Te veo por primera vez por SilverCamil

No me moví de mi posición.
El programa sigue su curso, dan a conocer los datos de la nueva víctima.
Carla, 19 años. Su imagen vino directo a mi mente, al igual que su amiga Sofía, 18 años. Ambas riendo en esa noche fría, juntas y  ahora juntas devuelta.
Sé que Geb y Maira se dan cuenta de cómo estoy, pero no dicen nada, a los minutos siento como Geb pasa su mano por mi hombro y en como Mai acaricia mi cabello, no quiero molestarme, siento que me tratan como un bebé, como un nene de 8 años que se perdió en el supermercado y no encuentra a su mamá y si capaz en este momento me sienta algo perdido pero no quiero que me traten así.   
- Ya está, no importa-. Me muevo para que dejen de acariciarme.
- Isma-. No la miro porque sé que expresión tiene.
- En serio Mai todo está bien, ya paso-. Me levanto y voy camino a la cocina, quiero agua.
Vuelvo al living con el vaso de agua y los miro a ambos, Maira es la viva imagen de una madre preocupada de su hijo adolescente y Geb el tío que intenta encontrarle el lado divertido a todo, el que quiere apaciguar el problema y bueno supongo que yo soy el adolescente que mantiene preocupados a todos, y eso es lo que me molesta, siempre intento que hagan su vida, pero diga o haga lo que haga, ellos siempre van a estar metiéndose, no es algo que odie, pero de algún modo me incomoda.
Al notar mi presencia ambos se giran a mirarme.
- Tenemos que hacer las compras ¿Me acompañas?-.
- ¿No puede ir Geb con vos?-. Lo miro a él.
- Ya sabes cómo es Geb siempre quiere traer algo de más-. Me rio porque es totalmente cierto.
- Interpreto esa sonrisa como un sí. Antes de salir ponete una campera, está refrescando-. Y ahí está el lado mamá.
- Voy con ustedes, a mí no me dejan de lado-.

Salimos abrigados, no somos los únicos pero hay uno que otro que va de remeras mangas cortas a esos seguro los agarró desprevenidos.
EL supermercado está a unas cuantas cuadras pero a ninguno nos molesta caminar, es más es bastante agradable, Geb se mantiene calmado, Mai comenta una que otra cosa al ver algo en alguna vidriera.
Al entrar al supermercado, no esta tan lleno y eso que es Domingo porque  a pesar de que no se vaya necesariamente a comprar, siempre hay personas que van por lo menos a mirar.
Maira va adelante con el carrito mirando las góndolas y Geb va leyendo la lista de las cosas que hay que comprar el cual Mai le recuerda que solo se va a comprar eso y no falta Geb que hace un puchero y Mai se deja convencer.
Vamos mirando y caminando con paciencia, viendo precios y comparando, Mai y yo vamos charlando mientras que Geb lleva el carrito lentamente mientras fija su vista en contestar un mensaje.
- Creo que las harinas están acá a lado-. Comenta Mai y gira a la derecha, la sigo, pero al doblar siento un mirada, un escalofrío, siento el agarre en mi brazo, levanto la mirada para encontrarme con Mai queriéndome llevar por el pasillo pero de fondo lo veo a él, lo encuentro a él. Un nudo en mi garganta. Una sonrisa en su rostro.
No me gusta lo que siento, tampoco me gusta ver a Mai nerviosa porque lo está y no sé porque, me incomoda porque ella de los tres es la más estable.
Quiero y no quiero mirar hacia atrás. Quiero y no quiero encontrarme con su mirada. Quiero y no quiero verlo.
- Ey Isma- Me sobresalto al sentir su brazo cruzar por mis hombros. – ¿Ese no era el chico de la otra vez?-.
- Si Claus-.
Y ahora la mirada que me interroga es la de Mai, se muestra sorprendida, y tampoco me gusta.