Narcisa se encontraba nostálgica, hacia un año exacto en que había encontrado a su hijo Draco en su cama inconsciente, después de haber hablado con el medimago y luego que los amigos del rubio entraran al despacho diciéndole que querían saber cuándo iba a despertar Draco.
Por un momento se había olvidado de decirles a los amigos de su hijo que Draco ya había despertado, por lo que procedió a informarles, aunque no sabía porque sentía esa opresión en el pecho. Decidió no hacerle caso y seguir hablando con todos sobre la mejor forma de decirle al rubio todo lo que había pasado, pero cada vez se sentía más angustiada por lo que finalmente decidió darle un vistazo a su hijo, caminando presurosa hacia la habitación del rubio entró y lo vió dormido, pero algo no cuadraba en todo eso. Narcisa no recordaba haber dejado un vaso con restos de poción en la mesa de noche.
Con pasos lentos, y hasta cierto punto temblorosos se acercó, viendo la respiración acompasada de su hijo, soltó un suspiro de alivio y decidiendo qué era una olvidadiza por haber dejado el vaso con la poción decidió llevárselo, al levantarlo vió que el contenido no era parecido a ninguna de las pociones que su hijo estaba tomando.
Llamo inmediatamente a un elfo doméstico para que llamara al medimago mientras decidió que lo mejor era despertar a Draco, así que empezó a removerlo.
-Draco, hijo. Despierta, tus amigos están aquí para ver cómo sigues.- al no recibir respuesta no quiso alarmarse por lo que pensando que su hijo se encontraba muy cansado siguió insistiendo, aún así no obtuvo ninguna respuesta del rubio y con horror vió que su respiración se hacía cada vez más lenta, empezó a llamar a gritos al elfo para preguntar por el medimago.
Mientras tanto los amigos del rubio sólo veían estupefactos todo lo que ocurría sin ser capaces de reaccionar, hasta que la entrada abrupta del medimago Johnson los sacó de su estupor.
Todo sucedió como en cámara lenta el medimago se aproximó a la cama de su paciente cuando el rubio dió un último suspiro y luego sólo se veía su pecho inmóvil.
Narcisa, Hermione, Ron y Caleb sólo podían llorar sin saber que hacer, mientras veían como el profesional realizaba una serie de encantamientos sobre su paciente, el cual al parecer no respondía a nada lo único que escucharon al final fue que el rubio estaba muriendo y necesitaban trasladarlo a San Mungo antes de ver que el medimago sacaba un traslador y lo activaba.
Como saliendo de un mal sueño corrieron hacia la chimenea para trasladarse vía Red Floo al hospital mágico.
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Harry despertó de una nueva pesadilla, era lo mismo siempre que se acercaba una fecha importante su subconsciente le jugaba malas pasadas haciéndole recordar lo que había perdido por idiota. Tirándole a la cara todos sus errores y él no podía hacer más que llorar y arrepentirse nuevamente, había intentado ahogar sus penas en alcohol pero no había servido de nada, al contrario, estando borracho parecía recordarlo más, por lo que optó por dejarlo.
Habían pasado dos años en los que busco a su Dragón por todos los lugares que pudo imaginarse tanto mágicos como muggles pero fue prácticamente imposible encontrarlo, es como si los Malfoy hubieran desaparecido del mapa. Fue con Ron y Hermione, pero por más que rogó y suplico la respuesta siempre fue la misma y aunque le avergonzaba admitirlo, les realizó una ligera legeremancia en la cual descubrió que en efecto sus antiguos amigos también estaban muy preocupados por el paradero de los rubios.
Sinceramente no sabía cómo seguir adelante. Sólo quería saber si Draco estaba bien porque poco tiempo después de que la noticia de la desaparición de los Malfoy fue publicada, también publicaron la pérdida de su hijo debido al atentado que sufrió su rubio amor a manos de una persona resentida.
Cuando se enteró de ese acontecimiento quería morir, pero el sólo pensamiento de volver a encontrar al heredero Malfoy, y quizás volver a conquistarle hizo que pudiera apartar ese pensamiento de su cabeza, aunque después de tanto tiempo realmente empezaba a plantearse nuevamente esa posibilidad.
Sabía que él había tenido gran culpa de todo el dolor por el que estaba pasando, y llegó a la conclusión de que era necesario para poder purgar sus errores. Sólo esperaba que cuando lograra encontrar de nuevo al rubio pudiera al fin conseguir su perdón.
Salió de sus cavilaciones cuando escuchó la puerta de su apartamento abrirse, después de todo lo sucedido, de todas las noticias que publicara El Profeta, decidió vender la casa en donde vivía, pues todo le recordaba a Draco, no podía estar en la habitación principal sin pasarse horas llorando. Razón por la cual, y decidiendo qué no era sano para él, decidió venderlo y comprarse un apartamento en la ciudad para evitar sentirse tan sólo.
Compro un departamento bastante grande, y decidiendo qué era demasiado para él, decidió alquilar una de las habitaciones, aunque al final alquiló las 3 restantes. Casi nunca hablaba con sus inquilinos, aunque el hecho de escuchar los ruidos de la casa lo hacían sentir menos sólo. Todavía recordaba cuando uno de ellos se le estuvo insinuando, lo peor era que por lo regular sus inquilinos eran rubios o tenían los ojos grises. No podía evitarlo, pero ese especialmente, Dorian si no mal recordaba, era rubio de ojos grises, aunque ni de cerca se parecía a Su rubio. Pero cuando Dorian empezó a rondarlo, en lugar de sentirse halagado, se sintió terriblemente triste porque aunque eran tan diametralmente distintos no podía evitar añorar a otro rubio de ojos grises.
Su relación con Blaise y Parkinson había terminado, aunque Blaise intentó recuperar en algo, después de todo ese desastre, un dia que fue a visitarlos para tratar de averiguar si sabían algo sobre el paradero de los Malfoy, los escuchó discutiendo en la cocina del apartamento del moreno.
Flashback
-Pansy no puedo creer que me hayas hecho ayudarte con toda esta locura, si se notaba a leguas que Harry amaba a Draco.
-Eso no es cierto Blaise y lo sabes- pero el moreno la interrumpió.
-Lo que no es cierto es que tu estés enamorada de Harry.- Harry se sorprendió al escuchar esa declaración.
-¡Esta bien! Lo admito, yo quería a Potter porque siendo la esposa del salvador del mundo mágico tendría mucha fama, poder y riquezas, además que estaba cansada de que Draco siempre se quedará con lo mejor. ¡Yo también tengo derecho a tener algo así de valioso!
-¡Pero no a costa de la felicidad de tu amigo! Realmente te desconozco ahora Parkinson, creí que eras mi amiga y la de Draco, pero veo que lo único que te importa eres tú misma.
-No le digas nada de esto a Harry.
-No te preocupes, no lo haré, pero no creas que es por tí, sino más bien es para evitar causarle más dolores a Harry.-
El pelinegro no podía creer que toda su desgracia se debía a la ambición de la persona que una vez considero su amiga, en verdad le dolía demasiado, pero tampoco podía evitar el pensar que si el hubiera estado totalmente seguro de su amor por Draco esto no estaría pasando. Se preguntó una vez mas en donde estaría su rubio amor, si estaría bien después de todo.
Se alejó del lugar pensando en que después se encargaría de hacerles saber a sus "amigos" que sabia sobre los planes que tenían para con él, y aunque Blaise había ayudado sin realmente tener malicia, lo importante era el resultado. Y éste había sido romper todos sus sueños e ilusiones, eso no lo perdonaría tan fácilmente.
End Flashback
Después de todo eso los encaró, fue una de las peores discusiones, Parkinson le dijo de todo, pero lo que mas le dolió fue lo último "me alegro que Draco se fuera y te dejara solo, no te mereces ser feliz después de haber dudado de tu amor por él, al menos yo lo hice luchando por un sueño, en cambio tu lo abandonaste por ser un inmaduro que no sabe ni lo que quiere."
Con eso último se fue dejándolo solo y cada vez mas hundido en el dolor porque sabia que esas palabras no eran mas que la pura verdad.