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El chico de mis sueños (YoonMin) por Pralim

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Cuando era más joven, escribí una lista de cualidades que quería que mi novio tuviera. La hice pensando en el chico de mis sueños, el hombre ideal. Era una lista sencilla, eran nada más 10 cosas que quería sí o sí en mi futuro novio, y no eran exigencias muy grandes.


Aunque pasó un buen tiempo desde que la escribí hasta que, de hecho, formé una relación seria con alguien, cuando nos mudamos juntos luego de un tiempo saliendo encontré entre mis cajas la lista de "El chico de mis sueños debe...", y los recuerdos de cuando la armé acudieron a mi mente.


Me reí bastante mientras la leía. La verdad era que mi novio, Min Yoongi, no se parecía mucho al chico que había soñando para mí.


 


-Oye, Jiminnie, no puedo abrir esto.


Aparté la vista de la televisión para encontrarme a mi pálido novio en el marco de la puerta sosteniendo un frasco con la mano. Reprimí el impulso por sonreír ante su gesto de frustración y me acerqué hasta él, quedando en frente suyo, extendiendo mi mano para que me diera el dichoso frasco y así poder abrirlo por él. No me tomó más que unos cuantos segundos devolvérselo sin la tapa puesta.


-Ni se te ocurra burlarte -me advirtió al notar mis inteciones-. No todos somos fanáticos del gimnasio como tú, monstruo enano.


-Tenemos la misma altura, hyung -le recordé-. Si yo soy un monstruo enano, tú también lo eres.


Yoongi se limitó a bufar, poniendo los ojos en blanco, y volvió a irse por donde vino, dejándome con la risa atorada en la garganta.


1- El chico de mis sueños debe ser alto y fuerte, preferentemente de piel morena.


 


Acomodé el cuello de mi camisa blanca sobre el suéter azul oscuro mirándome en el espejo en lo que esperaba a que Yoongi terminara de vestirse.


-¿Vas a ir usando eso? -fue lo primero que pude preguntar en cuanto salió de la habitación, ya cambiado.


No era que estuviera mal vestido, pero... Pantalones negros demasiado grandes, camiseta sin mangas debajo de la camisa roja y negra a cuadros, sudadera negra abierta de una o dos tallas más grandes de lo necesario, vicera negra con la palabra "swag" escrita en blanco y cubierta parcialmente por la capucha de la sudadera...


-¿Qué tiene de malo? -inquirió él, mirándose con el ceño fruncido-. Es swaggy.


Sí... tal vez demasiado swaggy para mi gusto.


-Nada -logré decir, encogiéndome de hombros-, vamos.


2- El chico de mis sueños debe tener clase y elegancia para vestir.


 


Estallé en carcajadas ante la imagen de la televisión. Me giré para mirar a Yoongi, esperando que su reacción fuera la misma que la mía, pero este me devolvió una mirada de aburrimiento.


-No entiendo qué es lo que te provoca tanta risa -soltó, girando los ojos-. Este programa es la cosa más patética que he visto.


-Qué amargado -me quejé, haciendo un puchero-. ¿No te hace ni un poquito de gracia?


-Las tonterías no me parecen divertidas, Jimin -bufó-. No sé cómo a ti sí.


-¿Son todos así de amargados en Daegu? -pregunté, tratando de bromear-. ¿O es acaso una cosa de tu familia?


-¿Quieres morir, mocoso? -cuestionó él, abriendo mucho los ojos, y se levantó bruscamente del sillón-. ¡No digas locuras, voy a matarte!


-¡Era una broma, hyung, relájate!


3- El chico de mis sueños debe tener buen sentido del humor y entender mis bromas.


 


-¡No, no, no es así! -vociferó Yoongi, frustrado-. Joder, Jimin, me irritas tanto.


-Me estoy esforzando, hyung -me defendí tímidamente-. No lo entiendo, no te enfades. Explícame una vez más, ¿por favor?


No respondió de inmediato. Cerró los ojos, respirando profundamente y frotándose la sien con una mano. Soltó un suspiro algo exagerado antes de volver a mirarme, el cansancio y la impaciencia pintados en todo el rostro.


-Sólo una maldita vez más, y si no lo entiendes ya no es mi problema.


Sonreí y asentí como respuesta, apremiándolo a que me explicase una vez más la trama tan complicada de esa película tan difícil de entender. Su primera reacción en cuanto le dije que no comprendía fue mirarme como si fuera idiota, y hasta diría que estaba enojado. Luego de una buena media hora conseguí que me explicara, pero después de tres intentos seguía sin saber de qué iba la historia y Yoongi no era la persona más comprensiva del mundo exactamente. Le cabreaba que no entendiera y le cabreaba aún más tener que explicármelo. Y, por supuesto, no podía ser un novio normal y dulce que dijera "sí, mi amor, déjame explicarte". No, para nada. Tenía que decir algo como "si eres estúpido y no entiendes, no es mi jodido problema". Encantador.


4- El chico de mis sueños debe ser amable y paciente.


 


-¿Y si salimos a correr? -sugerí mientras almorzábamos-. Podemos ir al parque y hacer algo de ejercicio, ¿no?


-Ni de broma -farfulló Yoongi con la boca llena-. Hoy es domingo, no pienso moverme de la cama.


-Pero si nunca te mueves de la cama, sea el día que sea -protesté, abultando los labios-. No quieres ir al gimnasio conmigo durante la semana, al menos ven a correr hoy.


-Que no, joder -pronunció, mirándome con seriedad-. No me gusta hacer ejercicio, Jimin. Y menos un domingo.


-Vale, vale.


Permanecimos en silencio unos minutos, mientras terminábamos de comer. Era cierto que Yoongi no era la clase de personas que disfrutan de hacer pesas, abdominales y esas cosas. En realidad, Yoongi no disfrutaba del movimiento en general, pero pensé que cambiar un poco la rutina y hacer algo saludable juntos podría haber sido divertido. Por eso, no me rendí tan fácilmente.


-Oye, hyung -llamé, él me miró indicando que tenía su atención-. ¿Y si bailamos?


-¿Eh?


-Ya sabes, yo bailo -le recordé, a lo que el asintió-. Si no quieres correr, al menos podemos bailar un poco. Freestyle, o hip hop... Lo que sea, tú eliges.


-¿Estás hablando en serio? -inquirió, incrédulo. Asentí como respuesta-. Jiminnie...


-¿Mh?


-Grábate esto en la cabeza: no-moveré-el-culo-de-la-puta-cama-hoy.


5- El chico de mis sueños debe ser activo, hará ejercicio y bailará conmigo.


 


Cuando salimos del cine ya era de noche y hacía algo de frío, pero aún así había mucha gente en la calle. Tal vez por eso Yoongi caminaba algo apartado de mí, con las manos en los bolsillos y la vista fija en el camino. No éramos de ir abrazados o de la mano muy seguido, pero luego de haber tenido algo cercano a una cita, no podía evitar el deseo de tener su atención puesta sobre mí todo el tiempo.


-Hyung -lo llamé, acercándome sigilosamente-. Hace frío, ¿verdad?


-Te dije que te abrigaras más, idiota -gruñó con fastidio y sin mirarme-. No voy a darte mi chaqueta si es que eso quieres, mocoso, porque joder que me estoy helando.


-No, no es eso -contesté, riéndome, y enredé mi brazo con el suyo-. Pero si los dos tenemos frío, podemos darnos calor de esta manera.


-Aparta, Jimin -murmuró, poniéndose nervioso. Siempre se ponía así cuando trataba de demostrarle afecto en público-. Hay mucha gente en la calle, no está bien.


No esperó a que realmente me apartara, se deshizo por su cuenta de mi agarre y me dirigió una mirada severa. Yoongi era la clase de persona que no aceptaba las demostraciones de cariño del tipo que sea en frente de otras personas, lo hacían sentir incómodo.


-¿Entonces no me vas a abrazar? -pregunté, formando involuntariamente un puchero-. ¿Ni siquiera vas a darme la mano?


-No.


6- El chico de mis sueños debe ser dulce y cariñoso conmigo todo el tiempo.


 


-¿Con qué comida me sorprenderá hyung esta noche? -pregunté ni bien entré de la calle-. Porque estoy contando con que hiciste la cena, ¿cierto?


-¿Pero de qué narices hablas? -inquirió con el ceño fruncido y levemente molesto-. Pensé que traerías comida de la calle o yo qué sé.


-¡Hyung! -exclamé, molestándome también-. Una vez que cocines no te va a matar, ¿sabes?


-Pidamos comida y ya -sugirió, poniendo los ojos en blanco-. ¿Pizza?


-No, rayos -insistí, cruzándome de brazos-. Intenta cocinar algo tú.


Con un suspiro de cansancio, Yoongi aceptó la propuesta. Se levantó del sillón y se dirigió a la cocina luego de indicarme que "ni se me ocurriera asomarme hasta que él no me avisara". Dividido entre la curiosidad y la expectativa, obedecí y permanecí en la sala mientras él cocinaba algo.


En menos de diez minutos apareció nuevamente en la sala con dos tazones de ramen instantáneo sobre una bandeja.


Y se le habían quemado.


7- El chico de mis sueños debe saber cocinar comidas deliciosas.


 


Todos soltamos fuertes risotadas, todos menos Yoongi. Él no parecía estar pasándola tan bien como los demás, pero confiaba en que se adaptaría rápidamente a la situación. Aunque su ceño fruncido y su gesto de aburrimiento, casi fastidio, me preocupaban un poco. Traté de no darle importancia.


Me llevé una mano al estómago, el cual comenzaba a dolerme de tanto reírme. Las payasadas de Taehyung y de Hoseok eran demasiado divertidas, no podía parar de soltar carcajadas. No fue hasta bastante tiempo después, cuando logré calmarme por unos segundos, que noté que Yoongi no estaba en la sala. ¿Pero cuándo se había ido? Miré en todas las direcciones pero no lo hallé.


-Oigan, ¿y Yoongi? -pregunté a mis amigos.


-Estaba aquí hace un momento -murmuró Namjoon, confundido-. Seguro el idiota de Hoseok lo espantó.


-Lo vi levantarse para ir al baño hace unos minutos -agregó el atacado, sin hacer caso a Namjoon-. Aunque ya debería de haber vuelto...


-A no ser que se haya ido por el inodoro.


El chiste tonto era, por supuesto, cortesía de Taehyung. Todos reímos, aunque yo ya no me sentía tan entretenido. Me disculpé un segundo y me levanté para ir en busca de mi novio desaparecido. No se encontraba en el baño, pero no tardé en notar la puerta de la habitación abierta, y dentro de esta, la del balcón también. Me asomé hacia afuera y lo descubrí fumando mientras respiraba el aire nocturno.


-¿Qué haces aquí? -cuestioné, parándome a su lado-. No me avisaste que salías.


-Quería fumar.


-A los chicos no les molesta que fumes adentro...


-Necesitaba algo de aire.


-Hyung...


-Jiminnie -murmuró, suspirando con pesadez-. No quieres oirlo, ¿de acuerdo?


-¿Qué ocurre?


-Los odio, a tus amigos -soltó, bufando con molestia. Luego me miró reflejando cansancio en el rostro-. Esos dos, Taehyung y Hoseok, ¡no los soporto! ¡Son tan ruidosos! ¿Es que no se cansan de decir estupideces nunca? Me dan una jaqueca del demonio. Y ese otro, Namjoon, ¡joder, ese tipo! ¡Cosa que toca, cosa que rompe! ¡Destruyó mi cenicero preferido, el desgraciado! No puedo evitarlo, tus amigos me llenan las pelotas, Jimin.


8- El chico de mis sueños debe llevarse bien con mis amigos.


 


-... y luego, por suerte, llegué a casa -terminé de contar, soltando un suspiro-. Fue un día agotador, pero ya terminó. ¿Y tu día cómo estuvo?


-Bien -fue todo lo que respondió Yoongi.


-¿Bien? -cuestioné yo, esperando que dijera algo más, pero sólo afirmó con la cabeza-. Ya veo. ¿Y qué hiciste durante la tarde?


-Nada -contestó, encogiéndose de hombros.


-¿Nada? -insistí, y él asintió con un gesto de nuevo-. Y... ¿no fuiste a trabajar, o a estudiar, no hablaste con alguien, no saliste de la casa?


-Dormí, comí, usé el baño -enumeró con un asomo de sarcasmo-. ¿Quieres más detalles sobre eso?


-¿De verdad no hiciste nada más? -volví a preguntar-. ¿No tienes nada interesante para contarme?


-Joder, Jimin -bufó, impacientándose-. No, no tengo nada más para contarte.


-¿Nada de nada?


-¡Nada!


9- El chico de mis sueños debe saber mantener una conversación larga e interesante.


 


Vale. Yoongi no se parecía en una mierda al chico de mis sueños, me daba cuenta de ello.


No era alto, fuerte, ni moreno... pero su piel blanca de porcelana, su cuerpo delgado y cálido y la facilidad con la que podía besar sus labios, a la altura de los míos, eran compensatorio de todo. 


No se vestía con clase ni elegancia... pero con su estilo "swagger" se veía muy masculino y sexy.


No tenía el mejor sentido del humor, y rara vez entendía mis bromas... pero eso sólo hacía que fuera aún mejor cuando reíamos por lo mismo.


No era la persona más amable ni remotamente la más paciente del mundo... pero a pesar de eso, siempre estaba a mi lado, incluso si no paraba de quejarse, no se apartaba de mí.


No era para nada activo, odiaba el ejercicio y jamás quiso bailar conmigo... pero los mejores momentos que tenía a su lado, eran cuando pasábamos horas y horas recostados, abrazados.


No era dulce o cariñoso, apenas si demostraba afecto... pero me sorprendía y conmovía enormemente cuando lo hacía, y definitivamente sabía que era sincero.


No era bueno en la cocina, sus comidas eran cualquier cosa menos deliciosas... pero tampoco era exigente con los platillos que yo hacía, así le diera comida para perro, la comería sin rechistar y agradecería por ello.


No se llevaba bien con mis amigos, de hecho los odiaba... pero aún así hacía el esfuerzo por pasar tiempo con ellos cuando yo se lo pedía.


No era de sostener conversaciones largas o profundas, apenas soltaba monosílabos cuando hablábamos de algo que no le interesara... pero jamás se quejaba cuando yo hablaba por horas, y era el mejor de todos escuchando.


Y además...


 


Una vez que alcanzó el orgasmo, Yoongi salió de mí y se dejó caer a mi lado, exhausto. No tardé en girarme para apoyar la cabeza en su pecho, el cual subía y bajaba a causa de su respiración acelerada, usándolo de almohada mientras acariciaba su cintura con el pulgar de una mano. Rápidamente él rodeó mi cuerpo con ambos brazos, estrechándome, y llevó los labios a mi cabello, depositando un ligero y dulce beso allí.


-Jiminnie -pronunció con la voz ronca, yo levanté la vista para mirarlo-. Te amo, ¿lo sabes?


-Sí, Yoongi -murmuré, feliz. Sonreí mientras regresaba la vista a su pecho, el cual besé-. Lo sé.


10- El chico de mis sueños debe amarme.


Y yo sabía que Yoongi me amaba tanto como yo a él. 

Notas finales:

Hola!!

Volví en forma de one shot largo(?) también está publicado en mi cuenta de wattpad ( ElleChoi2 o Pralim ) si es que ven esta historia por allá. ¡Que viva el YoonMin!

Espero que les haya gustado. Nos vemos pronto~ 


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