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Después de ti por plumaescritora

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Notas del fanfic:

 

Este es un mpreg de uno de mis OTP, Kiyohana <3

Verano, fin de año escolar de las universidades deportivas más reconocidas de Japón, un atardecer, mucha comida y conversaciones a gritos y carcajadas. Eso era la tarde en que todos los equipos de basquetball de los clubes deportivos pertenecientes a las prestigiadas Escuelas se habían reunido con el fin de despedir una temporada más. La ultima de todos ellos, al menos, la última en la que todos estarían juntos.

-hey! Teppei!, que haces aquí cerca de la recepción? Deberías estar con los de Seirin que están compitiendo con los de Kaijoo a quien bebe más, haha parecen muy divertidos.

-he… si, gracias por invitarme Kasamatsu, es solo que espero a Hyuga

-por qué no ha venido? Se perderá de lo mejor

-bueno, no lo sé creo que tenía algo que hacer….

-bien, lo que deberías hacer es divertirte por los dos! en fin, ya habrá tiempo para platicar, regresaré con los chicos, debo cuidar que no hagan tantas estupideces…

-claro…. Hehe, en seguida voy….

Kiyoshi se había propuesto un reto personal para ese día, esa reunión, ese momento, todo, lo había planeado desde hace 3 años. Era más que un reto, si se miraba desde su perspectiva, era más bien como una odisea que jamás imagino realizar. Pero ahí estaba y tenía que hacerlo. Ya era demasiado tarde para arrepentirse, incluso si el no quisiera su cuerpo de alguna manera lo empujaría a hacer algo, era inevitable. Esa noche había planeado el todo o nada de sus continuos y largos pensamientos que tenía hacia una sola persona. Y esa noche, tendría su respuesta fuera o no favorable, terminaría con ese suplicio de saber si era correspondido o no por el dueño de sus desvelos y por qué no, hasta suspiros.

-Teppei!- saludaba Hyuga con un halo de desprecio

-Hyuga!! Qué bien, ya estás por aquí!-  

-rayos…. La fiesta apenas está empezando y ya veo a algunos ebrios hasta vomitar, creo que es la señal de que debemos irnos-

-Hyuga….- dijo Kiyoshi con cierto tono de regaño- recuerda que… bueno, eso-

-Sí, ya sé, te he soportado todo un maldito año hablando de eso, que sé que es algo que tiene que hacerse así sea lo último que hagas, al menos por fin hoy es el día …estás seguro?-

-No, Ni siquiera estoy seguro de ser yo, hahaha-

-Deja de poner esa cara de tarado y responde!-

-Lo siento Hyuga!!- hizo una pausa mientras miraba al suelo con una sonrisa que más bien irradiaba tristeza- es solo que aún no sé lo que pase si, bueno, me odia después de eso-

-No pienses en cosas que aún no han pasado de acuerdo?…. sé que te irá bien, o bueno, quizás no tanto, pero bueno, como sea aquí me tienes apoyándote, como a mi… amigo que eres y… bueno, siempre te apoyaré, y esas cosas, de acuerdo?-

-Hyuga… hahaha yo también te quiero!- El castaño puso su brazo alrededor del cuello del pelinegro aferrándose a él, abrazándolo y chocando sus cabezas

-basta ya idiota! Deja eso o..-

-PERO MIREN QUIENES LLEGARON!- el grito de Nebuya atrajo la atención de todos los presentes

La vista de Kiyoshi se clavó en los recién llegados, en especial, en la persona que estaba esperando, en cuanto lo vio, fue imposible que le despegara la mirada de encima.

-HEY! EX-KIRISAKI! Por aquí están los que les van a patear el trasero como en el último partido!- Decía divertido Nebuya mientras los chicos que apenas saludaban a sus compañeros y rivales, al menos con los que hicieron buena amistad.

-Hey Makoto!, solo faltabas tu para que tomáramos la foto de los reyes! Hahaha no saques tu lengua cuando digan “wisky” haha- Se burlaba Nebuya mientras Makoto lo veía y levantaba su dedo medio justo a la altura de su rostro, pasando de él, y acomodándose en un sillón mientras pedía un ron.

Kiyoshi no pudo evitarlo e hizo una sonrisa de resignación ante la escena.

-oye, para de mirarlo que estás siendo muy obvio Kiyoshi, debes esperar al menos un rato para habarle, digo, acaba de llegar y eso…mierda, y ese tipo de persona quieres tenerlo como pareja?, en verdad que no te entiendo- cambiaba el tema drásticamente porque en realidad que Hyuga estaba ahí para apoyar a su compañero, pero, él mismo no dejaba de preguntarse qué le veía el castaño a su ex rival de deporte.

-Nunca pensé que fuera así, tu mejor que nadie sabe lo que siento por el desde hace 3 años… es difícil, porque ni siquiera sé el por qué me gusta exactamente, pero, después de los primeros partidos me pareció tan interesante… tan…-

-SI SI!! Ya sé!!! Ya me lo has contado todo miles de veces-

-haha perdón! En serio que estoy muy nervioso-

-en fin, hazlo de una buena vez, si ocurre cualquier cosa, como que te quiera asesinar, yo estaré con los de seirin, suerte corazón de hierro- bromeaba por ultimo para irse a un rincón de la habitación, en la gran casa de campo en la que estaban celebrando los ahora ex universitarios.

-Bien, solo me acercaré y le haré conversación, si veo que todo va bien, le diré que tengo algo importante que decirle- repasaba en su mente lo que se había dicho ya mil veces antes de ese día, de esa tarde. Durante 3 años, y por fin, iba a suceder, se le declararía Hanamiya Makoto.

Makoto estaba perdido en su bebida y en la conversación que sostenía con Haizaki, ambos reían y se daban golpes, se entendían muy bien, de hecho, se podría decir que desde que se conocieron fueron algo así como hermanos, siempre hablaban de chicas, aunque Makoto era más reservado, no negaba sus gustos o incluso a veces cambiaba de conversación por temas sádicos, poco comunes y graciosos, lo que a Haizaki le parecía genial. No le aburría platicar con el ex Kirisaki.

Reunió todas sus fuerzas bajo un suspiro muy profundo y largo, y se dirigió hacia la barra donde estaba el pelinegro y el peligris con paso confiado, una vez estando frente a ambos volteó a ver de cerca a Makoto, que tenía su mirada fija en Haizaki, seguro que su conversación era de lo más bizarra para que Hanamiya le pusiera ese interés.

-Hola Haizaki, Makoto,- dijo sin titubear el castaño-

-Hey! Kiyoshi! Como sigue tu rodilla? Makoto, no vino hasta aquí a reclamarte que le has roto la otra verdad? Hahaha- bromeaba el de cabellos platinos

-Ese es un chiste muy idiota y muy antiguo, estúpido- Makoto le dio un sorbo a su bebida mientras volteaba hacia otro lado como queriendo salir de ese ambiente que acababa de formarse simplemente con la presencia del otro

-Sí, pero no me vas a negar que es un clásico! Hahaha- Haizaki reía con más fuerza a causa de las copas que tenía demás

-Hace mucho que no te veía..- habló por fin Teppei dirigiéndose al pelinegro e ignorando todo lo anterior

-Yo también te extrañé mucho!- respondía Haizaki con muecas de besos, colgándose del cuello de Kiyoshi, mientras éste lo tomaba de los brazos para zafarse de él

-Haizaki basta…creo que has bebido demasiado-decía el castaño ex seirin

-Jamás cambiarás tu estúpida actitud de cuidar de los demás? Es su puto problema, déjalo, además, estábamos en medio de una conversación-

-y, de qué hablaban?- trataba de zafarse a la fuerza del pesado chico de cabellos grisáceos-

-de todas las putas a las que nos hemos cogido, entre ellas, a tu putita Hyuga- contestaba una vez más el peligris

-pffff- Makoto escupió su bebida soltado después una carcajada- hahaha eres un desgraciado- le decía a su amigo

-oye… ése es kise? OYE KISE!!! NO TE VAYAS! TABIÉN QUIERO MOLESTARTE A TÍ!!-Haizaki por fin soltaba a Kiyoshi y se iba con dirección al rubio que estaba con todos los milagros, sin duda, Haizaki no se saldría con la suya

- por fin- pensaba Kiyoshi mientras se acercaba un poco más al asiento de Makoto

-Ti-tienes tiempo para conversar un rato?-una mala señal, había tartamudeado y con eso perdía el primer punto de seguridad para proseguir con su plan recién comenzado, daba igual, al final, era muy tarde para arrepentirse, trató de relajarse.

-Que quieres?- dijo el pelinegro secamente mientras miraba  a la nada

-quiero…. Solo quiero conversar, como te ha ido todo este tiempo? Hace 4 meses que no nos hemos visto, desde el partido de práctica en tu instituto, y de hecho, esa vez te busqué para poder conversar un rato, pero no pude encontrarte después del partido

-Como sea, que quieres?-

-Maldita sea- pensaba Teppei, se le acababan las ideas de como comenzar a ganar su confianza, pero simplemente no podía mantener un tipo de conversación como Haizaki, denigrando a todos y con palabras altisonantes, cosas triviales y tontas, también sarcásticas, ese tipo de plática en serio no le parecía nada agradable

-Bueno, Makoto, yo quiero decirte algo, es algo muy importante para mí-

-Me vas a regalar tu radiografía de tu rodilla deshecha? Sabes? Es algo que siempre he querido como trofeo- decía el pelinegro mientras volteaba a ver por completo a los ojos  del castaño-pero si ya no la tienes, puedo romperte la otra…ahora mismo- Makoto estaba adquiriendo una mirada de fastidio y con sus ojos verdes, enfocaba a Kiyoshi diciéndole que en verdad lo estaba incomodando.

-Makoto… por favor, solo, tan solo… -suspiro resignado sabiendo que el rogar no serviría, y con un suspiro, relleno sus pulmones y de aire y coraje-…hagamos una apuesta- fue lo primero que se le ocurrió, adiós al plan de paciencia y charla mientras expresaba sus sentimientos de manera sincera, esperando ingenuamente a que el otro podría acceder, el mismo plan que había ideado durante 3 años. Como se le pudo ocurrir que hablar con makoto de forma civilizada serviría?

-De acuerdo, que gano? que me dejes de dirigir la palabra por siempre? Entonces juego

-De… -Kiyoshi dudó en acceder por un momento, era alguien que cumplía a su palabra y ese término no pudo ser peor- de acuerdo, no volveré a hablarte pero, si yo gano entonces me escucharás en algo que debo decirte y que para mí, es muy importante-

-Como sea, cual es el juego? 

-es… es….-miró a su alrededor como buscando una respuesta rápida, lo que sea, aunque no tuviera sentido, y ahí estaba, justo enfrente de él la escena que necesitaba, Aomine jalando del brazo a kise mientras Haizaki tiraba con fuerza del otro brazo del rubio; Ambos gritaban cosas que ninguno de los tres entendía y hacían a kise derramar su bebida.

-Te reto… a un uno a uno-decía el castaño con alegría

-ha! Que estupidez, pero si con eso consigo que te dejes de tonterías, lo haré, vamos afuera

Makoto se levantó del asiento y Kiyoshi salió tras de él para seguirlo, cuando estaba en la salida, se topó con la mirada de Hyuga que tenía la boca abierta y pudo leer un “¿Cómo diablos lo convenciste?” en su mente, a lo que él respondió con un gesto muy parecido a “reza por que todo salga bien”

Ya afuera, había una pequeña cancha de basquetball con dos balones, comenzaron el juego y cuando pasaron los 15 minutos, el tiempo límite que se habían propuesto, ambos se detuvieron. No estaban sudados a causa del viento nocturno y Makoto sabía que tenía que cumplir su parte del trato, escuchar a Kiyoshi.

-Muy bien, fue dos a uno, ahora escupe todo la mierda que debas decir y luego, me largo

Kiyoshi suspiro una vez más, no entendía por qué diablos le costaba tanto trabajo el expresar sus sentimientos, controlarse por su amor a Makoto y aún más aguantarle a éste todas sus descortesías y groserías con él, en resumen, no sabía cómo ganárselo

-Makoto…. –Empezó - durante 3 años yo he querido acercarme a ti y nunca supe cómo hacer que tuviéramos una amistad, y aun que hubiese preferido que primero hubiéramos sido amigos, ahora que ambos tenemos planes para el futuro, y será difícil vernos seguido…prefiero ser 100 por ciento sincero y decirte que… quiero que me des la oportunidad de tener una cita contigo.

Un viento fuerte sopló en medio de ambos mientras los ojos de Makoto se abrían con sorpresa.

Makoto se quedó mirándolo fijo….-es en serio?-soltó después de un minuto entero en el que Kiyoshi empezaba a sudar frío

-sí- atinó sin decir más palabras y tragando fuerte

Makoto intento no reírse, y en serio se le estaba haciendo muy difícil, pero el momento era suficientemente surreal como para darse el privilegio de una carcajada, eso lo haría después, ahora, disfrutaría de la oportunidad de oro que tenía para burlarse como solo él sabía

En serio?- repitió el pelinegro

Sí- dijo Kiyoshi con los nervios de punta y ya sin poder creer que siguiera vivo

Makoto caminó hasta ponerse delante de él al mismo tiempo que lo tomaba del cuello de su camisa y lo jalaba hacia su rostro –por qué quieres una cita conmigo?- decía con una mirada por demás afilada mientras su agarre era tosco.

Porque me gustas- Decía mientras tomaba la mano de makoto que sostenía el cuello de su camisa- me has gustado desde hace 3 años

Makoto sonrió de lado a la vez que soltaba al castaño y se alejaba rápidamente

-sabes? Escuché que te irás a Estados Unidos por el basket, no crees que sería un problema para tu nuevo equipo si supieran que eres un marica?- Decía con una sonrisa sarcástica en sus labios

-Makoto, no me llames así, yo-

-me has visto? Soy un hombre!… entonces, te acostaste con Hyuga?!- decía divertido, las maneras para molestarlo eran infinitas

-No, Makoto…-suspiró de nuevo, pero ahora por resignación, sabía que si en ese momento las cosas estaban mal, se pondrían peor, como fue que pudo creer en una esperanza cuando se trataba de una persona opuesta a él en todos los sentidos?, no le quedó más que terminar de sacar todos sus sentimientos guardados en su sistema- Yo sólo quiero decirte que me gustas demasiado, nadie… nadie me había gustado tanto como tú, eres un chico, lo sé, por eso quise acercarme a ti como amigo, pero nada funciona cuando se trata de entenderte-

El castaño tenía la mirada clavada al suelo cuando comenzó a sentir sobre su cuerpo unas pesadas gotas de lluvia, y en un segundo, una tormenta con granizo caía sobre ellos.

Makoto se cubrió con su el gorro de su sudadera mientras que Kiyoshi lo hacía alzando el cuello de su camisa

-Debemos cubrirnos o nos enfermaremos-

-haz lo que quieras, yo me largo- decía mientras tranquilamente caminaba de regreso, pasado cerca de una jardinera. Pero el destino es raro, y justo en ese instante, un rayo cayó sobre el árbol que estaba en la jardinera al lado del pelinegro, partiéndolo en dos y haciendo a Kiyoshi reaccionar, jalando a Makoto  a un lado para no ser aplastado por el.

Kiyoshi después de presenciar la escena, con Makoto sobre él y con el corazón a mil por hora, lo ayudó a levantarse mientras le preguntaba si estaba bien, lo tomó de la mano y corrieron a un pequeño granero que estaba más cerca que la casa donde era la reunión.

Entraron y el castaño intentó prender la luz, pero el suministro se había cortado, se asomó por la ventana y tampoco pudo ver luz en la casa donde era la fiesta, la señal del móvil también se había ido. Se dio cuenta que habían unas velas en unos quinqués y con un encendedor que traía las prendió.

-Estás bien? – Preguntaba agitado Kiyoshi- Te asustaste?

-claro que me asusté imbécil! Ese rayo casi me mata!

-Pero no lo hizo, todo está bien ahora-se acercaba al pelinegro al tiempo que le tomaba la mano mientras le dedicaba una tierna sonrisa, aunque no lo admitiera, su corazón latía a mil por el susto que él también se había llevado, aun así trataba de calmar al oji verde

-suéltame- Hanamiya apartó su mano con brusquedad

-Lo siento- el castaño se alejó despacio mientras veía hacia la ventana el gran torrencial fuera

-en verdad eres marica?- preguntaba más por inercia de los nervios que aún tenía del incidente que acababan de pasar que por real curiosidad

-No lo sé, me gustas tú desde hace mucho, y bueno, acabas de decirlo, eres un hombre también, así que creo que eso me convierte en uno- miraba su encendedor mientras jugaba con él

-desde hace cuánto?- Makoto no le despegaba la mirada de encima, no podía creer la respuesta a esa pregunta que ya había sido mencionada por kiyoshi 3 veces antes, aún así quería oírla una vez más  mientras no evitaba quitar su mirada afilada sobre el castaño

-desde hace 3 años, creo que incluso más, prácticamente desde que te vi- La mirada de Teppei seguía en su encendedor, como si con él estuviese conversando, serio y sin su típica sonrisa

-con esto puedo deshacerte, no te da miedo?- ahora sus palabras eran con una sonrisa perversa

-No,… sé que puedes hacerlo, pero para mí era más importante decirte lo que siento, hagas lo que hagas en mi contra, no puedo cambiar lo que siento por ti-

-te encanta ser humillado no es así Kiyoshi? Hahaha, qué patético, mírate, me estás entregando un pilar para humillarte de por vida y no te importa, sólo te importa que yo me trague tus palabras

-si me crees o no, es tu decisión, yo estoy diciéndote la verdad-

Una idea de lo más fría pasó por la cabeza de Hanamiya, estaba aburrido, y aún algo nervioso por el rayo que casi lo mata de no haber sido por el ex seirin; el momento era perfecto, estaban solos y él quería jugar, quería probar a su presa y sus dotes de cazador, no dejaría ir esa primera oportunidad nueva que Kiyoshi le brindaba en bandeja de plata, humillar a alguien que sabía, estaba muy por encima de él en muchos aspectos.

Se paró de su lugar y caminó hasta el castaño posándose enfrente de él en cuclillas –osea que…me estás dando permiso de hacer mierda tus sentimientos?- tocó una de sus piernas para sostenerse, reacción que hizo por fin poner la mirada del castaño sobre la suya

-puedes hacerlo si quieres, ja!- sonrió con desdén y tristeza- prácticamente aceptaría cualquier cosa que venga de ti…-

-entonces mírame- dijo Hanamiya mientras el castaño obedecía y ponía una mirada franca y serena sobre las pupilas verdes- eso es, ahora dime Teppei, quieres follarme cierto? Por eso me dices todas esas estupideces de sentimientos como si fuera una puta de secundaria – ambos brazos cruzados de Hanmiya descansaban sobre las piernas del castaño sin dejar su posición de cuclillas. Teppei estaba sentado sobre un cubo de paja, mirándolo fijamente

-No es así, ya te dije que es lo que siento por ti, mi intención no es… bueno, lo que dices…- Desvió la mirada hacia el suelo

-entonces como conquistas a los hombres con los que te acuestas? O nunca te has acostado con un hombre? Eras homosexual antes de que te gustara yo cierto? Digo, siempre estabas muy cerca de Hyuga y eso…-

-Ni he conquistado a nadie ni tampoco me he acostado con hombres. Hyuga es mi mejor amigo, por eso la cercanía fuera de la cancha, y sabes? Esto solo está empeorando en verdad, por favor, sigamos en silencio mientras la tormenta pasa-

Makoto se paró de golpe- me estás diciendo que el que tiene ganas de vomitar eres tu después de que eres el que sale con tus mariconadas estúpidas de amor y demás mierda!! –Makoto, basta, perdóname, fue un error esto, y ya sabía que algo similar pasaría pero en verdad no… yo no- El castaño lo interrumpió y  puso ambas manos en su cabeza con los codos apoyados en sus rodillas, la situación se estaba tornando en verdad dolorosa para él

A Makoto le hervía la sangre, no sabía si era por que en verdad la estaba cagando en grande por no poder burlarse a su beneplácito libre albedrío del ex seirin o porque estaba echando a la basura una oportunidad de conocer alguien de una manera no enferma como acostumbraba; alguien que llegaba a proponerle cariño era lo que siempre había querido en sus silencios, pero jamás se imaginó que vendría de esa manera. No sabía qué decisión tomar, y como todo buen adulto joven eligió la peor de todas, la de los instintos.

-Párate- le dijo el pelinegro al castaño

Kiyoshi suspiro muy fuerte al momento que se incorporaba para mirar de frente al de ojos verdes

-Bésame- dijo serio y hasta un poco nervioso, sin denotarlo en su voz, pero si en sus manos, que empezaban a sudar

Kiyoshi abrió los ojos grandes para quedarse así un rato, sin duda lo había descolocado

-No oíste?- recalcó el pelinegro

-Estas seguro?- decía sin quitar su cara de sorpresa

-Hazlo o te golpeo en donde más te duele y no hablo de tu rodilla- Kiyoshi tragó saliva y se aproximó a Makoto mientras con su mano derecha tomaba su pálida y fría mejilla, mirándolo a los ojos se acercó hasta posar sus labios sobre los del ex kirisaki. Le dio un beso tímido, con los ojos cerrados se dio cuenta que se sentía en las nubes, los labios de Makoto eran suaves y poco húmedos, perfectos y sin impacientarse esperó la reacción del otro que no tardó en llegar. Hanamiya ya tenía los ojos cerrados al mismo tiempo que comenzaba a mover su boca tratando de buscar un compás junto con los labios del castaño.

Kiyoshi lo entendió y en seguida profundizó el beso a uno mojado, en donde sus lenguas comenzaban a rozarse y después de unos segundos estaban experimentando sin vergüenza el tener ambos músculos de su boca, en la ajena.

Makoto puso su mano izquierda en la cintura de Hanamiya con cuidado para acercarlo más hacia él, pero Hanamiya detuvo el beso volteando su rostro hacia otro lado.

-Qué pasa?- dijo casi en susurro el más alto

-pasa que me estoy burlando de ti y ni siquiera te das cuenta-

-te dije que no me importa lo que sea que hagas, siempre y cuando seas tú, y después de esto, me importa aún menos Makoto-

El de cabellos negros cerró los ojos por un momento y tomó a Kiyoshi por el cuello jalándolo fuertemente hacia él para comenzar de nuevo otro beso lo que no se dio cuenta el pelinegro fue que utilizó fuerza demás haciendo que el peso de Kiyoshi lo venciera al tiempo que tropezaba y ambos cayeron al suelo. Con el castaño encima del ojiverde, ahora los dos estaban sobre un montón de paja.

-Estás bien?! no te lastimé? –Kiyoshi se dio cuenta que tenía debajo de sí a un muy sensual Hanamiya, con los ojos verdosos resplandecientes por la luz de las velas en una oscuridad profunda a los alrededores, el cabello oscuro un poco húmedo y su pálida piel entornando su cuello y manos

-qué me miras? No piensas quitarte de encima?-

-perdón..- Kiyoshi estaba por levantarse pero fue jalado por el pelinegro por el cuello de su camisa para seguir en lo que se habían quedado. Continuó besando al de ojos cafés y éste ponía sus manos sobre la cintura del otro. Pudo darse cuenta que estaba muy bien marcada aunque lo estuviese sosteniendo por encima de su sudadera.

Makoto ponía con cautela sus manos sobre el pecho de Kiyoshi, lento, para después ponerlas sobre sus hombros y empujarlo hacia atrás de nuevo, terminando el beso que a esas alturas ya era muy candente.

-Aléjate, no quiero seguir-

Kiyoshi confundido, obedeció a Hanamiya para quedar de rodillas ante él mirándolo

- después de esto… tu aceptarías mi propuesta de salir contigo?

-No, no saldré contigo ni en un millón de años, pero… -el ojiverde hizo una pausa mirándo a su compañero que hasta ese momento no se había fijado en el buen cuerpo que tenía y que el mismo castaño lo ponía a su disposición con sus anteriores confesiones de amor.

-No saldré contigo, no tendré nada que ver contigo después de hoy, sólo hagamos algo divertido. Vamos a intentar experimentar con el cuerpo del otro, el primero que tenga una erección, es el marica,  el secreto queda entre tú y yo, tengo curiosidad por saber cómo es eso…además, estoy aburrido y no saldremos de esta pocilga hasta que termine la tormenta.

-No creo que debamos hacerlo sólo porque estás aburrido, no es así como quiero las cosas contigo

-Está bien- empujó con brusquedad a Kiyoshi a un lado para levantarse e irse a un lado de la ventana en la que no veía más que el cielo gris y una oscuridad inmensa en el paisaje-desaprovecha tu oportunidad real que has esperado por 3 años y sigue masturbándote mientras imaginas que estoy corriéndome encima de ti

-Makoto…-se acercó hasta donde se encontraba con el menor-en verdad no me darás una oportunidad? …Makoto, porfav-

-ha! Púdrete!- pronunció con total vacío en su respuesta, la realidad en su interior, en su alma, era otra

Kiyoshi se puso por detrás del pelinegro para comenzar a besar su cuello mientras rodeaba con sus brazos la cintura de Makoto, podía sentir su cabello sedoso y tan oscuro sobre su rostro, al tiempo que el menor volteaba para poder besarlo en los labios abrazando al castaño por el cuello.

Kiyoshi comenzó a poner sus manos debajo de la ropa del ojiverde, deslizándolas por todo su abdomen y yendo directamente hacia sus pezones, empezándolos a masajear con sus pulgares. Buscaba el cuello cálido y suave del moreno mientras este se dejaba hacer. A kiyoshi le dolía la situación, esa manera de tener intimidad con Makoto era la peor que se hubiera imaginado “es que estoy aburrido”… no dejaba de repetírselo en la mente, pero, era de la idea de que las cosas suceden por algo, y si se había presentado así, no dejaría pasar su oportunidad, que Makoto bien le había advertido que quizás era la única.

Makoto lo detuvo para tomarlo dela mano y hacer que lo siguiera a un rincón de la cabaña. Se acostó en un montón de paja y le dijo a kiyoshi que se quitara la camisa. El castaño lo miró y después obedeció, la luz de las velas contorneaban muy bien la figura y el agradable color del torso del mayor.

-Chúpamela,  verás como no siento nada mientras tu te mojas con solo verme- decía el ex kirisaki mientras con su derecha sobaba despacio su miembro

Kiyoshi se acercó a él quedando frente a la intimidad del otro, le desabrochó el pantalón y le bajó los pantalones, cerró los ojos y empezó a besar por encima de sus boxers el miembro semierecto de makoto. Chupaba y lamía por encima dejando húmeda la prenda interior de su compañero.

-ah!...o-oie…- Kiyoshi le bajó por completo la ropa dejando ver toda su intimidad, ya estaba casi erecto así que él también empezó a masturbarse por encima de su ropa con la mano libre, mientras que con su derecha sostenía el miembro de makoto al tiempo que lo devoraba con fiereza, sin siquiera pensar en soltarlo

-bas..ta! me voy a… voy a…- per-der…-Decía el pelinegro mientras trataba con su derecha alejar el rostro de Kiyoshi de su miembro ya despierto y bañado en presemen

-Ya no importa eso…- Kiyoshi se reincorporó para des hacerse de sus pantalones y su bóxer, siendo él en quedar completamente desnudo primero

-oie…imbécil… ya no quiero, aléjate o te voy a golpear en serio- makoto trataba de zafarse del agarre de Kiyoshi que lo mantenía presionado de las muñecas

-por qué? Tu lo estabas pidiendo hace un momento, y tienes razón, esta es mi única oportunidad que tendré antes de irme al extranjero y quizás después de hoy no vuelva a verte más porque no quieres darme una oportunidad contigo. Me odias, y esto es lo más cerca que estaré de ti en toda mi vida, así que, por que te arrepientes de algo que tu mismo propusiste? -El castaño empezó a besar el pecho de makoto lamiendo cada uno de sus pezones con delicadeza. Con la punta de la lengua contorneaba su aureola para después dar pequeños bezos sobre el pezón ya erecto del pelinegro-Aún así, lo daría todo por ti-

-ah!... ahh es.- aghhh!!-sssno!-los gemidos de Makoto eran cada vez más fuertes y Kiyoshi ya estaba tan duro que su erección comenzaba a doler, se apartó un poco presionando las piernas de makoto con las suyas mientras le quitaba el pantalón y la ropa interior por completo

-ahhh Makoto..- decía Teppei al mismo tiempo que acercaba su cadera por encima de la de su compañero para frotar ambos miembros con su mano, una vez que vió una buena cantidad de fluidos por la masturbación de ambos penes, se percató que se deslizaran por la entrada del ex kirisaki lo usó como lubricante para evitarle un dolor muy fuerte a éste

-ya no… ahh! Kiyo..shi… ya no!! Para..agggh n-no quiero seguir aah-

-es la primera vez que me llamas por mi nombre…eso sólo me excita más-

-No! Espera… yo- ahhhg, al-almenos.. ahh… deja que…-

-ni siquiera puedes hablar mi amor- era demasiado tarde para darle lugar a su razón, Kiyoshi estaba cegado por el momento. Se acercó a darle un beso en los labios del otro y después besó su mejilla para poder tranquilizarlo

-ahhg-med-me duele!-Kiyoshi empezaba a introducir su glande en la entrada del pelinegro suavemente, frotaba la punta de su miembro de arriba abajo, empujando de a poco hasta ver que la entrada de hanamiya se dilatara cada vez más, para eso tuvo que masturbar un poco más el miembro ajeno y al mismo tiempo besar los labios de su pareja con cariño.

-Nunca pensé que este momento fuera tan placentero- decía entre jadeos el castaño. Hanamiya se limitaba a agarrar con los puños cerrados la ropa de ambos que había quedado a un lado de él como para soportar toda la presión incómoda de su parte baja

Kiyoshi había entrado por fin en Makoto, esperó un momento a que éste se acostumbrara a la situación y de echo ambos lo hicieron, el sonrojo de Hanamiya al penetrarlo dos centímetro más le decía que estaba tocando en un lugar especial, había encontrado el punto de relajación máxima cuando el pelinegro soltó suavemente las ropas que sostenía y comenzó a respirar agitadamente

Kiyoshi no pudo ante tal imagen y se apresuró a moverse con cuidado de no lastimarlo, empezó un vaivén , marcando un compás con las caderas de Makoto, cuando vio que éste  mantenía los ojos cerrados, empezó a moverse cada vez más rápido.

-AHHH! Kiyo-shi… me voy a….- dicho esto, Teppei comenzó a masturbarlo rápidamente haciendo que Hanamiya se corriera en su abdomen. Unos segundos después, Kiyoshi se corría también dentro de Makoto, al sentirlo, el pelinegro solo pudo gemir cuando un líquido caliente le recorría por su interior, era agradable sentir el miembro grande de Tappei junto con su esencia justo en su próstata, no le incomodó.

Kiyoshi permaneció sentado de rodillas en medio de las piernas de Makoto, sin sacar aún su pene. Cuando el pelinegro empezó a alejarse despacio, entendió que debía terminar ése momento único después de controlar sus respiraciones por el orgasmo

-Te..odio…-

-Te amo- el castaño se acercó a Hanamiya rodeándolo fuertemente con sus brazos mientras le daba un beso en su espalda, muy cerca de su hombro.

-Por que…-

Kiyoshi se reincorporó sobre su codo para poder verlo sin soltar el abrazo con la otra mano

-por qué de todas las personas tuviste que ser tu el que sintiera algo por mí…-

-No lo sé, pero de todas las personas de las que me pude enamorar, me hace muy feliz que hayas sido tu, y gracias por al menos, compartir un momento de tu vida conmigo, para mí, fue lo mejor que me ha pasado hasta ahora-

Hanamiya cerraba sus ojos mientras soltaba una lágrima, para después ser vencido por el sueño de la noche y del sexo.

Al día siguiente, la incomodidad de una luz sobre sus parpados le hizo despertar y de inmediato se dio cuenta que estaba vestido y siendo observado por Hanamiya que jugaba con sus negros cabellos.

-Buenos días Makoto

-déjame..-  Makoto intentó alejarse y ponerse de pié, pero cuando lo hizo sintió un dolor fuerte en su parte trasera, haciendo que se sostuviera de una columna cercana.

-déjame ayudarte-

-NO! DÉJAME Y LÁRGATE!

Kiyoshi se apartó de él rápidamente con una cara de resignación

-PERO QUÉ CLASE DE GRITOS SON ESOS? ASÍ PASARON TODA LA PUTA NOCHE, DISCUTIENDO?

-No, el sólo…-

-Hiroshi!!, ayúdame a ir a casa quieres? No me siento bien, creo que comí algo descompuesto…- y sin entender la broma de doble sentido, el pelirrojo ayudó a su amigo que había llegad a ver si aún vivían después de la tormenta de anoche, mientras Kiyoshi se quedaba ahí sin poder hacer nada al respecto

-.-

Después de que terminara sus contratos en el extranjero durante 4 años, y con uno de los equipos más importantes de la liga de Basquetball profesional, así como la renovación de otro contrato que comenzaría en aproximadamente dos meses, Kiyoshi había regresado de América, por lo cual se había tomado unas vacaciones, esta vez en su pueblo natal, en Japón. Sus compañeros de equipo le sugirieron que hiciera ese viaje de regreso a sus recuerdos, donde pasó lo mejor de sus juegos y sus amigos, con el fin de despejar la mente. Era algo incómodo, Kiyoshi había visto cómo sus amigos de América a pesar de ser muy jóvenes ya tenían una familia, bebés y propiedades de mucho valor debido al buen pago de sus contratos, lujos, autos e incluso hasta amantes muy bellas, en fin, la vida que cualquiera quisiera, sin embargo, para él era algo secundario a pesar de ser de los mejores pagados. No encontraba una razón para tener lo mismo que sus compañeros, más bien no había con quien pudiese disfrutarlo. Las proposiciones de muchas mujeres y chicos le llovían pero el sabía que no podría construir algo serio con alguien del círculo social  del que ahora formaba parte, veía a sus conocidos como gente materialista y vacía, una característica que por su puesto no iba con su naturaleza, cosa que casi siempre lo hacía ver cabizbajo.

 

El viaje le estaba cayendo muy bien, recordaba los viejos tiempos con sus compañeros, las calles, los atardeceres, las lluvias en el magi Burger, las pláticas con sus abuelos después del té, pero sobre todo recordaba esa última noche,  a él.

Nunca pudo decirle cuanto en realidad lo amaba, que quizás esa noche fue el peor error que había cometido, pero también una de las mejores de su vida. El no había tenido amantes serios, solo de una noche y conforme pasaba el tiempo le enfurecía su actuar, porque no podía dejar de pensar que la única persona a la que realmente pudiese querer, no estaba ni cerca de volver a verlo…. Eso, sin saber que estaba equivocado.

Decidió ir a cenar en un restaurante elegante de ahí, sus abuelos ya estaban descansando después de su fiesta de bienvenida, así que salió a caminar y tomar aire para prepararse a la fiesta que sus amigos le habían organizado para el día siguiente. Estaba pensando en qué tanto sus amigos habrían cambiado, por su rutina, no le era posible mantener mucho contacto con ellos, excepto por Hyuga que se negaba siempre a decirle palabra alguna cuando el preguntaba por el Pelinegro de ojos verdes.

Se acercó a recepción donde una señorita lo atendió y de inmediato le proporcionó una mesa, el lugar era muy agradable y tranquilo, y cuando cogió la carta, algo le llamó la atención, frente a él había un niño pequeño haciendo rabietas con el que parecía era su padre, Kiyoshi al ver la escena, sonrió.

-Pero yo quiero salchichas en forma de pulpo!- decía el pequeño de cabello castaño claro y unos ojos grandes y verdes.

-aquí no hay salchichas de pulpo, cállate y siéntate para que podamos ordenar Hanayoshi!-decía el adulto que estaba sentado frente al pequeño

A Teppei se le borró de inmediato la sonrisa, creía saber de quién era esa voz

-mamá! No quiero! Mi hermano tampoco quiere verdad,  Makkei?

El otro niño que estaba en los brazos del adulto sólo se hacía bolita para luego abrazar a su “mamá”-mamá… tengo sueño- decía mientras se aferraba más a su pecho

-maldita sea con ustedes….sólo cenaremos y luego nos vamos a casa .Entendieron? –

-pero yo quiero salchichas de pulpo!-decía el mayor de los gemelos

-mamá tengo sueño!-se retorcía con incomodidad el más pequeño

-Ok, suficiente- Teppei no podía creer lo que estaba viendo, frente a él estaba Makoto Hanamiya levantando a uno de los pequeños para sentarlo en una de sus piernas, mientras en una sillita alta para niños había colocado al otro pequeño semidormido. Aun contemplando la escena, dejó caer la carta y ni siquiera escucho cuando la mesera le preguntaba si se encontraba bien, por inercia caminó hacia donde sus pies lo llevaban, frente al adulto de cabello oscuro y los dos pequeños.

-Makoto….-pronuncio con voz suave el ex seirin

Makoto volteó a ver quién lo llamaba pero su impresión fue tal que abrió los ojos como platos, mientras que Hanayoshi se quedaba viendo al adulto que acababa de llegar

-Q-que…. Que diablos haces aquí?-soltó por fin el pelinegro

-yo…vine de visita –

Un silencio se hizo presente, con la mirada se comunicaron tantas cosas en tan pocos segundos que ambos creyeron que estaban viendo una ilusión, una de esas que no sabes si quieres prolongar o cerrar los ojos y al abrirlos,  desaparecerla.

-mami…-dijo Hanayoshi casi en susurro distrayendo la atención de ambos adultos-mami, mis salchichas de pulpos…- pidió esta vez con voz tranquila

-eh?!.... ah! Si!....- alzó al pequeño en brazos y lo puso en la otra sillita cerca de su mesa al mismo tiempo que la mesera se acercaba a preguntarle que iba a ordenar

-y-yo… quiero una orden de salchichas y un vaso de leche con galletas-

-de acuerdo  y para los adultos?-

-ah no, el viene- tráiganos una botella de vino importado y langosta por favor-interrumpió Kiyoshi mientras se mantenía de pie mirando fijamente a Hanamiya

-por supuesto, en seguida- la mesera se retiró

-Son tus bebés?-decía Teppei al tiempo que se sentaba en la silla de enfrente de Makoto

-en serio Kiyoshi, que haces aquí?...sabes? ni siquiera me importa, yo me largo- iba a ponerse de pie cuando la mano de kiyoshi tomó la de él- no por favor, espera, cena conmigo- rogó de inmediato al pelinegro

A Makoto no le quedó de otra que ceder, ya habían ordenado y si su pequeño Hanayoshi se iba sin cenar iba a ser un serio dolor de cabeza.

Soltó el agarre del castaño y sacó de la sillita a Makkei que ya estaba dormido mientras que Hanayoshi tomaba el vaso de leche que la mesera acababa de dejar sobre la mesa al igual que el vino.

Mientras la mesera servía el vino, Kiyoshi miraba como Makoto sostenía entre sus brazos a uno de los niños y pudo percatarse de que en su mano derecha había algo que lo hizo congelarse, tenía un anillo en el dedo  anular

Trago saliva e hizo como si no hubiese visto ese detalle, sin embargo sintió como de la nada algo dentro de él se había desplomado.

En seguida traeremos su orden señor-decía la mesera al irse

Makoto….- llamaba con delicadeza a su acompañante

-que es lo que quieres?

-Como te ha ido en todo este tiempo?, haz estado bien? actualmente, estás bien?

-no, no lo estoy…. Pero sé que sobreviviré, así que, algo más?

Maldita sea, era igual de difícil hacer conversación con el pelinegro como hace cuatro años, pero a él no le importaba, el necesitaba tan solo palabras que le dijeran que la persona que amaba era feliz, solo eso. Para poder si es que había forma alguna de poder continuar con su vida después de él.

-tienes algún problema? Hay algo en lo que pueda ayudarte? Lo que sea, sólo dilo y veré la forma de que todo esté bien para tí

-ha! Sabes? Si me hubieras dicho eso hace cuatro años te hubiera tomado la palabra, pero ya no

- Yo… me intenté comunicar contigo varias veces, pero cuando vi que nada daba resultado, simplemente desistí, no quería ser un estorbo en tu vida, pero ahora, si hay algo en lo que pueda ayudarte, por favor dímelo, al menos como amigo

Makoto hizo una mueca como de “si, lo que digas” mientras acariciaba la cabeza del bebé entre sus brazos

Teppei suspiro, pero no podía ignorar la respuesta de Makoto, así que decidió intentar de nuevo con una pregunta tímidamente

- Te va mal en tu matrimonio?-

- No estoy casado- dijo mientras el castaño abría los ojos muy grande y luego observaba el anillo- esto?- interrumpía Makoto mientras le mostraba su anillo- esto me lo pongo para que algunos idiotas como tú, dejen de joder con invitaciones

-oh…. Ya veo- algo en el corazón de teppei descansó- tomó su copa de vino para beber un poco y calmar sus nervios.

-Entonces… los niños- trataba de sonar lo más calmado posible, pero  necesitaba respuestas, lo que sea mientras Makoto siguiera hablando sobre él mismo.

-son míos- dijo Makoto secamente- no quería tenerlos porque apenas había terminado la universidad y el maldito que me embarazó se largó muy lejos después de hacérmelo en una fiesta y creo ahora es muy rico… o al menos eso dicen en las revistas de deportes

-q-que?!..-

-así que son míos, eso y que mi madre me prohibió interrumpir el embarazo.. ha! Como si ella hubiese ido a parir! Encima eran dos!- El pelinegro empezaba a soltar su historia al mismo tiempo que tomaba su copa de vino como si un vaso de agua se tratara, todo, por la tensión del momento más que por interés de conversar con el castaño, sin duda, el momento lo estaba superando.

-Makoto… espera… qué?!-

-pero sabes? Después de todo, no está mal… he aprendido muchas cosas con ellos

-Hanamiya espera!- casi gritaba Kiyoshi mientras se levantaba de la silla- espera ,tan solo, estoy realmente confundido, yo…. Dime, de- de quien estás hablando?

Makoto miró fijamente a Kiyoshi y después de hacer un silencio pesado en el ambiente, por fin soltó con una mirada afilada y serena- “De ti” - Kiyoshi tuvo que sentarse con la boca abierta mientras se recuperaba de esa declaración.

-que…. Dijiste?

-Que tú me embarazaste de mis gemelos… que pasa? De pronto te dio amnesia? Hahaha que coincidencia, siempre imaginé este momento y resultó ser idéntico

-No Makoto, obviamente si lo recuerdo, por supuesto que me acuerdo de esa noche solo que no pensé que…-Teppei sentía que se le iba a salir el corazón, las manos le sudaban y dentro de su cuerpo había una emoción que no podía describir, era eso acaso lo que llaman felicidad?

-Bueno me largo, mis dos hijos ya están dormidos, que disfrutes tú cena cara

-Makoto no puedes irte, tenemos que hablar, no-no me puedes dejar así después de lo que acabas de decir!

-No me importas Kiyoshi Teppei…

-Pero tú a mí sí me importas, tú y mis hijos

-tus qué? Hahaha no me hagas reír!!

-acabas de decir que son míos, no es así?! -Teppei se estaba exaltando, adiós a los años de paciencia y tranquilidad con los que había vivido y tratado a todos todo este tiempo

-Algún problema señor?- decía la camarera acercándose a ellos

-No, ninguno- se disculpaba mientras que Hanamiya lo miraba con desprecio para después colocar a sus dos bebés en el cochecito para dos., percatándose que una fuerte lluvia había comenzado a caer 10 minutos antes

-maldita sea…- mencionó para sí el pelinegro- siempre pasa esto!

-Makoto, no puedes irte así, está lloviendo  y los bebés se van a enfermar

-crees que soy el mismo loco irresponsable de hace 4 años?... pfff estás idiota si crees que saldré así, aún menos con esos malditos rayos! - decía hanamiya mientras esperaba en  la recepción del restaurante a que pasara la lluvia o llegara un taxi

Fue ahí cuando Kiyoshi recordó aquel momento, cuando a Hanamiya casi le cae un rayo y así fue como comenzó aquella noche, la que ahora, le hacía ver a dos varones de 3 años dormidos y con la combinación del color de su cabello contrastando con el pálido tono de piel de Hanamiya

Sonrió para sí mientras los contemplaba para después digitar unos números en su celular-llamaré a mi chofer para que venga y te llevaré a casa, estoy seguro que esto no parará por el resto de la noche-

-No gracias, esperaré un taxi-

- no lo harás, te estás exponiendo con los niños, así que te llevaré a tu casa, vives muy lejos de aquí?

-No….- contestó secamente

-de acuerdo, esperaremos un momento

El lujoso coche negro, que hasta ese momento estaba a disposición de sus abuelos,  se estacionó frente a las puertas del restaurant, mientras el chofer se bajaba con un par de sombrillas y guardaba el cochecito de los niños, Kiyoshi ayudaba a Makoto a subir al coche junto con sus gemelos. Durante el trayecto de no más de 15 minutos, ninguno se dirigió la palabra, Makoto miraba a sus gemelos y Kiyoshi miraba a Makoto con una sonrisa tranquila. Bajaron del coche frente a un condominio muy bonito, no era demasiado lujoso, pero sí era un lugar algo ostentoso. Kiyoshi acompaño al pelinegro llevando la carreola de los niños, mientras éste buscaba la llave para poder acceder a uno de los departamentos de los últimos pisos. Entraron y a Makoto no le quedó que invitar a pasar al castaño.

-Bien, gracias por traerme ya puedes largarte- decía sin la más mínima cortesía como era su costumbre

 -Tu departamento es muy bonito, tiene una vista hermosa- intentaba hacer conversación

-ya lo sé,  ya puedes irte…-

Kiyoshi se acercó a Makoto con rapidez y lo rodeó con sus brazos. Un abrazo inesperado y cálido que el pelinegro no le dio tiempo de rechazar

-Makoto, te lo suplico, dame una oportunidad-Teppei tenía el rostro enterrado en el hombro de Makoto mientras lo sostenía con fuerza, y en poco tiempo el pelinegro pudo sentir cierta humedad a un lado de su cuello y comprendió lo que sucedía.

Trató de zafarse suavemente del castaño pero parecía imposible, pasó unos minutos repitiendo esa acción, hasta que un fuerte suspiro salió de su pecho y devolvió el abrazo, e hizo lo mismo que él, puso su rostro en el hombro ajeno

-No confío en ti… no confío en nadie-susurró con la mirada baja y sin querer apartarse del castaño

Teppei se separó tranquilamente tallándose levemente sus ojos con su izquierda y después tomó a Hanamiya de su mano, notando su tristeza, con su derecha lo tomó por su mejilla y alzó su mirada para encontrarla con la suya

-Aún no puedo creer que no te hayas dado cuenta-

Makoto lo miraba fijamente

-soy la persona que más te ama en el mundo a pesar de cualquier cosa y aun así te niegas a que pueda amarte, a que tú también me quieras y te quieras a ti mismo-

- eso…no…-

-por favor… -Kiyoshi se hincó ante el sobre una de sus piernas-sé mío para siempre

Hanamiya sentía que no podía respirar, algo muy parecido a la emoción recorría su cuerpo, o eso supuso él cuando las manos se le pusieron frías y sentía piquetes en su estómago, sin duda, era una sensación más que agradable, excitante y pacífica, también eso le provocaba una tranquilidad inmensa en su alma, aún sin poder estar seguro de si estaba interpretando correctamente sus emociones, simplemente sabía que se sentía realmente bien, se sentía en paz.

-no…no sé-

-Makoto, tenemos dos hijos, me diste la mejor bienvenida que alguien pueda pedir, me diste el mejor regalo que alguien me ha hecho… una familia.

-estás yendo muy lejos, son mis bebés, es decir, también son tuyos, pero- Teppei se puso de pie e interrumpió a Hanamiya

-siempre pensé que haría cuando mis abuelos me hicieran falta, pensé que moriría de tristeza o tal vez solo me quedaría solo de por vida, pero sabes? Ya no tengo miedo de eso, no tienes idea de cuanta dicha me has provocado hoy-

Kiyoshi abrazó de nuevo al pelinegro, sin despegarle la mirada se separó un poco de él cuando escuchó un llanto que provenía del cochecito de sus hijos

-Voy a cambiarlos y a acostarlos, esta noche ha sido muy cansada para mí… te veo mañana para hablar-

-De acuerdo, no necesitas mi ayuda? No sé nada de niños pero sé que puedo aprender rápido si me enseñas

-No, vete y mañana te daré una respuesta sobre… lo que sea que sea esto entre nosotros

-De acuerdo solo quiero que recuerdes una vez más que  te amo, y no lo dudes ni lo olvides por favor

Makoto lo acompañó hasta la puerta donde Kiyoshi tomó el elevador para dirigirse al auto que lo esperaba en la entrada del condominio y así irse por fin a casa de sus abuelos.

Sin duda, había sido una noche de muchas sensaciones para ambos, pero Kiyoshi sentía que estaba en las nubes, no podía ni pedía estar más feliz, el simplemente durmió con una sonrisa en sus labios, como hace mucho no lo hacía.

.-..-.-..-.-

La mañana llegó nublada, con una ligera llovizna, pero a Kiyoshi le parecía el día más soleado de primavera. Decidió ir a visitar al pelinegro a su casa para poder charlar como él lo había prometido, y después de conseguir su número y haberle marcado para saber si se encontraba y poder verlo, Makoto cedió sin desespero o fastidio y ahí estaba, esperando a que llegara el castaño para recibirlo.

-Buen día – saludaba al ex seirin mientras este lo recibía abriendo la puerta para dejarlo pasar, y el se adelantaba a seguir preparando el desayuno de sus bebés

-huele muy rico, es el desayuno de los niños?

-sí, algo así-

-Makoto…

-No sé cómo obtuviste mi numero celular y si acepté que vinieras fue porque dijiste que me llevarías en tu auto deportivo para dejar a mis hijos en el kínder, cosa que es buena porque ya es demasiado tarde; después iremos a un restaurante y hasta ese momento hablarás, ahora ya debemos largarnos o la maldita miss me volverá a matar mental y verbalmente por llevarlos tarde.

Makoto tomó los dos panqués que recién había horneado y un par de frutas para meterlos en dos loncheras diferentes.

-está bien- Kiyoshi ayudó a Makoto con las loncheras y su abrigo, mientras que el pelinegro llevaba a los dos gemelos en sus brazos, ambos niños miraban con curiosidad a Kiyshi, pero ninguno se atrevía a preguntar nada, solo lo veían y sonreían de vez en cuando, gesto que Kiyoshi devolvía de igual manera.

Una vez despidiéndose de los niños, Kiyoshi llevo a una cafetería al pelinegro, cuando ambos había ordenado, el castaño comenzó a hablar

-Has pensado en lo lindos que son nuestros hijos? Siento que Hanayoshi es tan parecido a ti, no le gusta mucho que su hermano me mire y me sonría, pero cuando Makkei se descuida viéndote, entonces Hanayoshi me sonríe a mí también.

-No tengo ni la más mínima puta idea como supiste el nombre de mis hijos y como supiste quien es quien, a mí me llevó cinco meses poder saber reconocerlos después de que nacieron

-en- en serio? Bueno, mis amigos de seirin me ayudaron un poco, y a ellos le ayudaron tus amigos de kirisaki

-pues son unos idiotas entrometidos que tendré que golpear cuando los vea, mientras tanto-Makoto suspiro-sobre lo de ayer…

Kiyoshi tragó fuerte

-Sí, yo… creo que, te dejaré ver a los niños, pero no quiero tus sucios millones ni nada material a cambio, también estoy de acuerdo con que vean a tus abuelos de vez en cuando y eso lo hago para que no ejerzas ninguna acción legal en mi contra e intentes quitármelos, porque de seguro con los abogados que puedes pagar, ganarías los juicios; o que solo pueda verlos dos o tres días al mes, hahahaha por qué sabes? Si eso pasa, te cortaría las bolas y luego exhibiría tu cadáver en todo Japón, hahahaha

-sabes que jamás haría algo así… me duele el que si quiera lo pienses, yo solo busco quererte Makoto, por qué piensas que es lo contrario? Te amo, pero esa parte de ti nunca la he podido entender- El castaño miraba con gesto de preocupación a su acompañante mientras le tomaba de la mano que tenía sobre la mesa-aunque, por otro lado, me hace muy feliz que quieras eso para nuestros bebés- Kiyoshi sonreía levemente, aún con dolor de las palabras anteriores dichas por el ex kirisaki

-Mientras entiendas el punto está bien, y bueno, ahora, sobre nosotros, tan solo quiero... yo, creo que no está mal que de vez en cuando convivamos un poco

-Ma…koto…me estás dando una oportunidad?

-Tal vez… no lo sé-

-Makoto!!!- Kiyoshi brincó de su asiento para darse la vuelta e ir a tomarle las manos de Makoto entre las suyas y depositar un beso en ellas- No puedo creerlo, todo esto que está pasando, te amo! Te amo demasiado! Gracias!

-Bueno pero aléjate! Si sigues así soy yo el que va a arrepentirse y te dará una orden de restricción-

-En verdad, te amo tanto- Kiyoshi reflejaba un brillo en sus pupilas único que Makoto no pasó desapercibido, su sonrisa tranquila le relajaba el pulso y sentía que por fin podía suspirar como si fuera a disolverse con el viento.

.-..-.-.-.-.-

Eran las 8 de la mañana y los rayos de sol se colaban por la blanca habitación. Un castaño tenía entre sus brazos a un pelinegro, los dos rendidos al sueño matutino, durmiendo tranquilamente, hasta que un golpeteo en la puerta de su habitación hizo despertar al mayor, reacomodándose un poco sin soltar al moreno que tenía a su lado.

-papá… puedo pasar?- decía un niño de asomándose desde la enorme puerta

Kiyosi se reincorporó de inmediato dejando con cuidado el cuerpo de su ahora esposo. Las argollas en sus dedos anulares resplandecían aún más con el color completamente blanco marfil de la habitación y las sábanas.

-Claro mi amor, que pasa?

-hoy es el primer día de clases en la escuela y mi hermano quiere saber si mamá y tú nos llevarán?-por supuesto cariño, dile a tu hermano que iremos con ustedes, ya les prepararon el desayuno?

-si, el chef nos hizo un desayuno especial por ser hoy nuestro primer día en el colegio!

-en serio y que fue?- Decía el castaño mientras el pequeño niño se subía a la enorme cama de la pareja y el lo recibía

-sandwiches de carita! Y vegetales con formas de insectos haha

-me da gusto mi amor. Kiyoshi besaba y abrazaba a Makkei haciéndole cosquillas

-Quieren callarse los dos? Makkei bájate de la cama, te he dicho que no debes hacer eso…-

-perdón mamá… ya me voy, adiós papá!

-enseguida bajamos cariño!

Una vez el niño cerró la puerta tras de sí,  el castaño se acercó a Makoto susurrándole al oído- buenos días mi amor- Makoto iba a voltearse para devolverle el saludo con un beso pero un llanto los hizo detenerse

-te toca saber por qué llora ahora

-llora porque es un bebé, tiene apenas 5 meses, además, por que sacó tu carácter

-qué dices?!-

Kiyoshi salió rápido de la cama, para ir a la habitación continua, después de unos quince minutos, regresó con un bebé en brazos y detrás de él la nana de éste.

Lo siento señor Hanamiya, creo que no quiere el biberón de nuevo, es decir, quiere que se lo de usted.

-está bien Yuki, nosotros lo atenderemos, por favor, revisa que Hanayoshi no tire sus vegetales por ahí –decía el castaño

-s-sí-

Una vez la nana fuera, Makoto se retorcía por el llanto del bebé hasta taparse los oídos y cubrirlos con sus almohadas.

-para eso se supone que tenemos tres niñeras, para que controlen a cada uno de nuestros hijos, y lo hacen mal!-

-vamos mi amor, Miyaki tiene hambre-

-ahhhg!!!!!- El pelinegro se levantó azotando su almohada contra las sábanas mientras se sacaba la camiseta y abrazaba al bebé, mientras Kiyoshi le pasaba el biberón y el pelinegro lo alimentaba.

-tan sólo tiene 5 meses y ya me tiene harto, llora mucho más que cuando los gemelos eran recién nacidos… maldición crece ya!

-Makoto, no pidas eso, se volverá igual que tú y entonces no podré contra ustedes dos, terminarán matándome o algo!

-haha, esa idea no me desagrada

Kiyoshi miraba la escena frente a él, Makoto dándole el biberón a su bebé de 5 meses, y el anillo en su dedo anular con las iniciales de ambos, sin olvidarse que seguramente sus gemelos estarían terminando su desayuno para su primer día de escuela, lo que lo hizo despertar de su ensueño.

-Debo apresurarme, hoy después de dejar a los niños en la escuela, iré a firmar un contrato para la próxima temporada y regresaré en dos meses, esta vez será en los Ángeles. Los veré cada dos semanas.

-esta vez no será mucho tiempo…-

-No, después pediré vacaciones y nos iremos a nuestra playa privada, qué dices?

-Digo que está bien, siempre y cuando Miyaki se comporte, cierto?!- miraba al bebé que se había quedado dormido cuando terminó su biberón. Makoto caminó con el niño entre sus brazos y se lo entregó a Yuki que terminaría de atenderlo. Los gemelos llegaron vestidos con el uniforme del colegio a abrazar a su mamá al tiempo que gritaban que ya estaban listos para irse.

-De acuerdo, entonces solo dennos un minuto para vestirnos y llevarlos

Cerró la puerta y se dejó caer sobre la puerta de espaldas, Kiyoshi caminó hasta el para tomar su rostro entre sus manos y depositarle un beso en los labios muy dulce mientras le susurraba un “te amo” que Hanamiya respondió con un “te amo también”.

Notas finales:

Gracias por haber leído!


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