Judai decidió tardar un poco pues era imposible que Johan llegara en tan solo quince minutos, pues estaban a casi media hora de distancia, de verdad que intentó quedarse en casa todo el tiempo de sobra, pero le fue imposible, su emoción era demasiada, llegó al parque exactamente a la hora acordada y se sorprendió de ver al peli azul ahí.
-¿Johan?
-¡Judai!!!
Le miraba con los ojos bien abiertos ¿cómo había llegado tan rápido?
-¿Qué llegaste en helicóptero?
-No, le pague el triple al del taxi para que se pasara los semáforos.
-¡¿Enserio?!
-Ja ja ja ja ¿cómo crees? La verdad es que me levanté en la madrugada, supongo que me sentía muy ansioso y decidí dar una vuelta por los alrededores-sonrió-toma esto es para ti.
El chico tomo entre sus manos un hermoso ramo de rosas rojas.
-Me parece que es tu color favorito.
-Sí, muchas gracias son hermosas ¿me esperas en lo que voy e dejarlas a casa?
-No.
-¿No?
-Voy contigo, quiero presentarme a mi suegra.
-¡Johan!! ¡No hagas esa broma!!
-Esta vez no es broma-se puso serio-quiero que sepas que voy muy enserio con nuestra relación.
El menor casi se sintió morir, juraba que podía escuchar las trompetas de los ángeles.
-¿Judai?
-Ah, sí continuas con esa actitud vas a terminar viudo muy pronto.
-¿Eh? ¿Por qué?
-Eres muy directo.
-No puedo evitarlo, en verdad te amo.
El menor se puso colorado, y de la nada sentía mucho pero mucho calor, su corazón se movía como loco, si, su amado quería matarlo, tuvo que sentarse un momento pues las emociones le habían llegado con intensidad, mientras su chico solo le sonreía, ¿es legal sonreír de esa manera?
-¿Estás bien?
-A tu lado no, en verdad me vas a matar.
-Jajajajajaja lo siento, tendré más cuidado con mis palabras, por ahora creo que mejor te espero, no quiero que tengas un colapso nervioso por mi culpa.
-Gracias.
El castaño se retiro mientras su novio le miraba, era una verdadera lástima que no pudiera conocer a sus padres, pero ya tendría tiempo, pues no planea que su relación duré solo un rato.
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El menor llegó a su casa rápidamente, pues tenía prisa por volver con su amado y comenzar con su cita, se quedó parado en la puerta pues no tenía ni idea de que decir si le veían tan llamativo ramo, esta vez si le mataría que le hablaran de su novio, le ama con intensidad y eso provoca que sea demasiado sensible con el tema, entra por fin y pocos segundos después se encuentra a su madre.
-Ma...má...
-Yo las pondré en el florero, que te diviertas.
El bicolor sonrió, le dio el ramo y salió del lugar, no estaba muy seguro de si su madre sabía a dónde y con quien iba, pero agradecía que fuera tan comprensiva, la felicidad que le embarga es enorme, por ello es difícil hablar de su relación con alguien más, pero cuando su corazón se acostumbre, piensa gritar al mundo lo que siente por Johan.
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El peli azul estaba un poco aburrido, siempre que no estaba con su novio el tiempo le parecía eterno, así que intentó distraerse pensando en los lugares a los que irían en su cita, pero no le llegó una sola idea, pues sus pensamientos siempre terminaban en esa linda sonrisa, ¿también le había amado tanto en su vida anterior? ¿Había logrado tener algo con él? Esas preguntas le daban mucha curiosidad, pero tampoco es que le quite el sueño, vivirá el aquí y el ahora, al parecer estos últimos pensamientos si le han distraído pues su amado se acerca a él nuevamente mientras los dos se sonríen.
-Siento haber tardado.
-No te tardaste, además yo fui quien te hizo volver.
-¿Empezamos la cita?
-¿No quieres descansar?
-¡Estoy en perfectas condiciones!
-Me parece genial, ¿hay algún sitio al que quieras ir?
-¡Al parque de diversiones!
-Imagine que dirías algo así.
-¿Es muy infantil?-lucía preocupado.
-Es tan tierno como tú.
El castaño se ruborizó.
-¿Es tu segundo intento de asesinato?
-Y no has visto nada.
Ambos estallaron en carcajadas, que increíble relación es la que tienen, son novios y amigos el mismo tiempo, no tienen necesidad de fingir ser alguien que no son, se aceptan con sus virtudes y defectos, eso es algo natural en el amor.
El mayor decidió llevarlo en taxi, pues además de que no estaba tan lejos, quería proporcionarle la mayor comodidad a su amado, ya en el vehículo el bicolor se sentó mientras el otro se recostaba en sus piernas.
-¡¿Q-qué haces?!
-Paso tiempo de calidad con mi novio.
Todos los colores se le subieron al rostro, pero estaba feliz muy feliz, colocó su mano con suavidad en el cabello ajeno, este era tan suave y sedoso que no pensaba en nada más, en realidad ninguno de los dos, pues el oji esmeralda incluso había cerrado sus ojos concentrado en la sensación que le brinda la mano de Judai, ahora es él quien se siente como pequeño niño consentido.
-Ya llegamos-dijo el conductor.
-¡No!-dijeron al unísono para después reír.
Bajaron del vehículo y caminaron a la taquilla, el peli azul insistió en pagar las entradas, ya en el lugar el mayor estaba emocionado pues tenía años que no iba a uno, mientras su amado lucía impactado.
-¿Estás bien?
-Ah sí, lo siento, es que en realidad jamás visité un parque de diversiones, mis padres insistían en traerme, pero me asustaba que se rieran de mis ojos, hace mucho me quite ese trauma, pero no me di la oportunidad de visitar uno.
Ante su sorpresa el peli azul se rodillo colocando una pierna en el suelo y flexionando la otra, tomando una de las manos de su novio con la suya para depositar un suave beso en ella, le sonrió.
-Entonces permíteme ser tu guía mi amor.
Si no fuera porque el mayor sostenía su mano, es seguro que hubiera caído al piso por la impresión.
-Confío en ti.-dijo muy bajito y sonrojado.
Su chico se puso de pie.
-¿Cómo qué tipo de juegos te gustaría probar? ¿De velocidad, terror, románticos?
-No sé, de verdad que no conozco nada de nada.
-Entonces vamos a probarlos todos.
-¡Genial!!!
Primero fueron a la casa de los espejos en donde el menor buscaba con dedicación la salida mientras el peli azul se distraía una y otra vez admirándole.
Luego fueron a la casa de terror, en donde los chicos se iban riendo todo el camino muy divertidos hasta que un monje con cuchillo decidió perseguirlos y entonces Judai casi saltó a los brazos del oji esmeralda, para salir corriendo a toda prisa, ya fuera del sitio se quedaron mirando un rato para después reír como toda la vida.
-Vaya que te asustaste-dijo Johan.
-Tú también, no fui el único que corrió.
-Eso si jajajajajajaja pero fue...jajajaja.
-...muy divertido jajajajajajaja.
Era increíble que se conocieran tan bien que casi sabían lo que estaba pensado el otro.
-¿A dónde vamos ahora?-cuestionaba el castaño divertido.
-¡A la montaña rusa!
Pronto se subieron a ella disfrutando de la velocidad, después de todo son un par de chicos divertidos, una atracción hecha especialmente para ellos, se subieron varias veces hasta que al mayor le entraron un poco de náuseas al no poder seguir el ritmo de su amado, y optó por sentarse en una banca en lo que el castaño iba por algo para tomar.
El peli azul cerró los ojos para que la sensación se pasara y terminó por quedarse dormido.
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Inicio del flash back.
Habían pasado un par de días desde que Judai se quedara en casa de su amigo, pero el oji verde comenzaba a sentirse inquieto, pues el chico de ojos chocolate le dijo que muy pronto tendría que marcharse, no quería dejarlo ir pero tampoco encontraba alguna razón de peso para evitarlo, podría confesar sus sentimientos, pero no estaba convencido de que fuera buena idea, hoy habían pasado otro día muy divertido, y eso solo causaba más pesar en el oji esmeralda, habían ido a dormir, pero no pudo conciliar el sueño, no así para su amigo, le miro con tristeza al tiempo que acercaba su rostro hasta que ambas frentes se tocaron, cerró los ojos y respiro profundamente.
-Ojalá no tuvieras que irte.
-¿Por qué no le dices lo que sientes?
El mayor abrió de golpe los ojos, esa voz sin duda era la de Judai, pero...al mirar los orbes del menor se dio cuenta de la razón.
-¡Haou! ¿Intentas causar daño nuevamente?
-Ya deberías saber que no soy ese tipo de persona-aún así le miraba con frialdad-tengo el poder necesario para acabar con cuanto se me venga en gana, podría asesinar fácilmente a Judai, a Yubel, a ti.
-Pero lo que hiciste en...
-Eso no fue mi culpa, no desperté por completo y todo lo ocasionó la confusión en el corazón de Judai, el y yo somos una sola existencia, pero también podemos actuar de manera independiente, como ahora, si yo tengo el poder de controlar su cuerpo, el puede hacer lo mismo conmigo, es decir, que si no le pareciera lo que estoy haciendo bien podría encerrarme en su interior.
-¿Es decir que lo ocurrido en ese lugar?
-Así es, el lo permitió.
-Pero...
-Tampoco estoy diciendo que disfrute torturado gente, pero la confusión es un terrible sentimiento, provoca que no puedas pensar con claridad, pero si hay algo aún más peligroso es la soledad.
-Pero tu...
-No tengo problema, no soy tan débil como para que algo así me detenga.
-¡Eso no es verdad! ¡Todos necesitamos a alguien! ¡Como yo necesito a Judai!
-No es a mí a quien tienes que decírselo, debes contarle lo que sientes, sabes que no estará aquí por siempre, si no haces algo pronto, lo perderás.
-¿Por qué me ayudas?
-Porque aún si fue culpa suya quiero compensar el dolor que sufrió, quiero que logré ser feliz.
-Si entiendes lo que siente, ¿es porque alguna vez te has enamorado?
-...
El menor no dijo una sola palabra más, cambio lugar con su otro yo para darle una oportunidad al joven.
-¿Johan?-le miraba el castaño confundido.
Ahora tenía un gran dilema, ocultar su amor o seguir el consejo de Haou.
Fin del flash back.
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Abrió los ojos con un extraño sentimiento en su pecho, no importa como lo viera, Haou intentaba ayudarles, si era así ¿por qué ahora intentaba asesinarlo? ¿Acaso el oji miel siempre si era malo y le había querido utilizar en esa vida? ¿O él le traicionó de una manera tan atroz que el rey supremo es incapaz de perdonarle?
-Johan.
-Ah, lo siento Judai, no te vi.
-¿Aún te sientes mal?
-No, lo siento.
El castaño le miraba fijamente, para nada se veía bien, incluso estaba un poco pálido.
-Sabes que puedes contarme todo ¿cierto?
-Lo se...es solo que llegó un recuerdo de nuestra vida como duelistas.
-¿Y qué fue?
-¿Sabes si en esa época fuimos novios?
-No, aún no lo recuerdo.
-Ya veo, pues tal parece que también estaba enamorado de ti, pero...era incapaz de confesar mis sentimientos, nos habíamos visto en Inglaterra, hace poco comencé a tener recuerdos de eso.
-Yo también.
-Qué raro.
-Sí.
-Bueno, según lo que vi te irías dentro de poco y no iba a poder acompañarte, en ese momento Haou, intentó ayudarme, me dijo que te dijera lo que sentía.
-¿El lo hizo?
-Sí, sigo sin entender si es bueno, si es malo o siquiera lo que está pensando.
El menor se sentó en la banca con las bebidas en sus manos.
-Hay algo que debo decirte Johan, pero tengo miedo, no sé como lo vayas a tomar.
-Siempre voy a amarte, no importa lo que me puedas decir.
-¿Aún si te dijera que el culpable de las muertes en esa dimensión no fue Haou, si no que fui yo?
-¿Qué?
El oji esmeralda se quedó en completo shock, jamás espero que el día de su primera cita su novio le contara algo así, quiere creer que todo tuvo una razón, una muy buena razón, solo le queda escuchar lo que el castaño tiene que decirle.