::::::::Narra Furihata::::::::::
Furihara koki era un chico amable, honesto y de buen corazón, esa eran una de las tantas cualidades que poseía, pero por sobre todo era un amigo fiel a sus principios, siendo el segundo hijo de una familia de 4 personas creció rodeado del amor de sus padres y la protección de su hermano Kei, que desde pequeño lo defendía ante todos y todas las personas que osaban lastimarlo.
Así era su vida hasta que conoció a Akashi Seijuro, el ex capitán de la Kiseki no Sedai que dejo en el castaño una gran impresión que no pudo olvidar, desde el día que vio como este casi cortaba a su compañero Kagami Taiga, un temor inexplicable creció en él y este se intensifico al enterarse que debía marcarlo en el juego más importante para el equipo.
Como consiguió realizar su trabajo era un misterio que aun rondaba en su mente, por primera vez tuvo que enfrentarse al miedo sin la protección de su hermano, pero milagrosamente salió adelante dificultándole el juego a su rival, aunque solo duro un tiempo para el castaño fue suficiente para sentirse complacido consigo mismo, ayudar a la victoria del equipo dejo en él un sentimiento grandioso que hasta una semana del encuentro perdura en su interior.
Aunque a veces recordaba pequeños fragmentos del encuentro, estos eran borrados de su mente con optimismo al saber que no tendría que ver nuevamente al ex de la Kiseki no Sedai, con eso en mente se preparaba para salir con rumbo a la editorial TEMBA, donde su escritor favorito Natsume Jun estaría para la firma de libros de su más reciente novela “Claro de Luna”.
Con rapidez arreglo sus cosas para bajar y desayunar, encontrándose con su familia que ya estaba en la mesa.
Kk: Buenos días – Entro dejando su mochila en el suelo a la vez que tomaba su lugar.
Rn: Buenas días hijo – Respondieron sus padres al mismo tiempo.
Kei: Veo que despertaste solo esta vez – Sonrió con burla molestando a su hermanito que tomaba su taza.
Kk: Moo** – Hizo un puchero – Kei-nii aun sigues con eso, solo me quede dormido una vez.
Kei: Hehehe – Estiro la mano apretándole el cachete – Vamos no te enojes, se supone que este día vendría tu escritor no – Ante la mención de ello el ánimo del castaño se recupero
Rn: Es verdad – Bajo el periódico que estaba leyendo – es hoy, iras al evento.
Kk: Por supuesto – Tomo el plato que su madre le entregaba – Llevo esperándolo hace meses.
Nn: Mmmm y a qué hora se lleva a cabo – Miraba como su pequeño llenaba sus panqueques de abundante miel como siempre.
Kk: Sobre las dos – Se llevó un bocado gigante a su boca – Me iré al terminar de desayunar.
Kei: Sigo pensando que debo ir contigo – Miro como su lindo hermano tomaba su jugo de un trago – No comas tan rápido – Lo reprendió.
Kk: No es necesario Kei-nii – Se limpió la boca – Además Sato ira conmigo.
Kei: Sato – Quedo pensando – Ahh tu compañero de equipo.
Kk: Así es – Miro la hora – Se me hace tarde – recogió su mochila – Nos vemos – Salió corriendo de la cocina.
Kei: No corras que te caerás – Se levantó persiguiendo a su hermano – Y llama cuando llegues.
Kk: Esta bien – Cerro la puerta para correr a la estación donde se encontraría con su amigo.
Apurando el paso llego 5 minutos antes de la hora acordada, tiempo que le dio para comprar algunas golosinas para su viaje, saliendo de la estación espero a su compañero pero este no llegaba, preocupado por la demora llamo para ver que sucedía, grande fue su sorpresa al enterarse que su amigo estaba enfermo.
St: L..lo siento – Se escuchaba la atroz voz al otro lado de la línea.
Kk: No te preocupes – El castaño miro a la estación – Supongo que tendré que ir solo – Vio la hora – Te traeré algún recuerdo a mi regreso, recupérate Sato.
St: Gracias y no te pierdas – Le advirtió preocupado por el castaño.
Kk: Que no lo hare – Colgó para comprar su boleto hacia Kioto.
Con su pasaje en mano abordo el tren para acomodarse en su lugar, mientras que en su mano derecha abría su libro para leer y así disfrutar las 2 horas que duraba su viaje en el mundo de la literatura, tiempo que paso en un abrir y cerrar de ojos.
Ya en su destino el castaño bajo del tren para encontrarse con un hermoso paisaje, los templos y vegetación hacían de la cuidad un lugar de ensueño, fascinado tomo su bolso para emprender el camino hacia su destino final donde conocería a su novelista preferido.
Eran la 1:45 de la tarde cuando el castaño llego a la editorial, como esperaba el edificio estaba a su tope, miles de fans de todos lados estaban allí a la espera del gran maestro, como pudo entro en el lugar para disfrutar de un evento que se grabaría en sus memorias.
A eso de las 7 de la tarde dio por terminada la firma de libros, el castaño salió del edificio con una sonrisa plasmada en la cara, había conseguido la firma de su novela y además pudo sacarse una foto con el gran sensei, que serían sin duda su valiosos tesoros, con el ánimo hasta el cielo regreso por la hermosa cuidad entrando en diversos locales para así comprar los obsequios para sus familiares y amigos.
Entraba y salía de las diversas tiendas con una bolsa nueva en sus manos, tan concentrado estaba mirando todo que no se dio cuenta de la hora.
Kk: Ya pasan de las 9¡¡¡ – Grito al darse cuenta de lo tarde que era, cogiendo sus compras emprendió el camino hacia la estación, su tren salía en menos de 40 minutos y sabía que si lo perdía no habría otro hasta dentro de dos horas – Maldición – Corrió hacia la estación esquivando a los peatones, en tiempo record llego al lugar bajando las escaleras rápidamente para ponerse en cola y comprar el boleto, saco su móvil para ver cuál era el que necesitaba, pero no encontraba el mensaje de su amigo.
Resignándose avanzo hasta llegar a la máquina, donde los precios de los diversos boleto estaban plasmado, miraba las combinaciones de cada viaje y ninguno era el adecuado para su destino “Cálmate koki, aún queda tiempo” se reprendía mentalmente, agradecía ser el único en la fila en ese instante así no entorpecería a los demás.
Miraba el mapa arriba de la maquina una y otra vez tratando de orientarse, pero era inútil su sentido de la orientación era un asco, rascándose la cabeza nervioso solo trataba de descifrar el camino que debía seguir, sato le advirtió que no se perdiera, pero nunca pensó que esto le pasaría “Tendré que pedir ayuda” pensó, pero antes de hacerlo una voz a su espalda lo saco de sus pensamientos.
-Perdón joven – Al escuchar esa voz se congelo “N..no puede ser” pensó en su interior– Estas perdido – Tragando en seco, se giró lentamente para encontrarse cara a cara con el chico de rojos cabellos.
Kk: A..ak..akashi-san – Tartamudeo su nombre, de todas las personas en Kioto tenía que encontrarse justamente con el causante de sus miedos.
-K.koki – Escucho como su nombre era susurrado, estaba en shock su cuerpo comenzó a temblar incontrolablemente ante la presencia imponente del emperador.
....Continuara…...