Te olvidare a partí de hoy…
Veo aun la sombra de tu sonrisa, aquella que pensé que me dirigías a mí...
Sé que fui muy tonto por querer conseguir tu amor, me creía alguien especial, pero en realidad solo me engañaba a mí mismo, creí que nuestros sentimientos eran iguales, que me amabas tanto como yo a ti, pero me equivoqué.
El amor es como un ser vivo que debes de cuidar y alimentar, que te enseña a veces de manera sutil y otras agresiva, que puede sorprender y hacerte sentir desde emociones vanas casi insignificantes hasta las más profundas que cala cada célula de tu cuerpo. Pero como cualquier ser vivo si lo dejas a su suerte, morirá.
Y creo que es normal equivocarse o confundir las cosas, yo también olvide una bolsa de súper mercado en el transporte de regreso a casa, como la vez que olvide una bolsa con una camiseta deportiva que según tu iba a ser mí; o confundía una fórmula para despejar una función integral y que pasaste horas explicándome; son cosas que pasan y que sinceramente dependiendo el caso llegan a doler.
En este caso me duele demasiado, pero creo que es lo correcto, empezare desde cero y sé que encontrare a alguien especial.
No la pase para nada mal contigo, hubo momento en que me enamore aún más profundo de ti, por tus bellas acciones de gentileza y ternura que no mostrabas a nadie, o eso creía, por tus sonrisas indiscretas o tus guiños coquetos y traviesos. Por tus besos apasionados o las noches salvajes que compartimos. Por lo menos por tu expresión sé que no son mentira.
Yo sé que también sufres estando a mi lado, porque yo no soy quien debería estar ahí.
Yo no soy el final de tu hilo rojo, soy solo un remedo que quería quedarse a tu lado, aferrándome de manera tonta.
Pero es suficiente por el bien de los dos, me costara más a mí, te lo aseguro, pero ya tomé mi decisión.
Te olvidare.
Lo hare no importa cuánto me cueste.
Si te veo en la calle simplemente seguiré mi camino, sin cruzar miradas o palabras innecesarias.
Si alguien me pregunta por ti, fingiré que no saber tu nombre, donde vives o que alguna vez tuvimos una historia.
Si me muestran una fotografía tuya, girare la mirada y no me detendré a ver ninguno de tus rasgos.
Cuando vaya al supermercado ya no comprare los ingredientes para tu sopa favorita.
Si mis amigos me invitan a jugar basquetbol, solo iré por unos minutos por cortesía y me retirare fingiendo tener una cita o sentirme mal.
Mi color favorito desaparecerá de los estantes de mi alcoba, no lo odiare, es estúpido odiar un color, solo lo alejare.
Y buscare a alguien más, un nuevo amor que a mi vida llegará.
Estaré muy bien, seguiré haciendo lo mismo, mi vida será igual.
El mismo trabajo a medio tiempo en la librería, mis clases en la universidad no se verán afectadas y creo que remodelare mi apartamento.
Tal vez intente ingresar a alguno de los cursos de redacción o participe como cuentacuentos los fines de semana, me encanta interactuar con los niños.
Quisiera decirte que estoy enojado y que gracias a eso te borrare por completo y de forma inmediata de mi corazón, pero tomara un poco mas de tiempo.
Sé que entenderás mi decisión, ya que alguna vez te dije que odio la traición y el engaño. Son los principales constructores de la guerra.
Así que… terminemos.
Te amo, pero tú a mí no, así que te deseo lo mejor y la persona que amas te pueda dar la felicidad que yo no pude.
Hasta nunca, Sei.
…….
Volvió a girar la mirada dejando el correo que había escrito en su computadora portátil y dándole enviar, tomo de nueva cuenta su celular que se encontraba entre sus manos temblorosas, sus lágrimas apenas le dejaban ver la pantalla la cual se iluminó con un simple roce sobre esta.
Llevaba toda la tarde así, viendo con tristeza aquel aparato esperando una respuesta que nunca llegaría.
Le dolía, demasiado.
Estaba enojado, lleno de furia ya que la traición duele en demasía y más cuando es ocasionada por alguien a quien amas.
Este sentimiento ruin inundaba cada parte de sus células y no le dejaba pensar con claridad quería una estúpida respuesta, aunque lo mejor era cortar de tajo la situación.
- Joder, porque- con la voz entrecortada y algo flaqueante ante la necesidad de llorar de nueva cuenta, externaba la única frase que podía y revoloteaba incesantemente en su cabeza.
El celular marco que la batería estaba a punto de terminarse y fue sólo hasta ese momento en el que el castaño dejo su celular sobre la cama dejando en el fondo la imagen que le habían mandado Kuroko.
Su novio, su amado novio estaba con otro.
Y no era ninguna mal interpretación en aquella imagen su pelirrojo estaba de puntillas con sus brazos alrededor del sujeto alto quien le abrazaba de la cintura con una mano y la otra tomaba la mejilla del más bajo para darle un beso, una imagen tierna, el cuadro perfecto de una joven pareja.
Furihata buscó el cargador, así fue como observó lo oscura que estaba la habitación, durante los últimos días fue así, pero solo hasta ahora lo notó.
Su relación iba de mal en peor, el pelirrojo casi no iba a casa o decía que tenía muchas responsabilidades en la empresa de su padre. Y él le creía.
Ahora puedo ver que sus “responsabilidades” estaban con su antiguo compañero de Teiko.
Por hoy lloraría, ya mañana cumpliría con su promesa.
Le olvidaría y esperaría un nuevo amor.
……………
Estaba en su oficina en AKshi Corp.
Estaba cansado, demasiado, su padre le dejaba trabajo a mas no poder solo porque quería que aprendiera lo más posible de la empresa. Y en especial ese día fue agotador, su antiguo compañero de Teiko se le confesó.
Escucho el tintineo de su computadora avisando que tenía un nuevo correo. No quería verlo, muy seguro era su padre quien le envió trabajo de última hora, como siempre lo hacía. Ya se estaba fastidiando de eso.
Decidió tomar un descanso y despejar su mente, solo quería regresar a casa y abrazar a su novio.
Lo extrañaba y cada vez con tanto trabajo le era imposible ver a su castaño.
Se dirigió a su computadora ya que creía que era el tiempo suficiente para descansar, abrió el correo sorprendiéndose ver el remitente.
Empezó a leer cada línea y la repitió varias veces.
Tomó su celular, pero nadie contesto del otro lado de la línea.
- Demonios Kouki, contesta – su corazón se aceleró ante la incertidumbre de lo que había leído.
Cerró su portátil y tomó su saco debía aclarar el malentendido.