Para el sexto día ya todos temían lo peor, el castaño estaba débil y delgado ya que en más de cuatro días no había probado bocado alguno el agua la toleraba pero muy poco, Mikasa y Armin no habían salido de su lado desde que la crisis comenzó los demás lo visitaban pero Eren ya casi no reaccionaba estaba casi en un estado inconsciente.
Ya casi era de noche cuando un grito alerto a todos.
-Eren que pasa!? – el castaño se movía y retorcía en la cama – Armin!! - el rubio medio dormido reacciono y lo toco.
-Está hirviendo en fiebre otra vez, traer paños fríos Mikasa! –
-De inmediato – la peli negra salió corriendo y luego de llenar una cubeta con agua y unas compresas se fue igual de rápido al cuarto del castaño que gritaba sin control – aguanta Eren! -
-Haaaa!! – aferraba fuerte su pansa en señal de dolor, mientras convulsionaba sin poder aguantar vomito lo poco que tenía en el estómago que básicamente era agua y algo de infusión de hiervas – Sal…sálvenlo! – Armin y Mikasa se miraron – salven…salven a mi hijo! – se retorcía y de sus ojos fuertemente cerrados brotaban lagrimas temía por su hijo no quería perderlo.
-Tranquilo Eren todo va estar bien nada le pasara a ninguno! – el rubio agarro la mano del castaño y lo sintió débil, ni siquiera su habilidad de regenerarse serbia en esos momentos, Eren estaba muriendo frente a sus ojos – por favor aguanta un poco más, aguanten un poco más! –
Cuando el castaño parecía estar rindiéndose y entregando su vida la puerta se abrió de golpe dejando ver una figura pequeña y agitada que paso de todos los que estaban en aquel lugar y tomo la mano del castaño con fuerza empujando de paso al rubio que la sostenía previamente.
-Ni se les ocurra dejarme solo oyeron!? -la mano que tenía libre la puso con cariño sobre el vientre de Eren notando lo afiebrado que este estaba – ya estoy aquí así que deja de joder mocosa! – Hanji y Armin miraban a Eren, mientras Mikasa contenía algunas lágrimas de preocupación pero como por arte de magia las convulsiones parecían cesar, Armin puso el termómetro en la axila de su amigo notando como la fiebre bajaba rápidamente, hasta el color normal de sus majillas estaba regresando.
-Tenías razón Armin, necesita de ambos para crecer y estar estable – dijo la peli roja.
-Están destinados a estar juntos – se dijo Erwin viendo como finalmente el castaño abría los ojos y su sonrisa se anchaba al ver el rostro de corporal.
-Maldito mocoso me voy una semana y haces un escándalo - Eren comprendía el trasfondo de esas palabras, él también lo había extrañado, sintió su cuerpo regresar poco a poco a la normalidad así como la fuerza.
-No…no me culpe a mí, cúlpela a ella- dijo en un puchero apuntando la pansa que ya estaba quieta sintiendo la tibieza de la mano de su padre Levi.
-Tsk, te ves asqueroso – el menor solo sonrió de forma tierna, sabía que ese era un te quiero en idioma Levi.
Los demás como entendiendo que sobraban fueron saliendo para dejar a la pareja sola, todos comprendieron que el niño titán ya estaba mejor y que él bebe estaba más tranquilo pues ya tenía a sus padres juntos, mas juntos que nunca aunque claro nunca falta el que no entiende a la primera.
-Erwin – la peli roja tomo el brazo de su amigo y lo saco de la habitación de una forma u otra tenía que entender que el corazón de Eren era de Levi- sabes que es lo mejor, nunca tuviste una real oportunidad en el corazón de ese niño–
-Ahora lo se Hanji – si bien aquello dolía el sabia el riesgo cuando decidió estar en medio de ambos, él nunca tuvo las de ganar, mientras dentro de la habitación.
-Y yo que pensé que estarías mejor sin mí – se veía así mismo recordando el motivo por que se fue, sentía que sobraba en aquel lugar, si por alguna razón lo necesitaban simplemente volvería, pero cuando aquel soldado le informo que Eren estaba grave no lo pensó dos veces, solo busco su caballo y cabalgo hasta llegar encontrándolo peor de cómo lo imagino.
-Lo lamento – corporal lo miro interrogante, no comprendía el porqué de esa disculpa –yo le di a entender algo que no era, si bien me sentí confundido por la cercanía de Erwin~Taicho yo nunca deje de sentir cariño hacia usted Heicho – corporal se mordió el labio inferior, quería hablar pero dejaría terminar al menor – lo que paso entre nosotros no debió ser, al menos no de esa manera pero no me arrepiento yo…yo nunca dejare de sentir esto por usted y ahora menos que siempre tendré algo suyo conmigo…-
-Eren en toda mi vida esto solo me ha pasado contigo, si bien he tenido gente importante y a la cual he estimado el sentir esto, y hacer lo que hicimos solo me ha pasado contigo, se bien que al principio me comporte como un idiota al pedirte que perdieras a esta criatura pero créeme que al segundo de decirlo me arrepentí…-
-Heicho –
-…Solo lo diré una vez pero te juro que te lo demostrare hasta el último de mis días a mi manera claro está – se acercó lenta y delicadamente hasta quedar a escasos centímetros – los amo con todo mi corazón par de mocosos - el castaño se sonrojo hasta las orejas al oír esas palabras y más al sentir los suaves y finos labios de corporal sobre los suyos en un beso que contenía todo ese sentir, sin pensarlo dos veces se aferró al cuello del mayor haciendo más profundo el contacto dejo libre acceso a esa lengua que le recorrió gustosa mesclando así los sabores y sensaciones ambos lo necesitaban se necesitaban y ese bebe sería la cúspide de la felicidad, cuando el beso termino los dos estaban agitados, querían seguir con aquello pero no estaban solos, él bebe se movía suave dándole a entender a sus padres que estaba ahí todavía y que tendrían que esperar un poco más para demostrarse su amor – sé que estás ahí mocosa, crece y sal luego de tu escondite –
-Jajaja! ya no le falta tanto, tengo la impresión que está más desesperada que nosotros por salir –
-Más le vale – dijo con el ceño fruncido acariciando la pancita de su Eren.
-Por cierto mocosa? –
-Sera niña estoy seguro de eso – y es que ya había soñado con el bello rostro de su ángel - tendré que entrenar el doble si quiero espantar a los buitres que rondaran a su lado –
-Aun no nace y ya está espantándole los enamorados Heicho – sonrío el menor – pobre de mi niña tu padre será un celoso – acariciando su vientre juntando así las manos sintiendo la tibieza de aquella criatura.
-Ya falta menos no? –
-Sí, cada día más ceca de ti, bebe –
Con el pasar de las semanas las fuerzas de Eren regresaron por completo, podía moverse y hacer sus deberes hasta entrenar un poco para recupera la fuerza de sus músculos.
En eso estaba una tarde terminado de hablar con Hanji de un experimento que la cuatro ojos había pensado para hacer mientras él bebe estuviera dentro del menor, cuando sintió algo húmedo salir de su ano, se sorprendió un poco y pensando que había sido su imaginación siguió hablando con la mujer hasta que se levantó de su lugar.
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