Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

NUNCA ES TARDE por LaureenSaif

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ese día, estaba escuchando música para inspirarme a escribir, no este capítulo sino el anterior XD. Y mientras reproducía mi lista de youtube (si ya estaba en la computadora, no pensaba gastar la batería del teléfono); y escuche la canción de “Last Stardust” de Aimer, esa mujer me encanta porque apoya al fandom de Fate y más con otro de sus videos oficiales.

Esta canción la escuché, vi la letra y dije: VA PARA KISE.

Este Capitulo es completamente de él, mi amado Kise Ryouta quq le hice un buen de drama pero XD espero que les guste y les dejo un link con la letra en español de mi musa:

https://www.youtube.com/watch?v=c7ycp6SBGso

 

Esta es la primera parte, porque en verdad este capitulo es muy largo.

Aomine estaba molesto, más que solo molesto, sino que se encontraba furioso con Kuroko. Estuvo por semanas investigando a Kise, donde vivía, que hacía y en que trabajaba; en menos de una semana sabía todo del rubio. Y un miedo inmenso había invadido su pecho al negarse acercarse a él pues sabía que desde la boda de Akashi y Murasakibara; él le había dicho que estaba contento con el tarado de Kagami.

Y la imagen de hace una semana; en que Kuroko y Kagami hablaban a costa de Kise, le irritaba. El pudo haberse acercado a Kise y hablado con el, quizá ellos estarían juntos o tal vez…

Sus pensamientos se detuvieron cuando en aquella cafetería, por fin aparecía Kuroko pero no estaba solo, iba acompañado del antiguo As de Seirin -Vaya BaKagami… Así que no puedes dejar a Tetsu, tranquilo, no le haré daño.

El pelirrojo solo frunció el ceño y se sentó justo frente a él, su hinchazón por el golpe ya había desaparecido -No vengo a pelear contigo, solo vengo a aclarar las cosas -comento serio mientras se cruzaba de brazos frente al moreno y recargaba en la silla.

-¿Aclarar? -pregunto sorprendido Daiki -A mí no tienes que aclararme nada… te digo de una vez por todas -no pudo evitar ponerse de pie -A quien debes decirle las cosas es a tu esposo ¡Traidor! Has dejado a la mejor persona que te pudiste haber…

No alcanzo a terminar de hablar cuando sintió un golpe en el estómago que lo hizo sentarse casi de golpe, Kuroko le veía con el ceño fruncido, incluso su rostro que solía mostrarse neutral; ahora expresaba lo molesto que en esos momentos se encontraba -Falta que llegue alguien más.

Como si de una invocación se hubiera tratado, la puerta del establecimiento se abrió de nuevo, dejando pasar a un alto hombre de cabellos rubio como el oro, vestido de un formal traje negro que se dirigió a la caja -Me podría llevar un capuchino a mi mesa, por favor -pidió de manera amable a la cajera que estaba impactada por la apariencia de aquella persona.

Aomine sintió como su corazón dio un vuelco dentro de su pecho, de nuevo la sensación que le había invadido el día de la cena en casa de Kagami estaba ahí.

Kise sonrió al ver como en la mesa ya se encontraban sus tres ex rivales del basquetbol -Disculpen si tarde, me retrasé un poco porque había olvidado que no traía maleta y… la estaba buscando -reía mientras se retiraba el saco y lo ponía en la silla; notó como todos estaban atentos a él; nervioso se coloco un mechón de cabello atrás de la oreja -Solo, disculpen la tardanza.

Kuroko sonrió al escuchar entre tranquilo y nervioso a Kise, así que solo dio un suspiro, intentaría guardar la calma -Aomine-kun, estamos aquí porque queremos aclararte algunas cosas y eso nos incumbe a nosotros tres.

El moreno miro atento Kuroko antes de poner atención a Kise, si él estaba en lo correcto; la luz y sombra de Seirin, eran pareja a las espaldas de Kise. Entonces ¿Por qué estaba ahí como si nada?

Kise miro el rostro moreno con tantas preguntas que no deseaba dejarlo así por siempre -Creo que todo inició el día que nos dijiste que dejarías el basquetbol.

Kise salió corriendo del lugar, después de la noticia de que Aomine sería padre, él solo corrió, sus piernas lo llevaron a unas canchas de basquetbol y solo fue frente a la canasta donde sintió que no le quedaban más energías; cayendo de rodillas al suelo, sus manos cubrieron su rostro antes de soltar un fuerte grito de dolor -¡¿Por qué?!.

Al fin las lágrimas que levemente habían llenado sus ojos se animaron a salir y como si la misma naturaleza se hubiera apiadado de él; también las gotas de lluvia empezaron a caer, como si quisieran ocultar su dolor y que nadie lo viera.

Sin embargo, el rubio no se esperaba que Kagami fuera testigo de todo eso; el pelirrojo no podía llamarse a si mismo un amigo de Kise, por más mensajes que este le llegara a mandar, el consideraba que alguno de la generación de los milagros debía estar ahí o quizá alguno de sus senpais.

En cada paso que daba el pelirrojo, se iba quitando la chamarra, él no lo sabía, pero compartía cierto dolor con “La perfecta copia” de la generación de los milagros.

Casi lanzo su prenda sobre la cabeza del rubio, quien de inmediato se sorprendió, sus ojos se abrieron como platos y una pequeña esperanza creció en él, su cuerpo se incorporó un poco y su mirada se poso en la rojo oscuro, matando de inmediato la idea de que fuese Aomine quien le había seguido.

Ver como las lágrimas de Kise recorrían su rostro, hizo estremecer el pecho del pelirrojo y de inmediato se agacho a levantarlo -Vamos, si seguimos aquí terminaras enfermando -le comento mientras lo llevaba bajo la lluvia, aun llorando.

Kagami creía el rubio jamás terminaría de llorar, pues habían llegado a su casa y aunque este había tomado un baño, aún se encontraba llorando; no muy seguro se acercó con una taza de té hasta el sillón donde este estaba sentado -Kise, toma -le dejo la taza frente a él -Y toma -a lado coloco una caja de pañuelos.

Kise al ver la caja, acerco su mano temblorosa para tomo un pañuelo y sonar su nariz -Gracias -le dijo ligeramente mormado mientras limpiaba su rostro de las lagrimas que habían recorrido sus mejillas; había llorado tanto que al parecer no podía hacerlo más.

El pelirrojo no era muy bueno hablando de sentimientos, pero quería ayudar a Kise, de alguna manera, deseaba apoyarlo -Oye… yo… Yo creo que sé como te sientes, sé que quizá no es igual. Pero la persona que me gusta, no… no la puedo entender, no creo que piense en mi si quiera.

La mirada dorada se dirigió al pelirrojo y suspiro -Yo creía lo mismo de Aominecchi -comento con una dulce sonrisa al recordar su época en la secundaria -Pero él sentía lo mismo que yo y… -solo pensar en su historia después de eso le hacía volver a borrar su sonrisa -Perdí mi oportunidad, él… En verdad, yo quería pedirle que se quedara, le iba a decir que jugáramos uno a uno de nuevo y le -su voz comenzaba a quebrarse cada vez más -Perdí mucho tiempo Kagamicchi, perdí mucho tiempo. No dejes que te pase a ti.

Kagami escuchaba las palabras de Kise y le hacían estremecer, no quería que le pasara lo mismo con Kuroko; le daba un profundo miedo tener a la persona que amaba y después perderla -Kise, no te culpes, quizá Aomine se…

-Aominecchi se enamoró de alguien más -Kise sentía que apenas podía hablar -Y yo no quiero que regrese conmigo, incluso si eso me duele solo a mi -su voz era apenas audible -Si él es feliz, yo también lo seré -sus manos estaban sobre su pecho, sentía como su corazón se encogía mientras decía aquello.

El pelirrojo supo en ese momento que el amor de Kise hacia Aomine era todo lo contrario a egoísta -Ey… Kise, Yo creo que debes quedarte en mi casa esta noche, dormiré en el sofá y tú.

-Gracias Kagamicchi -pensando rápido, no deseaba que ninguna de sus hermanas le vieran en ese estado tan melancólico -Pero yo quiero quedarme en tu sofá -le comento con una leve sonrisa -Aquí tienes tele y quiero ver las caricaturas un rato -dijo bastante infantil.

A esto Kagami soltó un suspiro y se dirigió a su habitación, Kise se había ganado quedarse donde quisiera, solo por esa vez; sin embargo, le hubiera dado lo mismo haberse quedado con Kise viendo la tele esa noche pues no pudo en ningún solo momento conciliar el sueño, las palabras del rubio no lo dejaron dormir.

Eran aproximadamente las 6 de la mañana cuando se levanto y se asomo a la sala, Kise estaba completamente dormido, encogido en el sillón, quizá para poder entrar o porque hacia frío. Preparo el desayuno y dejo una nota antes de irse: “Come, sí veo comida en el plato o en la basura te cobraré por desperdiciar”.

Kagami había ido a su entrenamiento de los fines de semana, estaba un tanto ansioso pues deseaba decirle a Kuroko lo que sentía por él, pero al parecer ese día no había ido. Los ánimos del pelirrojo no desaparecían, aun planeaba decirle el día siguiente; su idea era hacerlo en la salida, sin embargo, cuando iba a hablarle este desapareció. Pasaron días para enterarse de que Kuroko estaba viendo a Aomine en el internado de la academia de policías.

-Así que Kurokocchi está visitando a Aominecchi -hablo el rubio mientras soltaba un suspiro frente al pelirrojo, ya empezaba a ser costumbre que ambos quedaran de verse para platicar.

En un principio el pelirrojo creía que le ayudaría al rubio, pero al final fue mas un apoyo para el -Si, bueno. Son amigos, supongo que solo quiere ayudarle -comento mientras veía su hamburguesa.

A Kise no le gustaba ver así a su amigo, así que prefirió cambiar de tema mientras remojaba sus papas en un poco de cátsup -Y… ¿Ya sabes lo que vas a hacer con la proposición de jugar en la NBA?

El As de Seirin solo soltó un suspiro -No, quieren que me vaya antes de terminar la preparatoria y yo, no estoy muy seguro -comento antes de rascar su cabeza.

-Cuando te dije que no dejaras que te pase a ti -empezó a hablar el rubio -Me refería a no perder el tiempo -levanto la mirada, atento a que el otro le pusiera atención -Midorimacchi dice que: “El hombre propone y dios dispone”.

Ante sus palabras, el pelirrojo arqueo la ceja incrédulo de lo que escuchaba -¿Desde cuándo le haces caso al de los horóscopos? -pregunto divertido.

-Desde siempre, Midorimacchi a veces parece un brujo -sonrió divertido -Pero ese no es el porque -ladeo la cabeza mientras miraba al contrario -Mi hermana me consiguió un contrato en Estados unidos -levanto los hombros un tanto contento -Estaré un par de años con una firma en Nueva York.

Kagami ahora podía jurar no creer ni una sola de las palabras de Kise -Estas jugando, ¿no?

Ryouta negó con la cabeza -No, en verdad me voy a ir, en un par de meses -reía por la expresión del otro -¡Kagamicchi! Deja de hacer eso -cubrió su boca -Es en serio, me iré terminando las clases.

Ambos se miraron y dedicaron una sonrisa -Creo que Nueva York no esta tan lejos de Chicago -comento divertido Taiga.

-Si te animas a ir, yo acepto que me enseñes Estados Unidos -comento siguiendo aquella broma.

Eso le causo mucha gracia al pelirrojo - ¿Sabes que es muy grande Estados unidos? No lo conozco todo.

De inmediato el rubio lo contra ataco de manera infantil -Yo no sé, pero tú vas a tener que investigar o algo así porque tu eres de haya, no te queda de otra.

Kise miraba con una gran sonrisa a la chica que le entregaba su pedido -Muchas gracias -tomo el café y le coloco medio sobre de azúcar antes de usar el agitador -Kagamicchi se fue a Chicago y yo… Tarde un mes antes de irme a Nueva York -miro la galleta espolvoreada de canela, la cual fue un regalo, y le dio una pequeña mordida antes de hablar -Solo manteníamos comunicación por mensajes y mail.

El As de Seirin y el de Kaijou se habían vuelto tan buenos amigos que no fue raro que después de haberse ido el pelirrojo, muchos meses después de haberse visto por última vez en Japón, se reencontraron en Nueva York el día de año nuevo.

-¡Kagamicchi! -Ryouta se lanzó a los brazos del pelirrojo muy emocionado -Me alegra verte, tanto, tanto -para el rubio, el ex As de Seirin había crecido en tamaño, incluso sentía que su espalda se había ensanchado, de seguro era el ejercicio extra que hacía.

El pelirrojo también noto un cambio en el rubio, quien tenía el cabello ligeramente más largo que la última vez que se vieron; y no sabía si era por el frío de la temporada, sus labios sobre salían con un tono rojizo intenso, su piel blanquecina y ojos dorados lo hacían parecer una belleza invernal -Kise, me alegra verte -le correspondió el fuerte abrazo, levantando un poco del suelo.

Los dos empezaron a caminar, uno al lado de otro, rumbo al restaurante donde Kise había hecho una reservación; era un lugar bastante elegante, tenía grandes y amplias ventanas que dejaban ver la gran manzana y sus edificios, todos en tonalidades azules y las luces amarillas; parecía tan mágico con la nieve cayendo por fuera -Me habían recomendado este lugar, la verdad, no esperaba que fuera tan lindo.

El par de amigos pidieron de comer, Kagami un poco más nervioso que el rubio pues cuando veía el precio de la comida se ponía nervioso -Vaya… Si y todo es muy caro yo no creo -miro al rubio con aquella divertida expresión -Si, mi salario de jugador alcanza, pero…

-Kagamicchi, eres un exagerado -le sonrió antes de guiñarle el ojo coqueto -Yo pago esta noche.

A regañadientes el pelirrojo empezó a pedir, en un principio con mesura, pero mientras más se acercaba la media noche iba desinhibiéndose, terminaron su cena y ambos caminaron juntos hasta el hotel del pelirrojo donde por las fiestas todos estaban recibiendo una copa de champagne para celebrar.

Los dos amigos estaban en la barra muy cerca del televisor, escuchando las noticias sobre el año nuevo -¡Tienes un tatuaje! -el rubio hablaba impresionado -¿Donde? -ambos tenían ya una botella de cerveza en la mano.

-En la espalda -comento divertido el pelirrojo mientras le daba un trago a su botella -Es de un tigre.

Kise le veía emocionado -Ohhh… Y -estaba tan emocionado -¿Qué tan grande es?.

Kagami sonrió divertido -Pues… -iba a contarle su nueva adquisición, cuando todos empezaron el conteo de media noche.

-¡10! -empezó la reportera que traía un gorro en para evitar congelarse por la nieve. 

-¡9! -siguieron los del bar.

-¡8! -coreo Taiga en tanto compartía miradas con el rubio.

-¡7! -grito Ryouta.

-¡6! -ambos amigos se miraron riendo divertidos.

-¡5! -Kise en esos momentos, quizá por el exceso de alcohol, recordó el rito que sus compañeras de trabajo le contaron.

-¡4! -las campanas estaban sonando y las cámaras gravaban el reloj, marcando los últimos segundos del año.

-¡3! –“Si no das un beso antes de las doce te aseguro quedarás solo todo el año”.

-¡2! -esas fueron las palabras de los compañeros de Kagami, diciéndole que consiguiera una chica esa noche o terminara con una cama fría todo el invierno.

-¡1! -los dos amigos se miraron en ese momento antes de juntar sus labios, dando un profundo e intenso beso entre los dos.

Con cada roce entre sus labios aumentaba el calor entre ambos; estaban solos en el ascensor probando el sabor del otro mientras sus manos se metían en la ropa del contrario, tocando su piel que se cubría bajo tantas capas de ropa invernal.

El rubio cayo en la cama una vez que llegaron a la habitación, riendo, puso atención a como el pelirrojo se quitaba la playera cuando le dio la espalda –Tenías razón -le dedico una traviesa mierda acompañada de una encantadora sonrisa.

Taiga le miro de reojo sobre su hombro y solo sonrió -¿Qué cosa? -volvió a voltearse para colocar el cerrojo en la puerta junto al seguro.

-Tu tatuaje -comento mientras se ponía de pie y caminaba hasta el, quitándose el suéter y playera antes de detenerse a sus espaldas -Es muy grande -susurro contra su piel antes de darle un beso justo en su hombro derecho del pelirrojo.

Ante aquello, el chico de piel canela sintió un escalofrío recorrer su espalda y soltó un suspiro -Ryouta, estas… -en esos momentos, los nervios le ganaban -Sino estás seguro, podemos detenernos y…

El pelirrojo guardo completo silencio cuando las manos del rubio pasaron bajo sus brazos y se detuvieron en sus pectorales -Quiero hacerlo -la suave voz del rubio era apenas audible, pero denotaba completa seguridad.

Taiga se dio la vuelta para volver a estar frente a frente con el rubio, ambos se sonrieron cómplices antes de besarse y encaminar de nueva cuenta a la cama, las luces estaban aún encendidas así que ambos veían desnudo al otro por completo.

Ryouta jadeo con las mejillas completamente rojas; tenía al pelirrojo entre sus piernas, lamiendo, chupando y metiendo su lengua en la estrecha y rosada entrada -Ngh… Kagamicchi -gemía excitado, sus piernas temblaban en los hombros contrarios.

El pelirrojo se separó relamiéndose los labios antes de separarse -Ryouta… ¿Te sientes bien? -se levanto para acodarse sobre él en la cama, solo le miro negando con la cabeza cubriéndose apenado su boca con su ante brazo; así que elevo una de sus piernas con una de sus manos, mientras la otra colocaba sus largos dedos en su entrada para meter un poco los dedos -Dime su duele.

Kise respingo un poco ante la intromisión y soltó un jadeo, aferrándose a las sabanas de la cama, sentía como los movimientos dentro suyo le hacían temblar -Estoy listo -dijo convenciendo al pelirrrojo quien se acomodaba para entrar en él.

En un acalorado abrazo, esa primera noche del año, los ojos dorados se llenaron de lágrimas, sus uñas se enterraron en la gran espalda morena, creando varios rasguños y soltando leves gemidos de dolor; en los últimos años, Kise había perdido el sueño de encontrar a alguien que lo amara, convenció de que sería amable y mantendría sus amistades intactas permanecería como un buen amigo y compañero.

Pero ahora estaba en otro lugar, su vida había empezado de nuevo; quizá podría olvidar lo que sucedió en Japón y empezar de cero.

En un principio creía que estaría bien solo, pero esa noche el cariño que había comenzado a tener por Kagami, había formado otra cosa, era deseo y pasión, los dos querían estar junto y esa era la prueba.

-Kise -Aomine lo interrumpió -Necesito usar el baño -le comento antes de ponerse de pie -Permiso -les dijo a todos en la mesa, antes de entrar al baño, ahí abrió la llave del lavamanos y mojo su rostro -“Yo los lleve a esto” -fue lo único que llego a su mente mientras seguía echándose agua a la cara.

Notas finales:

Siguiente Capitulo:

Ambos estaban felices pero angustiados a la vez, aunque no eran unos niños, no planeaban tener hijo tan pronto -Saben -interrumpió Alex aquel momento -Sí tienen sexo sin protección, no deben esperar nada más que un bebé -los estaba claramente regañando -¿Ya tienen una idea de lo que van a hacer?

Gracias por leer! :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).