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Santa Ana por Lea lauren

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Notas del fanfic:

En el fic encontrarán flash, son los recuerdos de Ben mientras esta en la boda.

Capítulo 1
Se encontraba de pie frente a la imponente entrada, aquella que había sellado su pasado tras cruzarla; lo decidió hace ya diez años deseando jamás volver a este lugar; levanto su rostro y sus ojos se fijaron en la escultura angelical que descansaba sobre el marco de la reja, su semblante mantenía la misma expresión fría y dolorosa que lo sorprendió la primera vez que la observo; la reja, de un gris opaco, dejaba entre ver la pequeña capilla blanca rodeada por inmensos jardines donde los maculis otoñaban llenando el verde pasto con sus hojas.
- Quizá por esto Katerin decidió celebrar su boda aquí – susurro, mientras detallaba los muros que se levantaban como barrotes rodeando toda la estructura, llevando puesto su sello al lado derecho de la reja “Santa Ana”.
Sus ojos se desviaron a un pequeño edificio de cuatro pisos que se levantaba tras la capilla, su fachada a pesar de conservarse en buen estado mostraba los estragos que el paso del tiempo había logrado; a su lado igualmente majestuoso se levantaba la edificación donde se encontraban los dormitorios, aquel lugar donde paso los mejores y peores momentos de su vida, se veía tan solitario como en aquel entonces, al final aunque lo deseara con el alma nada había cambiado, nada, ni siquiera él.
Sus pensamientos cesaron al sentir como frenaba un auto a su espalda, al girarse pudo observar como aquel hombre de estatura media, complexión delgada, piel morena, ojos verdes y cabello negro abría la puerta para salir del coche.
- Hola Ben, tiempo sin verte – saludo, bajando del auto y acercándose al otro con una gran sonrisa para abrazarlo.
- Hola David, ¿Cómo estás? Ese atuendo te queda muy bien- Ironizó refiriéndose a su alzacuellos mientras correspondía el abrazo.
- Ya sé lo que piensas- dijo en un suspiro- lo hemos discutimos demasiadas veces ya y me lo dejaste muy claro al no presentarte en mi ceremonia de ordenación, pero………. Bueno, ¿Qué haces ahí parado? ¿Por qué no has timbrado?
- Solo pensaba en nuestra vida aquí – sus ojos regresaron al interior del predio - ¿lo recuerdas? A ti fue al primero que conocí.
- Si, y por ser amistoso contigo estuve en más de un aprieto -_-.
- Pero bien que te divertiste – suelta una carcajada al recordar sus travesuras - al final casi y no te reconozco jajajaja.
- Tienes razón, en este lugar…- por un momento una familiar imagen regresa a su mente, su rostro se ensombrece y ese familiar dolor aparece en su pecho- … no fui yo…- suelta en un suspiro, pero inmediatamente regresa a su habitual sonrisa - en fin, apúrate y timbra que nos deben estar esperando y ya sabes cómo es cuando la haces esperar ¡se pone histérica!, ahora te imaginaras con lo de la boda.
- Ya voy - da una última mirada y logra observar a lo lejos el lago – y ahí fue donde lo perdí.- dice más para sí mismo que para el otro.
Al tocar el timbre una vos ronca responde solicitándoles los datos necesarios que los acrediten como invitados a la ceremonia, después de confirmar tanto los suyos como los de David, regresó a su auto para encenderlo mientras las rejas se abrían permitiéndoles el paso.
Este lugar que ahora era propiedad de su amiga, había funcionado durante mucho tiempo como un instituto privado para que jóvenes permanecieran internados mientras sus padres se hacían cargo de sus negocios, algo así era su historia.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: flash ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Benjamín tan solo era un joven y tranquilo chico de 16 años, inteligente, atlético y extrovertido, nada fuera de lo normal, nada que criticar, bueno…..quizá tan solo era un poco competitivo, pero solo un poco, no era que no soportará perder, aunque cuando se proponía algo luchaba hasta conseguirlo sin importar los medios, así ya no le importara en absoluto obtenerlo. Y no era diferente en los temas amorosos, pero teniendo en cuenta que su anatomía lo favorecía midiendo poco más de 1,80 y con un cuerpo musculoso gracias a sus prácticas de judo, un rostro varonil con ojos azules y cabello rubio había conquistado fácilmente a cuanta chica se le hubiese cruzado.
Pero esa primavera todo cambio, la empresa comercial que sus padres habían fundado por fin había conseguido un muy buen contrato con una multinacional, de la cual serian socios si las cosas salían según lo planteado, el problema radicaba en que sus padres permanecerían meses viajando debido a la gran extensión del negocio; y dados unos pequeños contratiempos que Ben había tenido con el coche, al sacarlo sin que sus padres lo supieran, no lo dejarían sin supervisión; por otro lado tampoco lo llevarían con ellos, ya que solo le quedaban dos años de preparatoria y seria molesto estar cambiando continuamente de institución.
Y ahí fue donde todo comenzó, el socio de sus padres un tal “Sr. Arango” les sugirió ingresarlo al internado en el que permanecía su hija, era un lugar campestre a las afueras de la ciudad, con gran prestigio gracias a su nivel académico y disciplinario, en donde no solo le garantizarían una excelente educación sino también toda la atención y esparcimiento que necesitara, por lo cual esa mañana de domingo se encontraba camino a dicho lugar dejando atrás sus amigos, novia y sencilla vida.
- Ya llegamos hijo – anuncio su padre al detener el coche frente a la reja, mientras hablaba con quien parecía ser el encargado, el anciano le entregaba algunas cosas y daba explicaciones; Ben pudo observar por su ventana una escultura situada en el marco de la reja, tenía algún parecido a un ángel, pero con rostro triste y desolado, lo cual lo sorprendió; al lado de la reja estaba inscripto el nombre del instituto “Santa Ana”.

Al ingresar aparcaron junto a la pequeña capilla, su padre bajo del coche al igual que su madre, Ben los siguió, abrió el maletero para sacar todo el equipaje que requeriría para su estadía en este lugar, no podía creer que pasaría tanto tiempo encerrado aquí.

- Tranquilo cariño - La delicada voz de su madre lo saco de sus pensamientos- vendremos a visitarte tanto como podamos – lo rodeó con fuerza mientras sus ojos se llenaban de lagrimas - además pasaras las vacaciones con nosotros y te dejaran salir a divertirte de vez en cuando, ya lo veras la pasaras bien –Trataba de confortarlo.
- Tu madre tiene razón - enfatizo su padre – Además conocerás gente nueva y eres bueno haciendo amigos, tan solo sé bueno – le advirtió.
- Lo seré padre.
- Confió en ti, toma – dijo entregando un sobre que saco de su bolsillo – es algo de dinero, por si necesitas, aunque no lo creo todo está incluido en la matricula, además de las instrucciones de convivencia de este instituto, tan solo son 80 estudiantes, así que creo que te adaptaras fácilmente, ahí está el numero de tu habitación y las llaves, es en aquel edificio – dijo señalándole una edificación gris tras la capilla- no nos dejan acompañarte, así que te la tendrás que arreglar tu solo – espetó mientras sonreía cariñosamente a su hijo.
- Te extrañaremos mucho cielo – lo abrazo nuevamente su madre, mientras lo besaba en la mejilla y soltaba un par de lagrimas.
- Y yo a ustedes madre – dijo mientras se separaban e iba por sus maletas.
- Buena suerte hijo- su padre se despidió con un apretón de manos.
- Hasta pronto padre.

Y ahí se quedo, junto a la capilla, hasta que el coche desapareció en la carretera, alzo su bolso y tres valijas, camino en la dirección que su padre le había enseñado, pasando por medio de los enormes jardines, donde se encontraban unos pocos jóvenes que lo miraban expectantes mientras seguían charlando sentados en la grama.
Al llegar al edificio abrió el sobre, antes que nada se sorprendió de la cantidad de dinero que su padre le había dejado, haría algo muy bueno con él :D, luego miro el papel donde se encontraba todo su itinerario y leyó el numero de su habitación 404, el último piso, subió las escaleras hasta su piso y la hallo, incrusto la llave y dio vuelta, al entrar se encontró con un pequeño moreno de ojos verdes desempacando sus valijas, que se giro al sentir que se encontraba acompañado.

- Hola – Saludo gentilmente el pequeño.
- Hola – espetó simplemente mientras arrojaba sus valijas sobre la cama libre que estaba junto a la puerta.
El cuarto era aproximadamente de seis metros cuadrados, pintado totalmente de blanco, consistía de dos camas individuales con su respectiva mesa de noche, un closet grande y dos escritorios totalmente equipados, además de dos pequeñas repisas ubicadas al frente de cada una de las camas, un baño y frente a la puerta había un gran ventanal con un pequeño balcón.
- Me llamo David, seremos compañeros de cuarto – se presento con una dulce sonrisa mientras estiraba su mano.
- Gusto en conocerte soy Benjamín - le dio un apretón - ¿también eres nuevo en este lugar? – dijo mientras empezaba a desempacar y acomodaba sus cosas
- Así es – continuo desempacando – llegue esta mañana, es un bonito lugar.
David era un chico dulce, lo cual le agrado a Ben, conversaron muy animados mientras definían sus espacios y ordenaban sus pertenecías, David se instalo en el lugar frente a la ventana y Juan opto por estar cerca a la puerta.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: end flash ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
David y Ben ingresaron al salón principal del edificio gris, donde más de veinte personas llevaban a cabo los últimos detalles para la celebración, habían adornos por doquier y se notaba el cansancio en sus rostros, la boda se llevaría a cabo el domingo en la mañana, pero con lo sicorigida que era su amiga los cito desde ese viernes con el fin de que le ayudasen en la preparación y los ensayos.
- ¡¿Qué son estas horas de llegar?! - les reclamo Katerin mientras se acercaba mirándolos enfurecida.
- Tranquila K, tan solo son las 5, estamos justo a tiempo – David se acerco para saludarla.
- Dav tiene razón, no seas tan extremista- Ben la abrazó y la beso en la frente.
Katerin era en muchos aspectos una gran mujer, no solo por su físico sino también por su personalidad, era inteligente, amable, extrovertida, en fin si no fuera por esa necesidad que tenía de que todo saliera perfecto, ella seria perfecta; media alrededor de unos 1,65 m, su tez era blanca, tenía ojos miel y cabello rubio
- Saben pensé mucho sobre este lugar, creí que no vendrían – los miro fijo, su rostro denotaba tristeza, ella había presenciado el dolor de sus amigos.
- ¿Cómo nos íbamos a perder el momento en que te dejaran plantada? - espeto Ben cambiando radicalmente el tema
- ¿Qué estás diciendo? - su rostro cambio inmediatamente de tristeza a furia
- Pues………..la verdad no sé como lograste que te propusiera matrimonio -_- - dijo fingiendo estar pensativo, le encantaba hacerla enojar.
- Ya basta Juan – intervino David – estos días son de celebración, así que nada de peleas. Ok? – ambos asintieron – cambiando de tema, ¿ya están todos aquí?- pregunto nervioso.
- Casi, unos están desempacando, aunque ya saben, como la cena es a las 7 algunas personas solo llegan a esa hora – dijo desviando un poco su mirada – vengan por aquí para que se acomoden- y se encaminaron hacia el otro edificio.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: flash ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Ya eran las siete de la noche cuando una campana se escucho, esta anunciaba la cena, David y Ben aún desempacaban, así que dejaron las cosas como estaban y se colocaron sus nuevos uniformes, el cual consistía en un pantalón, camisa, corbata y saco negros con el logo del colegio, al terminar de arreglarse se dirigieron al comedor, justo a tiempo.
Habían pasado horas hablando sobre sus vidas, dado que eran de la misma edad su itinerario era el mismo, lo cual les agrado mucho; Ben le conto acerca de la gran oportunidad de sus padres, David por su parte le conto que tras la separación de los suyos, su madre lo interno en un instituto católico para que se ordenarse como sacerdote, con lo que estaba completamente de acuerdo, pero su padre quería que tuviese otras opciones por lo cual pidió que estuviera en este lugar y después hiciese lo que quisiera.
El comedor estaba ubicado tras los dormitorios, había una gran barra donde los empleados les servían los alimentos, para después desplazarse a unas pequeñas mesas junto a las ventanas que les permitían una espectacular vista del lugar.
Este día como recibimiento el menú está realmente cargado, así que eligieron de todo un poco, recibiendo sus bandejas, para dirigirse a una de las mesas. Y ahí fue cuando la vio, permanecía sonriendo en la entrada, era la chica más bella que hubiese imaginado, alta y delgada, de tez blanca, ojos verdes y cabello rubio, sencillamente hermosa; estaba tan atontado observándola que no reacciono hasta que escucho gritar a David - ¡cuidado! – pero era demasiado tarde, chocó contra aquel chico alto derramándole toda su comida encima.
Ben se encontraba totalmente avergonzado, miraba el uniforme de aquel chico, totalmente estropeado, y su comida por completo en el piso; todos estaban observándolo, incluso esa chica, como podía a ver sido tan descuidado, levanto su rostro dispuesto a disculparse.
- Lo sient…...- pero no logro completar la frase, ya que un fuerte puño se incrusto en su rostro arrojando al piso.
Se llevo la mano al lugar lastimado, maldición le había dolió, observo a su atacante, se veía realmente furioso, era un poco más alto que él, tenía el cabello castaño y ojos marrones.
- No lo lastimes mucho Mark – giro hacia donde provenía la voz, era un chico pequeño que sonreía burlonamente, debía medir no más de 1.60 m, su tez era extremadamente blanca, tenía el cabello negro y ojos del mismo color, que los hacía resaltar aun más, era delgado y apuesto – debe ser nuevo – dijo tocando el hombro de su acompañante – será mejor que te prepares – Esta vez se refirió a Ben.
Al instante el chico lo volvió a atacar, pero esta vez no lo tomo desprevenido, Ben logro esquivar el golpe y en su lugar tomo aquel brazo para lanzarlo al piso, colocarse sobre él y así inmovilizarlo, pero no contaba con que el otro se adelantara a su técnica y evitara la llave, aquel chico sabia defenderse y muy bien. La pelea se agudizo cuando Mark logro quitárselo de encima para arremeter contra él nuevamente, todos en el comedor permanecían atentos, incluyendo a aquel pequeño chico y David, quienes los observaban el primero con cierto interés y el ultimo con gran preocupación.
Tras un momento de descuido y gran esfuerzo, Ben logro someterlo mediante un kesa gatame, pero al otro seguir luchando tuvo que infligir mayor fuerza haciéndole gran daño, cuando pensó que llegaría a ahogarlo sintió como era tomado por el cuello de su saco y levantado con gran facilidad, separándolos.
- Es suficiente – dijo el recién llegado, un joven demasiado alto, cabello castaño y ojos oscuros, que miraban reprobadoramente al joven en el suelo – sabes que están prohibidas las peleas fuera del gimnasio – le recrimino.
- Tranquilo Tom, solo estaban practicando – Intervino el chico pequeño con una gran sonrisa acercándose al otro.
- Tu deberías ser el más estricto acerca de esto Chris, por ser el capitán del equipo de lucha- lo miraba con el ceño fruncido – además ese chico es nuevo, ¿Qué pasa si le hacen daño?
- ¿daño? Jajajajajaja…… no viste como lo inmovilizo, sabe judo, será un buen elemento- finalizo mientras se giraba para observar a Ben que permanecía aun en el suelo – mucho gusto – estiro su mano – mi nombre es Christopher y soy el capitán del equipo de lucha.
- Benjamín - respondió sin aceptar el gesto, mientras se levantaba. En ese momento aparecieron varios profesores y el director, por lo que los estudiantes empezaron a disiparse.
- Bueno, nos vemos luego – se despidió mientras salía acompañado de un todavía muy enfurecido Mark y Tomas.
Los superiores trataron de saber que sucedía pero al ver que nadie quería contestar, optaron por cerrar el comedor. Ben salió del lugar acompañado de David, quien aun llevaba la bandeja de comida en sus manos y permanecía conmocionado por lo ocurrió, ¡qué buena manera de empezar su estancia!
- ¿Qué tal si nos sentamos en la mesa?, tengo hambre, ¿me compartes?- dijo mirando ansioso la bandeja mmmmmm.
- Oh claro vamos.
Apenas habían comenzado a comer cuando escucharon un gran chillido y unos grandes ojos miel que los miraban emocionados.
- ¡Eso fue increíble!, le diste pelea a Mark, nunca me lo habría imaginado con tu aspecto de niño bonito – dijo sin dejar de mirarlos – perdón por mi intromisión, mi nombre es Katerin, pero pueden llamarme K, mucho gusto- ondeo su mano en forma de saludo y se sentó con ellos.
- Hola, yo soy Ben y él es David, llegamos esta tarde y ¿por qué tan asombrada?
- Bueno, Tomas, Mark y Christopher son los chicos más fuertes y violentos de todo el instituto, como ya saben pertenecen al equipo de lucha, por lo que nadie se mete con ellos, y tu vienes el prime día y derrotas a Mark, todos estábamos muy sorprendidos – seguía escudriñándolos y sonriendo.
- No fue mi intención iniciar una pelea, sinceramente no creo que sea un buen comienzo.
- Tienes razón – intervino David – ese chico se veía aun mas enojado cuando se fueron.
- Pues debes cuidarte, Mark es un chico problemático y no creo que se quede tranquilo, pero lo que son Tomas y Cris no se meterán contigo.
Siguieron platicando durante un tiempo, en el que K les menciono algunas de las reglas del instituto con respecto a las salidas y el horario de comidas y de dormir, también les dijo que de los 80 estudiantes solo 30 eran chicas por lo que sus dormitorios quedaban en el primer piso del bloque, en el segundo quedaban los dormitorios de los empleados y el tercero y cuarto eran de los chicos, también no se permitían visita después de las 10 pm.

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