Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Origami por Mimi_nuna

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Gracias a quienes se mantengan allí.

Estaba llegando tarde a la invitación de Ki Bum, dormí tan profundamente después de una ducha ligera en teoría para despabilarme que cuando ingresé entrada la noche pocas personas circulaban y conforme pasaban los minutos al ver otros yéndose supuse que no me quedaría mucho tiempo tampoco aunque me entretuviese fácilmente en el lugar esta noche en particular quien me invitó estaba lo suficientemente ocupado con alguien que parecía muy interesado en retenerlo sobre sus piernas y apenas me dio un gesto como saludo.

Me mantuve alejado de Minho en plena partida de billar, probablemente en un rato sería quien tomase el sitio del contrincante, debía precalentar bastante para vencerme porque hasta este día jamás lo consiguió y era una deuda molesta y pendiente para su amor propio. Palmeé su trasero a la pasada arrancándole maldiciones y amenazas incluso cuando la bola ingresó al lugar correcto y se mantuvo híper concentrando a tal punto que supuse colapsaría por la tensión con la que realizaba cada movimiento.

-quédate aquí, me das suerte- sentenció acercándome con una palmada idéntica a la que le di como saludo y me quedé a su par permitiéndole dar sorbos de mi bebida sin quitarle los ojos de encima como si todavía intentase adivinar como era aquel tipo tan atractivo que tomaba mi pedido; aunque ya lo conociese lo suficiente continuaba haciéndolo, contemplándolo como se mira el océano buscando todo y nada, atento a las parciales reacciones en la superficie sabiendo que hay un mundo de secretos en las profundidades oculto por la aparente calma, pero mi charquito de agua particular de algún modo me permitía tener acceso a sus tesoros ocultos solo para que mi adoración tuviese asidero.

Poco a poco fuimos menos, entrada la madrugada dos pares. Uno jugando ciertamente y el otro encimándose sin reparos en vez de llevar una partida. Llevaban más de media hora sin embocar una pero hablaban de saber meterla. Su charla era intrigantemente maliintensionada e imposible de ignorar.

-No sabía que Ki Bum disfrutase de algo como esto- preferí hablar pues nuestro silencio solo alentaba al par amoroso de la izquierda poniéndome de mal humor.

-claro que no, el que tiene encima es su única motivación, en teoría esta noche le enseñaría a jugar y ya sabemos cómo va a terminar el jueguito- por un rato me mantuve siguiendo los movimientos del par mientras Minho me anoticiaba de los pormenores haciéndome pensar en cuan cretino era Ki Bum seduciendo clientes después de todo lo ocurrido.

-comparten algunas clases y visita el local constantemente, es más joven que él y hasta donde entiendo si aún no se han revolcado en algún lado de esta noche no pasan-

Ciertamente Tae Min tal y cual lo presentó en los únicos minutos en que se percató de mi presencia estaba muy encendido, al parecer el alcohol le hacía efecto hormonalmente porque todo acercamiento a quien me invitó acababa en roces y cuchicheos. La maldita partida de billar en la que tratamos de enfrascarnos se iba por el caño a medida que el tono de las risitas se equiparaba el de los besos como sopapa que no dejaban de sonar a unos metros.

-¿y seremos cómplices de esto?-

-soy responsable del lugar y mi casa está en el fondo, no puedo irme-

-si siguen así tendremos un show erótico…alégrate, no deberás ver porno en la computadora como siempre-

-te puedo asegurar que no me calentarían ni pagándome...pon tu puta atención en la bola Jin Ki- tal vez la partida debía acabar ahora, lo sugerí un poco incómodo

-vámonos, démosle intimidad- su mirada me fundió -bueno déjales tu habitación ya que no podemos irnos-

-¿qué mierda estás pensando?, ¡siquiera yo uso la cama para eso!, ¿por qué se la daría a otros?....ya que son tan desprejuiciados y les importamos una mierda que lo hagan en el baño-

-espera que se den cuenta de que pueden hacerlo en la mesa- rió porque era siempre lo primero que se me ocurría con aquella superficie endemoniada.

-La mesa es nuestra- sentenció y fue mi turno de reír –Bueno, podría haberlo sido, y si no la usé yo no la estrenará él- Ki Bum sonó tremendamente sensual erizándome los vellos y horrorizándome por mi propia reacción, me fue imposible contener la indignación

-¡BUSQUENSE UNA HABITACIÓN HAY GENTE AQUÍ!- todos se sobresaltaron mientras golpeaba mi taco contra el piso. ¿Acaso era tan difícil buscar privacidad? -por mucho menos me hiciste un escándalo en el pasado Kim Ki Bum, no están solos maldita sea respeten eso- Las carcajadas de Minho siempre me eran adorables pero en este momento me indignaron particularmente mientras el calenturiento par se ponía en orden.

-pueden hacerlo en el baño...en el automóvil de tu padre, el fondo apenas está iluminado; háganlo en el corredor, está oscuro y es amplio...¡hay todo un mundo de posibilidades usen la imaginación y no lo hagan donde podamos verlos!- Ki Bum comenzó a sonreír mientras enumeraba sitios, un momento después también lo hizo Taemin. El responsable mayor pareció considerar mi insólito listado,

-¿Probaste alguno de esos sitios?- Indagó -porque no me expondré por tu gusto y mucho menos por tu mojigatería- Mi compañero de juego no parecía interesado en interferir en la charla intentando medir su próximo tiro mientras Ki informaba a su futuro amante haciéndolo asentir -esos dos salieron un tiempo, es probable que lo hayan hecho en el baño de la cafetería…aunque supongo que probaron otras cosas también....pero claro, ahora son como hermanos y estas cosas deben abochornarlos demasiado- comento risueño –Tu ex gana Minho, escogeré otro sitio y si no me ves el lunes pregúntale donde puedo estar ya que sabe de más adónde va la gente a pasarla bien-

El silencio reinó un par de minutos, fue muy incómodo, me culpé por haber abierto la boca ya que sabía de sobra que ninguno de los dos éramos particularmente calladitos y siempre teníamos asuntos pendientes por alguna razón, Minho estaba acostumbrado y parecía importarle muy poco, tras pocos segundos de soledad ofreció retomemos la partida aunque mi interés se hubiese esfumado.

-tienes muchas ideas en mente siempre...no sé si es imaginación o realmente eres un pervertido- ¿por qué tenía la cara tan larga?, Ki Bum quería salir de aquí cuanto antes y estaba trabajando a aquel chico hacía bastantes días -debe estar agradeciéndote con todo el corazón que lo hayas botado para el siguiente paso- mi tiro rebotó sin control y sin resultados arrancándole un sonido de emoción –parece que será el día en que te gane y todo gracias a Ki, le compraré algo- anunció buscando la tiza antes de realizar el siguiente tiro. Honestamente estaba cansado y de muy mal humor, anuncié  que lo ayudaría a reunir las cosas en las mesas y me iría haciéndolo poner mala cara también.

-¿por qué pago yo los platos rotos?, ¿por qué permites que te joda gente con vida sexual y lengua larga?, ¡de una vez madura Jin Ki!- aún más malhumorado tomé aire como si hubiese sido regañado por mi padre -¿sabes qué?, yo también estoy molesto de que restriegue su vida sexual en mi cara...vamos, dime ya donde crees que estén así les corto el polvo y volvemos a lo nuestro- arrojándome la tiza a las manos me arrancó una sonrisa que se volvió carcajada al verlo dar pasos largos hacía la salida. ¿Porque diablos creía que yo podría saber dónde estaban?, ¿y cómo en la vida Ki perdonaría que los interrumpiesen con las evidentes ganas que cargaba esta noche? –¡no te compadezcas de él, si se mete contigo me arruina la noche a mi entonces debo ir a ponerlo en su lugar porque soy tu ex maldita sea!-  Haciendo la fuerza contraria con una sonrisa para nada amenazante y menos decidida que nunca forcejeamos hasta retomar puestos

-deja de ser imbécil y sigamos- concluí tomando mi taco para entizarlo –vamos Minho, todavía tengo que romperte el culo-

-promesas, todo lo tuyo son promesas-

Un juego como los de siempre, quejas, amenazas, maldiciones, risas, muecas. Amaba a aquel imbécil que según Ki era mi hermano y mi ex, el que siempre perdía estrepitosamente y no se reponía fácilmente, uno que recomponía su ego ordenando las bolas en silencio dándome la espalda como si no pudiese soportar mi expresión complacida; la misma con la que disfrutaba verlo hasta que giraba y aseguraba la próxima la suerte estaría de su lado. Pero la suerte solía estar del mío desde que lo conocí.

Las botellas en orden, las mesas vacías, Minho lanzó una exagerada carcajada al aire llamándome la atención.

-Ki Bum es tu fan- comentó metiéndole dedos a su celular con velocidad. Segundos después continúo riendo atrayéndome con curiosidad justo en el instante en que subía el volumen para que oyésemos una nota de audio lo suficientemente desubicada dirigida a mi claramente. Al parecer en vertical las cosas entraban muy bien. Debía ser la gravedad.

Quería reír tal como quien no dejaba de escribir como si interrumpir la intimidad de alguien fuese divertido –no estaría escribiendo si estuviese ocupado- se justificó –debe estar reponiéndose para repetirlo…¿adónde mierda lo habrán hecho?, se lo preguntaré- la bajé la mano de un golpe, ¿cómo podía estar haciendo esas cosas? –¿no dices siempre que soy un pajero?, bueno, te lo estoy confirmando-

Parecía entusiasmado aunque hubiese dicho que mataría a aquel estúpido, un imbécil que estuvo alborotando mis pensamientos con sus desbordes de efusividad a unos metros aunque procurase ignorarlo. Probablemente había causado el mismo efecto en ambos, y ahora estábamos aquí, él buscando detalles innecesarios y yo mirando aquella puerta que nos separaba de su habitación. Solía ser difícil contener el impulso de acercarse y solíamos tener conversaciones subidas de tono bañadas en bromas que acababan frustrándome sin remedio. Minho no era el único pajero entonces, solo que solía ser menos explícito de las actividades privadas en las que él era protagonista de un arsenal de escenas en la que lo evocaba multiplicándolo hasta que mi cuerpo se aliviaba vaciándose pero mi pecho se sentía vacío, pues yo podía tener a aquel tipo conmigo, pero prefería no tenerlo por si acaso.

-Deben haber vuelto al ruedo, que malditos hijos de puta calentones- aclaró después de esperar un momento. Imbécil. Era imposible no amarlo, aunque fuese un pajero

-¿y que esperabas?, solo quería darte envidia, es Ki Bum al fin y al cabo- viéndolo regresar al orden de las bolas estirándose para recogerlas sobre el paño me tomé licencia.

Temblamos, fue evidente, mis dedos se asieron a su cadera anunciándome y su cuerpo tomó rigidez, me di valor pegándome a su trasero y por fin se incorporó permitiéndome acariciarle la cintura -¿sabes lo triste que es probar tu saliva de una botella?...¿saber que esta noche tú y yo nos tocaremos por separado?- intentó una risa que se convirtió en aspiración cuando mis dedos juguetearon en su ombligo  -me  indigna que preguntes detalles de lo que hará sin antes preguntarme porque tenía tantas ideas en mente para que desapareciese de nuestra vista-

Una oleada hormonada al volver a oír aquella voz que Jin Ki puso en mi conocimiento pocas veces, una voz íntima, casi arrulladora pero completamente dominante estaba haciendo efecto en diferentes sistemas de mi cuerpo. Estaba alerta, pequeñas y deseables palabras acariciaban mi oído a la par de unos dedos exploradores buscando la contraseña de forma táctil. Esta noche estaba siendo difícil, tener que lidiar con las actitudes de Ki Bum, con aquel despliegue cuasi erótico en mi terreno me hizo concentrar como nunca en un juego que acabé perdiendo pues mi mente no dejaba de vagar en recuerdos y pretensiones a las que suponía no tendría alcance, hasta ahora.

-¿fecha libre?- sugirió reteniéndome con su palma abierta en el pecho notando mis latidos.

Lo atrapé todavía en mi espalda, ronroneó en mis hombros besando sobre la ropa ablandándome hasta las rodillas, su respiración tibia jugueteándome en la nuca.

La tregua estaba terminada.

Sin cuidado me volteé arrastrándolo del antebrazo para tenerlo enfrente, sostuve su quijada abriéndola en el apriete. Una mirada compartida. Un acuerdo tácito. El deseo un tercer personaje repentino

-fecha libre- acordé dejando que la ansiedad se hiciera presente.

Mi bajo vientre se hizo un nudo, mi corazón bajó hasta los pies, la respiración falló pero mi boca fue certera, mi lengua invasora y el gemido mutuo. Después de una eternidad estábamos dándonos permiso.

Estaba desesperado por tocarlo y necesitaba besarlo casi al mismo nivel en que necesitaba respirar aunque estuviese captando aire a bocanadas cuando conseguía dejar de morderle la piel y los labios. Estaba caliente y supe que también lo estaba él porque en mis recuerdos Jin Ki jamás había sonado como ahora violentando el escaso juicio con el que contaba a estas alturas del día mientras trepaba aferrándose a mi cadera a medida que mis manos masajeaban su trasero pegándonos.

Deseaba que las palabras sobrasen tanto como la ropa que estábamos quitándonos sin miramientos en medio del salón, con todas las luces encendidas, casi en público aunque estuviésemos solos.

-hagámoslo aquí de una vez- ordené echándolo sobre la mesa para desabrocharle los pantalones aunque estuviese jalándoselos sin abrirlos siquiera.

-¿vamos a estrenarla?- se burló sonriendo mientras lo lengüeteaba como nunca antes, sus dedos enterrándose en mi cabello a la par de labios y dientes que enterraba en su pecho probando y generando reacciones, sus quejas fueron subiendo el volumen a medida que la exploración se profundizó en confianza, ondulándose, disfrutándolo, embocando su boca en la mía interrumpiéndome para acercarme como si pudiésemos fundirnos y tal vez lo hiciésemos, pues las piernas metiéndose en areas libres aceleraban la necesidad de liberar zonas repentinamente molestas por la presión de la ropa.

Sus manos exploradoras cosquillearon entre los dos antes de mordisquearme la barbilla ordenando me sacase de una vez aquella mierda, pero no podía salírmele de encima tal mi necesidad de besos -maldita sea Minho- se quejó empujándome con todo el cuerpo para quitarme de encima y luego atraerme de una vez sin dejar de forcejear con el jean. Manos rápidas, manos cálidas, manos decididas que eliminaron dos prendas a la vez exponiéndome totalmente, con sonrisa chueca se clavó en mis ojos después de pasearla por los bajos -¿quieres quitármelo?- sugirió poniéndose de pie contra mi incipiente erección rozándola y de un tirón estuvimos en igualdad de condiciones, su miembro se irguió orgulloso contra el mío y aceptamos el repentino placer hipando a la par para retomar contacto como dos piezas encajando. 

Mi pieza favorita montándose a la mesa de un salto jugueteó con mi miembro mirándome con risa, como pocas veces sabía que esperar de Jin Ki me limité a disfrutar de sus caricias deslizando mi lengua dentro de su boca entretanto para callarme las mil palabras, mil quejas y la incontrolable satisfacción de tenerlo como antes; esperar sin esperanzas tenía sus frutos.

-te extrañé tanto, te deseaba tanto, siempre- mis dientes se detuvieron en su lóbulo soltándolo a medida que el susurro calaba en mi entendimiento –todavía tengo miedo de perderte pero te necesito más que al miedo ahora-  sus dedos hallaron resguardo en mi espalda convirtiéndose en un abrazo.

-te extrañé también pero estábamos juntos, no temas perderme, aterrorízate porque no te dejaré ir-

Y ciertamente no estaba en mis planes alejarnos un ápice, la escueta conversación desapareció entre besos y caricias, guiando su cadera hacia la mía, erecciones rozándose, brazos enredándose, soltando y atrapando. Comprendió todo en una mirada, sus dedos enlazados en los míos se dejaron vencer haciendo mi voluntad, los brazos en alto, rendido sin amarras cerró los ojos respirando entrecortado mientras buscaba mi destino final. Lo ajusté a mi boca de una vez cortándole la respiración para luego retenerlo entre lamidas como si aquella maravilla fuese a escaparse, apreciándolo lentamente conforme me acostumbraba a su sabor, entendiendo cual era el ritmo y la succión correcta decodificando sus gemidos, leves, engolosinadores hasta hallar mi favorito y sentirlo reaccionar moviendo su cadera contra mi boca pidiendo un poco más haciéndome gemir con la boca llena mientras se metía hasta el fondo de mi garganta. Tragando por completo por puro placer, el suyo y el mío. Su voz y mi boca encharcada hacían efecto en mi erección, masturbarse con aquel trozo de carne en la boca podía ser adictivo, pero mi adicción no era inocente. Tampoco él lo era comprendiendo que debía contribuir una vez que mi lengua cambió de actividad reconociendo la zona que pensaba conquistar. Gimoteando a medida que la humedad y el tacto sensibilizaban, aquel tipo ardía por dentro, mis dedos quemaban apretados profundizando la incursión.

-hazlo de una vez- se quejó retorciéndose cuando dos dígitos entraron al tope mientras encogía las piernas invitándome.

Y no fui gentil ni medido, la incomodidad fue intensa y también la padeció pues estuvimos maldiciéndonos mutuamente gimoteando y limitándonos el uno al otro hasta acostumbrarnos. Mierda. No sabía que algo tan apretado doliese tanto y a la vez fuese tan agradable. La tensión y el calor de aquella cueva estaban haciéndome desear quedarme a vivir allí, en especial cuando el dueño de mi próxima morada se atrevió a moverse suavemente y un quejidito erótico elevó en tono. Estaba relamiéndome sí, tan poca actividad era tan placentera, él estuvo mordisqueándose el labio inferior resoplando cuando estuve seguro de que podía hacer un poco más y comencé a llevarlo en vaivén, imitándolo en jadeos que se me antojaron comunicación, su boca esponjosa se apretaba como sus ojos antes de soltar aire clamando por la acción.

Profundo, mis dedos clavados en sus piernas reteniéndolas, su lengua empapada recorriendo mi boca, tragándose mis gemidos como absorbía mi miembro envalentonado friccionando sin cuidado, entraba y salía generando diversos sonidos y reacciones.

Su conclusión fue explosiva y sorpresiva, desbordando por completo mientras se encogía totalmente como resguardándose de las sensaciones, los espasmos de su orgasmo como una onda expansiva vibraron fuertemente en mi carne apretada con la suya, no tuve más opción que gemir a la par con desespero notando mi próxima resolución acelerándose. Mi vientre clamó y la oleada de alivio fue tan violenta como el torrente desparramándose,

-ah Minho…que bien se siente eso- comentó volviéndome loco por callarlo pues aquel tipo de información revivía las sensaciones de él llenándome tiempo atrás, procuré vaciarme arremetiendo un par de veces sintiéndolo clavarme los dedos casi como una queja antes de rendirme por completo aspirando y echando aire a su par, normalizando respiraciones y latidos hasta separarnos del todo casi vencidos constatando la expresión ajena un instante después. Estaba seguro le escocía, me había anoticiado de aquello justamente gracias a él, y también escurría, tal como escurrí, pero no imaginé que verlo fuese tan erótico y encantador.

-¿y ahora qué?- pregunté un rato después aplastado contra suyo muertos de frío y debilitados por la actividad.

-ahora vas a tener que googlear como quitar las manchas de esta mesa de mierda, fue realmente incómoda- me sorprendió que lo pensase, y fui consciente de que probablemente sería muy evidente y estaba en problemas, aunque me indignase particularmente que pensase justamente en ello cuando acabábamos de estrenar algo más que la mesa.

-¿es lo único que vas a decir?- mi malhumor fue evidente, incluso si sonrió pasando la mano por mi espalda dándome un poco de calor.

-creo que fuimos demasiado rápido, al fin y al cabo solo pretendía un par de besos esta noche pero la verdad me calientas más de lo que me gustas- sus ojos en los míos sonrieron

–lo supuse, acabaste muy rápido, creo que cuando me miraste fijo, pero llevamos mucho tiempo haciéndonos los idiotas con este asunto y no podía continuar así- reí complacido de mi propia observación atrapándolo del mismo modo en que me sostenía. Honestamente hacía un frío terrible y necesitaba su calor.  

-Nos contuvimos suficiente antes, pero la próxima que sea en una cama, con frazadas- sugirió castañeando los dientes.

-¿y cuándo será la próxima?-

-¿cuándo se nos antoje?- indagó ajustándonos –ser tu hermano es insano, ser tu ex una burla y estar fingiendo que no me vuelvo loco por besarte es agotador...salgamos, con todos los beneficios-

-¿esa es tu confesión?-

-no es peor que la tuya- y por mi estaba bien, como teníamos todo el cuerpo ocupado enlazándonos el trato se selló enredando labios y miradas consumiendo oxigeno sin alejarnos demasiado.

Dicen que los amantes tienden a mimetizarse, y aunque probablemente estábamos tomando el color azulado del paño duro e incómodo que acabábamos de enchastrar con fluidos, me gustaba pensar que éramos un espejo mirándonos para imitar lo mejor y lo peor hasta sonreír al ver a quién teníamos enfrente sintiéndonos felices o por lo menos identificados, aunque solo hablaría por este instante, el de ahora era un reflejo encantador y plácido, el paño azul un océano de calma en el que navegamos un rato largo sin decir nada, ¿no es el silencio un idioma a veces?, ¿no se comunican los amantes sin decir una sola palabra?, entendía muchas cosas siguiendo los leves cambios de sus expresiones respondiendo a las mías mientras parecíamos adormecernos.

-¿Podemos salir de esta mesa de mierda?- Jin Ki se incorporó rompiendo el abrazo y quitándome mi charco de agua tranquila.

-Tanto jodiste y ya no te gusta- me quejé elevándome para seguirlo -creí que este sería nuestro sitio especial a partir de ahora-

-lo siento pero cualquier sitio es especial cuando lo usamos juntos- aclaró echando una mirada a la zona desierta de repente –googlealo rápido- viéndolo recoger la ropa del suelo saqué cuentas mentales hasta que el propietario llegase.

-¡Ki Bum ha mandado otra nota!- anuncié viéndolo alejarse de mi vista totalmente desnudo ingresando al pasillo. De todas formas ya no estaba interesado en oírla.

Todavía quedaba una madrugada entre frazadas y pensaba usufructuarla, hacía un frío terrible, necesitaba todo el calor que pudiese darme.

-¡No me dejes hablando solo!-

La oscuridad en el pasillo fue total pero pude ver su sonrisa cuando constató mi presencia una vez que la puerta clicó a nuestras espaldas, o tal vez solo imaginé su expresión pues conocía a aquel tonto de memoria.

-¿podemos bañarnos y luego dormir?- Indagó

-sí, claro-

De todas formas con él nunca sabía que me depararía la madrugada, el día o el destino.

Por si acaso estaría pendiente como siempre y vería adonde nos llevaba la corriente.

Minho dormía, lo hice también pero en algún momento su calor casi insoportable me arrebató del mundo de los sueños aunque pareciese continuarlo al hallarme en un sitio que conocía y a la vez parecía desconocido, recorrí el lugar con la mirada, rastros de luz fría iluminaban rincones delatando la mañana, objetos acumulados conocidos y no tanto, y un tendal de pájaros muy cerca de la cama, mis comisuras se curvaron en la observación mientras me hacía uno con la frazada, ojos vagando por el papel, desparejas y bastante pálidas a pesar del color muchas aves me ignoraban olímpicamente.

No eran las mías, lo supe casi de inmediato, eran suyas, como buscando respuestas que no podía darme lo miré dormir sin percatarse de nada.

Cuando se trataba de origami no todo era cortar, plegar y dar forma, sino que había que poner intensión, paciencia y darle corazón al papel hasta convertirlo en un ser tan animado como se pretendiese pues cualquier ser creado debía llegar bello y digno a manos ajenas como muestra de afecto o gratitud; Minho había trabajado duro, conocía su poca paciencia pero estuvo cultivándola evidentemente, incluso atravesó las aves con un hilo para que revoloteasen a gusto por el lugar adornándolo. Estaba encantado con su trabajo, tanto que no dejaba de observar el techo y al durmiente intermitentemente sintiéndome orgulloso y feliz.

-Voy a serlo también- susurré para voltearme a su lado hasta sentir su respiración llegar a mi piel. Aceptaría dobleces, pliegues y rasguños hasta convertirme en algo aceptable porque quería ser un regalo en su vida.

Sería de papel para que me moldease a su antojo.

Fin.

Notas finales:

Gracias a quienes se mantuvieron leyendo hasta hoy, muchas, muchas gracias a quienes se tomaron el tiempo y la molestia de dejarme un comentario, siempre son valioso y dan ánimos.

Ojalá les haya gustado, sé que no fue una historia particularmente interesante pero tenía ganas de escribirla.

Nos vemos.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).