Fue en una noche como cualquiera, cuando fuera de mi hogar nos pusimos a hablar sobre la situación que nos acaecia, llevabamos ya alrededor de cinco años siendo amigos, dos años desde que me declare a él, y aun así seguíamos siendo 'amigos'.
Sabia que no me quería de ese modo.
Luego de mucho hablar, empezamos con confesiones sinceras, casi sin importar que fueran pensamientos profundos, que no seria nadie capaz de decirlo por no hacer sentir mal al otro, era confianza.
-a veces me pregunto si no estarias mejor sin haberme conocido-dice, serio como siempre.
-no... siempre serás alguien especial para mi, estoy feliz de habernos conocido, a pesar de que me haz hecho sufrir-sonrió, con aquella sonrisa brillante que me caracteriza-, me haz hecho tambien feliz... me gusta haberte conocido.
Sabia de su inseguridad, sabía de aquellos miedos... porque yo igual los sentia, yo no queria que él se sintiera mal, porque yo lo quiero ver feliz, aún si no es conmigo, quiero verlo sonreír, y que aquella sonrisa, tan escasa, no se quede en el olvido.
-Como me gustaría quererte...-sueltan aquellos suaves labios, me siento miserable por un momento, mis ojos arden por el sentimiento de resignacion y mis labios se aprietan en vano intento por detener el torrentes de sentimientos amargos que me llenan.
Siempre he agradecido desde lo hondo de mi corazón la sinceridad, es algo que duele, pero agradezco. Lo único que pido, sinceridad... y afecto. En un mundo donde las máscaras son el pan de cada día, agradezco que alguien sea capaz de dar la cara y decir la verdad.
Mi rostro esta escondido en las sombras de los arboles, suelto un suspiro que rompe el silencio, aquel suspiro que trata de dejar escapar en silencio aquella frustración, lo peor es que no le puedo odiar, no, claro que no, él no tiene la culpa, lo sé... soy yo el único culpable por dejar ir mis sentimientos tan lejos. Siento la respiración escapar.
'que duro es el rechazo.'
Me doy la vuelta, al saber que mis ojos no pueden retener la tristeza, las salinas lágrimas escapan poco a poco, y mi pecho se agita por el brusco cambio al llorar, jadeo bajo y trato de controlar en vano la agitación. Siento como busca mi mirada, mi rostro, escucho como pregunta: '¿qué te pasa?, ¿porque te escondes?'
Siento un poco de amargura al pensar como puede esperar que este bien si me acaba de decir eso. Pero es inútil, su sola gentileza me abruma, y cuando al fin nota que lloro, solo bajo mi rostro, y él extiende sus brazos, abrazándose y ofreciendo su hombro para desahogarme. Una mano en mi espalda, la otra acaricia un poco mis cabellos. '¿como puedo enojarme, molestarme con él, si es tan gentil conmigo?'
Solo fue un momento de sinceridad.
Finalmente, nos apartamos de a poco, yo bajando mis manos en una caricia camuflada, en un cansancio y resignación que duelen, antes de apartarme suavemente de sus brazos, suelto:
-a mi también me gustaría que me quisieras...
Solo ríe suave, nos miramos con una sonrisa en la cara, es un poco irónica la situación. De momento me mira fijamente, siento la vergüenza por aquella intensa mirada, siento que el ambiente, a pesar de lo sucedido, no cambia en calidez ni en confianza.
-¿que sucede?-pregunto nervioso.
-a veces me dan unas ganas de besarte-dice, sonriendo, con suavidad y una picardía que nadie que le conociera diría que existía.
Me sonrojo, y escondo mi rostro, nuevamente soy víctima de sus burlas, aunque sé que lo que dijo va en serio.
El cielo ya esta oscuro, y es hora de despedirnos, nos vamos con una promesa de vernos al día siguiente. Cuando entro en la oscuridad de mi cuarto, arropado por las mantas, suelto unos sollozos que me oblige a parar antes, la debilidad y la agonia del amor no correspondido me hacen llorar más que antes, 'como me gustaria quererte', 'a veces me dan unas ganas de besarte', son solo cosas que no pasaran, no si ya esta enamorado, como sé que lo esta, no si él no me ve como un mero amigo, quizás menos, como sé que lo hace.
'no basta con querer, no vasta con las ganas...', pienso amargamente, 'porque yo si te amo, yo si quiero besarte... pero no basta con querer, y aun así... yo quiero que puedas...'
Finalmente, con ese pensamiento en mente...
'... Midorimacchi.'
Al fin me dormí.