"Ese idiota… llega tarde... hum, tal vez por fin se cumplió mi deseo de deshacerse de él para siempre" dijo un joven Madara, tirando otra piedra al río. Él gruñó cuando no llegó al otro lado, pero entonces otra piedra fue arrojada desde atrás de él, atravesando el río.
"¿Deshacerte de quien, Madara-chan?" Dijo un niño Hashirama. El Uchiha lo miró con rabia, ganándose una sonrisa. "Hola, perdón por llegar tarde. Estaba ocupado salvando el cuello de Kawarama de un papel bomba y siendo regañado a por él por hacerlo"
"¿Por qué te regañó por salvar su vida?", Preguntó el pelinegro con el ceño fruncido. No tenía nada en contra del cambio de destino de Kawarama, el pequeño Senju parecía ser más como Tobirama que Hashirama, y lo que lo convertía en un aliado en caso de que hubiera riesgo de perder la apuesta.
"Porque es... otro Tobirama" respondió el Senju, por una vez sin una sonrisa. "¡Por el amor del Sabio, se me olvidó lo aguafiestas que era!"
"Hablando de ese idiota albino, ¿está listo para que remueva su hígado?" Sonrió el Uchiha de un modo muy raro.
"No... porque no voy a perder esta apuesta. Prepárate para ser mío" gritó el chico con corte de tazón, alzando el dedo para señalar al pelinegro. Madara sintió que su rostro se puso hirviente y agarró una piedra del suelo en silencio. "Eh, ¿quieres que intercambiemos piedras de nuevo?"
"No" respondió Madara, preparándose para tirar la cosa en su mano. "Pero no tengo kunai o abanico de guerra para tirarte, así que por ahora… esto va a tener que funcionar"
"¿Qué...? ¡Espera! ¡No hagas nada!" Y luego trató de usar los ojos de cachorro para convencer al otro chico. "¿No somos amigos?"
"Me apuñalaste por la espalda una vez..."
"¡Lo hice porque eras una amenaza para todo el mundo, incluso para ti mismo! ¡Y para la paz!" gritó Hashirama, sin deseos de ser golpeado por una piedra lanzada por su amigo (pasó una vez y dolía como el infierno).
"Y me abandonaste cuando conseguiste crear tu querida aldea..."
"¡Hey, eso NO ES cierto! ... Bueno, un poco, pero fue porque eras aterrador y todo el pueblo..." Hashirama vio el rostro sumamente enojado de su amigo y se detuvo, maldiciendo su bocota. "Mejor me callo... y corro"
"Mejor " Hashirama comenzó a correr y Madara pronto lo siguió, lanzándole pequeños guijarros al moreno. Cuando finalmente se agotaron, se sentaron cerca del río, mirando la puesta de sol en el horizonte.
"Así que ya has visto tus hermanos" habló el Uchiha, cerca del Senju y la respirando rápidamente. Se había olvidado de lo débil que era su forma de niño comparándola con la adulta, por lo que presionó su cuerpo un poco más de la cuenta.
"Sí... deberías haberlo visto. Itama es grandioso... bueno, cuando no está llorando. Tiene ataques de llanto como yo depresivos"
"Oh, genial, otro tú" dijo Madara , con la esperanza de no haber errado en sus cálculos. Si Itama sobrevivía hasta la adultez y apoyaba a Hashirama... él no quería pensar en ello. E incluso con esto el idiota no podía ganar la apuesta. Hashirama Senju era el gran perdedor, la persona con la peor de las suertes en el juego, después de todo.
"Y Kawarama... creo que debería mantener un ojo en él si no quiero perderlo pronto. Tal vez él se tomó las palabras de papá acerca de que la muerte en batalla es el mayor de los honores demasiado a pecho y está dispuesto a hacerlo. Aparte de eso, es muy parecido a Tobirama"
"Genial, otro idiota"
"Hablando de hermanos pequeños, ¿ya has visto a Izuna?", Preguntó chico el corte de tazón, poniéndose de pie sonriendo. Era casi la hora de ir a casa... de vuelta a donde uno de sus hermanos quería matarlo y donde su padre detestaba hablar con él.
"No, me desperté aquí. Lo veré cuando llegue a casa... Estoy deseándolo… y tal vez un juego de shogi junto a la chimenea. Estoy cansado de ganar"
"¡Oye! ¡No perdía todo el tiempo!"
"¿Oh, en serio? Entonces dime una vez más cómo el clan Uchiha consiguió el dinero para construir el santuario Nakano y una buena parte de nuestro distrito en la época en que comenzamos a usar nuestros juegos de shogi como mesas de apuestas"
"Está bien, perdí todos nuestros encuentros... mierda, tal vez debería dejar de jugar antes de mi ludopatía me ponga en problemas de nuevo"
"Así que finalmente lo entiendes", dijo Madara levantándose también y quitándose el polvo de la ropa. "Supongo que te veré mañana... o quizá no. Si tú pudes cambiar el pasado, entonces también yo. Y sobre todo esta parte de mi pasado" estaba listo para salir, pero su amigo cogió por el brazo.
"Entonces voy a hacerlo ahora" Hashirama le dio la vuelta y lo agarró por el hombro. Madara estaba a punto de pedir una explicación cuando el otro le dio un beso en los labios. ¡Estaba pasando otra vez! ¡Ese idiota estaba robando su primer beso otra vez!
"¡Me lo prometiste!" Gritó el Uchiha todo rojo cuando el beso terminó. "¡Ja! ¡Has perdido la apuesta ! ¡Una de mis reglas era que no podías hacer nada gracioso conmigo!"
"Ah , pero ¿no escuchaste lo que dijo Hagoromo antes de irte? El Sabio de los Seis Caminos me dijo que los besos no eran "hacer algo divertido". Y por cada buena acción que haga para cambiar el pasado, consigo uno tuyo y he salvado Kawarama..."
"¡No es justo! Oh , ¡¿por qué los dioses me odian?!", gritó el Uchiha . Primero, era asegurarse de que nadie escuchaba a ese condenado idiota, ¿y ahora tenía que asegurarse de que el pasado se mantenía como antes? Excepto por la parte Izuna... y Tobirama. Lo iba a despedazar.
"Mala suerte", sonrió dicho idiota. "Bueno, me voy, nos vemos pronto"
"¡Tú quisieras!"
-En La residencia Senju-
"¡Estoy en casa!" Gritó el hermano mayor, esperando una cálida bienvenida por parte de sus hermanos pequeños .
"¡Hashirama aniya! ¡Bienvenido a casa!", Respondió un Itama sonriente, corriendo a abrazarlo. Hashirama acarició su cabello... ¡oh, cuánto lo había extrañado! El niño era tan cálido e inocente, un cambio refrescante después de haber estado atrapado toda una vida con el malhumorado y mandón Tobirama. Se dirigieron a la sala de estar, en la que dicho albino y el último hermano estaban sentados con los brazos cruzados.
"Hola, Tobi-chan y Kawa-Chan" estaba agradecido de poder tener a toda su familia con él de nuevo... y de usar sus apodos de infancia sin un albino enojado amenazando sacarle los ojos de sus órbitas.
"Disculpa, Tobirama aniya, ¿has escuchado a alguien hablar conmigo?", Preguntó Kawarama en un tono carente de emoción.
"Debe haber sido tu imaginación, Otouto" contestó dicho albino. Hashirama rodó los ojos, ¿no podían sus hermanos actúan menos como tontos y más como Itama y él? Bueno, no sería bueno… tender a actuar como un niño pequeño casi todo el tiempo .
"Oh, vamos, ¿estás realmente enojado conmigo por salvar tu cuello de ese papel bomba?" Preguntó el mayor, sin comprender realmente esa actitud. Ambos niños se dieron la vuelta (habían estado mostrando la espalda a sus hermanos todo el tiempo).
"¿Enojado contigo? ¡Estoy jodidamente furioso, Hashirama! ¡Robaste mi oportunidad de brillar en batalla!" Gritó el tercer hermano, sorprendiendo al pequeño. Itama se escondió detrás del moreno, asustado del estallido de Kawarama.
"¡Bueno, lo siento! ¡¿Qué quieres que haga, que deje a uno de mis preciosos hermanitos morir sólo porque quería jugar a ser el héroe?!"
"¡Sí! ¡Estaría mejor si tú...!"
"Kawarama aniya..." comenzó Itama , tratando de poner fin a la violencia verbal. Por lo general era como un buffer entre Hashirama y Butsuma, Tobirama y Hashirama, Kawarama y Hashirama , Kawarama y Tobirama, su madre y su padre... prácticamente era el encargado de mantener la paz en esa casa. Pero todos estaban tan enojados hoy.
"¡Cállate , maldito llorón!" Gritó Kawarama. En este punto, tanto el primero como el segundo de los hijos de Butsuma se preocuparon, pero el tercero continuó. "Y por si no lo has notado, Hashirama, no soy Itama, que sólo sabe cómo ocultarse detrás de tu espalda y... Oh" se dio cuenta de lo que acababa de hacer y trató de controlar los daños antes de que las cosas se pusieran feas. "Lo siento, Itama, no quería decir..."
"¡BUAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!" Demasiado tarde, el hermanito menor estaba llorando a todo pulmón y salió corriendo de la sala de estar. "¡Mamá! ¡¡¡Kawarama aniya estaba siendo malo conmigo otra vez!!!"
"Mira lo que has hecho" dijo Hashirama un poco enojado. "¡Itama , por favor! ¡Él no quiso decir lo que dijo, solo estaba muy enojado conmigo!" Kawarama se levantó para ayudar, pero Tobirama lo detuvo.
"Déjalo, Hashirama aniya es el mejor calmando a Itama tras uno de sus famosos episodios de llanto"
"¡Sí, se deprimiéndose! Y luego tenemos que cuidar de los dos hasta que sus problemas emocionales se arreglen... por el momento"
"¡Kawarama!" Gritó una enojada voz femenina. Dicho hermano se estremeció, su madre era bastante aterradora cuando estaba enojada. "¡Ven aquí ahora mismo!"
"Estoy muerto" entonces el moreno menor dejó a su hermano albino solo en la sala de estar. Tobirama estaría mintiendo si dijera que no tenía muchas preguntas respecto a su hermano mayor: ¿cómo sabía que Kawarama estaba en peligro? ¿Cómo sabía que había un papel explosivo allí? ¿Dónde fue después de la pelea? ¿Y cuando en el nombre del Sabio aprendió esa técnica... Mokuton? había estado tratando de hacer la misma técnica durante todo el día, pero no podía. ¡Dios, esto era muy frustrante! No ser capaz de hacer lo mismo que su tonto hermano.
"Estoy en casa" gritó Butsuma. Llevaba algo en sus brazos, envuelto en papeles de colores. Eso no era cosa nueva, solía llegar con un montón de regalos para Kawarama, a veces incluso para Tobirama. Los otros dos hermanos, el maníaco depresivo inmaduro y rebelde y el debilucho llorón sólo los recibían en sus cumpleaños.
"Bienvenido" respondió el albino con voz neutra. "Si estás buscando a Kawarama, está en la cocina siendo regañado por mamá de nuevo"
"¿Ah? No, no lo busco a él" y luego añadió "¿Sabes dónde está Hashirama?"
"¿Hashirama? ¿Está en problemas otra vez?" el de ojos rojos preguntó preocupado, pero su padre dijo que no con la cabeza y levantó el regalo en sus manos.
"No, al contrario. Tengo que darle esto"
"Ah, entonces…" ahora Tobirama estaba sorprendido. Hashirama nunca era recompensado por lo que hacía, aún más por su padre. Butsuma peleaba todo el tiempo con su hijo mayor, que hablaba de una era de paz como si fuera una realidad. "Está en la habitación de Itama tratando de animarlo"
"Entonces voy" Butsuma subió las escaleras hacia la habitación de los niños, sintiéndose un poco extraño. ¿Quién hubiera sabido que el día en que debía recompensar a Hashirama por sus logros vendría? Y después de escuchar a todo el clan hablando de su hijo mayor como si fuera un héroe, felicitándolo por haber criado a un gran shinobi, decidió que era el momento de darle un regalo, un "sigue así ", como lo hacía con sus favoritos. Escoger el regalo fue una pesadilla, en primer lugar porque no conocía a Hashirama lo suficiente como para saber lo que le gustaba. Cuando paseó por las tiendas de su clan, pensó en comprar un nuevo juego de kunais o una espada como siempre para sus hermanos, pero luego recordó que la armadura de Hashirama fue dañada en la última pelea. Ahora estaba caminando hacia su hijo mayor con eso.
Por su parte, Hashirama estaba demasiado ocupado tratando de detener las lágrimas de su hermanito para darse cuenta de que su padre acababa de regresar a casa. Cuando entró a la habitación Itama, ambos niños se sorprendieron, pero se relajaron cuando se dio cuenta de lo que llevaba.
"Hola, papá" saludó Hashirama. "Si estás buscando a Kawarama, está en la sala de estar"
"No es para él"
"¿Entonces Tobirama ? Está en…"
"Está bien, no es para él", dijo Butsuma, poniendo el paquete delante de Hashirama. "Es para ti"
"Pero no es mi cumpleaños"
"Has hecho un gran trabajo hoy, por lo que merecías una recompensa", explicó el Senju mayor, revolviendo el cabello de su hijo. Luego agregó "¿Qué te gustaría cenar? Di lo que quieras e iré a decirle a tu madre que lo cocine"
"Hum... ¿Estás seguro de que estás hablando con el hijo correcto? Soy Hashirama, no Kawarama o Tobirama" dijo el moreno. Él e Itama estaban un poco confusos por el repentino afecto que su padre le prodigaba al mayor.
"Lo sé... y también sé que es raro que te premio, pero... hoy salvaste no sólo a tu hermano, también a algunos de nuestros guerreros, por lo que eres el héroe " sonrió el hombre. "Entonces, ¿qué te gustaría comer?"
"¿Sopa de hongos?", Preguntó Hashirama. Nunca había sido cercano a su padre y en su vida pasada nunca le había revuelto el pelo o comprado un regalo. Butsuma Senju ni siquiera había sido lo suficientemente bueno como para decir cosas buenas de su hijo mayor, por el amor del Sabio.
"Entonces eso es lo que tendremos de cenar" dijo el padre, y luego se miró las manos de su hijo, que no había tocado el paquete. "¿Que estás esperando? Ábrelo, te va a gustar"
"¿Gracias?" Hashirama desenvolvió la cosa y encontró una nueva armadura. Era de un rojo brillante, bastante parecida a la que su antiguo yo solía usar. "Es increíble"
"Sabía que iba a gustar, el rojo es tu color favorito" Hashirama sonrió y por primera vez Butsuma le devolvió la sonrisa. Eso le dio esperanza, tal vez podría salvar la relación con su padre después de todo.
-En La casa Uchiha-
"¡Estoy en casa!" Gritó Madara, abriendo la puerta.
"¡Yay, Nii -san está en casa!" Gritó un pequeño Izuna, corriendo hacia él y abrazando a su hermano mayor con fuerza. Madara sonrió. Oh, cuánto había echado de menos a su hermanito bebé.
"¡Izuna! ¡¿Cómo ha estado mi bebé?!" preguntó el pelinegro mayor, levantando al niño en brazos. Por lo general no hacía eso, Izuna era ya demasiado mayor para ese comportamiento infantil, pero simplemente no se podía resistir... el tener a su hermanito de vuelta después de todos esos años . "¿Qué te gustaría comer?"
"¡Inarisushi! ¡Prepárame algunos!" Declaró el niño, escapándose del agarre de Madara. "Y luego entrena conmigo"
"Está bien, está bien, pero cálmate un momento" dijo Madara antes de ir a la cocina para ponerse un delantal y empezar a cocinar. Hizo lo que quería Izuna e incluso algunas bolas de arroz para Tajima... si es que volvía después de la reunión del clan. Después de perder a su esposa en el nacimiento de Izuna, el hombre no era el mismo. Solía r03;r03;salir hasta altas horas de la noche, volviendo siempre con un olor a alcohol y perfume de mujer. Con su padre tan distante, su hijo mayor tomó sobre sus hombros la carga de criar a Izuna y estaba haciendo un trabajo tan bueno (o eso era lo que él pensaba). Mientras que estaba cocinando, recordó el incidente en el que su hermano menor dijo su primera palabra. Fue "mamá", dirigida a Madara. Su otro hermano tuvo un ataque de risa tras escuchar al bebé llamándolo así, pero era una especie de verdad. Hacía el mismo trabajo que su madre.
"¿Podemos jugar shogi después de entrenar?" Preguntó el niño, que miraba a escondidas dentro de la cocina.
"¿Por qué no? Tengo muchas ganas de jugar contigo” respondió el pelinegro sonriendo, poniendo la cena en la mesa y haciendo un gesto para que Izuna viniera a comer. El chico hizo lo que se le dijo y comenzó a comer con gula. Oh, su nii-san era el mejor cocinero que había conocido.
“¿Cantas para mí antes de ir a dormir?"
"Por supuesto"
Pasaron el resto de la tarde en su patio trasero, con Madara tratando de corregir algunas de las posturas de Izuna al dar una patada o un puñetazo. Incluso empezó a mostrarle cómo hacer un Katon, acariciando su cabeza con afecto cuando él lo hizo. Luego fueron a la sala de estar para jugar shogi cerca de la chimenea, disfrutando del juego. Era tan diferente a las veces que jugó con Hashirama, el pequeño pelinegro no perdía tan fácilmente como ese idiota. Cuando finalmente se decidió que era demasiado tarde para que Izuna estuviera despierto lo envió al cuarto de baño, lo limpió y vistió él mismo. Finalmente arropó al niño en la cama para dormir y comenzó a cantar una canción de cuna.
"Buenas noches" dijo cuando la canción terminó y Izuna estaba en un sueño tan profundo que nada lo podía despertar, pero descubrió que el chico tenía su ropa bien sujeta.
"Nii –san, quédate" dijo el niño dormido.
"Está bien" respondió Madara y se metió en la cama, abrazando a su hermanito dormido, sintiéndose contento y a salvo allí. "Nunca dejaré que nada malo te suceda... nunca más"
Tajima llegó a casa muy tarde y rápidamente comió su comida. Él había estado en una reunión del clan y luego en un bar, compartiendo algo de tiempo con una botella de alcohol. Se levantó bostezando, subió las escaleras y abrió la puerta de la habitación de Izuna, mirando al interior. Vio a sus dos hijos en la cama, Madara envolviendo con sus brazos protectoramente al más joven.
"Mamá" dijo el dormido Izuna, usando a su hermano mayor como una almohada. Tajima salió de la habitación y cerró la puerta, sintiéndose como basura. Había estado tan ocupado con su propio dolor que nunca se dio cuenta de sus errores. Izuna estaba en lo correcto, por todo lo que hacía Madara bien podría ser su padre. Se fue a su habitación y tomó la botella que tenía en su mesilla de noche. Estaba a punto de beber, pero la escena en la habitación de Izuna regresó a su mente y arrojó la maldita cosa a la papelera. Tomó una decisión, no más alcohol. A partir de ahora, Tajima Uchiha era un padre responsable. Él criaría a sus hijos, no dejaría que Madara criara a Izuna por su cuenta.