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Una Espera, Nueve Meses Y Una Vida por Dovah

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Notas del capitulo:

Lamento la tardanza. 

— Vamos Kei, no puedes poner esa cara — Habló mientras se acercaban a la recepción.

— Discúlpame pero es la única que tengo.

— Buenas tardes — Habló una mujer mientras hacía una reverencia.

— Buenas tardes — Saludó Tetsuro — Ayer hablé por teléfono.

— Claro — Comenzó a revisar la pantalla de la computadora — Ustedes son…

— Somos — Abrazó a Kei de la cintura y sonrió — La familia Kuroo.

— Ya lo recuerdo. Estaba muy emocionado.

— Y lo sigo estando — Habló con energía mientras Kei intentaba separarse.

— Se nota. Ah, aquí está — Asintió, tomó el teléfono y marcó un número — Hola, Tenemos una pareja más. Sí, por supuesto. Claro, gracias — Colgó — Mi compañera vendrá en unos momentos — Sonrió.

— Gracias — Agradeció Tetsuro.

— Por lo que veo, es la primera vez que vienen a una clase de parto ¿Verdad? — Habló la mujer — Les aseguro que con estas clases se sentirán más preparados para cuando llegue el feliz momento.

— Claro — Habló sin mucho ánimo.

— Se más positivo Kei.

— Sigo sin entender que hacemos aquí.

— Cuando estuviste en el hospital me di cuenta que no estamos al cien para cuando llegue el día. Así que decidí inscribirnos en estas clases. La verdad ya tenía pensado hacerlo desde hace meses.

— Esto es horrible.  

— Vamos, será divertido.

Al poco tiempo apareció una mujer, se presentó y los guio hasta donde se llevaría a cabo la clase. En la habitación se encontraban alrededor de ocho personas. Algunos con un embarazo más notorio que otros. El pequeño grito por parte de uno de ellos le llamó la atención y no tardó en reconocerlo a él y a su acompañante.

— ¡Ah! Haji-chan~ necesito que vengas rápido — Habló por el teléfono.

— Oikawa, es el quinto mensaje que le dejas en un minuto. Todavía está a tiempo y no creo que se apresure sólo porque quieres que llegue sin una justificación.

— Tienes razón — Tomó de nuevo su teléfono y volvió a marcar. Aspiró hondo y gritó — ¡HAJIME-CHAN, YA ES HORA! ¡YA VIENE! ¡AH, HAJI-CHAN! ¡ESTO ES MÁS DOLOROSO QUE CUANDO ME DIJISTE QUE NO EXISTÍAN LOS EXTRATERRESTRES! ¡ME MUERO! — Colgó — Qué tal Suga-chan.

— No me refería a eso.

— ¡Es que no me hace caso! Qué harías en mi lugar.

— No tengo problema con eso — Sonrió.

— ¿De verdad?

— Si quieres puedo demostrártelo — Oikawa asintió — En ese caso — Tomó su teléfono y marcó un número. Escuchó una vez el sonido y colgó. A los pocos segundos sonó su teléfono. Contestó y puso el altavoz.

— ¡¿Estás bien?! — Se escuchó una voz alarmada — ¡¿Ya va a nacer el bebé?! ¡¿Necesitas algo?! ¡Ya voy para allá! ¡¿Te duele?!

— No, no. Estoy bien cariño, sólo hablé para confirmarle a Oikawa una cosa. 

— Ah, ya veo — Se escuchó un suspiro — Ya voy en camino ¿Necesitas algo?

— Sólo que vengas con cuidado.

— ¡Espera! — Oikawa tomó el teléfono — Dai-chan necesito que hables con Haji-chan. No contesta mis llamadas ni me hace caso.

— Ah… Lo siento pero no puedo hacer nada.

— Bien — Colgó y le entregó el teléfono a Sugawara — ¡HAJIME, ERES TAN CRUEL!

— Ya llegará — Sugawara intentó consolarlo — ¿Tsukishima? ¿Kuroo? — Se percató de su presencia — Que sorpresa — Sonrió.

— Buenas tardes Sugawara-san, Oikawa-san.

— Oh~ Veo que no has perdido el tiempo — Habló al percatarse de su estado — Tsukki-chan~

— Bueno — Le sonrió — Usted no se queda atrás, Gran Rey.

— Vamos, no hay que pelear — Intervino Sugawara. Oikawa se cruzó de brazos y volteó a otro lado molesto.

— Ha pasado mucho tiempo — Habló Tetsuro — Me encontré a Daichi el mes pasado, parecía muy contento y ahora veo el porqué.

— Ja, ja. Muy cierto — Sonrió Sugawara — A pesar de tener ya un hijo, nuestra felicidad es como la primera vez ¿Y ustedes?

— Es nuestro primer bebé — Habló Tetsuro con entusiasmo — Y va a ser la nena más hermosa del planeta.

— ¡Ni hablar! — Intervino Tooru — ¡La más hermosa será mi hija! — Señaló su abdomen — No por nada Haji-chan~ es su padre — Comenzó a reír.

— No le hagan caso — Habló Sugawara mientras Tooru seguía riendo — Está muy emocionado porque después de dos hijos, al fin van a tener una niña.

— Ya veo. Ah, ¿Ustedes ya saben que va a ser? — Preguntó Kei.

— No. Queremos que sea sorpresa — Sonrió — Es más divertido así.

— ¡Tooru bastardo! — Se escuchó una voz. Un hombre de piel bronceada y cabello oscuro se acercó a Oikawa a pasos firmes — ¡Tuve que dejar a mi socio a mitad de una conversación! ¡Me acaban de dar una infracción por conducir a exceso de velocidad y seguramente me dieron otra por estacionarme mal! ¡Llego y me dicen en recepción que no ha habido ningún problema contigo!

— Ah… yo… — Estaba por dar una explicación cuando sintió ser abrazado.

— Estaba preocupado, idiota.

— Haji-chan~

— Si lo vuelves a hacer te mato — Amenazó y Toru asintió nervioso.

La clase comenzó y Daichi apareció cinco minutos después, disculpándose por su tardanza. Al final, la clase fue más estresante que “divertida” como había dicho Tetsuro. Tooru no dejaba de quejarse mientras Iwaizumi lo regañaba en todo momento, Tetsuro no soltaba la cámara ni un segundo y una mujer entró en labor de parto. Bien, esa fue su primera y última clase.

Lo único rescatable de todo fueron las técnicas de respiración, posiciones más cómodas para dormir, cómo aliviar el dolor del parto o cómo acelerarlo y algunos datos que desconocía.

————

— Kei, los vecinos me preguntan si estás bien — Preguntó al otro lado de la puerta.

— Lo estoy — Contestó mientras se sumergía un poco más en la tina.

— ¿Entonces por qué no has salido de casa?

— No he tenido ganas de hacerlo, es todo — Comenzó a jugar discretamente con el agua.  

— ¿Seguro?— Abrió la puerta y entró — ¿Seguro? — Volvió a preguntar mientras se sentaba al lado de la tina.

Kei suspiró — Estoy un poco asustado.                    

— ¿Has tenido dolores?

— No es eso. Se acerca lo hora y… — Contempló su reflejo a través del agua — Sólo quiero estar en un lugar seguro cuando pase.

— Entiendo — Besó su frente — ¿Te parece bien si salimos un rato cuándo llegue? Así no habrá problema.

— Esta bien Tetsuro. Llegas cansado y quiero que reposes.

— Tonterías. No quiero que…

— No Tetsuro — Negó con la cabeza — También debes descansar. Además, ya he salido mucho en estos meses y me fatigo más que antes.

— ¿Estás seguro? — Kei asintió — Bien, pero no te encierres en la casa ¿De acuerdo? — El menor volvió a asentir.

— ¡Es… espera Tetsuro! — Gritó al ver que el mayor se quitaba la ropa — ¿Qué estás haciendo?

— ¿No es obvio? — Se metió a la tina — Papá quiere unirse al baño familiar.

————

— Entonces ¿Estás preocupado por Tsukki? — Preguntó Bokuto mientras le daba un gran mordisco a su comida.

— Lo he notado distraído y no ha salido.

— Mmmm — Se quedó pensando — Bueno, es normal.  Se acerca la hora y quiere estar prevenido.

— Lo sé — Soltó un largo suspiro — Al menos me gustaría que tuviera algo en que distraerse, así sería más fácil para Kei.

— No te preocupes que tu Bro está aquí para ayudarte. Por cierto — Comenzó a devorar su pudín — ¿Cómo van con el nombre?

— Todavía seguimos en eso. No logramos decidirnos y eso que yo quiero ponerle algún nombre extranjero pero Kei no me deja — Habló molesto.

— ¡AH! A mí tampoco me dejó Keiji — Puso cara de disgusto — Y yo que quería ponerle Silvanas, Agatha u Ofelia.

— Nuestros esposos son tan crueles — Bokuto asintió — Bueno ¿Y cómo escogieron el nombre de Sakura?

— Oh, buena pregunta, pero nosotros no escogimos el nombre — Negó con la cabeza y sonrió — El nombre la escogió a ella.

————

La casa estaba limpia y la comida preparada. Había terminado de leer otro libro, llamado a su hermano, a su hermana, hacer una lista de las últimas cosas que faltaban comprar y revisar por si había olvidado algo. Todavía faltaba para que Tetsuro llegara y él ya estaba esperándolo. Dio por quita vez un vistazo al reloj de la sala y tronó la lengua al percatarse que apenas habían pasado diez minutos.

Observó enojado el vapor del té que poco a poco se iba enfriando. Tenía mucho tiempo de sobra. Quería caminar por la calle, algo que se había vuelto una costumbre, pero el miedo de tener contracciones (falsas o verdaderas)  en cualquier momento le impedía poner un pie fuera de casa.

El timbre sonó, dio un largo suspiro y fue a atender a quien estuviera en la puerta.

— Buenas tardes Tsukishima.

— Akaashi-san, buenas tardes.

— Venimos a hacerte compañía, espero no te molesta.

— No es molestia — Los dejó entrar.

— ¿Cómo van los dolores?

— Me gustaría decir que bien pero mi hija no me lo ha dejado fácil.

— Lo entiendo completamente — Sonrió — Los dolores con ella fueron insoportables en los últimos dos meses.

Tener a Keiji y Sakura de compañía le habían hecho la tarde más llevadera. Platicaban sobre el estado en el que estaba, Keiji le deba consejos y le resolvía algunas dudas que tenía. Hablaban mientras reposaban en el patio trasero y Sakura se entretenía con una mariposa que aleteaba cerca de ella.

— Es divertido ¿No te parece? — Keiji contempló el cielo mientras su hija intentaba alcanzar la mariposa — Que a pesar de haber adoptado el Bokuto y Kuroo, seguimos llamándonos por Akaashi y Tsukishima.

— Muy cierto — Comenzó a jugar con su anillo de matrimonio.

— Pero que se le puede hacer. Varias veces terminamos confundidos al llamarnos así. Espera Sakura, no hagas eso — La reprendió al ver que la pequeña se estaba entreteniendo con el vientre de Kei.

— Está bien — Habló Kei — Akaashi-san… ¿Fue muy doloroso? Me refiero a cuando nació — Contempló a la pequeña que decía palabras apenas entendibles.

— Me gustaría decir que no mucho, pero estuviste ahí cuando iba a nacer — Le entregó un pequeño búho de peluche para que se entretuviera. Sakura tomó el juguete mientras seguía explorando con curiosidad el abdomen de Kei — Pero no te preocupes. Todo estará bien. Oh, cierto — Se acercó el bolso con las cosas de Sakura — Todavía falta pero — Le entregó una bolsa de regalo — Feliz cumpleaños.

— Gracias.

— Mami — Habló la pequeña — Mami — Dio pequeños brincos sobre sí misma.

Akaashi suspiró — Kotaro la acostumbró a llamarme de esa forma.

— Tetsuro tiene pensado hacer lo mismo pero no se lo permitiré.

— Suerte con eso.

— Mami — Apretó su búho de peluche con una mano y con la otra señaló el vientre de Kei — Emanito — Balbuceó.

— No Sakura. No es hermanito — La pequeña infló sus mejillas — Sakura, recuerda lo que hablamos. No habrá hermanito hasta que seas un poco más grande — La pequeña se cruzó de brazos y volteó a otro lado enojada — Bien, te daremos un hermanito pero tendrás que compartir tu habitación, ya no dormirás con nosotros, no podremos comprarte lo que quieras y tu padre y yo tendremos que ponerle atención al nuevo bebé. 

Sakura dejó de hacer pucheros y dejó caer su peluche, observo a Kei y después a Keiji con indecisión mientras apretaba su vestido. Poco a poco sus ojos se fueron humedeciendo. Keiji suspiró.

— Sakura — Habló con calma mientras la sostenía en sus brazos y le daba pequeñas palmaditas en la espalda — Eres la más hermosa y te queremos sólo a ti. Eres única y contigo estamos completos — En un segundo la pequeña reía y abrazaba a Keijii como si nunca hubiera llorado.

— Se nota que es hija de Bokuto-san.

— Así es — Sonrió — Su hija.

————

— Kei — Habló mientras ponía su oído sobre el vientre de Kei y escuchaba a su hija — Tengamos otro hijo.

— ¡¿Uh?!

— Vamos a darle un hermanito a nuestra pequeña.

— No me digas que Bokuto-san te dio esa idea.

— Claro que no… pero no quiero que nuestra hija crezca solita.

— Ah — Cerró el libro— Primero espera a que nazca ¿De acuerdo?

— Entonces — Levantó la vista y lo miró fijamente — ¿Estarías dispuesto a darme otro hijo?

— ¿Eh? — Dejó el libro caer y este se deslizó entre las sábanas hasta caer al piso.

— Kei — Se acercó a él — ¿Si te lo pidiera, me darías otro hijo? — Kei quedó mudo y Tetsuro rio — Esta bien — Lo besó y acarició su vientre — Con ella es suficiente, gracias — Se dirigió a la entrada de la habitación pero un susurró por parte del menor lo detuvo — ¿Kei?

— Dije — Le dio la espalda y se cubrió con la manta mientras abrazaba su almohada — Que no me importaría darle un hermanito.

A pesar de no ver su rostro, Tetsuro pudo percibir un color rojizo en sus orejas.

— ¡Pero todo depende de que tan buen padre seas! — Lo condicionó.

— Ja, ja. Muy bien — Sonrió — Entonces debo empezar a decorar otra habitación.

Los días pasaban y Tetsuro no podía estar más que preparado. Una maleta con las cosas de Kei y la pequeña en el auto y otra al lado de la entrada por cualquier imprevisto. Llamadas al hospital para asegurarse si todo estaba en orden. Simulacros diarios para ver qué tan rápido llegaban al hospital y ver si podían reducir el tiempo. Por otro lado, Kei estaba más tranquilo ¿O cansado? Tener a su hija le pesaba cada día más.

— Kei — Escuchó en un susurro — Kei.

— Que sucede — Habló sin abrir los ojos.

— Despierta dormilón.

— Déjame dormir — Se dio la vuelta.

— Sólo un momento.

— Ah — Con pesadez se talló los ojos. Al abrirlos se encontró con las cortinas cerradas y un pequeño brillo frente a él.

— Kei, feliz cumpleaños — Habló Tetsuro mientras sostenía un pequeño muffin — Ahora apaga la vela y pide un deseo.

Kei cerró los ojos, pidió un deseo y sopló con suavidad.

— ¿Qué fue lo que pediste? — Preguntó Tetsuro mientras le entregaba el muffin.

— Es un secreto — Observó el pequeño pan — ¿Y el pastel?

— Buen intento — Abrió las cortinas — Pero no habrá pastel hasta después.

— No puede ser cumpleaños sin pastel — Habló enojado mientras le daba una mordida al muffin de arándanos.

— Ja, ja. Agradece que te esté permitiendo comer algo dulce — Kei tronó la lengua molesto — Vamos no te enojes — Revolvió su cabello — Hoy te espera un gran día.

Ese día desayunaron afuera y visitaron un jardín botánico. Tetsuro le explicaba todo lo posible sobre las platas a su hija mientras Kei se cansaba más a cada paso que daba. Antes de comer decidieron ir al cine. Tetsuro observó la película y Kei se recargó sobre su hombro. Su cansancio era más frecuente por lo que pasaba más tiempo dormido que despierto. Cuando terminó la función comieron en un restaurante y regresaron a casa en la tarde.

— Buenas noches — Se despidió Kei mientras bostezaba — Gracias por lo de hoy.

— ¿Ya te vas a dormir? — Kei asintió — Todavía no termina el día.

— Ya estoy cansado — Bostezó.

— Pero falta tu regalo.

— ¿Regalo?

Tetsuro se acercó y le cubrió los ojos. Con cuidado lo guio hasta la habitación de su futura hija.

— Tetsuro ¿Qué hacemos frente a la puerta su cuarto? — Preguntó.

— ¿Cómo lo supiste?

— Ah. Vivo aquí ¿Lo recuerdas?

— Bueno, es que aquí está tu sorpresa y con esto, su cuarto estará completo.

Con cuidado, Tetsuro apartó sus manos y los ojos de Kei brillaron al encontrarse con el regalo. Una mecedora con un gato y una luna en el respaldo, y un gran moño rojo que lo adornaba descansaba al lado de la cuna blanca.

— Kei, hoy es el día más importante de todo el año.

— ¿Eh?

— Porque en esta fecha llegaste al mundo —Lo abrazó por detrás — Y llegaste a mi vida. 

Notas finales:

Ah (largo suspiro)

Es hora de comenzar el final TT-TT


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