-¿Qué quieres decir con que fue culpa tuya lo que sucedió? Al menos yo no te creo capaz de algo así.
-Fue algo extraño, después de que Fubuki-san, Asuka y Manjoume murieran, o al menos eso es lo que pensé, sentí una enorme tristeza en mi interior y pensé que todo había sido mi culpa, por más que intenté hacer las cosas sólo para que ellos no corrieran peligro fue justo lo que sucedió, en ese momento fue cuando me habló Haou por primera vez, su energía terminó por seducirme de alguna manera, me sentí atraído por el poder, si poseía un poder absoluto no volvería a perder a nadie, no me importó lo que sacrificara en el camino, siempre y cuando pudiera conseguir mis objetivos, pero yo...una vez más fui tan ingenuo...preferí cerrar los ojos y mentirme a mí mismo, sin escuchar los gritos de la gente que pedía ayuda, no puedo culpar a Haou por eso, a pesar de lo que muchos puedan pensar, no lo deje salir por completo.
-Eso quiere decir que el...
-Sí, es una presencia más intimidante, tal como lo dijo Misawa, somos una sola existencia, compartimos parte de la personalidad, el tiene parte de mí y yo de él, pero no pude controlar esos sentimientos, no soy tan fuerte como él.
-¿Eso quiere decir que es bueno?
-No lo sé, quiero pensar que es así, pero si ese fuera el caso ¿no debió detenerme en esa ocasión?
-¿Y si quería que decidieras por ti mismo?
-¿Sin importar el sacrificio de tantas personas?
-Probablemente ha pasado por mucho, quizá no sabía cómo darte la oportunidad.
-No lo sé, aún no puedo confiar en él como tampoco puedo hacerlo en mi.
-En nuestra vida anterior trato de darme la oportunidad de confesar mis sentimientos, es probable que lo estemos juzgando sin darle la oportunidad.
-Pero es como dices, si nos confiamos puede tomar ventaja de ello.
Los dos estaban más confundidos, querían creer en ese hombre, pero no tenían los suficientes argumentos para ello, decidieron continuar con la cita, pero desgraciadamente la preocupación no les dejó disfrutar igual del paseo, al final Johan llevó a su novio a casa y le despidió con un dulce beso, sonrieron y el menor se dirigió de inmediato a su alcoba, estaba muy desanimado para hacer algo más, por fortuna sus padres habían salido y no tuvo que explicar nada, decidió que pondría todo su esfuerzo para proteger a Johan, pero no estaba llegando a ningún lado, con esos sentimientos por fin se quedó dormido.
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Inicio del flash back.
Un joven de cabello castaño iba caminando de manera serena y elegante por el pasillo de un palacio.
-¡Príncipe!
El joven volteó lentamente y posó sus fríos ojos dorados en la persona que le dirigió la palabra.
-¿Qué sucede?
-Su padre le busca.
-¿Sobre qué asunto?
-No lo sé, solo me pidió que lo buscara.
-Ya veo, gracias.
Se dio la media vuelta para ir al despacho de ese hombre, donde suponía que estaba como toda la vida.
Mientras se marchaba la chica le miraba con ojos de enamorada, Haou podrá tener una mirada fría, pero todos en el palacio saben que es una persona amable, sospechan que ha sufrido mucho y por eso tiene esa mirada, pero le han visto sonreír, sin duda es una buena persona.
Por fin llega con su padre.
-¿Qué se le ofrece?-preguntó el menor.
-¿Cómo te sientes Judai?
-Bien.-dijo seriamente.
-Me da gusto.
Aunque hubiera dicho eso, su padre estaba preocupado pues desde el día en que por fin despertó la personalidad de Haou su hijo había cambiado, siempre se veía triste, solo y quería hallar alguna solución para su problema, probablemente un amigo.
-Va a venir el príncipe de un país vecino, es hijo de un amigo mío, me gustaría que lo conocieras.
-Por mí no hay problema.
-Eso era todo.
-Con su permiso me retiro.
El oji miel continuó caminando un rato, en realidad no le importaba mucho lo que le había contado su padre, no iba a disminuir la terrible soledad que siente en su pecho, una y otra vez le dicen Judai esto, Judai lo otro, siente que nadie le ve por quien es en realidad, podra ser el mismo, pero al mismo tiempo no lo es, y nadie parece entenderlo o no les importa, cada día que pasa siente más dolor, es tal la rabia que bien podría utilizar su poder para destruir el mundo, no jamás haría algo así, y es que no importa si las personas a su alrededor no le ven a él, son importantes para su persona, los quiere, es por ello que a pesar de la soledad que siente aún puede sonreír.
No cuenta con mucha energía por culpa de la tristeza así que simplemente se retira a su habitación a dormir.
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En el despacho en su padre horas después.
-Vaya, no pensé que llegaras tan rápido.
-Tenía muchas ganas de conocerlo, mi padre me habló mucho de él.
-Me gustaría que fueran amigos, ha dejado de sonreír y me preocupa.
-¿Puedo ir a verlo?
-Claro, ¿quieres que le pida a alguien que te lleve con él?
-No es necesario, yo le busco, sirve que me familiarizo con el lugar, será necesario si voy a pasar un buen rato aquí.
-Que tengas suerte, confío en ti.
-Espero que quiera ser mi amigo.
El chico camino por los pasillos llamando la atención de mucha gente, pues era un joven muy apuesto de elegante porte, ojos esmeralda y hermoso cabello azul con la sonrisa más bella que se le haya visto a alguien...como la que solía tener su príncipe recordaron todos con amargura.
Anduvo un buen rato revisando varias habitaciones, hasta que llegó a la indicada, abrió la puerta y vio recostado sobre la cama a un joven de cabello castaño, no hacía falta ver la ropa para entender quien era, el aura que emanaba de él era suficiente.
Se acercó y se sentó sobre la cama, intento despertarlo, pero no pudo hacerlo, solo se dedicó a admirarlo el mayor tiempo posible, tenía una expresión tan dulce que se sintió culpable de tener que hacerlo, pero si le viera ahí en esa situación podría pensar mal, y no quería que hubiera malentendidos cuando apenas van a iniciar su amistad, así que colocó su mano en el hombro y este abrió los ojos lentamente, vaya par de ojos más hermosos son los que tiene, no pudo decir una sola palabra, su mirada le había impactado.
-¿Quién eres?-preguntó algo somnoliento pues recién está despertando.
El peli azul sintió un palpitar en su corazón la imagen ante sus ojos es lo más lindo que haya visto jamás.
-Lo siento, me llamo Johan, soy...
-Oh ¿así que eres el príncipe del país vecino?
El mayor sonrió, le halago mucho que supiera quién era.
-¿Y cómo te llamas?
-Judai-respondió frío.
-No, no me refiero al príncipe de este país, eso ya lo sé, ¿cuál es tu nombre?
El menor se sentó rápidamente sobre la cama y le miro con sorpresa, era un gesto muy lindo, por primera vez alguien lo veía por él y no por su otro yo, casi sintió ganas de llorar, casi.
-Haou.
-Vaya, que nombre más hermoso.
El castaño sintió que algo en su congelado corazón comenzó a moverse, por primera vez desde que despertó siente algo de lo que llaman felicidad.
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Pasaron un par de semanas en las que Haou y Johan lograron formar una amistad, el peli azul siempre era muy alegre, mientras que el oji miel siempre tenía esa expresión en su rostro tan fría, tan indiferente, pero el mayor sabía que en el interior era una persona muy dulce y amable, es solo que le cuesta un poco de trabajo expresarse.
Hoy como siempre están dando un paseo.
-Es muy divertido estar a tu lado-menciona el peli azul.
-Creo que eres el único que piensa eso.
-Mejor para mi, no tengo que competir por tu compañía, o me vería en la necesidad de secuestrarte.
Una muy leve risa escapó de los labios del oji miel, siempre era muy tenue, pero el otro disfrutaba de esas pequeñas reacciones, de lo dulce que podía llegar a sonar su voz.
-Haou...
-¿Qué sucede Johan?
-En verdad me agradas.
-A mi también.
Ambos sonrieron, y aunque el gesto de uno era mucho más intenso que el otro, ambos gozaban de la misma felicidad en el interior.
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Pasaron tres meses más y ambos chicos se convirtieron en amigos inseparables, incluso el peli azul acompañaba al castaño cuando este se ponía a leer algunos documentos, pues gustaba de hacerlo, después de un rato a Johan le había entrado un poco el sueño como siempre, y no era que no le gustara leer, sino que el oji miel en verdad podía encerrarse días enteros haciéndolo y era muy complicado seguirle el ritmo.
Así que decidió dar un paseo por el jardín completamente distraído, cuando notó que el oji miel le había seguido.
-Es extraño que dejes tus libros así como así.
-Tenía algo más importante que hacer.
-¿Ah sí? ¿Y qué es?
-Quería platicar contigo.
-Pero lo hacemos todo el tiempo.
-Lo sé, pero por alguna razón no quería quedarme solo.
-No deberías decir ese tipo de cosas o voy a terminar pensando que te importo.
-Lo haces, eres mi primer amigo.
-Pero yo no te veo como un amigo.
-¿Qué quieres decir?-preguntó por primera vez con miedo, le aterraba que Johan pudiera rechazarle, ¿sería que también prefería al chico de ojos avellana sobre él?-¿Es por qué prefieres a Judai?-la pregunta escapó de sus labios, cuando se dio cuenta ya era muy tarde para hacer algo.
-¿Judai? No me esperaba que me dijeras algo así, lo sabes, no lo conozco, el único con el que he platicado es contigo.
-¿Entonces qué quieres decir? ¡No te entiendo!
El castaño estaba alterado, jamás le había visto así, no pudo contener sus sentimientos por más tiempo y le tomo por la cintura.
-No puedo verte de esa manera porque te amo.
Y sin dar tiempo al menor para decir algo unió sus labios en un tierno beso, ambos cerraron los ojos, y por la reacción del chico pudo notar que sus sentimientos eran correspondidos.
Fin del flash back
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El castaño despertó alterado con un terrible dolor en su pecho.
-Esto...no puede ser verdad-decía entre lágrimas-Johan y Haou eran...si es así, yo solo me estoy metiendo entre ellos.
Cubrió su rostro con sus manos y dio rienda suelta al dolor que en ese momento embargaba su ser, tenía que hablar con su amado y contarle la verdad aún si eso significaba perderlo para siempre.