Ambos chicos habían regresado al hotel, tomaron una ducha por separado y el menor bajó al restaurante para comer, fue solo pues el peli azul se había disculpado con el argumentando que estaba muy cansado y que necesitaba dormir un poco, la sonrisa en su rostro no le dio oportunidad al castaño para dudar, pero en cuanto este salió del lugar, su ahora amigo dio rienda suelta al dolor, llorando como si no hubiera un mañana, se abrazo a sí mismo en un vano intento de consuelo, no había nada que pudiera hacerlo sentir mejor ahora, la única persona que podía hacerlo no recordaba su relación, y eso era lo que más dolía.
No el hecho de que perdiera la oportunidad de pedirle matrimonio después de tanto tiempo, sino los recuerdos que se fueron a la basura como si no importaran, pero aún cuando estos solo causen dolor en su corazón los conservará como su más importante tesoro, si Judai no recuerda, el lo hará por los dos.
Intenta sonreír mostrando su lado positivo a la vida, pero no puede, jamás ha sentido tanto dolor, siente como este le recorre el alma entera, es tan agobiante, tan desgarrador, tan...
-¡No, Judai no tiene la culpa! Si me deprimo solo haré que se sienta igual-se dio un par de palmadas en el rostro-¡concéntrate Johan! Aunque no pueda recordarlo si a ti te duele a él también, tengo que hacer algo, ¡no me voy a rendir!
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El castaño pidió una orden de camarones fritos que degustaba animadamente, después de todo es su comida favorita, pero después de un rato solo les miraba con nostalgia, tenía la extraña sensación de que algo le faltaba, no sabía por qué pero no estaba feliz.
Cuando finalizó su alimento sin poder disfrutarlo, subió a su cuarto, notando que su amigo estaba profundamente dormido, pues aunque él lo ignoraba, si había utilizado una gran cantidad de energía para enfrentar a Darkness, aunque su vida no corre peligro si necesita descanso, el castaño le mira cariñosamente, es muy importante para él, duerme con una expresión tan dulce que sin notarlo ha dirigido una mano al rostro del peli azul para rozar suavemente sus labios ¿por qué lo hizo? ¿Por qué le parecía que la sensación le era familiar? Preguntas que por ahora se quedaran sin respuesta, trata de dormir, pero no puede hacerlo, toda la noche se queda mirando por la ventana en dirección al cielo, contempla las estrellas como si ellas pudieran brindarle la respuesta que tanto anhela.
Cuando el sol comenzó a divisarse tenue en el horizonte decidió regresar a su cama, no quería preocupar al mayor por un hecho tan normal como no poder dormir.
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El oji esmeralda despertó completamente recuperado, solo una noche de buen sueño le devolvió la energía empleada, y estaba de mejor humor por los ánimos que se dio a si mismo, estiro sus brazos y bostezó un poco, dirigió su mirada a su novio que ahora es amigo y se quedó embelesado mirando sus rosadas mejillas, le gustaba mucho el sutil rubor de su pareja al avergonzarse...avergonzarse, no tendría porque si está dormido, acerca su mano a la frente del menor, tal como lo suponía.
-Fiebre.
Se levanta de inmediato, toma la primera combinación de ropa que encontró y sale a buscar algo para mitigar su enfermedad.
Llega poco después notando que el joven aún duerme, se ve lindo, pero no puede permitir que se quede en cama dormido y menos considerando que está enfermo, le mueve delicadamente de los hombros mientras le llamar por su nombre, por fin esas joyas color marrón le observan con un poco de pereza.
-¿Qué sucede Johan?
-Tienes fiebre.
-Con razón me siento un poco mareado.
-Traje un caldo de pollo, necesitas comer algo, cuando termines podemos ir con un doctor.
-Gracias.
El castaño sonrió más dormido que despierto e intentó tomar la cuchara para probar el líquido, pero su mano temblaba debido a los escalofríos provocando con ello que sus movimientos fueran verdaderamente torpes, por lo que el otro se sentó a un lado para darle de comer en la boca.
-Te vas a enfermar.
-No importa, no sería la primera vez que me contagio.
-¿Con tu familia?-ante tal incógnita le dio la impresión de que el peli azul estaba melancólico.
-Sí, con mi familia-sonrió.
Tener convicción no convierte tu corazón en piedra, ese comentario le ha herido al recordarle una situación similar de cuando comenzaron el viaje, Judai había contraído fiebre de una manera muy curiosa.
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Inicio del flash back.
El castaño agitaba animosamente la mano.
-¡Vamos Johan date prisa!!
-¡Ahí voy!
El menor le había sacado ventaja en una pequeña caminata que daban al contemplar un puente que tenía una hermosa vista a un río, quería vivir una experiencia romántica con su novio, algo como contemplar el paisaje tomados de la mano o algo por el estilo.
Llegó al sitio seguido de cerca por su novio que de inmediato se colocó a su espalda y le tomo por la cintura, colocando su rostro al lado del ajeno y recargándolo sobre su hombro, aprovechando su mayor altura. Suspiró, lo que altero un poco al menor que estaba ruborizado, pero ninguno dijo nada, era un agradable momento que temían echar a perder con palabras. Después de un rato el oji avellana se giró para mirar a su novio, al verlo sintió como perdía fuerza en las piernas, pero no por ello cayó, es solo que el peli azul es muy hermoso y especial para él y con esa bella sonrisa lo único que hace es derretir su ya de por si cálido corazón, no puede ni cerrar los ojos temeroso de perderse un momento invaluable, pero esa vista no es unilateral, ha deslumbrado al oji esmeralda que casi le mira como en un trance. Este alza una de sus manos para acariciar con un suave roce el rostro ajeno, provocando que este cierre sus ojos con suavidad, acerca sus labios a los de su pareja apenas en un ligero tacto sin tocarlos del todo en realidad.
-Te amo Judai.
El menor tembló al sentir la respiración de Johan sobre sus labios, pero este continuaba sin acercarse.
-Yo también te amo Johan.
Palabras que al ser dichas unieron un poco más sus labios, pero sin lograr el tan ansiado contacto, por lo que el castaño decidió abrir los ojos, y entonces si fue besando con intensidad en una pequeña y linda broma de su novio, pero ese acto le tomo por sorpresa y provocó que en un torpe movimiento se soltara del agarre y cayera al río.
-¡Judai!
Sin pensarlo dos veces el mayor se lanzó tras él, salvándolo rápidamente, aunque tampoco era para tanto, pues al ponerse de pie notaron que el agua no les llegaba ni a la cintura, pero si habían logrado mojarse completamente. El peli azul extendió una mano a su novio para ayudarle a llegar a la orilla, lo que consiguieron con facilidad. El oji verde intentaba secarse con el sol, mientras el castaño realizó un tierno movimiento de cuerpo que recordaba a los perritos cuando se secan, provocado una risa en el otro que le hizo sonrojar.
-Haz de pensar que soy ridículo-dijo con voz bajita.
-Para nada, siempre he pensado que eres original, y eso me gusta, me agradan las personas que son auténticas y no intentan actuar como alguien más, por eso te amo.
El oji marrón le miró hechizado, aún con la ropa mojada, su novio conservaba ese elegante porte de caballero inglés.
-Eres como un príncipe-dijo sin intención el menor avergonzándose al instante debido a ello, e intentando cubrir su rostro con las manos, pero una de ellas fue tomada por su novio que arrodillado en un veloz movimiento le dio un beso para posteriormente sonreír.
-No es así, soy un caballero que protegerá a su príncipe, su majestad.
En ese momento el castaño perdió todo equilibrio y cayó sobre el pasto y comenzó a reír, en el movimiento había tirado al mayor sobre él, pero este alcanzó a poner las manos a los costados para no lastimarle, quedando sus rostros muy cerca al igual que sus cuerpos.
-Ja ja ja siempre me dices cosas muy vergonzosas Johan.
-Pero es la verdad.
Se contemplaron con amor para dar paso a un tierno beso, que esta vez no tomo desprevenido al menor y pudo corresponder. El contacto fue prolongado, era como si se hubieran olvidado del resto del mundo, entrelazando sus manos y entregando todo el amor disponible en su ser, una fuerte ráfaga de viento hizo estornudar al más joven, así que decidieron volver al hotel.
Como era de esperar, al otro día el castaño tenía fiebre, así que su novio le cuidaba, aunque le dio uno que otro beso y de esa manera se terminó contagiando.
Fin del flash back
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El peli azul fácilmente podría ponerse a llorar y maldecir su destino, pero ¿eso cambiaría algo? Es seguro que no. Yubel le ha mostrado que Judai peleó por él en su vida como príncipes, aún cuando se quedó dormido no se alejó de él hasta que le obligaron, y aún así siempre insistía en verle, por ello, el también debe ser fuerte, no es justo que solo su amado llámesele Judai o Haou sea el único que se esfuerce, esta vez le toca a él.
Termina de darle el alimento y sonríe, esta vez sinceramente, lo que tranquiliza al otro.
-¿Cómo te sientes?
-Creo que bien.
El oji verde toca su frente notando que su temperatura se ha normalizado.
-¡Que buena condición física!-exclamó el peli azul.
-O el poder del caldo de pollo.
-Pft ja ja ja ja ja-el mayor no pudo contener la risa-el poder de ja ja ja ja.
Y aunque el castaño lo había dicho muy enserio porque fue lo que le alivio, no pudo contener un ataque de risa observando a su amigo.
-Ja ja ja ja. Ambos reían sin control, como si sus almas hubieran pedido a gritos un poco de alegría, lo hacían con tal intensidad que incluso sentían que iban a morir, decir que sus rostros estaban bastante rojos era decir poco, e incluso les había llegado ese característico dolor de estómago, pero no podían dejar de hacerlo.
-¡Ah ja ja ja ja nos vamos a ja ja ja desmayar si ja ja ja seguimos así ja ja ja!-decía el peli turquesa.
-¡Ja ja ja ja supongo, pero no me puedo detener!
Se escuchaban jadeos y sonidos extraños provenientes del par, hasta que agotados se dejaron caer, Judai sobre el lecho, Johan sobre el suelo.
Respiraban con un poco de trabajo, hasta que pudieron volver a la normalidad.
El oji esmeralda se levantó del piso y se recostó a un lado de su amigo, pero esa escena provocó en el joven castaño un extraño dejavú, le miró con el rostro pálido, varios recuerdos llegaron a el de golpe y se sintió confundido, aunque no incómodo, es probable que solo fuera su imaginación, pero por alguna extraña razón tenía enormes deseos de quitarse la duda.
-Johan-utilizó un tono bastante serio muy poco común en el, provocando fuera mirado con sorpresa.
-¿Qué sucede Judai?
-¿Estoy mal al creer que somos...novios?
Los ojos del peli verde brillaron con emoción, le han dado la mejor noticia de su vida, se sentó de golpe en la cama mirando al menor y tomándolo por los hombros.
-¿Entonces lo recuerdas?
-Ahora sí, pero no entiendo por qué lo olvide.
-No fue tu culpa, debí protegerte mejor.
-Tal vez tenga que ver con lo sucedido con Darkness, siendo así no eres responsable, yo también debo protegerme a mí mismo, no es tu obligación cuidar todo el tiempo de mí, no soy un niño, y sin embargo es lo que haces todo el tiempo, lo siento.
-Eso no es verdad, te cuido porque te quiero y me preocupas, tú también haces lo mismo por mí.
-Pero...
El peli azul colocó un dedo sobre los labios ajenos, no quería escuchar a su amado disculpándose más, pero pronto comenzó a delinearlos, para dar paso a un tierno beso.
Ambos cerraban los ojos, aunque el castaño con más fuerza.
El peli azul comenzó a descender poco a poco besando ahora su cuello con dulzura y sutileza.
-Ah...Jo-Johan...
A pesar de lo que pudiera parecer el oji marrón para nada se quejaba, desde que se volvieron novios, soñaba con que algún día pudiera hacerse uno con su novio, pero para su desgracia este se detuvo, en su rostro excitado estaba claro que deseaba continuar entonces...
-¿Por qué?-cuestionó el menor.
-No es que no quiera ¡por dios que difícil! Pero...te respeto, y quiero hacer bien las cosas.
-¿De qué hablas?
-No es así como lo había planeado, pero...-saca la sortija de su bolsillo, jamás la soltó manteniendo la esperanza en su corazón-...¿quieres casarte conmigo?
El menor se quedó completamente anonadado, las palabras se negaban a salir, pero la emoción en su rostro, y el que se hubiera lanzado a los brazos de su novio, le habían dado una respuesta afirmativa.
-¡Sí!-dijo al fin entre lágrimas de felicidad.
-¡Me haces tan feliz Judai!
-¡Y tu a mi Johan!...¿Acaso estas llorando?
-¡Claro que sí!
De esa manera ambos se quedaron fundidos en un cálido abrazo sin dejar de llorar.
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Pasaron dos meses en los que volvieron a Japón, el peli azul pidió la mano de su novio a sus padres, que de por si nunca estaban en casa, pero querían la felicidad del joven, no teniendo inconvenientes en ceder a la petición. Comenzaron a buscar las cosas necesarias para el festejo e incluso mandaron invitaciones a los amigos.,
-Así que al fin se van a casar, estoy feliz por mi amigo del alma-mencionó Jim.
-Ya era tiempo ¿se tardaron mucho no creen?-dijo Sho.
-¿Acaso todos sabían que Johan y yo?
-Eran muy obvios Judai.-interrumpió Jun.
Vaya, solo ellos no se habían dado cuenta. Por fortuna y a pesar de todo por fin están juntos.
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Pasó un mes más y ya todo estaba listo, la boda sería en una semana y ninguno cabía de la felicidad. Aunque Judai estaba notoriamente alterado y no dejaba de reír todos los días debido a los nervios.
Un poco más y podrían estar juntos para siempre, si tan solo hubiera una manera de que supieran que la luz de la destrucción fingió su derrota y ahora se encuentra en Asuka...pero la vida no es tan sencilla, y ahora conoce la debilidad de su rival eterno...Johan, y parece que ha encontrado la oportunidad perfecta para actuar...¿qué mejor momento para enfrentarlo que cuando está rodeado de personas a las que puede tomar de rehén? ¿Qué mejor que la boda? Más aún cuando el peli azul le contó lo ocurrido con Darkness a su novio y están distraídos con él, ya nadie le espera, y sin embargo causará grandes estragos que no solo afectarán esta vida sino la posterior.