25 De. Julio
El humo caliente salía de las cubetas que cargaba con dificultad para prepararle el baño a Sasuke, cuando estaba a punto de llegar escuche su voz con enojo haciendo eco en los pasillos.
-¡Naruto! Deja eso de una buena vez, dile a Tenten que prepare mi baño, tú no estás en condiciones de hacer esto aún.
-Solo son unos cuantos...-comencé a protestar.
-¡haz lo que te dije!- deje las cubetas en el pasillo y Sasuke tomó mi mano llevándome directo a su cuarto.
Cuando cerró la puerta detrás de nosotros se dirigió a la pequeña cajonera y me pasó unas pastillas yo las tomé en mi mano y las observe por un rato, tenía que seguir tomando medicamento por lo menos en un tiempo más, tenía una leve cojera al caminar y eso preocupaba a Sasuke, pero Karin aseguraba que con el tiempo se quitaría.
-Tómalas- la voz relajada de Sasuke me sorprendió, nunca podría acostumbrarme a su bipolaridad.
-Yo... Realmente no quiero tomarlas... Estas pastillas me dan mucho sueño...y.
-No pongas pretextos y tómalas.- su mirada desafiante indicaba que no aguantaría un no.
-Tengo muchas cosas que hacer - intente persuadirle, el medicamento me mareaba, y me hacía dormir.
-Sabes que no me gusta que merodees por el castillo, mucho menos si Madara se encuentra aquí.- la simple mención de su nombre me erizo la piel- tu trabajo es servirme a mí y yo no necesito tus servicios en este momento.
-Entonces... ¿Me puedo ir a mi cuarto a descansar ?- pregunté picándole un poco.
Sasuke me observó, sabía lo que le costaba expresarse, lo sabía por qué de cierto modo también a mí me costaba hacerlo.
-Prefiero que estés donde te pueda ver - me dijo acercándose a mí con un vaso con agua entre las manos.
Me puse las pastillas en mi boca y con un largo trago de agua me las pase.
Sasuke me quito el baso de entre las manos y me dirigió a la cama donde me hizo recostar, se acostó a un lado de mi y me metió entre sus brazos, aún era temprano no pasaban de las doce de la mañana pero él ya tenía intención de hacerme dormir de nuevo, su mano comenzó a acariciar mi espalda relajándome enseguida el sueño me comenzó a invadir...
-¿Sasuke? - pregunté.
-¿Se te ofrece algo ?
-Yo solo...-enterré mi cara en su pecho, tenía miedo de pedir lo que tanto ansiaba, tenía miedo de arruinarlo todo.-nada - susurre.
Su mano se detuvo en mi espalda, y sentí como me alejaba de él, levante la vista y le dedique una pequeña sonrisa, él me observó por largo rato para después hablar.
-Dímelo - dijo y yo negué.-¡Dímelo!
Lo mire a los ojos por un buen rato meditando las posibilidades de una mala reacción, sabía de sobra que nuestra relación era complicada en estos momentos, y que cualquier viento fuerte podría derribar el avance que había logrado hacer, sabía de sobra que ante los ojos de los dema solo éramos amo y sirviente.
- ¿Y bien?
-Entenderé si no lo aceptas-solté de repente y el pareció momentáneamente confundido, quería tener la certeza de que el sabía que yo no tramaba nada. - ¿podrías dejarme ver a... A mis amigos ? - sus manos se tensaron en mi espalda y de mi boca salieron palabras rápidas- comprendo si no se puede.
Me miro por unos largos segundos antes de volverme ha atraer a su cuerpo y reanudar las caricias en mi espalda.
-¿otro plan para liberarte de nosotros dobe ?- preguntó después de unos minutos.
-No - susurre.
Después de eso ya no dijimos nada, las caricias se volvieron cada vez más lentas y mis ojos se cerraron.
Desperté estaba solo en la cama, la chimenea ya estaba prendida, hacía calor, me quite la colcha de mi cuerpo y me pare desabotonando la camisa un poco para refrescarme, camine por la habitación deteniéndome frente a un espejo grande, me observe, mi piel estaba pálida pero era solo por la falta de sol en ella, mi cuerpo seguí viéndose flaco, pero a comparación con los meses anteriores ya había subido un poco de peso y mi cabello volvía a tomar su brillo peculiar, observe mis ojos y el azul seguía intacto en ellos observe las marcas que salían por el cuello de la camisa, feas líneas rojas, que manchaban todo a su paso, me entristeció saber que mi cuerpo tenía las marcas de violencia, cuando me iba a retirar la camisa se movió dejando a la vista una gran marca roja en forma de paleta, la marca que Madara había puesto sobre mi, la marca de su clan.
Mi mano viajó hasta ese lugar, delineando la marca, los brazaletes quemaron en mis muñecas, cada vez que la veía me daba furia, comencé a rascarla con fuerza, enrojeciendo más la piel, una mano detuvo la mía.
-¡Para !- Sasuke estaba enfadado.
Tenía mi mano aprisionada con fuerza y me alejo del espejo me sentó en la cama y me quito la mano del pecho viendo el daño que me había hecho. Lo observe y la furia creció en sus ojos.
-¿quieres que te vuelva amarrar las manos para que lo dejes de hacer?- preguntó enojado.
-Lo...siento - dije.
Sacó una crema del cajón la cual abrió para untarla en la gran marca, lo hacía con delicadeza y yo me dejé hacer.
-Enserio Naruto, si te vuelvo a ver haciéndolo te traeré amarrado de las manos - se alejó de mí tomo algo de un cajón y me tendió la mano - vamos se nos hace tarde - yo tomé su mano y salimos de la habitación.
Mi corazón comenzó a latir con fuerza cuando reconocí el camino, íbamos a los calabozos, Sasuke me tenía agarrado de la mano con fuerza, nos paramos frente a la puerta y espero que el guardia abriera, cuando lo hizo me giro para verme.
-Estaré a dentro contigo, cualquier cosa que vea rara tesacaré de inmediato... No te tengo que amenazar con un castigo ¿verdad ?- negué con la cabeza rápidamente.
Cuando entramos su mano me soltó y yo corría a la primera reja, mi vista tardó en enfocarse pero al fondo podía ver una cabellera rosa.
-Sakura - llame.
Escuche una cadena moverse, su cara apareció entre las sombras pero no se pudo mover más.
-¿majestad ? - mi corazón dio un vuelco doloroso, su voz sonaba forzada e incrédula, parecía no creer que fuera yo el que estaba frente a ella, estire una mano pasándola por en medio de los barrotes y Sakura pareció querer alcanzarla, después me di cuenta que la cadena no le permitía caminar más. -¿ vienes a sacarnos de aquí ? - dijo de repente. Yo negué.
-Lo siento yo... No...- no sabía qué decirle, ¿ como enfrente a alguien que había depositado toda su fe en ti ?
Escuche la cadena moverse de nuevo, volví a llamarla pero ya no contesto. Seguí caminado entre las celdas, esta vez no llame a nadie, incluso cuando los reconocía, mi corazón lloraba, pero mis pasos no titubeaban, sentía a Sasuke caminar unos cuantos pasos por detrás de mí, y entonces la cabellera blanca llamo mi atención, me pegue a la celda y trate de distinguir a la persona en su interior, Kakashi se veía más flaco y su cabello blanco ahora era de un gris opaco.
-¡Kakashi! - hable, el mismo sonido de cadenas arrastrándose me contesto, pude distinguirle cuando se acercó a la reja, traía la misma ropa que de la última vez que le vi, sus cuerpo detonaba diversas marcas de tortura, estire mi mano y él se acercó un poco más- ¡Kakashi! -volví a repetir y su mano helada me tomo.
Sentí sus labios rasposos impactar con mi mano, y entendí que era su forma de decirme hola.
- Majestad- su voz salía como un susurro, como los murmullos apenas comprensibles que acarrea el viento.- no puedo creer que esté vivo- dijo tomando con más fuerza mi mano, Kakashi camino más hacia la reja, el a comparación de Sakura tenía más cadena- ¿hay nuevo plan?
Mi corazón se detuvo escuchaba la respiración de Sasuke detrás de mí.
-No hay plan... Lo siento Kakashi, en verdad lo siento- dije tratando de que esa pequeña palabra enmendará todas mis fallas.
-tranquilo, todo va a estar bien- sus manos me apretaban con más fuerza cada vez como si temiera que desapareciera- ¿cómo es que estas aquí ?
-Alguien- pase saliva - me ha dado un tiempo para verlos, yo no sé si volveré a regresar aquí...
Su mano se aferro con más fuerza a la mía.
-¿ tú, tú ha...?
-lo perdí- le dije al comprender su pregunta, nunca me entere que estaba esperando Kakashi yo...
-Es mejor así, este no es el momento y lugar.
-Yo he caído...- susurre y sus manos apretaron más las mías - lo siento, en verdad lo siento, sé que ustedes confiaban en mí, lo siento Kakashi- repetía una y otra vez, mis lágrimas se hicieron presentes, Kakashi me apretó más la mano, escuchaba su respiración y el latir rápido de su corazón.
-Iruka- dijo con desesperación y comprendí lo que deseaba, quería que fuera con él para que me liberará de los brazaletes, sabía que no podía hacerlo, no ahora, no frente a Sasuke, negué lentamente con la cabeza y Kakashi apretó mi mano con furia.
-Perdón suplique de nuevo.
-¡ Traidor !- me grito y sentí como uno de mis dedos se rompía. Comencé a sollozar más, de mi boca no salían más que palabras de disculpa palabras atropelladas.
Sentí las manos de Sasuke liberarme del agarre de Kakashi y jalarme de camino a la salida cuando iba pasando por una de las celdas de en medio, escuche una voz apenas un murmullo que reconocí al instante.
-¡Sigo confiando en ti! Naruto...
Salimos de las celdas y el guardia cerro la puerta, la voz molesta de Sasuke, ordenó proveer de alimento y bebida a los prisioneros del calabozo, mi corazón dio otro vuelvo doloroso, Sasuke estaba ayudando de alguna manera a los míos y yo no podía brindarles nada.
Llegamos a su habitación y cerró de un portazo, me llevó al baño y me sentó en la tasa, mis lagrimas salían silenciosas.
-¡Dame tu mano!- yo se la tendí y el la tomo enseguida.apretaba un poco el dedo que se comenzaba a hinchar- no está roto, posiblemente fisurado- lo entablillo y vendo, después se dirigió al lavamanos y humedeció un trapo para pasarlo por mi cara.
-Gracias- dije. Pero Sasuke no contesto.
Las palabras de Kakashi me dolían, rasgaban mi alma, sabía que les había traicionado, lo sabía muy bien, la esperanza que habían depositado en mi me sentía como si la hubiera echado a la basura y no me gustaba sentirme así.
-¿Naruto?- las manos de Sasuke me tomaban de mis brazaletes. No lo había escuchado hablar.
-¿pasa algo ?- le pregunte.
-¿por qué no te podemos quitar esto ? -dijo enojado, yo baje la vista a lo que señalaba para toparme con los brazaletes.
-Solo...-calle, ¿ que se suponía que le podía decir ? ¿Hasta qué punto mi pueblo podía perderme más ?-Nadie los puede retirar de ahí- le dije con tranquilidad.
-¿Por qué ?- le mire- ¿no ves que ya tienes cicatrices sobre las cicatrices por llevarlos todo él tiempo? ¿Desde cuándo los tienes ?
-Me los pusieron cuando tenía 5 años y nunca se han vuelto a abrir - las manos de Sasuke se cerraron con furia al rededor de los brazaletes.
-Tiene que ver una manera para quitarlos- negué con la cabeza, sabía que la única persona que podía retirarlos era la misma que los había sellado.
-Están sellados con chacra...- dije despacio con la esperanza que no me escuchara.
-¿De quién ? ¿ es del peli blanco ?-volví a negar.
-Sasuke- dije despacio, había tomado una decisión- los brazaletes no pueden abandonar mis muñecas, hay una razón por la cual los de la aldea me tenían a resguardo, por qué era la última esperanza del pueblo...- sus ojos se quedaron en los míos.
Esa noche termine contándole a Sasuke mi gran secreto, el como era yo, la última arma de Konoha, su ultima esperanza, le explique qué los brazaletes servían como contenedores de la marca y absorbían el poder que trataba de salirse de mi control, le dije como terminarían las cosas si llegaba perder el control y los brazaletes no estuvieran en su lugar, le advertí que podía llegar a destruirlo todo.
¿Cuántas cosas pueden mejorar durante la guerra?
En este punto de la historia yo ya tenía tres cosas seguras:
La primera es que, Algunas cosas pueden cambiar.
La segunda, tenía que seguir luchando.
Y la tercera...
Nada mejora, cuando te enamoras del enemigo.
Así es mi querido lector, en ese momento yo ya estaba enamorado del enemigo aunque en su momento realmente no sabía lo que pasaba ni comprendía los sentimientos confusos que me asaltaban cuando estaba con él.
Tienes que saber que a mí no me criaron con la palabra amor, al ser un arma alejaron de mi todo conocimiento valioso que en algún punto de la batalla pudiera hacerme dudar de mis acciones o de mi destino... Alejaron de mi lo que más debilidad podía causarle a un hombre.
Cuando por fin pude comprender lo que me pasaba con Sasuke entendí, lo que Kakashi había comprendido aquel día que le vi, cuando me pidió que fuera a la celda de iruka y yo me negué a su petición, entendí que Konoha me había perdido, de la forma que menos lo esperaban, de una forma que no implicaba muerte.
No pienses que todo terminó ahí, yo nunca renuncie a la libertad y mucho menos a la venganza, solo comprendí que las cosas no se dan como las planeas, que las cosas salen mejor cuando improvisas por el camino. ¿No me crees? Bien... Lo relataré para ti.