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NUNCA ES TARDE por LaureenSaif

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Notas del capitulo:

Holi :3

Procurare, ahora que mi fic pos murio :'v por uno momentos actualizare mas seguido XD

Espero que les guste :U9

Era Lunes por la mañana y Rei empezaba a odiar su vida, llevaba solo un fin de semana viviendo con su padre y hermano mayor, en el nuevo departamento que él mayor recién había adquirido al este de la ciudad de Saikido. Su habitación estaba sumamente vacía solo tenía la cama y algo de ropa colgada en el armario; así que parecería retrato por un tiempo, pues solo tenía dos conjuntos y el uniforme de la escuela. 




Sin duda podía vivir con tan poco, iba a acostumbrarse pero de lo que no iba a tolerar era aquella escena que los últimos dos días le tenía con los nervios de punta a pesar de ser un persona muy seria no podía ignorar aquella escena, en la pequeña mesa de plástico con sillas solo para dos, donde se supone debía ser el comedor, se encontraba comida de una tienda y un silencio sepulcral entre su padre y hermano, uno leyendo el periódico mientras el otro comía recargado a una de las paredes parecía muy concentrado en su café. 




-¿El café es Americano? –escucho la pregunta que más bien sonaba a una queja de parte de Renjiro, su hermano mayor, quien se encontraba sentado y tomaba de un vaso desechable mientras hacía muecas. 




 –Sino lo quieres, puedes ir a comprarlo tú mismo –le repuso Daiki frunciendo el ceño. 




Rei entendía las molestias de su hermano, él no podía contemplar como un adulto de más de treinta años no podía hacer un desayuno decente para tres personas, más aun si ya llevaba un año viviendo solo, así que tomo un decisión para no estar en medio de la discusión de ambos adultos (pues su hermano ya era mayor de edad), se levantó del lugar frente a su hermano y tomo su mochila –Ya me voy, no quiero llegar tarde –no estaba a dispuesto a ser una vez más el intermediario entre las peleas de esos dos. 




El chico de preparatoria ya se dirigía a la puerta hasta que escucho -¿A dónde vas? –y como si el mismo diablo le hubiese hablado se volteó a ver ambos “adultos” que casi al unísono le hablaron, provocándole escalofrío. 




 –No conoces el camino a Teiko –le regaño su hermano –Yo te llevo –y de inmediato se levantó para después tomar su maleta deportiva. 




 -No, yo lo llevare –llamo la atención el policía –Tú tienes que ir a las prácticas matutinas y no puedes llegar tarde Ren –le regaño su padre mientras se ponía la fornitura de su pistola, ganándose así una mirada de desagrado por parte de este, ambos parecían sacar chispas del enojo en una guerra de miradas que ninguno pretendía ceder. 




Así que ahí estaban lo tres en el autobús, Aomine era nuevo y no conocía la ciudad, así que no le habían asignado una patrulla o él se propuso a comprar un carro pues también consideraba que en cualquier momento podía ser ascendido a Tokio lo cual esperaba este año, el veía a Saikido como una escala para ser jefe de detectives como su padre en la capital del país. 




En tanto Rei intentaba leer su libro, solo que no podía, se sentía como bicho raro pues muchos le miraban, ya que, a pesar de estar parado, su hermano se recargaba medio dormido sobre él y podía jurar que le estaba babeando; se sintió avergonzado cuando un chico de cabello rubio frente a su padre se le quedo viendo con una sonrisa divertida. Rei podía sentir sus mejillas sonrojar así que frunció el ceño y acomodo sus lentes fingiendo que no le había visto y para evitar ser visto levanto su libro a la altura de la cara. 




La escena le saco una sonrisa de diversión a Daiki, su hijo le recordaba a un viejo compañero de secundaria, un tsundere de primera, más al ponerse de esa forma frente al que parecía muy pequeño rubio frente a él. Sin embargo, al verlo mejor, por unos segundos y se le hizo familiar, pero no recordaba de dónde. 




-Nagisa –se escuchó de la nada, provocando que se levantaba el pequeño rubio y empezará a caminar entre la gente, pidiendo permiso con una sorisa muy amable. 




En ese momento Daiki se dio cuenta que usaba el mismo uniforme que Rei, así que se asomó por la ventana –Aquí bajamos –estaban en la bajada para ir caminando a la escuela, así que siguió el camino que el pequeño había tomado para aproximarse a la puerta mientras ambos hermanos se despedían, quedándose un momento ahí antes de bajar que fue cuando pudo ver al pequeño chico e incluso alcanzo a escuchar. 




–No puedo esperar a estar en el mismo club que Mako-chan y Haru-chan –decía emocionado en tanto bajaba. 




Caminando a lado del rubio había otro chico -Nissan se enojó cuando le dijiste que no estarías en Samezuka –se reía el pelinaranja que era un poco más alto y vestía con lo que para él era el inconfundible uniforme de Teiko. 




Aomine Daiki estaba entretenido en la plática de ambos amigos, para lo que él le parecía, mientras Rei ponía atención a los nombres de las calles para recordar el camino de regreso, tan concentrados estaban en sus asuntos, que sin darse cuenta llegaron a Teiko. 




Estaban frente a la puerta cuando la nostalgia invadió a Daiki, los arboles de cereza dejaban caer sus pétalos al suelo creando una alfombra que el viento barría de vez en cuando, un espectáculo hermoso en los días de primavera y eso lo dejo encantado, incluso Rei se había quedado apreciando el espectáculo tan hermoso sin que hacían los cerezos en inicios de primavera. 




Sin embargo, una voz les hizo voltear -Hey… Aomine –escucharon atrás suyo ambos dueños de dicho apellido provocando que voltearan a ver. 




El mayor de los dos Aomine no lo podía creer. Frente a él estaba Imayoshi –Años sin verte –el moreno estaba boquiabierto pues acompañando al de lentes se encontraba Nijimura 




El capitán de la generación de los milagros antes que Akashi –Cierra la boca o se te meterán moscas –le regaño el segundo más sonó como una orden que Aomine no dudo en obedecer. 




En tanto, aprovechando la oportunidad, Rei empezó a caminar viendo impresionado el tamaño de las instalaciones, sabía que Teiko era una gran escuela con una secundaria y dos preparatorias solo para los mejores deportistas del país. Samezuka mas enfocado a ser un internado donde los alumnos solo salían el fin de semana, exigía dedicación al 100% en tanto Iwatoby, era sumamente mas relajada, donde el prestigio de estudiar con los profesores mas sobre salientes y en buenas instalaciones pesaba mas que el hecho de dedicarse al deporte como los otros compañeros. 




Para Rei era un lugar increíblemente, sin duda más grande que su antigua escuela, quizá tres o cuatro veces más grande. Cuando se dio cuenta ya se encontraba perdido solo podía ver un par de gimnasios y para no tener otra vergüenza como en la mañana empezó a seguir a un chico con el uniforme similar al suyo. Pensó que el edificio de su costado eran los salones al notarlos bastante amplios, pero más bien era la cafetería, pues llegaron a salir con comida, una vez más estaba muy metido en sus pensamientos hasta que escucho un tono de voz no muy agradable proveniente de un chico frente a ellos. 




De cabellos magenta, ligeramente largos y vestido con un gakuden blanco traía las manos en las bolsas del pantalón –¿Tienes guarda espaldas? –solo estaban ellos tres -¿Qué paso con Makoto?. 




En ese momento Rei estaba petrificado, no sabía dónde ver o que hacer pues se había metido en un asunto que no era de su incumbencia, aunque esperaba que el pelinegro dijera que no lo conocía o algo así, solo le veía callado como no queriendo seguir la discusión. 




Esto provocaba en el pelirrojo su enojo y frunció el ceño -¿Crees que esta vez me vas a ganar? –parecía igual de calmado que en un principio, pero su tono de voz seguía mostrando lo irritado que se encontraba. 




Se notaba que no esperaba que le contestaran, pero lo hicieron -Yo no te gano solo, tengo un equipo –le contesto el da cabellos azabaches. 




Esto provoco más bien una sorpresa casi burlona del de cabellos magenta -Yo era parte de ese equipo –reprocho antes de levantar sus hombros como si no le fuera importante –Suerte en buscar al cuarto. No quiero que pierdas por de faul… Haru –repitió lo último más bien con sarcasmo. Rei no entendía nada, pero al momento de tenerlo a su costado, mostrando sus dientes afilados, no pudo evitar verlo -Adios Rei –le había dedico una sonrió con malicia. 




Rei quedo frente al pelinegro quien le veía molesto y por ende hizo una ligera reverencia hacia enfrente –No quería escuchar, soy nuevo, buscaba el edificio de… 




-Por este pasillo en la segunda escalera –le interrumpió a quien ahora conocía como  "Haru" –A lado de la pista de atletismo, frente al campo de soccer –señalo para luego empezar a caminar y detenerse al escuchar una amable voz muy familiar para él. 




–Haru-chan –era de un castaño, para Haru su mejor amigo era más alto que el así que no podía vitar levantar la mirada –Perdón por llegar tarde -le sonrió cómplice al momento de desviar la mirada –¿Estabas viendo la piscina de nuevo?. 




Ante esto Haru solo pudo hacer una mueca, algo se le hacía raro, pero le dejo seguir –Te he dicho que quites el “chan” –corrigió antes de ambos ir a la cafetería seguido por su amigo. 




Dejando una vez más a Rei solo, no le quedo de otra que ignorar lo que acababa de pasarle y seguir con su día, cuando pudo ver un amplio edificio de tres pisos donde claramente decía “Iwatoby” con el símbolo de este en letras doradas haciendo contraste con la pared, saco su horario y busco el salón de su primer hora, al llegar tomo asiento en la primera banca enfrente al escritorio, todos estaban muy callados algunos enfocados en sus teléfonos otros hablando entre sí, al parecer no sería diferente a su otra escuela pasaría desapercibido como siempre, así que saco su libro para por fin poder leer. 




Pero la suerte no estaba de su lado pues desde la puerta se escuchó una animada conversación que llamo su atención de todos los presentes en el salón –Suerte Nagisa-kun –se escuchó atrás de este –¡Igual Tori-chan! –Solo le vasto ver de reojo y de inmediato identifico al chico que había estado en el mismo bus que él esa mañana. Quien sin duda se fue a sentar en el pupitre de atrás –Hola, Tu ibas con un policía esta mañana ¿verdad? –le sonrió de una manera infantil que concordaba con su rostro -¿Ese era tu hermano o primo? Se parecen mucho. 




Escucharlo le empezaba a irritar, más porque no le dejaba leer en paz, por suerte no tardó en llegar el profesor –Buenos días, me llamo Shun Izuki, les daré literatura –sonrió amable a los presentes –Díganme quienes son Nagisa y Rei –vio a ambos chicos frente suyo levantar la mano, uno con una sonrisa y otro con el rostro se le notaba no entender –El rector los está esperando en la puerta, quiere hablar con ustedes –eso sorprendido a Rei –No se preocupen, dejen sus cosas, van a regresar. 




Al salir, pudieron ver a un pelinegro de traje azul marino y corbata oscura que leía al parecer algo molesto la tabla en sus manos –Buenos días –les dio una ligera inclinación –Un gusto en conocerles, soy el rector de Iwatoby, Yukio Kasa… 




-¡Kasamatsu-senpai! –Grito el pequeño rubio con una sonrisa mientras se lanzaba a abrazarlo. 




 -¡Hey! ¡Nagisa! Detente –le regaño intentando romper el contacto con el –Eres peor que tu padre –le regañaba, empezando a caminar. 




“Así que el rector conoce a su padre” pensó el pelizaul, eso explica porque está aquí. 




Pensándolo bien el no entendía porque estaba en Teiko, un día después de las actividades el club de atletismo, regreso a casa y su madre, molesta, lo esperaba en la puerta –Explícame ¿qué es esto? –le mostro un sobre dónde venía su nombre, el solo le regresaba la mirada confundido y no respondió –Es una carta de aceptación –casi le pego con la hoja que venía dentro. 




Una vez adentro había tomado asiento en la sala -Fui aceptado en Teiko –balbuceaba releyendo incrédulo la carta, no creía ser aceptado en la mejor escuela de deportes en el país, aquella donde solo podía entrar si tenías talento, habilidad o demasiado dinero; en la que el 93% de los aspirantes era rechazado, su senpai lo había intentado el año pasado pero no entro. Él no había mandado solicitud o hecho examen y había sido aceptado aunque no entendía porque. 




Tal parecía para Rei que no era su día, su semana, quizá su mes; pues de nueva cuanta se sentía abochornado, los habían llevado al gimnasio y ahí estaba el chico que había seguido esa mañana junto a su amigo de cabello castaño –¡Mako-chan! –y además el rubio los conocía, lo vio correr a ellos y abrazar al castaño -¡Haru-chan!. 




-Ah… Nagisa –lo vio sorprendido el de cabellos castaños y ojos verdes -¿Por qué vistes el uniforme de Iwatoby no estás en Samezuka? -estaba incrédulo al no poder creer lo que veía. 




A esto una traviesa e infantil risa se formó en los labios del más bajo –No, con Sei-chan puede vivir fuera de casa pero yo no -comentaba infantil -Además prefiero ser parte de su equipo. 




 –Como ustedes ya se conoce –les hablo Kasamatsu para luego dirigirse a Rei -Ellos son Kuroko Haruka –Lo que el mencionado lo vio muy serio sin decir nada -Midorima Makoto –quien le dio una de sus acostumbradas sonrisas amables –Y claro Kagami Nagisa –termino con el pequeño rubio que le dedico el guiño de su ojo sacándole igual la lengua de manera juguetona –Ellos son parte del primer grupo en basquetbol de Teiko. 




Ahora Rei seguía sin entender “¿Por qué le debía importar?” él no iba a encestar canastas como tonto, ese no era un deporte hermoso, el iría a atletismo, no solo porque era bueno en él, sino porque hasta los mismos filósofos griegos consideraban que juntaban la perfección y hermosura del cuerpo con el movimiento para lograr aquellas hazañas dignas de un espectáculo para los dioses. 




–Él es Aomine Rei, el quinto jugador del equipo –escucho una vez más al  rector de la escuela. 




-Tu… -los tres chicos aunque solo dos lo demostraron, estaban sorprendidos -¿Eres Aomine? –Pregunto Nagisa para después sonreír –¡Contigo podremos ser los titulares! –grito emocionado –Y ganar la Winter Cup –todos podrían jurar que el pequeño rubio explotaba de felicidad en cualquier momento. 




El rector como los otros dos chicos sonrieron complacidos, Nagisa ya marcaba metas muy grandes para el inicio de curso, sin embargo no esperaban aquella reacción por parte del ojiazul –No cuenten conmigo, no pienso jugar basquetbol –hablo dirigiéndose con enojo a Haruka –No voy a ser el cuarto jugador, usted arregle sus problemas solo –y sin más les dio la espalda yendo a la salida del gimnasio para dirigirse a su salón de clases. 




-Haruka –le hablo el rector –¿Me quieres explicar qué quiso decir? –el pelinegro solo alzo los hombros pues entendía y a la vez no lo que quería decir el de lentes. 




Al silencio de este, Makoto se le quedo viendo, como siempre lo podía leer sin palabras –No sé si podremos conseguir a otro –aseguro el castaño viendo a Kasamatsu –Además, Aomine era el As de la Generación de los milagros. 




Nagisa solo veía de reojo a Rei un tanto angustiado, dio un suspiro algo decepcionado -¿Qué haremos sin el? –pregunto para ver a los dos alumnos mayores a el. 




–Encontraremos a alguien mejor –escucharon Haruka que muy tranquilo que les saco una sonrisa, pero por dentro deseaba gritarle que no tenía otra opción, aunque prefería demostrárselo. Porque Aomine no tenía otra opción.

Notas finales:

Siguiente cpitulo:

"… aquel tema le había dado vueltas en la mente por toda la semana no quería encargarse de toda la empresa pues le seria más pesado que solo encargarse de la sucursal en Fuyuki –Está empezando a enfermar –no quiso verlo solo se acurruco en el gran pecho del pelimorado, podía sentir como subía y bajaba con forme a su respiración, lo hacia sentir protegido... "

 

Hasta la semana que viene, gracias por leer :D


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