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Ambivalentes por Neove

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Notas del capitulo:

Y aquí está el primer capítulo desde el punto de vista de Liam. 

A pesar de que no tengo nada realmente importante que destacar quiero aclarar que este capítulo sirve a base de presentación por lo que abarcará algunas de las cosas que ya pasaron en el capítulo de Derek, pero no todas.

Ahora, quise hablar de esto porque yo no soporto los fics que en los capítulos abarcan los mismos hechos pero con diferentes puntos de vista, por eso sentí necesario explicar que esto ocurrirá en esta única ocasión. Ya en los siguientes capítulos la historia irá cronológicamente y no avanzando y retrocediendo.

¡Espero que les guste!

— Hola, tigre —Es lo primero que escucho de Jade apenas encontrarla en el salón. Como siempre, tenía aquella sonrisa burlona en su cara que me demostraba que pensaba lo peor de mí—. Como llegas solo a las últimas clases me gusta imaginar que anoche te fue de maravilla.

— Bastante cerca —Solté, siguiéndole la broma mientras me sentaba en el asiento justo detrás del de ella—. Como se dieron las cosas solo nos dio tiempo para un par de rondas.

Puedo sentir como un par de compañeros dirigen la vista hacia mí gracias a mi comentario, pero es más tiempo el que ellos se dedican a conversar al respecto que el que yo le tomó de importancia a su opinión.

— Eso explica por qué no contestaste mis mensajes anoche. A la próxima deberías de advertirme de ello para no incordiar el momento.

Ser un chico abiertamente gay bien podría ser difícil en un sitio como ese, pero Jade y yo siempre nos encargamos de hacer del asunto algo un poco más divertido. Quizá esa sea una de las mayores razones por las cuales ella es indudablemente mi mejor amiga.

— Sí, bueno, la verdad es que ayer me quedé hasta tarde hablando con el grupo de teatro acerca de los detalles que quedan por afinar y esta mañana fuimos a repasar algunas cosas. La cita con David terminó alrededor de las diez —Digo una vez que el resto de personas dejaron de prestarme atención, algo que agradecimos mi privacidad y yo.

— Lo sabía. Mi instinto me decía que debí esperar un poco más de suerte para ese pobre chico.

— Oh, vamos, lo paga lo bien que fue bastante bien la cita —Solté, prácticamente los ojos en blanco, algo que Jade reconoció de inmediato.

— Es cierto, ¿qué tal les fue en aquel museo? ¿Valían la pena las obras? —Pregunta Jade con curiosidad, acomodándose en su asiento para observarme con atención.

— Nada realmente destacable que mencionar— Me estiré un poco en un intento de despabilar el cansancio—. Yo hubiera preferido ir a la exposición de objetos de tortura de la Edad Media, pero David estaba realmente emocionado viendo aquellos cuadros abstractos.

— Eres el peor novio del mundo —Jade me mira con fastidio, algo realmente típico de ella—. Lo haces sonar como si él fuera el malo.

— Es exactamente lo contrario —Solté, acomodándome en mi pupitre mientras llegaba el profesor—. David es demasiado bueno para mí y eso es lo que me preocupa. Estoy completamente atado a él.

— Te hace falta cambiar un poco de aires, hombre. Entiendo todo eso de que no quieras una relación seria, pero... —Jade pareció dudar un poco, pero al igual que siempre, su cara se iluminó como si un tema completamente diferente hubiera llegado a su cabeza, algo que no necesitaba verificar con sus palabras— ¡Por cierto! ¡No adivinarás qué es lo que me pasó esta mañana!

— Soy malo para este tipo de adivinanzas desde aquellos panquecitos sorpresa, Jade. Mejor dímelo sin rodeos.

— Liam, no me dejarás mentir que el de condimentos era asombroso —Sonrió ampliamente y a mí solo se me revolvió el estómago de recordarlo—. Bueno, ¿recuerdas que te dije que era imposible para mí ir al concierto de The Handicrafts? ¡No adivinarás quién tenía un boleto que no iba a utilizar y me lo ofreció!

— Jade, de verdad lo tuyo con las adivinanzas no es normal.

— ¡Fue Derek! ¿Sabes quién es, verdad? Nuestro compañero de orientación vocacional —Jade no dejaba de sonreír y yo no podía hacer más que pensar que aquel chico realmente lo había logrado en esta ocasión. Y por supuesto, me aseguraría de ponerle una orden de restricción en cuanto las cosas se salieran de control.

No sabía si me preocupaba más él, o mi mejor amiga al no darse cuenta de sus múltiples intentos de aquella pobre alma que nunca había logrado acercarse a ella.

— Eso es asombroso, Jade… —Dije sin demasiados ánimos, preguntándome si debería o no decirle— Escucha, no sé tú pero desde hace tiempo es obvio que le gustas.

— Oh, bueno… —Ella pareció meditarlo. No era como si tuviera una perfecta autoestima pero al menos no era tan obtusa como para negar del todo algo tan evidente, ¿verdad? ¿Verdad?— Creo que él es un chico agradable. No sé, me gustaría conocerlo un poco mejor.

— ¿Aun cuando te gusta otro chico? —Pregunté. Era cierto que hasta el momento ella no me había soltado el nombre del susodicho, pero era demasiado obvia en sus acciones.

— Sí, ehm… No creo que eso vaya muy bien.

— ¿En serio?

— Sí, él no parece demasiado interesado y… —Me incorporó sobre mi asiento, interesado por escuchar aquella información que me ha sido negada por tanto tiempo, inevitablemente expectante por lo que venía a continuación…

Y es justo ese momento en el que entra el profesor y Jade regresa su mirada al frente.

Demonios, eso estuvo cerca. Sin esperar mucho más, suelto un suspiro totalmente resignado e intento prestarle atención a aquel hombre que solo en ocasiones decía algo interesante.

 

 

«Liam, ¿podrías venir al teatro en cuanto termines? Tenemos algunos problemas con las luces que solo un genio como tú podría resolver».

El mensaje de mi compañera de teatro me emociona tan solo un poco. El pensar que me pasaré todo el día en el viejo teatro me consuela un poco de la idea de no poder ir al concierto. No es como si envidiara a Jade o algo por el estilo, pero qué suerte tienen algunos...

— Ehm... Jade, tengo que irme rápido. ¿Te vas a quedar mucho tiempo?— Dije sin más, disfrutando tan solo un poco del pensamiento de Derek cayendo en pánico por querer hablar un poco más con ella.

Era solo una prueba, por supuesto, si aquel chico lograba quedarse con Jade yo no le pondría ninguna pega al respecto. Pero de momento… quería divertirme, aunque fuera tan solo un poco.

— No, no, me voy contigo. Eh… Derek, ¿te parece bien si me das tu número de celular y confirmamos con mensajes? Tenemos que irnos —Jade dice y yo no puedo evitar pensar que el chico me debe una. Conseguir el número de esa chica no es tan fácil como parece.

Bueno, y esa conversación ya no era más de mi incumbencia, por lo que avancé unos cuantos pasos más rumbo a la salida para darles un poco de… ¿intimidad? No tengo idea.

— ¿Por qué te adelantas? ¿Acaso querías dejarme? —Me pregunta Jade un tanto acelerada por haber avanzado tan rápido, haciendo uno de sus dramas fingidos de costumbre.

— No es eso, es solo que nunca me he sentido bien siendo el sujeta velas.

— Liam, no es para tanto.

— Bueno, yo solo digo. Eh, que parece un buen prospecto.

— ¿Eso crees? —Pregunta Jade llevándose una mano a su cabello con inseguridad. Si los de la escuela supieran que la chica considerada como una de las más rudas tiene semejantes reacciones como estas se les caería completamente un mito.

— Supongo —Suelto mientras me encojo de hombros. Sinceramente, aquello había salido más como un impulso que algo que pensara en realidad. No es como si tuviera una impresión de él, precisamente, pero al menos puedo decir que no hay nadie en nuestro colegio del que realmente tenga una impresión.

Después de todo, tengo terminantemente prohibido fijarme en los chicos que estudian en el mismo lugar que yo. Todo esto, por supuesto, para nunca perder el control.

— ¿Apenas y recuerdas su rostro, verdad? —Jade parece divertida, por supuesto por tener la completa razón.

— ¿Qué te digo? Apenas y recuerdo que tenemos un compañero con su nombre —Bromeo, sintiéndome aunque sea un poco culpable por mis propias palabras.

— Por cierto, ¿por qué tenías prisa por irte? ¿Acaso te vas a ver con David?

— No, voy a ir al viejo teatro. Tengo que arreglar algunas cosas.

— Hombre, qué ganas tengo de acompañarte —Dice Jade y yo lo entiendo completamente. El viejo teatro es por mucho uno de los mejores lugares de la ciudad. Lástima que la mayoría lo viera como un lugar a punto de la demolición.

— Tienes que ir a la cafetería de tus padres para avisarles que no podrás estar allí hoy porque tendrás una cita, ¿no es así? A mí lo que me dan ganas es de ir y decirle a tu padre que te vas a ver con un pervertido.

— ¡Derek no es un pervertido! —Replica y yo mentalmente anotó que aquel chico ahora me debe dos.

— Puedes decir eso, pero invitarte a un sitio donde no habrá más que cuerpos sudorosos no es muy de confianza…

— Deja de decir tonterías, Liam. Lo que pasa es que tienes envidia de que a ti un chico lindo no te da boletos para ir al mejor concierto del año.

— Golpe bajo, Jade. Pensaba que éramos amigos —Llevo una mano a mi corazón como si eso realmente me hubiera dolido. Aunque la verdad es que lo hizo un poco, sí, después de todo ellos también son mi banda favorita.

— Lo siento —Dice ella alargando las palabras y eso es más que suficiente para perdonarla -como si realmente en algún momento pudiera sentirme molesto con ella- a lo que yo le sonrío levemente—. Deberías hacer un último intento por ir, estoy segura de que aún habrá algunos boletos.

— No lo creo, apenas y tengo dinero. Me sentiría mal pidiéndoles dinero a mis padres.

— Me sabe mal ir y que tú no vayas… —Suelta y yo siento unas irremediables ganas de abrazarla. Algo no muy frecuente tratándose de mí.

— Déjalo, mujer. Mira, hagamos esto: Si tocan mi canción favorita me llamas por teléfono y con eso será suficiente para mí. Y claro, no se te olvide besar al pobre chico durante la canción más cursi de todo el concierto.

— ¿No me has dicho que no debo besar en la primera cita? —Pregunta, soltando una risa.

— No es para tanto, pero te lo dejo a tu elección. Mira que ese hombre ha estado detrás de ti por algo más de un mes.

— No digas tonterías, Liam. Estás siendo demasiado bromista el día de hoy siendo que siempre no eres más que un completo amargado.

— Bueno, es cierto, estoy bromeando —Ruedo los ojos y me decido a no continuar con el tema, no puedo perder mi reputación por un tema tan simple como ese. «Lo siento, chico. Lo intenté»—. Tienes razón. No beses en la primera cita, no dejes que se te acerque a más de un metro de distancia a menos de que sea absolutamente necesario ¿y sexo? Solo hasta después del matrimonio.

— Eres un idiota —Jade pone los ojos en blanco y ahora soy yo el que suelta una risa que es interrumpida por la vibración de mi teléfono.

— Soy el mejor amigo que podrías tener —Digo mientras saco el móvil de mi bolsillo.

«¿Qué tal todo? ¿Ya saliste de clases?».

— ¿David? —Pregunta mi mejor amiga, haciendo un gesto de preocupación.

— David —Suelto mientras contesto el mensaje de la mejor manera que puedo. Demonios.

— Oh, bueno. Hemos llegado a la cafetería, ¿hablamos luego? —Asiento levemente y ella se dispone a entrar al establecimiento, no sin antes decirme algo más— Escucha, ¿Liam? Por favor intenta no lastimar a ese chico. No se lo merece.

Como si necesitara advertirme sobre ello. Yo más que nadie lo sé, y ojalá pudiera hacer algo para cambiar mi forma de ser.

 

 

— Muy bien, ¿cuál es el problema, chicos? —Pregunto en cuanto estoy dentro del viejo teatro. El entorno se siente tan cómodo en comparación a todo lo demás que incluso inhalo más aire del habitual.

Ese lugar era perfecto. Tenía un escenario lo suficientemente grande para elaborar cualquier obra que mi grupo pudiera hacer y en vez de asientos había unas mesas repartidas a diferentes alturas que nos permitían reunir más fondos al vender café y cosas por el estilo durante el espectáculo.

Podría estar allí por siempre. Incluso en alguna ocasión me planteé seriamente irme a vivir allí.

— Oh, Liam, hasta que llegas —Angie camina hacia mí con su rostro totalmente cansado. Incluso tiene unas visibles ojeras detrás de sus lentes y su cabello castaño está amarrado en una coleta un tanto desastrosa. Siempre se me había hecho increíble que aun con esas fuera la directora y una de las mejores actrices por allí—. Por favor, arregla lo que sea que haya pasado con las luces. He estado batallando con ellas pero simplemente no son mi estilo.

— Sin problemas. ¿Ya has comido? Si quieres ir algo puedo ir por ti.

— Primero las luces, por favor. Me están volviendo loca —Por supuesto, ella también era una de las personas más exigentes y serias cuando sus niveles de sueño, comida y cafeína eran bajas, pero como siempre ese era tan solo las señales que me confirmaban lo cerca que nos encontrábamos de la fecha de la presentación.

— Por supuesto, jefa. Lo que sea para ti.

— Liam, ya te he dicho que no hagas ese tipo de bromas conmigo —Ella bromea lo que me asegura que aunque sea hay un poco de ella por allí—. Enamorarme de un chico homosexual se encuentra completamente fuera de mis planes.

— Y de los míos, Angie. Y de los míos —Rio y dejo mi mochila tirada en el suelo, subiendo a la tarima de control esperando encontrar el problema que tan molesto parece. Angie desaparece de escena en algún momento, seguramente arreglando las cosas tras bastidores.

— Hey, ¿qué tal todo, Liam? ¿Has venido para verme? —Ahora es Peter quien llama mi atención, pero yo apenas y volteó a mirarlo— ¿Ya tienes pensado a dónde vamos a ir para celebrar el éxito de la presentación?

— Ya te he dicho que no salgo con nadie de aquí ni de mi escuela, Peter —Comento, sonriendo de medio lado como si hablara en serio. Después de todo, no hay nadie más heterosexual que conozca que él—. Pero si te sales del grupo podría considerarlo.

— Me lo plantearé, de eso no lo dudes —Peter me guiña el ojo y sube a la tarima conmigo, observando el tablero que hay delante nuestro con atención— ¿De verdad entiendes de todo esto? Si estuviera en tu lugar me sentiría tentado a tocar todos los botones a la vez.

— Lo que no sabes, querido amigo, es que el secreto está, precisamente, en tocar todos los botones a la vez —Bromeo mientras reviso que todas las conexiones se encuentren en perfecto estado—. ¿Podrías pasarme ese cable, por favor?

— Por supuesto —Él me da lo que le he pedido y se queda allí, yo no le doy demasiada importancia ya que un poco de ayuda nunca está de más—, ¿qué tal todo con David?

Demonios, David. Se me había olvidado completo que estaba mandándome mensajes.

Me incorporó y regresó a la mesa de control, tratando de ignorar el desastre que se hizo mi cabeza en ese momento.

Nota mental: Nunca volver a salir con el primo de alguno de los integrantes del grupo de teatro. Quizá sea buena idea salir con gente de otro país.

— Bastante bien, ayer salimos juntos a ver la exposición de arte que está en el centro de la ciudad, ¿qué tal todo con Jessie?

Algo en su gesto me dice que ese era precisamente el punto al que quería llegar con esta conversación y no porque realmente esté interesado en cómo me va con el primo de su novia. Estuve a nada de soltar un suspiro de alivio.

— Al igual que Angie está muriendo de ansiedad por lo cerca que estamos de la presentación —Se lleva una mano a la parte trasera de su cabeza y suelta un suspiro—. No lo sé, a veces pienso que quizá no le importa demasiado lo nuestro. Creo que yo le doy demasiada importancia a esto.

No puedo evitar que mis pensamientos comiencen a hacer lo que se les da mejor: considerar la idea de que yo soy un desubicado por no darle la importancia a ese tipo de cosas tal y como lo hacen los demás.

Y aparte de eso, pensar en lo ridículo que me parece que alguien se tome tan en serio una relación que tan solo lleva un par de meses.

— No pienses eso, Pete —Dije, haciendo mi mejor esfuerzo por fingir que realmente pienso como él. No por nada he estado un par de veces sobre el escenario—. Seguramente solo está estresada, quizá deberías intentar distraerla un poco. No sé, podrían ver juntos alguna película o algo por el estilo, así no perderían demasiado tiempo y ella se sentiría un poco más relajada.

— Hombre, siempre sabes qué decir, muchas gracias —Sonríe ampliamente y se baja de la tarima, dirigiéndose hacia el escenario—. Voy a practicar que hay un par de escenas que aún no me convencen, recuérdame invitarte algo un día de estos. No consideres esta oferta como una indirecta a que me des un poco más de iluminación a mí.

— Lo tendré en cuenta. Espero que no te dé pánico escénico de nuevo.

— ¡Solo fue una vez! En mi defensa, estar colgado de cables de dudosa estabilidad no es la mejor experiencia del mundo.

— Menos mal no hemos intentado levantar a nadie desde entonces.

— Ni que lo digas. Suerte con ese aparatejo lleno de botones.

— Gracias, suerte con tu papel.

Peter regresa al escenario y yo regresó a mi labor antes de que Angie comience a pensar que no estoy haciendo algún progreso. Esa mujer era realmente aterradora cuando se lo proponía.

Una vez que logró aunque sea un mínimo avance haciendo que las luces laterales no se salgan de control reviso mi teléfono celular, sintiéndome culpable por no haberlo revisado antes.

«¿Entonces estás en el viejo teatro? ¿Ya están haciendo los últimos ensayos? Realmente tengo ganas de ir».

Ouch. Eso me hace sentir dos veces más culpable de lo que me sentía antes, sobre todo por la parte en la que le prohibí terminantemente venir antes de la presentación.

«Algo así, yo solo estoy arreglando las luces antes de que Angie se vuelva loca. Estoy seguro de que te encantará la obra».

Guardo de nuevo mi teléfono y regreso a mi labor, dispuesto a hacer que las luces me obedezcan de una vez por todas. Aunque claro, me sabría realmente mal regresar temprano a casa.

— ¿Qué tal van esas luces, Liam? No me hagas ir a arreglarlas yo misma —Oh, Angie está tan estresada que dan ganas de molestarla un poco. Aun con el riesgo de morir en el intento.

— No se preocupe, directora mía. La iluminarán perfectamente como la princesa que representará se merece.

— Sabes que odio a las princesas. Yo soy una valquiria.

— Yo diría que eres más como Hera.

— La más vengativa, ¿eh? Me agrada.

— Cuando quieras —Digo y casi suelto un gritito de emoción cuando las luces frontales se encuentran en orden y a la intensidad indicada.

Me encantaba ser parte de esto, de verdad.

«Estoy seguro de ello. Estaré allí sin falta».

Al ver ese mensaje siento como me siento un poco más nervioso, los latidos de mi corazón yendo más rápido que de costumbre. Demonios, realmente me hace mal salir con un chico tan considerado.

«Y yo haré mi mejor esfuerzo solo para que veas lo asombroso que soy manejando las luces».

— ¿Así le gustan las luces, jefa? —Pregunto una vez que por fin todo está en orden.

— Perfectas, Liam. Sabía que podía contar contigo —Angie sonríe animada y yo pienso que solo por eso vale la pena aguantar sus momentos de mal humor.

— Lo sé, lo sé. Asegúrate de hacerme sentir especial todos los días —Sacudo mis manos una con la otra para quitarme el polvo y me bajo de la tarima no sin antes apagar todas las luces ya que de momento no parecen ser necesarias. Son solo el trastorno obsesivo compulsivo de Angie—. Bueno, si ya no se me necesita para otra cosa creo que es mejor que me vaya. Tengo que irme a ser lamentable a otra parte.

— No, espera, Liam —Suelta Jessie, demasiado seria como para tratarse de algo rutinario, lo que de inmediato me llama la atención—. ¿Podrías repasar unas cuantas líneas conmigo? Es que hay una parte que no me queda del todo clara.

Sospechoso, tremendamente sospechoso.

— Claro —Me encojo de hombros y me subo hasta el escenario, tomando uno de los guiones que tenemos de repuesto—, ¿qué parte es?

— Ehm… —Ella comienza a buscar un tanto nerviosa y eso no hace más que sustentar mis dudas. Suelto una pequeña risa, después de todo ver su cabello rubio casi tan desastroso como el de Angie y sus mejillas sonrojadas siempre había sido todo un espectáculo.

Puedo escuchar como su teléfono suena a pesar del bajo volumen en que lo tiene y como ella casi suelta un suspiro de alivio. Sospechosísimo.

— ¿Sabes qué? Ya no es necesario. Peter podrá ayudarme con ello, ¿ya te vas, verdad? Cuídate.

—… Está bien —Digo sin más remedio y me acerco hasta mi mochila que ha quedado en algún punto del suelo—. Nos vemos luego, si necesitan algo no duden en mensajearme.

Mi atención deja de enfocarse en el teatro y ahora está completamente puesta en mi teléfono celular, que tiene un mensaje de David. Aunque no quiera, sé muy bien que debería pensar en él como «mi novio», pero por alguna razón no puedo pensar en la idea sin sentir escalofríos.

«Estoy seguro de que sí, pero tengo la ilusión de verte actuar algún día. Jessie me dijo que eres bastante bueno en ello».

Sonrió inevitablemente. Demonios, este chico sabe perfectamente qué decir y cómo decirlo. Parece que la culpabilidad será un sentimiento frecuente de ahora en adelante.

«No sé qué decir, la verdad es que nunca he tenido el placer de contemplarme».

Envío el mensaje justo cuando estoy dando el primer paso fuera del teatro, y es en ese preciso momento en el que suena un tono de teléfono aparentemente tomado de algún videojuego.

Un tono que conozco ya bastante bien.

— Hola… —Es lo primero que escucho de David al levantar la vista. Está a unos cuantos pasos de mí y es tan atractivo como lo recuerdo. Siendo sincero, él está bastante lejos de ser mi tipo. Su complexión es un tanto delgada, es unos cuantos centímetros más alto que yo, su cabello rubio se encuentra perfectamente en su sitio, sus ojos castaños son totalmente sinceros y la forma en que sonríe es la de alguien que ama vivir casi tanto como comer pastel.

Tal como he dicho antes, David es demasiado buen chico.

— Hey, ¿qué tal? —Le sonrío de vuelta y me atrevo a darle un beso a modo de saludo, lo cual hace que se sonroje un poco. Demasiado lindo— ¿Qué haces por aquí?

— Lo siento… —Se lleva una mano a su cabello de manera nerviosa— Yo sé que no querías que pasara por aquí hasta el día del estreno, pero en mi defensa no puse un pie dentro del teatro.

— Lo sé, no te preocupes… ¿Te gustaría ir a algún sitio?

— La verdad es que no conozco muy bien estos rumbos… —Mira a su alrededor con peculiar curiosidad y yo no puedo evitar pensar en lo realmente guapo que es. Nada se le puede hacer, tal como dice Jade, quizá lo mejor para mí sería cambiar un poco de aires.

— Perfecto, conozco un lugar por aquí en el que hacen unos batidos asombrosos, ¿quieres ir? En esta ocasión tal como quedamos yo invito.

— Eso es muy injusto, pero está bien, sorpréndeme.

Los siguientes minutos transcurren entre pláticas cotidianas, él me cuenta lo emocionada que se puso su madre al enterarse que postularía para la mejor universidad del país, lo que continúa con él preguntándome a dónde iré yo. Por supuesto, me gustaría decir que soy una persona tan ambiciosa como él pero lo cierto es que me conformo bastante con entrar a la universidad estatal.

Cuando llegamos al lugar, decidimos elegir el batido del otro seleccionándolo por los que creamos que tienen el nombre más extravagante. Después de argumentar un poco, le cedo la victoria únicamente porque una de las palabras es tan poco común que no creo haberla escuchado antes en mi vida.

Estar con David sin duda es agradable, pero también significa lidiar con el sentimiento constante de que de alguna u otra manera lo arruinaré, algo que por tratarse de él no quiero que ocurra.

Todo iba bien cuando deshacerme de las personas era algo que me daba lo mismo, pero con él esto no parece seguir ese patrón.

— Escucha, Liam… —Suelta mientras yo estoy tomando el último sorbo de mi batido, parece tan nervioso que inevitablemente me pongo en alerta.

— ¿Qué pasa? —Le pregunto, lo más tranquilo que puedo estar, alzando ligeramente una de mis cejas.

— Bueno, espero que no malinterpretes esto, pero… Me enteré que hoy viene una de tus bandas favoritas y no tienes boleto para ir, así que… —David saca de la bolsa interna de su chamarra exactamente por lo que estaba sufriendo— Yo sé que quizá pienses que vamos demasiado rápido, pero creo que un concierto de tu banda favorita no puede esperar.

DEMONIOS. DEMONIOS. DEMONIOS.

— Me siento mal por aceptar algo como esto —Suelto con sinceridad, a pesar de que sé la ilusión que le hizo comprarlo para mí, a pesar de que sé que no lo hace con más que buenas intenciones, a pesar de que no puedo olvidar las palabras de Jade al advertirme que lo tratara bien.

— Bien, mira, si esto te hace sentir mejor… ¿Te parece bien aceptarlo como regalo de cumpleaños?

— Pero… Fue hace tres meses —Suelto una risa. Demasiado adorable.

— ¡Efectivamente! Hace tres meses no te conocía, no era como si te pudiera regalar algo en ese entonces, por eso es que lo hago ahora.

— ¿Te han dicho que eres la mejor persona del mundo? —Digo y muerdo mi labio inferior. Deja de hablar tanto, vas a morir por tus propias palabras.

— Alguna vez, sí —Me sonríe tímidamente y sé el valor que le debió requerir soltar eso.

— Demonios, ¿puedo besarte? —Pregunto ya que no tengo ni idea de cómo se tomaría eso en un lugar como este, tan público a comparación de la entrada del teatro.

— Cuando quieras —Responde y no me hace falta más para cumplir lo dicho. Es en ese momento en que me doy cuenta que realmente me gusta David.

— ¿Y tú? ¿No quieres ir? Es decir, no tengo idea si te gusta esta banda… —Suelto una vez que nos separamos.

— Oh, bueno… He escuchado algunas canciones y no está mal, pero… Me temo que mi fobia social no me permite demasiado —Se encoje de hombros, como si se sintiera patético al admitirlo.

— Entiendo, no tiene nada de malo —Sonrío tenuemente, de manera que no se sienta de esa manera y él me sonríe de vuelta.

Poco después nos despedimos y yo llamo a Jade para contarle lo que ha pasado. Claro, ella se molesta porque queda poco tiempo para reunirse con Derek.

Y es gracioso porque a pesar de lo improvisado del asunto yo me siento realmente emocionado por la manera en que las cosas se están dando últimamente.


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