-Pero... si ya estoy bien...- la idea de quedarse allí solo lo ponía muy nervioso, Eren ya había tenido bastante.
-...-Levi negó con la cabeza y lo empujo dentro.
-¡No quiero quedarme sólo aquí!
-...No estás solo, tienes a la madre naturaleza cuidando de ti.- dijo el azabache.
-Vaya tontería.-dice Eren casi bufando.
Pero Levi lo ignora y sale de la caseta, con un arco y flechas en una vaina en la espalda.
Mientras, Eren lo observa de arriba a abajo.
-"Tiene un buen cuerpo para estar en un sitio como este..."'-pensó.
Se detuvo en sus pies.
-Etto, eeem...¿porqué, v-vas descalzo?
¿no te duele ir así por el suelo?
Se gira ante la pregunta inesperada -Yo no uso lo mismo que vosotros, los habitantes de la ciudad, mi tribu piensa que llevar cierto tipo de objetos impide que te relaciones con la madre nat...
-Ey, ey, ey...¿te refieres a que deberíamos ir todos desnudos?¿Por qué tu vas vestido entonces? Aparte de que vas descalzo...
-No llevo ropa interior...
Antes esas palabras, Eren se queda confuso, pero luego se sonroja de golpe.
-A-ah, no lo, sabía, jeje...-se rasca la nuca nervioso.
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-¿Y cómo es que sigues vivo aquí? Teniendo en cuenta mi vida en la ciudad, te faltan muchas cosas para sobrevivir.- Eren se aburría por el camino, así que empezó a hablar con Levi. -No me falta nada. Yo estoy bien así.
-respondió fríamente.
-Y-ya... por cierto, ¿y tu tribu? ¿Dónde está?
Levi se paró, haciendo que el castaño casi chocara contra él.
-Algo se ha movido en esos arbustos.-dice Levi sacando una flecha y apuntando con el arco.
-Un, un momento, volvamos a tu casa,¿ya hemos avanzado bastante no te parece?-Eren empezó a tener miedo; no le gustaban para nada los ruidos que se oían por ahí.
-Calla...-esperó concentrado.
Y, en cuanto salió una oveja de entre los matorrales, bajó el arma.
-¿U-una oveja? ¿Qué hace un animal como ese aquí?-el castaño estaba desconcertado.
-No lo sé, se habrá perdido. -dice dando la vuelta.
-¡Espera!¿Ahora dónde vas?
-...Debo buscar, otra presa.-sigue hacia delante como si nada. -Pero, si no hay nadie en ese lugar donde vives...¿acaso, estás sólo?
Levi paró en seco al escucharle.
-Yo...yo no, no estoy con ellos...-baja la mirada.
-Durante el invierno, decidimos movernos a otras tierras, evitando la ciudad...sin embargo, cuando estábamos, a mitad de camino, -sigue hablando- las criaturas de la noche, atacaron a mi tribu y a mí.- se vuelve para ver a Eren.
-Pocos fueron los que sobrevivieron, y al final, el jefe, echó a aquellos que tuvieran más de, 14 años. 3 de 5, siendo esta regla, fueron expulsados de la tribu. Yo era uno de ellos, por eso estoy aquí, y ahora ya no dependo de nadie.-vuelve a bajar la cabeza.
Eren se sentía algo mal. Le sorprendía haber encontrado a un chico indígena en un lugar como ese. Pero la historia que le contó tenía sentido, así que dudaba que mintiera, además, eso explicaba el porqué de su estancia allí.
-Y, oye, ¿que son esas "criaturas de la noche" de las que hablas?-preguntó extrañado el castaño.
-Son, los lobos... salen a cazar en manadas a la puesta de sol frecuentemente. En mi tribu se les temía a estos animales, los reconocemos como "los perros del diablo", te atacan en grupo y es casi imposible salir vivo. Pero, pocos lo conseguimos.- hablaba algo incómodo al recordar.
Eren pensó que un lobo no era para tanto, aunque fueran en manada, ellos no eran menos, y puedieron librarse todos.
-Vosotros también fuisteis muchos, ¿por qué no hicieron nada?- le dijo casi reprendiendole.
Ante ese gesto, Levi le encara con el seño fruncido.
-¿Y qué sabrás tú, ciudadano asqueroso? Si no atacamos fue porque en mi tribu el atacar a las bestias era malo, dicen que es enfrentar a los hijos del diablo, y que si lo hacemos nos traerá males peores.- se aleja un poco.
Eren al principio cree que es una gran estupidez, pero ellos tendrán sus creencias y él no era nadie para juzgarles.
Durante un trayecto, Eren decidió romper el silencio incómodo que había en el ambiente en ese momento.
-Oye, Levi, ¿crees que podrías ayudarme para volver a la ciudad?-decía Eren.
-...No.-secamente.
-o_O, etto...¿por qué no?-el castaño se asustó un poco por la frialdad con la que lo dijo el azabache.
-Por que no. No te irás.
-Pero, ¡quiero volver! Quédate tú aquí con tus cosas raras, yo necesito regresar, ¡tengo una vida allí!
-...-ni una palabra. -¿Sabes qué? Olvídalo. Mejor me voy yo solo, no necesito la ayuda de nadie. ¡Adiós!- se aleja lo suficiente de Levi y toma otro camino.
-Ese enano, ¿que se cree para querer impedir que me vaya? -decía enfurruñado. -Además, ¿para qué querrá que me quede? No soy nadie especial. Que chico más frío y antipático...-empieza a caminar más lento.- Aunque, también es... lindo... creo...-sonríe. -Es lindo, sí... a lo mejor no me tenía que haber ido así... tal vez yo...
-¡Eren!- oye una voz conocida para él.
Se da la vuelta.
-¿Le-levi?-sorprendido.
Levi avanza a paso rápido hacia él.
-Lo siento... te ayudaré si quieres, pero no te, no te vayas así. -dice dandole un abrazo inesperado al castaño y metiendo la cabeza en su pecho. Eren se sonroja al sentirlo.
-Aa-aah, no t-te preo...preocupes, jajaja, si me da igual...- lo abraza también. Levi lo mira a los ojos, alzando la vista hacia él.
-Eren, ¿yo te gusto?-le pregunta en un tono casi inocente pero manteniendo la misma voz de siempre y con las cejas algo alzadas esperando una buena respuesta.
Eren queda impactado ante la pregunta, siente que le sudan las manos y que su cuerpo tiembla un poco. El corazón le late a mil por hora y se empieza a poner muy nervioso.
-Etto.....etto... yo... no sé que decir... yo...- siente como los labios del azabache se posan sobre los suyos.
-O . O ... O///O ... - se sonroja fuertemente, pone una mano sobre la cadera de Levi y la otra acariciando su cabello, mientras este rodea el cuello del castaño con sus brazos, alzandose un poco.
Un tierno abrazo, y sus lenguas jugando entre ellas, entrando en la boca del otro, y algún que otro gemido ahogado escapando entre esa danza de lenguas. Al separarse, un hilo de saliva une sus labios, jadeantes por ese beso con tanta pasión. Se miran a los ojos sonrojados.
-Levi...-vuelve a besar sus labios, esta vez con un simple beso.
-Eso, ¿es qué sí?¿Te gusto yo?- dice aún mirandole.
Eren sólo asiente aún sonrojado y agitado.
Levi sonríe levemente, ocultando su rostro en el pecho del otro.
-Sé el camino a la ciudad, pero habrá que andar mucho.- se separa y toma las manos de Eren.
-No me importa si es contigo con quien voy.- dice algo rojo.
Levi vuelve a sonreír, y soltandole las manos se dirigen a la sociedad.
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Llegan a una carretera, y delante de ellos se ve a lo lejos una ciudad.
-Llegamos.-dice Levi.
-Uf...por fin llegamos. ¡Eeeh! ¡Allí vivo yo! No es muy conocida, pero es grande y tiene muchos lugares donde ir. -dice animado.
-Ya...- oye a Levi suspirar. -¿Me vas a dejar?- Dice intentando no parecer afectado, pero en el fondo estaba destrozando.
Eren se gira hacia él con pena.
-Levi, es que yo...-hace una pausa.- No puedo quedarme aquí. Y mis amigos están ya allí,- recuerda en plan genial de Armin.- así que yo, debo volver...- le acaricia la mejilla.- pero te echaré de menos...- lo besa de nuevo.
-Eren...- le corresponde.
-...Oye, crees que, ¿podrías llevarme contigo?- le dice al oído.
Aún permanecen abrazados
-Lo, ¿lo dices de verdad?¿Quieres venir?¿No te importa?- dice ilucionandose. Levi niega con la cabeza.
-Quiero ir contigo. -se separa.- Si te parece bien. - acaba diciendo.
-Pues...¡claro que sí! Te prometo que cuidaré de ti y me encargaré de que te sientas bien en la ciudad. Te lo debo, al fin y al cabo, me salvaste la vida, eso ya es mucho.-
Levi asiente.
-Pero antes...- se agacha y se quita la mochila en la que llevaba sus cosas y saca un jean negro y una camiseta mangacorta azul marina.
-¿Y eso?- pregunta el azabache extrañado.
-Es para que te lo pongas, en la ciudad debes ir así, a menos que quieras que la gente te mira raro por la calle.- y se la ofrece.
Levi suspira resignado. No le agradaba la idea de llevar eso puesto, no estaba acostumbrado.
-... No tengo ropa interior...
-No te preocupes por eso, también traje de eso, por si acaso.- se levanta. -soy muy precautivo con estas cosas
Levi suspira de nuevo.
-Ayúdame a ponerme esto.- le dijo.
-Bien, pero antes quítate eso.-señala su ropa. La idea de ver al pelinegro sin nada le hacía excitar, pero intentó parecer calmado.
-¿Delante tuya?-le pregunta desconfiado.
-Ehe...bu-bueno..."mierda, me pilló"... me, me daré la vuelta y no miraré, ¿de acuerdo?- dijo nervioso.
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-¿Y bien? - el pelinegro parecía más sexy así vestido.
-Te queda muy bien...- dice sonrojado y pensando en cosas pervertidas con Levi.
-Ya sólo queda que te quites, esto.-señala la pluma en la cabeza y las pinturas en su cara.
-Ni hablar, son importantes para mí. -Levi, comprendeme, ¡comprende la vida en la ciudad! Si vas así, pensaran raro sobre ti...- dice casi desesperado el castaño.
-Pero yo...
-Shhh...-pone un dedo sobre sus labios.
-Déjame a mí. - Con una botella de agua, moja un pañuelo y lo pasa por el rostro del azabache, con delicadeza, haciendo sonrojar levemente a este.
-¡Listo! Ahora quítate esos aros.- se refería a los que llevaba de madera barnizada.
-¿También?-suspira- la gente en la ciudad es muy superficial...- dice sacandose los aretes y dandoselos al castaño.
-Sí, la verdad es que sí. Y tranquilo, yo te los guardaré bien. Ahora vamos, ¿si? Ya oscureció. Será muy tarde.-
Levi se gira junto con Eren y empiezan a caminar hacia la ciudad. ////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////
Caminaban por las desoladas calles, iluminadas por las farolas de luz amarilla. Hacía fresco, un frescor que provocaba escalofríos de vez en cuando. Los pasos de los dos resonaban en las calles.
-Que vacío... - decía Levi mirando a todos lados.
-Mañana estará más lleno. Es muy tarde, por eso está tan sólo el lugar.-
Llegan delante de un edificio.
-Aquí es.-dice pasando con el pelinegro.
-Los había visto de lejos, pero de cerca son muy grandes...- decía Levi asombrado por cómo era el sitio.
- Jajaja, eso es normal.- saca unas llaves y abre una puerta. Enciende las luces del apartamento. -Levi, esta es mi casa, también tu nuevo hogar.
Continuará...