Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una Espera, Nueve Meses Y Una Vida por Dovah

[Reviews - 42]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Quinto mes y vamos por menos.

aww... bueno, espero les guste.

Se encontraban a pocos días de descubrir si eran niño o niña y la emoción de saber que era lo estaba matando… o más bien, lo que realmente lo estaba matando eran los dolores de espalda. A cada día su hijo crecía más, pero a eso debía sumarle el hecho de que al pequeño le gustaba moverse demasiado. Al principio eran movimientos suaves y pequeños pero ahora, no paraba de hacerle saber que seguía ahí, y más con Kuroo que no dejaba de tocarlo. En las noches le costaba dormir tanto por los movimientos de su hijo como por las moderadas molestias en la espalda. ¿Pero era todo? Eso quisiera. A la lista se le sumaba los sofocos que llegaba a tener de vez en cuando (algo normal según la doctora) y las idas constantes al baño (también normal) ¿Qué más? Ah, sí. Cansancios y calambres.

Escuchó la puerta abrirse pero no se preocupó en moverse. Estaba cómodo (o lo más que podía) y quería seguir así. Volvió a concentrarse en la revista de ciencias que tenía en sus manos.

— Kei — Abrió la puerta de la habitación y lo observó — ¿Qué haces?

— Que crees que hago — Le dio vuelta a la hoja de la revista — Estoy descansando.

— ¿En el suelo y con los pies sobre la cama?

— Dicen que levantar las piernas es bueno para los calambres y dolores.

— ¿Y funciona?

— Si no funcionara no estaría así.

— Oh — Se acostó en el suelo e imitó la misma posición en la que estaba — Bueno, se siente bien.

— ¿Y? Qué tal el entrenamiento.

— Genial y qué tal tu día.

— No me quejo.

— Debes ser más positivo — Kei tronó la lengua — Ja, ja. Bueno, espero que el bebé no tenga tu carácter pesimista.

— Descuida, no lo tiene.

— ¿No? Y cómo sabes.

— Para mi mala fortuna es muy activo al igual que tú. Se mueve mucho.

— Bueno — Sonrió, besó sus labios y colocó una mano en su vientre — Es mi hijo después de todo.

————

Finalmente el día esperado llegó y ambos se encontraban emocionados y nerviosos.

— Veamos — Habló la doctora mientras revisaba la pantalla.

— Que sea niño, que sea niño, que sea niño.

— Oh — Habló después de varios minutos — Ya sé de qué color serán las paredes de su habitación.

— Azul, azul, azul.

— Rojo.

— ¿Rojo?

La doctora asintió — Combinado con blanco.

— ¿Rojo con blanco?

— Rosa — Habló Kei pero Kuroo seguía sin entender. Suspiró — Es una niña.

— ¿Una niña? — Se quedó pensativo, después de unos minutos de asimilación sus ojos poco a poco se fueron iluminando — ¿Una niña? Una niña ¡Una niña! ¡Kei, tendremos una niña!

— Es lo que acabo de decirte — Habló un poco triste.

Kuroo en la emoción abrazó a la doctora y comenzó a dar vueltas. La doctora sonreía nerviosa y Kei observaba todo con un poco de preocupación.

En el auto de regreso a casa, Kuroo no paraba de hablar sobre su futura hija. Por otro lado, Tsukishima se encontraba pensativo y no pudo evitar sentirse triste al recordar lo mucho que Kuroo deseaba un niño. El resto del día, Kuroo no paró de hacer llamadas sobre su futura hija. Ya en la noche del día siguiente Kei se armó de valor y decidió sacarse la duda que tenía.

— Tetsuro — Se sentó junto a él en el sofá.

— ¿Sí? — Preguntó mientras tecleaba en su computadora portátil — Oh, mira — Le mostró la pantalla — Que te parece esta cuna en forma de castillo. Ya que es una princesa, se merece su propio castillo — Sonrió — O mejor una torre, así nadie podría acercársele. Sí, mejor la torre — Comenzó a buscar.

— Pensé que estarías decepcionado — Habló bajo.

— ¿Decepcionado? ¿Por qué lo estaría?

— Ya sabes — Comenzó a jugar con sus manos — Deseabas con todas tus ganas que fuera niño pero al final…

— Kei — Dejó la computadora sobre la mesa y lo tomó de las manos — Independientemente si es niño o niña, lo amo con todo mi corazón.

— Pero tú querías…

— Escucha. El bebé que llevas aquí — Toco su abdomen — Es nuestro y con saber que está bien es suficiente para mí. Niño o niña ¿Acaso eso importa para quererla? La amo por el simple hecho de ser nuestra. Así que no quiero que pienses que estoy decepcionado ¿De acuerdo? — Kei asintió y Kuroo lo abrazó.

Saber que Kuroo no estaba decepcionado fue un gran alivio y el resto de la semana fue más tranquilo (sin contar con sus molestias claro).

De nuevo, otro día esperado había llegado y Kuroo no paraba de la emoción. Observaba las cosas como si fuera la primera vez que las veía y le preguntaba a cada persona que pasaba para que servía tal objeto con tal de hacer un tema de conversación y sacar a la luz que sería padre de una hermosa nenita.

— Tetsuro.

— ¿Qué sucede? — Preguntó mientras sus ojos observaban a todos lados.

— ¿Podrías dejar de hacer esa cara?

— Lo siento, no puedo evitar sentirme como niño en dulcería.

— Claro. Sólo que no eres un niño y esta no es una dulcería sino una tienda de bebés.

— Lo que es mejor. Oh, mira — Señaló — Hay infinidad de cunas.

— ¡HEY HEY HEY! — Se escuchó detrás de ellos — ¡Kuroo, Tsukki! Es bueno verlos aquí.

— ¿Verdad? — Preguntó feliz — Esto es el paraíso bro.

— Lo sé. Y no han visto nada — Comenzó a reír — Esta es la tienda más grande en el mundo sobre artículos de bebé.

— Estas exagerando Kotaro — Habló Keiji, quien se encontraba detrás de él con su hija en brazos — Ah, buenas tardes Kuroo-san, Tsukishima — Hizo una reverencia y Kei saludó también — Felicidades por su hija.

— Gracias.

Bokuto se percató del estado de Kei y sus ojos se iluminaron — Keiji — Lo miró con ilusión.

— No hasta que Sakura sea más grande.

— ¡Pero Sakura quiere un hermanito! — Gritó mientras la pequeña sonreía y abrazaba su búho de peluche.

— Sakura estaba bien hasta que le diste la idea.

— Y ahora quiere un hermanito. Es mi deber complacer a mi princesa.

— Ah —Suspiró — Lo hablaremos en casa, otra vez.

Al final decidieron hacerse compañía. Keiji le decía cuales marcas eran mejores y Kei le hacía preguntas sobre las dudas que tenía sobre ciertos productos. Kuroo y Bokuto simplemente los observaban.

— Sakura ha crecido mucho — Habló Kuroo.

— ¿Verdad que sí? Y es muy activa. Le gusta ver los partidos que jugamos en la prepa y se emociona cuando nos ve a Keiji y a mí — Sonrió orgulloso — Sin duda es la niñas más hermosa en el planeta.

— Claro. Por ahora.

—A qué te refieres con “Por ahora.”

— A que Sakura es la más bella del mundo hasta que nazca mi hija.

— Lo siento bro pero eso nunca pasará.

— Claro que pasará. Tan sólo mira — Señaló a Kei que se encontraba con un biberón en cada mano — Kei es un ángel caído del cielo.

— ¿Eso crees? — Señaló a Keiji con su hija en brazos que le indicaba cuál era mejor — Keiji es más hermoso que la mismísima Venus.

— ¿Sabes qué significa esto verdad? — Lo observó con seriedad.

— Es hora de poner fin a esta amistad — Le devolvió la mirada.

— Ambos sabíamos que este día llegaría.

— Tarde o temprano tenía que llegar.

— Qué te parece este — Akaashi le enseñó un pequeño biberón con flores.

— No lo sé — ¿Cómo era posible que hubieran infinidad de biberones? Tantos tamaños, marcas y colores. Sus ojos se detuvieron en dos: Uno con dinosaurios y otro con dibujos de gatos. Los observó y suspiró resignado mientras tomaba el de los felinos. Los gatos eran más adecuados para una niña que los dinosaurios — Tetsuro, qué te parece si compramos est… ah.

— ¿Sucede algo? — Preguntó Akaashi mientras tomaba un vaso entrenador para su hija.

— No están.

— ¿Qué? — Volteó y tanto Kuroo como Bokuto habían desaparecido.

— A dónde habrán ido — Tronó la lengua molesto.

— Tal vez fueron a ver la ropa. Kotaro se vuelve loco cada vez que vamos a comprarle ropa a Sakura. Si por él fuera se llevaría toda la tienda.

— Sólo espero y no hagan desastre.

— Descuida — Le enseñó el vaso a su hija y la pequeña sonrió a modo de aprobación — Ya no son tan infantiles como antes.

“Atención por favor” Comenzó a escucharse en el altavoz “Se le solicita su presencia en servicios al cliente a los acompañantes del señor Bokuto Kotaro y Kuroo Tetsuro. Se le solicita su presencia en servicios al cliente a los acompañantes del señor… Espere, qué está haciendo. Suelte eso por favor…” “¡Kei, gané pastelito! ¡Nuestra hija es la más hermosa de todo el mundo!” “¡Dame eso Kuroo! ¡Keiji, Sakura, papá los defraudo! ¡No los merezco! ¡Váyanse y déjenme de una vez!” “Por favor, señores” Dejó de sonar el altavoz.

— Akaashi-san.

— ¿Sí?

— ¿Podrías matarme?

— Sólo si tú lo haces primero.

————

— Lo siento pero debía defender a mi hija — Entró con varias bolsas en mano.

— ¡¿En un duelo de espadas de juguete?!

— Lo siento Kei — Se disculpó —Pero no habían espadas de verdad.

— No me refería a eso. Como sea — Respiró hondo — Sólo prométeme que no se volverá a repetir.

— Prometo que no volveré a enfrentarme en un duelo — Kei se dirigió a la cocina — A menos que sea para defender el honor de mi familia.

— ¿Uh?

— Nada.

————

— Espera ¿Qué?

— Que te quedarás con tu madre el resto de la semana.

— Pero…

— Nada de peros — Habló Akiteru, quien había llegado para recogerlo — Mi madre está muy emocionada y quiere pasar unos días contigo. Tiene muchos regalos para ti y Sei quiere conocer a su futura prima.

— Pero…

— Kei — Esta vez lo interrumpió Tetsuro — Lamento no haberte dicho nada hasta ahora pero quería que fuera una sorpresa, también te hará bien un ambiente diferente.

— Tetsuro.

— Además, voy a estar muy ocupado en el trabajo y estaré llegando muy tarde. Me sentiré más tranquilo sabiendo que estarás acompañado.

— De acuerdo — Suspirón resignado — Pero prométeme que también descansarás.

— Lo prometo.

— Y también no causes problemas.

— ¿Me crees capaz? No. No contestes — Suspiró — Trataré.

La pequeña maleta se encontraba en el auto, todo estaba listo y ahora venía la parte más difícil: la despedida.

— Hija, cuida a mamá ¿Quieres? — Se alegró al sentir una patadita — Así se habla. Kei — Lo abrazó — Por favor, ten cuidado y no hagas mucho esfuerzo.

— Tu también — Correspondió al abrazo. Al cabo de unos segundos tuvo que hablar — Tetsuro.

— Dime.

— ¿Podrías soltarme?

— Ah, claro…

— Tetsuro.

— ¿Sí?

— Sigues sin soltarme.

—…

—…

—…

— Tetsuro.

— ¡Dios, no puedo! — Se aferró al abrazo — ¡No te vayas Kei! ¡No quiero estar solito!

— ¡¿Uh?! ¡Pues quién fue el que quería que me fuera en primer lugar!

— Parecía buena idea en ese entonces.

— Kuroo — Akiteru intentó separarlo — Fue tu plan ¿Lo recuerdas? Además, sólo serán unos días.

— Lo sé, lo sé pero no quiero que se vaya. ¡Hija, no dejes solo a papá!

— ¡Como si ella pudiera hacer algo! — Gritó Kei mientras intentaba separarse — ¡Ya suéltame que luces patético!

— ¡No me importa!

Al cabo de media hora tuvo que separarse (Kei lo había amenazado con que si no lo soltaba se iba a ir para siempre). Una vez el auto fuera de su vista, tomo su teléfono y comenzó a marcar un número.

— ¿Bokuto? Soy yo, Kuroo. Necesito un favor — Sonrió ante un comentario que había dicho su amigo — Necesito que me cubras el resto de la semana. Estaré ocupado en algo importante.

Odiaba admitirlo pero había sido una semana tranquila. Se había esperado que su madre no lo dejara en todo momento pero para su sorpresa pudo descansar en paz, le dio consejos sobre el embarazo y lo consintió con una que otra rebanada de pastel. A pesar de que fue tranquilo y relajante, se dio cuenta que extrañaba a Kuroo. Su madre lo cuidaba y atendía al igual que el resto de su familia, pero no era lo mismo. De verdad deseaba despertarse y ver esos bazos apretar con fuerza la almohada sobre su cabeza o caminar juntos mientras escuchaba el cómo le había ido en el entrenamiento. Por eso, cuando se encontró a Kuroo frente de la casa, esperándolo para regresar no pudo evitar sonreír. El regreso fue tranquilo y ambos se contaron como les había ido en esos días.

Llegaron cuando el sol comenzaba a ocultarse y Kei se sintió cómodo al ver la misma calle en la que paseaba cada día junto con Kuroo y ver su casa lo llenó de tranquilidad. En verdad había extrañado su hogar.

— Dios se va a hacer tarde — Habló Kuroo mientras abría la puerta a toda prisa.

— Tarde para qué.

— Ya lo verás.

Cuando entraron Kuroo lo tomó de la mano y lo guio al segundo piso. Se detuvieron frente a una puerta.

— Kei. La verdad no te envié con tu madre porque tenía trabajo. De hecho falte esta semana — Kei intentó hablar — No, no hables y escucha. Sí te envié porque quería que tuvieras un cambio de atmósfera. Pero también lo hice porque necesitaba estos días a solas, no porque quisiera alegarme de ti sino porque quería que fuera sorpresa.

Kuroo sonrió y abrió la puerta. Al momento de entrar, Kei no pudo evitar contener el aliento. Las paredes de color crema se habían convertido en un hermoso prado de flores y varias mariposas revoloteaban, un gran árbol se exhibía al lado de la puerta, con un hermoso cielo azul en el techo y pequeñas nubes.

— Tetsuro.

— Espera — Lo interrumpió — Falta la mejor parte.

Conforme el sol se iba ocultando, pequeñas motas de luz se hacían presentes en el cielo de la habitación junto con siluetas que se iban formando en las paredes. Al cabo de varios minutos, en el campo de flores se encontraban pequeños conejos, unos saltaban y otros permanecían descansando. En una rama del árbol se encontraba pequeño gato que parecía estar durmiendo mientras otro felino escalaba el tronco y otros jugaban entre ellos. Las mariposas se habían convertido en luciérnagas que volaban sobre las flores que ahora tenían un ligero brillo azulado. En el cielo se podía apreciar la luna junto con varias estrellas y las nubes blancas se habían transformado en pequeñas galaxias.

— Lo hice con pintura fluorescente ¿Te gusta? Claro que todavía falta decorarlo pero eso pode… — Su frase fue interrumpida por un beso, seguido de un abrazo — Kei.

— Tetsuro — Se aferró al abrazo y ocultó su rostro en el cuello del mayor — Nos encanta, gracias — Kuroo sonrió y correspondió al abrazo — De verdad. Gracias.

El sol se había ocultado, pero la habitación era iluminada por el ligero brillo de las flores, el árbol, los animales y el cielo estrellado…

La habitación era iluminada por el nuevo y pequeño mundo que Kuroo le había hecho con un amor especial a su hija.

Notas finales:

Kuroo es el padre perfecto TT-TT Lo necesito en mi vida.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).