Despertó sintiéndose desorientada y aturdida, aún no podía creer el sueño que tuvo, en realidad más bien era una pesadilla. Pero lo bueno es que pudo despertar.
Empezó a ver lo que había alrededor pero no reconocía nada ¿en donde estaba? ¿Por que ese olor tan penetrante como si hubiera alrededor de cientos de pociones allí? Era casi como si estuviera en....
No, no podía ser, si ella estaba en San Mungo entonces quería decir que era cierto todo lo que le habían dicho. Su hijo, Draco, había sido internado en el hospital mágico, alguien lo había atacado con una arma muggle. Y luego estaba la última noticia que le dio el medimago.
Se le hacía difícil de asimilar todo eso, ¿cuanto tiempo había pasado? En realidad no estaba segura, con cuidado empezó a moverse cuando sintió que alguien se acercaba a ayudarla.
-¿Como te sientes Narcisa? ¿Que fue lo que pasó? El medimago Smith no quiso decirnos nada, únicamente que tu eras la que decidía que y cuanta información iban a darnos.- Hermione se escuchaba preocupada.
-La verdad es que no se realmente. Es algo increíble y me gustaría consultarlo con nuestro medimago personal, lo mejor sería llevarlo a la mansión para que allá lo atiendan.
-Te entiendo Narcisa, pero según los medimagos ahora no puede moverse debido a la inestabilidad mágica que tiene. Y me puedes decir ¿qué fue eso tan impactante que te dijeron?
-Es que aún no me lo creo, ellos.... Ellos dicen que Draco está esperando un bebé- contestó Narcisa muy indecisa.
Hermione simplemente no podía creerlo. Pensaba que eso no era posible, es cierto es el mundo mágico, pero aún así eso era imposible, pero Narcisa la saco de su pequeño estado de shock.
-En verdad yo creí que eso era sólo un mito, pues no se tiene registros fidedignos sobre embarazos masculinos, pero según cuentan se dio durante el tiempo de la caza de brujas, cuando la comunidad femenina se vio seriamente mermada. Aunque no se mucho al respecto, será mejor que llame al medimago de la familia el tal vez sepa algo.
Con esa resolución en mente Narcisa se contacto con su medimago personal, un anciano mayor el cual provenía de una larga familia de medimagos, pero éste le indicó que tendría que esperar un poco pues se encontraba visitando a su hija en Irlanda.
Los días pasaban lentamente y no lograban estabilizar el núcleo mágico de Draco y a su madre no le gustaba la forma en que lo trataban, pues más bien parecía que querían experimentar con el en lugar de sanarlo. Después de una angustiante semana por fin hizo acto de presencia el medimago Thompson a quien Narcisa se encargó de ponerlo al tanto de la situación, decir que el medimago estaba impactado sería poco, pero solicitó un traslado inmediato a su clínica, aunque no fue tan fácil pues en San Mungo no quería perder la oportunidad quizá única de estudiar un gestante masculino.
Después de tanto luchar lograron trasladar a Draco a la clínica del medimago Prewett para hacerle los estudios correspondientes.
-Como ustedes habrán escuchado durante la caza de brujas hace más de 500 años las mujeres empezaron a disminuir en la comunidad mágica la magia hizo milagros y un mago muy poderoso en esa época creó un hechizo que aunado a una poción, nunca supieron cual, logró hacer viable un útero en el cuerpo de un hombre, dicha cualidad fue heredada a muy pocos y solamente se daba si ambos magos eran muy poderosos.
-Entiendo todo eso, pero entonces ¿que vamos a hacer con mi hijo?
- Después de haberlo examinado y en vista del gran desequilibrio mágico que tiene deduzco que es debido al feto, el cual al parecer no sobrevivió al ataque que le efectuaron al joven Malfoy. Me temo que tendremos que evacuarlo de su cuerpo si queremos que el joven viva.
Narcisa no podía creerlo, después de todo lo que su hijo había pasado, pero tenía que ser fuerte y ya nada se podía hacer por ese pequeño ser que nunca conocieron así que dio su consentimiento para que mediante una cirugía del tipo muggle, como le explicó el medimago, extrajeran al pequeño ser del cuerpo de Draco.
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Draco no sabía cuánto tiempo había pasado, pero se sentía como si fuera una eternidad. Realmente no recordaba mucho sólo que lo habían atacado, luego mucho dolor y finalmente la oscuridad. Durante ese tiempo estuvo recordando muchas cosas, principalmente todos los momentos felices que había pasado al lado de Harry.
Había momentos en los que podía escuchar a los demás, pero no podía moverse y tampoco hablar para decirles como se sentía. Después de quien sabe cuanto tiempo escucho que le decía a su madre que había sucedido algo extraordinario, estaba embarazado, realmente no podía creerlo. Al fin después de todo tendría una razón por la cual luchar.
En ese momento ni se cuestionó como era eso posible, simplemente estaba demasiado feliz como para pensar en nimiedades como esas. Así fue como empezó a recordar la primera y única vez que estuvo con Harry después de que se habían comprometido.
Miraba todo lo que había pasado como si fuera una película muggle como le había explicado Harry alguna vez.
En la habitación de un lujoso hotel después de que Draco le había propuesto matrimonio a Harry y éste aceptara, se encontraban los dos bastante nerviosos, pero a la vez emocionados y Draco sentía que no podía esperar mas, sabia que tenia que llegar virgen al matrimonio, pero estaba con Harry y con él era con quien iba a casarse, así que no dudo mas y decidió entregarse a él. Poco a poco, con extrema timidez e inseguridad, pues ninguno de los dos había hecho nunca algo parecido, los besos fueron subiendo de tono, la ropa empezaba a estar de más, por lo tanto la hicieron desaparecer.
Harry iba besando cada pedazo de piel que iba descubriendo de su rubio amor, poco a poco fue haciendo un camino de besos que lo llevó hasta el cinturón, el cual con algo de torpeza logro desabrochar, con manos inexpertas, pero no por eso menos entusiastas, tomo el miembro erecto de Draco e inicio caricias de arriba hacia abajo, haciendo gemir al rubio. Draco no quería quedarse atrás por lo que sus manos empezaron a vagar por todo el cuerpo del moreno hasta despojarlo totalmente de sus ropas, acción que el ojiverde imitó, y poco a poco, casi sin darse cuenta, Draco fue recostado en la cama y Harry se situó entre sus piernas, con un poco de lubricante, el moreno empezó a preparar al de ojos plata, primero con un dedo, luego con dos, el rubio aunque sentía un poco de molestia, era mayor la pasión y el amor que sentía por el héroe que se dejó llevar, cuando por fin estuvo preparado, Harry lo penetró de una sola estocada arrancándole un grito de dolor a Draco que fue acallado por las caricias y palabras de amor y consuelo del moreno.
Iniciaron un vaivén que poco a poco los llevo a la locura, finalmente Harry se derramo dentro de Draco mientras que éste lo hizo entre ambos cuerpos, felices y saciados se quedaron dormidos uno en brazos de otro.
Abruptamente la escena cambiaba a una en donde Harry le decía a Draco que no lo quería, que solo había sido una distracción y que en realidad lo seguía odiando. Draco se removía incomodo, tratando de alejarse de esa escena, cuando por fin logro abrir sus ojos, sentía un vacío en el corazón y lo único que podía hacer era gritar y llorar desconsoladamente, de lo último que recordaba era haber escuchado a su madre hablando con el medimago sobre la necesidad de sacar a su bebé de su cuerpo, pero no sabia si era parte de la pesadilla o no.
No podía dejar de gritar cuando la puerta fue abierta y una ojerosa y desaliñada Narcisa entró corriendo.
-Draco, hijo, al fin has despertado.