero aun así busco y recorro mis recuerdos, los desato y los vuelvo a atar, no puedo cerrar los ojos, no hay momento en que mi cabeza quede en silencio.

Desde el momento en que Maira quedó detenida, mi vida también se detuvo.
¿Cómo tengo que seguir? Si ya todo lo que construí cuando me fui de casa, lo tengo que abandonar, ahora sin intenciones de convivir con mis padres tengo que hacerlo por el deber de ser su hijo, de ser el hermano de una chica obsesionada, perdida, insatisfecha y ahora también puede ser llamada loca.

En una semana no encuentro la paz  que convive conmigo, se escondió o a lo mejor desapareció para siempre, no me sorprende, la única persona que podría hacerme sentir mejor fue víctima de la locura de Maira, volver a ver a Ismael es algo que me niego por más que lo desee, no es un gusto que pueda darme fácilmente, primero quiero ordenar lo más urgente, mi familia, siempre supe que no pertenecía a ellos, todos eran iguales, obsesivos, dependientes, creen que todo es de uno, y no cambiaron, cuando mamá me vio, me abrazó tan fuerte y sus primeras palaras fueron “volve con nosotros”, si no los conociera pensaría que lo dice por cariño de madre pero no, lo dice porque cree que no hay mejor lugar que estar en casa con ellos, rodeado de cuatro paredes, en donde las primeras dos o tres semanas parecería ser la mejor decisión que tome en toda mi vida, pero con los meses todo empeoraría, ellos empezarían con sus exigencias, sus cuestionamiento de porqué esto y aquello, quejas de salidas, quejas de tareas del hogar, pedir explicaciones de cada cosa, inventar situaciones que no pasaron para poner un límite que no debería estar, y no diría nada si no puedo hacerme cargo de mí mismo, pero puedo, me fui de la casa y viví bien ¿Por qué volvería a pasar por algo que ya sé que va a terminar igual? Sería estúpido.

Voy a darme una ducha, el agua fría es de las pocas cosas que me hacen olvidar por un momento, disfruto los pocos minutos en que el agua limpia todo mi estrés, todo el dolor que no digo y las frustraciones escondidas, porque a estas alturas ya no puedo culpar a nadie por más que si haya uno, no tiene caso, la solución queda en mí, queda en cómo decida hacer las cosas y por primera vez en mucho tiempo no sé qué hacer.

Por el balcón entra el viento, investiga los rincones del comedor y sale por donde entró, hace eso hasta que dejo de sentirlo, se calma y un brisa queda en su lugar, mi cabello se seca gracias a eso y hace que recostarme en el suelo sea agradable, estar en este estado de en mente en blanco me hace pensar en cosas aisladas y sencillas, el viento me recuerda a las hojas secas siendo llevadas al cielo, las hojas al otoño, el otoño al café a su olor, su sabor amargo, los sabores amargos a las primeras miradas y las primeras miradas a Ismael, Y Ismael ahora me hace querer sentir calor, un calor que no tengo.