La copa que sostenía entre los dedos dejaba caer pequeñas gotas de agua, la noche en particular era calurosa y el ruido de los carros al tratar de avanzar por las abarrotadas calles de New York lo llenaban todo, las luces de la ciudad prendidas se dejaban ver cómo una peregrinación de estrellas en plena oscuridad, el aire cálido chocaba con mi cara, me acerqué un poco más al barandal del balcón tratando de observar mejor a las personas que caminaban presurosas por la calle, di un pequeño trago a mi vino y volví a observar todo otra vez.
-La puntualidad no es lo tuyo ¿Verdad? Naruto- hable cuando escuche unos pasos hacer eco en el interior de la habitación.
-Lo importante es que llegue.
-Siempre lo haces - le dedique una pequeña sonrisa, sabiendo que él no la vería.
Sentí sus manos rodear mi cintura con delicadeza, yo volví a beber de mi copa con mi atención perdida en la noche, en la letanía que mostraba el mundo.
-Sabes que no me puedo quedar mucho tiempo...Hinata comienza a sospechar...
Me giré, mis brazos de inmediato rodearon al menudo cuerpo de Naruto y mis labios tocaron los suyos con más gentileza de la que pensé.
-Por lo menos dime cómo estás... - le susurre al oído antes de que mis labios tomarán posesión de su cuello.
Naruto dejó escapar un pequeño suspiro ante mi caricia.
-Estaría mejor si la empresa no me quitara... Tanto tiempo...- su voz marcada de aburrimiento me causo gracias, no importa cuánto tiempo pasará, el trabajo siempre se le haría aburrido y una pérdida de tiempo.
Mis labios pescaron su cuello con un poco de fuerza y el gemido que salió de su boca me éxito, quería escucharle gemir y pedir por mi, quería escucharlo entregándose de la única manera que lo hacen dos amantes, de la única manera que comprenden las personas amadas.
-Pa...para...Sasuke.
-Pero apenas estoy comenzando - reclame siguiendo el contorno de su cuello.
-pensé que vendría ayudarte a la corrección de un contrato empresarial...- dijo soltando pequeños suspiros.
-Ese era el plan - susurre en su oído antes de volverle a besar.
El ruido de los carros y la noche extrañamente tranquila hacían que todo se distorsionará en un ambiente de paz, el cuerpo de Naruto menudo y cálido hacia latir con fuerza mi corazón. Sus brazos rodearon mi cuerpo y de una manera imprecisa besaron mis labios, nuestros cuerpos se pegaron más y la excitaciones comenzó a crecer en mi, después de unos segundos él se separó dejando mis brazos vacíos y mi corazón inquieto.
-Tengo que irme- dijo, dejando que sus grandes ojos azules chocarán con los míos.
Amaba sus ojos, parecían dos pedazos de cielo capaz de iluminar hasta el día más lúgubre.
- No hemos hecho el contrato - debatí tratando de hacer que se quedara.
-Presiento que no existe tal contrato - sus ojos brillaron y una pequeña sonrisa burlona se posó en sus labios.
-Me declaro culpable - dije levantando las manos fingiendo derrota.- Solo quería verte.
-Bueno ya me has visto, ahora me tengo que ir...- sus pasos al salir del balcón hicieron eco, mi corazón volvió a latir con fuerza, sabía que todo estaba mal pero no pude evitarlo.
-Casémonos - solté y Naruto se detuvo volteando enseguida.
-Sabes que eso es imposible... Tú ya estás casado con Sakura, nunca lo aceptarían nuestros padres y las empresas necesitan un heredero...
-No importa eso, podemos irnos a Japón, ahí tengo negocios aparte de los familiares y...- mis palabras murieron al ver su expresión de tristeza.
-¿Por qué ahora ?- siseo herido - ¿por qué no lo aceptaste cuando yo te lo propuse?
Sabía que su reclamo era merecido, cuando él pronunció las mismas palabras yo me había negado, no porque no le amará si no por el miedo que me causaba llevarle la contraria a mi padre,mi después comprendí el gran error que había cometido.
-Era tonto Naruto...- él negó con la cabeza, su mirada triste me mataba.
-Me tengo que ir...- no quería dejarle, pero sabía que lo nuestro era peligroso, el tipo de peligro que no le hace daño a nadie más que a nosotros.
-Solo quédate un poco más.
-Sasuke...- su voz vacilante me puso alerta, no estaba dispuesto a dejarle ir, por lo menos no tan pronto.- Mañana me caso.
Sentí como mi alma se desprendía de mi cuerpo y me mordí la lengua para no discutir de la tontería que me acababa de decir... Ahora le entendía, ahora podía comprender el intenso dolor que sintió cuando yo le dije exactamente lo mismo, sentía el corazón desgarrado, quería gritar, yo le había perdido para siempre, de la misma manera en que él me perdió, respire tratando de tranquilizarme.
-En hora buena - dije repitiendo las palabras que el pronunció años atrás, tratando de retener el dolor.
-No tiene caso ya - dijo para pasar por la pequeña puerta del balcón que daba al interior del apartamento.
Me moví de una forma rápida alcanzando a tomar su mano obligándole a parar.
-Solo por esta noche - solté - solo déjame amarte por esta noche.
La mano de Naruto se cerró entorno a la mía, de una manera suave, y su cuerpo se aferró al mío como un niño del abrazo de su padre, lo rodee con mis brazos soltando su mano, podía sentir el latir de su corazón.
-Solo esta noche - susurro y su voz triste pareció un puñal en mi corazón.
Yo asentí y lo levante en mis brazos obligándole a rodearme con sus piernas, comenzamos a besarnos, besos dulces, besos tiernos, besos que no tenían prisa en terminar.
Cuando llegue a la cama le deje caer con delicadeza, su hermoso cuerpo me llenaba de tentación el alma, lo comencé a besar de nuevo siguiendo el pequeño camino que marcaba su cuello y solo pare para quitarle su camisa, mis manos rodearon su cintura desnudada y mi boca se entretuvo con sus tetillas, las saboreaba, saboreaba todo de él y mi recompensa eran los pequeños gemidos de placer que salían de su boca, mis manos bajaron a su pantalón desabrochando con fuerza bajándolo con forme mi boca baja, cuando iba a llegar a su entrepierna Naruto me detuvo.
-Quítate también la ropa...
Y así lo hice me desnudé lentamente dejando que su mirada lasciva se posará en mi, dejando que disfrutara de la vista que le brindaba, cuando estuve desnudo termine de quitarle el pantalón, podía ver sus mejillas ligeramente sonrosadas y sonreí, no importa cuantas veces lo hiciéramos, Naruto era mi pequeño inocente.
-Eres hermoso - dije para colocarme en medio de sus piernas y tomar con mi boca su exitación.
- No...N...- los gemidos que salían de su boca le impidieron terminar la frase, pero yo no pare a pesar de que sabía lo que quería decirme.
Baje mis manos a sus glúteos apretándolos con fuerza mi mano busco en su entrada e introducí uno de mis dedos con delicadeza, Naruto se tensó un poco pero a los pocos segundos se relajó dejando salir un grito y mi boca saboreo su sabor.
Me lamí los labios y me acerqué besarle, su respiración entrecortada por el reciente orgasmo chocaba en mi boca, volví a sonreírle.
-No- sise al ver que se trataba de voltear- quiero ver tu expresión. sus mejillas volvieron a enrojecer pero no lucho contra eso como otras veces.
Mis manos volvieron a bajar a su entrada, preparándolo para recibirme, y sus gemidos volvieron a llenarlo todo de nuevo, me acerqué a la pequeña mesita de noche que tenía a lado de la cama y saque un bote de lubricante que abrí para ponerme en los dedos y volverle a penetrar con estos para mejorar mi acceso cuando fuera el momento, las manos de Naruto se aferraban a la sabana, tome una de sus manos envolviéndola con la mía y me acerqué a su boca para besarle.
-Voy a entrar ahora.
-Si...
Lleve mi pene a su entrada y hice un poco de presión Naruto gimió y eso me éxito demasiado, quería penetrarle de golpe, quería escucharle gritar pero sabía que no era el momento y haciendo uso de todas mis fuerzas comencé a meterme en el con lentitud Naruto se tensó al instante, sabía que era grande y que a Naruto siempre le dolía l principio.
-¿Te hago daño Dobe ? - pregunté con preocupación.
-No... Solo sigue.
Me aferre a su cadera con ambas manos y cuando faltaba la mitad de mi falo lo empuje con fuerza haciendo que Naruto gritara pare por unos segundos antes de comenzar a moverme con pequeñas estocadas, sus gemidos se escuchaban por todos lados y los míos más suaves comenzaron a hacerle compañía, el interior de Naruto era cálido y me apretaba con fuerza, haciendo que creciera mi exitación comencé a moverme con más fuerza, y pare para pasar las piernas de mi rubio por arriba de mis hombros para después volverme a enterrar en el, Naruto grito de placer y yo seguí embistiéndolo, sentía el orgasmo llegar, retire sus piernas de mis hombros y dirigí mi mano a su hombría estimulándole conmigo para que termináramos juntos, sentí a Naruto tensarse a mi alrededor y deje escapar un pequeño grito, dejando salir mi semen en su interior llenándole por completo, caí arriba de él sintiendo su semen caliente manchar nuestros abdómenes, le busque con la mirada y sus ojos azules me recibieron con gozo, nos perdimos en un beso ardiente y después me retire de él acurrucándole en mis brazos, meciéndolo como solía hacerlo en tiempos de antaño.
-Sabes que nada cambiará lo que siento por ti ¿Verdad?- le dije cuando le sentí adormecerse.
-Lose... - nos quedamos por unas horas juntos sintiendo el cansancio llenar nuestros cuerpos, los dos negándonos a dormir solo disfrutando el momento.
-¿Me acompañaras mañana verdad?- mi mano hizo presion en su espalda... Desee que él no me lo pidiera, desee que él estuviera solo para mí, pero a pesar de mis deseos respondí de la mejor manera que pude.
-Te lo debo. - sus labios se juntaron con los míos de una forma rápida y yo le envolví más juntando nuestros cuerpos hasta lo imposible.
Sus ojos azules se posaron en los míos, el fuego y hielo peleándose por ganar una batalla que ya estaba perdida, y mis labios tocaron su frente con delicadeza.
Le libere de mis brazos sabiendo lo que me había pedido con esa acción, su cuerpo se alejó de mí y sentí su peso abandonar la cama, su cuerpo blanquecino me embeleso, Naruto era lo más hermoso que mis ojos habían visto, sonreí al ver cómo mi semen escurría por sus piernas y Naruto trataba de taparse.
-Ya lo he visto todo de ti - Dije con un poco de mofa.
-¡Solo cállate teme! - cuando cerró la puerta del baño yo me pare poniéndome solamente los pantalones de mi pijama, me acerqué al pequeño bar del apartamento y volví a llenar mi copa del vino más dulce que encontré.
-¿Un poco de dulce para quitarle lo amargo al momento ? - Naruto regresó vestido y supe que el tiempo se había terminado.
-No, un poco de dulce para coronar un perfecto y delicioso manjar.
-No cambiaras - su afirmación me causo gracia, no importa cuánto tiempo pasará era el quien nunca cambiaba.
-Mañana a las ocho - dijo acercándose para rodearme con sus brazos y probar el vino de mis labios. - pegatinas rosas - hablo y su aliento chocó en mis labios - sabe mejor cuando es directo de tu boca.
Le bese, dejando la compa caer en el suelo para poderle levantar en mis brazos, para poderle aferrar con la fuerza suficiente y así tratar de evitar que se fuera de mi.
-Me tengo que ir- Dijo separándose de mí y contra mi voluntad mis brazos se abrieron dejándole libre.
Vi como salía del apartamento y el ruido de la puerta cerrarse dejó todo en silencio, de pronto toda la ciudad se volvió ruidosa y mi corazón se rasgó en miles de pedazos.
-Te amo - dije a la nada las palabras que nunca me atrevería a decirle a él.
Regresé a mi cuarto tirándome a la cama con la esperanza de que su olor siguiera en las sabanas, mis manos pasaron por debajo de una almohada y sentí algo picar mi dedo, retire la almohada con extrañeza y frente a mi había una hoja doblada a la mitad, con la inconfundible letra de Naruto plasmada en ella, solo tres palabras adornaban la hoja, y las tres hacían latir con locura mi corazón.
Teme
Te Amo...