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Angel Eyes por AkireSanchez

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Notas del capitulo:

Hola! Aqui les traigo el segundo capitulo de este fanfic, aunque algo atrasado jeje pero espero que lo disfruten :D

Continuó caminando hasta que escucho la bocina de un carro muy cerca de él, cerró los ojos, no sabía de qué dirección provenía ese sonido, pero ya tampoco le importaba, lo único que sabía era que el vehículo se estaba acercando rápidamente hacia él. De repente sintió como alguien lo agarraba bruscamente del brazo y lo abrazaba contra su pecho y luego lo cogía de los brazos alejándolo un poco


-¿¡Estás loco!? ¿¡Acaso no podías ver que el carro se acercaba!?- le grito Francis furioso, se había llevado un gran susto.


-Suéltame- se quejó zafándose bruscamente del agarre del frances mientras intentaba caminar manteniendo el equilibrio. Se arrodillo en el suelo intentando encontrar sus libros que habían salido volando cuando fue jalado, pero no los encontraba, no los podía tocar, no los podía sentir. Francis vio anonado como el menor tanteaba el piso buscando sus libros que habían caído en una dirección completamente opuesta a la que estaba.


-Tengo que ir a verlo...se suponía que lo veríamos juntos...- escucho que decía mientras buscaba desesperadamente sus objetos por medio de la calle.- mi familia debe estar esperando, se los prometí, dije que lo veríamos juntos- se agacho a altura del menor, poniéndose casi frente de él, y fue allí cuando se dio cuenta...el chico del cual estaba enamorado, era ciego. Miro sorprendido como el otro tanteaba el suelo intentando encontrar sus libros- No debíamos haber ido al teatro...no importa si no veo ese tipo de cosas en toda mi vida- vio como una lagrima caía al piso y después poco a poco más empezaron a caer de aquellos obre verdes sin brillo. Su corazón se detuvo al verlo así- lo siento...por mi culpa...por mi culpa...lo siento, perdón- escucho las palabras que decía, era todo impactante y confuso, sus ojos comenzaron a humedecerse al escuchar el llanto y los sollozos de su amor, cada vez que decía esa frase "Lo siento o perdón" sentía que su corazón se destrozaba.


Vio como el británico se paraba con algo de dificultad y comenzaba a caminar en dirección a su casa, tocando las paredes para poder ubicarse allí. Francis en silencio cogió los libros del otro y lo siguió sigilosamente hasta que vio que sacaba sus llaves y abría de su casa. Carraspeo un poco para llamar la atención del menor, el cual se giró un poco con el ceño fruncido al escucharlo


-Tus libros...- le dijo algo nervioso, el chico cogió sus pertenencias arranchándoselas bruscamente.


-Déjame explicarte algo, francesito, yo a ningún momento pedí tu ayuda, no te entrometas en mi vida- masculló enojado, Francis parpadeo seguidamente algo asombrado


-¿Cómo supiste que soy francés?- pregunto anonado.


-Tu voz...es una voz tan fea y fastidiosa que la recordé... y tú también fuiste el que me interrumpió en mi presentación... no tienes nada más que hacer además de meterte en la vida de los demás ¿verdad?- su tono era áspero


-Yo...yo tengo muchos motivos para meterme en tu vida- tartamudeo intentando defenderse- primero, te acabo de salvar de ese carro-


-¡Yo no he pedido que me ayudes!- le grito fastidiado


-Mira nada más ese temperamento que tienes, petit, bueno, además de eso, la persona que siempre viene a entregarte tu comida soy yo, al igual que los que preparan somos mi hermano y yo- le dijo en un tono algo arrogante, y después fue hacia su bicicleta que estaba a unos pocos pasos de allí, Arthur al oír sus pasos alejarse se dio la vuelta para regresar a su casa, más nuevamente sintió que lo cogían del brazo.


-Toma, están tan bueno que te arrepentirás si no lo comes, son scones que hizo mi hermanito- rio mientras dejaba un paquete de comida en manos del británico, el cual ni siquiera le dio las gracias ni nada, mientras entraba a su casa dejándolo afuera en la fría noche.


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Al día siguiente, Arthur estaba nuevamente dando la misma conferencia que el día anterior, ya que toda esa semana el tema era el mismo. Tres chicos estaban en la gigantesca sala, solo ellos 3 y el británico.


-¿No creen que esta guapo?- pregunto uno de ellos riéndose burlonamente


-Tiene rasgos delicados como el de una mujer, me gusta- rio otro en voz baja. Mientras veían como el chico frente a ellos empezaba a hablar


-Sean bienvenidos todos a la presentación de los autores famosos de nuestro país, a continuación hablare de William Shakespeare- dijo pausadamente mientras encendía el proyector.


-Señorito, tengo una pregunta- dijo uno de los chicos del público.


-¿Si?- dijo Arthur algo confundido, era la primera vez que le hacían una pregunta antes de empezar la función


-¿Cuántos años tiene?- pregunto uno de los chicos riéndose un poco


-¿Tiene novia o quizas...novio?- se burló otro, Arthur frunció el ceño enojado por las preguntas y escucho los pasos de alguien acercándosele, poniéndose alerta.


-¿Es hetero, gay?- pregunto la persona a su lado.


-Por favor, dejen de hacer preguntas fuera del tema- pidió enojado.


-Toma este refresco de mi parte- sintió como el chico tentaba dejar aquella bebida en sus manos, pero él no la quería.


-No es necesario- dijo intentando alejar su mano, más lo único que hizo fue provocar que el refresco se derramara en sus zapatos y mojara el piso. Alarmado por aquel hecho y sin saber que hacer agacho un poco su espalda pidiendo perdón al frente, no sabía dónde se encontraba aquel chico.- Lo siento...lo siento mucho- dijo agachándose repetidamente sin saber que más hacer. Los chicos al verlo pedir perdón a una dirección opuesta a la que estaban se quedaron atónitos. El muchacho que estaba cerca al británico paso su mano por frente los ojos del rubio, comprobando su teoría. Era ciego. Evito reírse un poco y siguió pasando si mano por frente los ojos del chico, mientras sus compañeros se reían en silencio, pero todo se detuvo cuando sintió un agarre fuerte que lo lastimaba sobre su mano.


Francis luego del colegio había ido nuevamente a la biblioteca en la que el chico de ojos verdes trabajaba, quería verlo nuevamente y saludarlo, más al entrar a la sala de conferencias vio aquella escena y toda su alegría se esfumo. Subió al escenario y agarro la muñeca de ese tipo, tirándolo al suelo.


-¿Q-quien diablos eres tú?- grito enojado y adolorido por el golpe


-Desaparece ahora...y también por su propio bien no regresen- su aura detonaba miedo en aquel momento, e intentaba contener su furia. Los chicos que antes se estaba burlando de británico lo miraron enfadados. Cogió la mano del anglosajón para sacarlo de allí, más este se soltó bruscamente


-¡Suéltame!- le grito enojado.- aún no he terminado mi tiempo de trabajo aquí-


-¿¡Y eso que diablos importa en este momento!?- estaba realmente furioso, nunca le había gritado de esa manera a nadie, solo que esta vez estaba cegado por la ira.- Vámonos- cogió nuevamente el brazo del menor, esta vez de forma brusca sin dejarlo zafarse, Arthur forcejo enojado, más cada vez que lo hacia el francés apretaba más el agarre- te dije vamos- gruño mientras lo sacaba de allí. Al ya estar afuera Arthur se liberó del agarre del mayor empujándolo para que lo suelte


-Bloody hell... ¿Quién mierda te crees que eres?- le grito enojado, mientras se sobaba un poco su brazo.


-Entonces ¿debería simplemente dejar que te vean como una persona tonta y que se burlen de ti!?- grito de igual manera.


-Solo porque actué como si te conociera un par de veces no puedes interrumpir en mi vida cada vez que te dé la gana- gruño cruzándose de brazos.- deja de actuar tan arrogantemente y vete de aquí-


-Tu eres el que está actuando arrogante ¿sabes? ¿Qué tiene de malo no poder ver? ¿Acaso es tu culpa? Sí, no puedes ver ¿y eso que importa?- grito fuera de sus cabales.- ¿no puedes decirlo en voz alta y con seguridad? ¿Tienes que hacer tanto esfuerzo para actuar como si pudieras ver? ¿No es eso presionarte a ti mismo?


-¿Con confianza? ¿Fingir que no sucede nada malo?... ¿y tú qué sabes de esto?- mascullo cerrando los puños con fuerza- Esta posición, este trabajo que tu consideras tan poco importante me costó 3 años conseguirlo. ¡Para mí, ser capaz de hacer algo tan fácil como respirar otra vez me costó 3 largos años! Este es un trabajo que conseguí luego de tanto luchar. Es la única cosa que me hace sentir que alguien como yo puede ser útil. ¡Es mi trabajo!- le grito mientras se daba la vuelta para irse de allí, más nuevamente él lo agarró del brazo. Se soltó bruscamente y lo empujo- ¡No te me acerques nunca más!- grito mientras entraba nuevamente a la sala de conferencias, dejando allá afuera al francés, el cual mordió su labio inferior con tanta fuerza que lo hizo sangrar...todo le había salido mal.


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Caminaba lentamente por las calles de Londres, pensando en todo lo que había ocurrido esa tarde...era un idiota.


"La gente siempre dice que aquellas cosas que hacen fácilmente todos los días, son tan fáciles que pueden cerrar sus ojos y hacerlas. Pero no hay nada como eso, donde cierren realmente los ojos y hagan algo como eso"


Esas palabras dichas por el británico resonaron en su mente. Saco un pañuelo negro de su bolsillo, y se lo coloco tapando sus ojos, ahora todo se había vuelto negro, no veía nada, a excepción de algunas sombras. Comenzó a caminar...era difícil hacerlo, sentía como la gente pasaba a su lado casi empujándolo, no sabía realmente donde estaba. Todo era confuso con los ojos cerrados. De repente sintió un agudo dolor en su pie, había chocado contra algo duro como una roca, soltó un quejido de dolor pero siguió caminando, mientras se imaginaba por todo lo que pasaba el menor al salir a la calle. Con suerte logro llegar hasta el semáforo, tanteándolo para saber dónde estaba el botón que debía presionar para poder cruzar la calle. Si no fuese por el sonido que indicaba que los carros se detuvieron, no hubiese sabido como pasar. Con torpeza paso despacio la calle, no sabía si estaba yendo recto o no, hasta que cayó al suelo porque una persona lo había ido empujando.


-Lo siento- dijo esa persona mientras se iba de allí sin ayudarlo. Intento levantarse, y después escucho como nuevamente sonaba la campana indicándoles a los carros que sigan, y él estaba en medio de la calle. Intentando no caerse nuevamente, quedándose quieto en donde estaba mientras sentía que autos pasaban a toda velocidad por su lado.


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No sabía cómo lo logro, pero ahora ya había pasado el infierno de cruzar la calle y se encontraba caminando por un barrio desconocido. La gente al verlo así lo esquivaba o se iba burlando de él mientras intentaba caminar recto. De repente escucho como alguien gritaba que se retirase del camino, pero no podía distinguir a que dirección venia esa persona, de dónde provenía su voz, era todo tan confuso.


-¡Te dije que te quitaras del camino!- escucho nuevamente ese grito, esta vez más cerca y después el sonido de algo cayendo y romperse, alarmado se quitó la venda de los ojos viendo a un señor con pinta de matón que había caído cobre el puesto de una señora que vendía frutas, todo era su culpa.- Tu...!mocoso!- grito el hombre acercándose y golpeando su rostro


-¡Lo siento!- dijo apurado y sin saber que más hacer, ahora sabia como se sentía.


"Lo siento"


Las palabras del británico resonaban en su cabeza, por cada "lo siento" del británico sentía un nudo en su garganta, ahora lo entendía, ahora podía imaginarse el infierno que era el mundo para Arthur.


"Esta posición, este trabajo que tu consideras tan poco importante me costó 3 años conseguirlo. ¡Para mí, ser capaz de hacer algo tan fácil como respirar otra vez me costó 3 largos años! Este es un trabajo que conseguí luego de tanto luchar. Es la única cosa que me hace sentir que alguien como yo puede ser útil. ¡Es mi trabajo!"


Ahora esas palabras que antes veía sin sentido, las entendía, sin saberlo, las lágrimas empezaron a escapar de sus ojos y salió corriendo de allí. Debía verlo, Debía disculparse con él. Corrió lo más rápido que pudo hasta la biblioteca central, y allí vio al menor, estaba recién saliendo de allí y unos de sus cordones estaban sueltos.


Se dirigieron a las bancas de un pequeño parque cerca de allí, donde no había gente y empezó a amarrar los cordones del británico, sus manos estaba temblando, al igual que su cuerpo. Sintió que lentamente la mano del chico se posaba sobre sus cabellos.


-¿Tu...estas llorando?- dijo sorprendido el inglés.


-Estaba equivocado- escucho la voz quebrada del mayor, definitivamente estaba llorando.-Yo no sabía...No sabía lo difícil... lo doloroso que es. Realmente no lo sabía- sintió las tibias lagrimas del francés caer sobre su pantalón- Je suis désolé...je suis désolé vraiment- la cabeza del francés se apoyó en sus piernas mientras lloraba.


-I-idiot...- susurro mientras acariciaba los cabellos suaves del mayor- ya deja de llorar...ensucias mi pantalón- dijo mientras sonreía ligeramente, y sintió una sensación cálida en su pecho.


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Había pasado todo el día con el francés a su lado, conversando y riendo, nunca había pasado un día tan feliz desde hace 4 años.


-Está bien, ya es suficiente compasión- suspiró mientras sonreía un poco, sabía que ya se encontraba frente a su casa.- ya no te tratare como un extraño...ya que eres una de las pocas personas que ha pasado conmigo...que regreses bien a casa- dijo mientras se volteaba para entrar a su hogar, más fue detenido por el agarre del mayor en su brazo.


-Yo...no compadezco a la gente, nunca lo he hecho- hablo algo resentido, y después le quito el teléfono que tenía en las manos, dejando al menor sorprendido.


-Devuélvemelo- pidió un poco molesto, más Francis no le hizo caso y reviso los contactos del inglés, solo habían 2.


-Solo tienes dos personas en marcación rápida...así que yo seré el tercero- sonrió mientras anotaba su número allí y lo guardaba, para después devolverle el celular al británico.- mi nombre es Francis. Francis Bonnefoy- le dijo sonriente, acordándose que en todo ese largo tiempo nunca habían dicho sus nombres. El menor se volteo y entro a su casa sin decirle nada al francés, el cual simplemente sonrió mientras se iba de allí.


-Yo soy Arthur...Arthur Kirkland- susurro mientras abrazaba su celular contra su pecho, estaba empezando a sentir algo por aquel chico.


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Sentía la brisa del aire y el calor del sol acariciar su cuerpo, abrió su mano, intentando sentir más aquella cálida sensación mientras con el otro brazo se sujetaba al torso de Francis. Ese hermoso día, habían salido a pasear en bicicleta, era algo que no había hecho desde hace más de 4 años... y de lo que se arrepentía. Le había encantado aquella actividad, como sentía la naturaleza, el sol, escuchaba a los pájaros cantando por aquel lugar que parecía pacifico, y en su mente así lo era.


-Me gusto...montar en bicicleta- dijo mientras se abrazaba al estómago del mayor, sonriendo inconscientemente, sintiendo ese olor a rosas y vino que lo distinguían de los demás.


-¿Quieres dar una vuelta tu solo?- le pregunto mientras se detenía y se bajaba de allí, ayudando al menor a hacer lo mismo.


-No puedo hacerlo...- susurro de manera casi inaudible, sin embargo fue escuchado por el francés.


-Yo te lo enseñare, petit- rio mientras hacía que el británico se subiera a la bicicleta. Solo debes sostener esto, mantener el equilibrio y pedalear, es algo fácil ¿No?- Arthur siguió las instrucciones de Francis empezando a lograr manejar la bicicleta mientras el mayor lo sostenía de la cadera para que no se caiga.- te voy a soltar- aviso al darse cuenta de la gran habilidad del británico.


-¿¡Que!? No, me voy a caer- dijo alterado, sin embargo manteniéndose estable.


-Te estoy soltando...


-¡Francis!-reclamo algo enojado


-Te solté- rio mientras veía que el menor lo hacía solo, le estaba yendo bien.- ¿Ves que si puedes?- dijo mientras lo veía sonriente, deleitándose con la sonrisa inocente que asomo en el rostro del británico al darse cuenta que si podía, más esa sonrisa se borró al ver como Arthur soltaba el volante de la bicicleta y estiraba sus brazos, sintiendo el aire y el sol. Por suerte la bicicleta tenía puesta las ruedas de apoyo para niños evitando que el anglosajón cayera. Sonrió al verlo así...era feliz, su amor era feliz. Todo iba bien hasta que de repente le bicicleta comenzó a tambalearse, Francis sabiendo lo que pasaría corrió hasta el menor, agarrándolo al momento en que este cayo, haciendo que su pecho sirva como colchón para que no se golpee. Arthur sintió los latidos del corazón del mayor, mientras cerraba sus ojos y disfrutaba de aquel sonido que para él era único.


-Arthur...Arthie, ¿estás bien?- pregunto preocupado sin recibir respuesta alguna. Recostó al menor en el piso de aquella pista de atletismo para ver si se había lastimado- ¿estás bien? Reacciona mon amour ¿Dónde te lastimaste?- pregunto con su corazón al mil por hora, temiendo que algo le haya pasado- El hospital... ¿debo llevarte al hospital?- de repente toda su preocupación se esfumo al sentir la tibia mano del inglés en su rostro, sintiendo como este tocaba con delicadeza cada uno de sus rasgos y después abría sus obres jade.


-Así que...así es como te ves- dijo mientras sonreía un poco- como esperaba, eres feo- Francis se paró de golpe y toco su cara que anteriormente había sido tocada por el menor


-¿Q-que estás diciendo? Yo soy muy guapo ¿sabes? Tanto que las chicas están locas por mí- dijo algo nervioso, Arthur simplemente se rio un poco y luego levanto su mano para que el francés lo ayude a levantarse. Francis lo hizo jalándolo algo fuerte, provocando que el menor se chocara contra su pecho, quedando ambos frente a frente...tan cerca. El anglosajón paso su mano por su mejilla y su quijada, haciendo que se sonrojara fuertemente al tenerlo tan cerca y así.


-Aféitate la barba- dijo con una sonrisa ladina mientras se daba la vuelta para irse de allí.- Dicen que la barba crece cuando piensas mucho en cosas eróticas...sí que eres un pervertido- su tono fue algo burlón al decir esas palabras.


-Eso es mentira ¿Quién te lo dijo? ¿Es tu concepto ser grosero con tu salvador?- rio mientras lo seguía, cruzándose de brazos por las palabras del menor.


-La bicicleta- lo interrumpió haciéndole acuerdo de que esta se había quedado tirada en el suelo. Parpadeo seguidamente, ese chico a pesar de ser ciego parecía que lo notaba todo. Corrió en busca de su bicicleta y después corrió hasta alcanzar al británico con una sonrisa en su rostro.


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Al salir de la pista de atletismo acompaño al inglés a casa, caminando tranquilamente junto a él mientras conversaban o simplemente disfrutaban del silencio juntos. Al llegar a la casa del británico dejo su bicicleta apoyada a una de las paredes mientras veía la enorme casa que tenía el menor, era enorme, a pesar de parecer de solo un piso.


-Por cierto...no he visto por aquí a ninguno de tus familiares- dijo algo extrañado de que la casa siempre este con las luces apagadas cuando el menor no estaba.


-Es porque vivo solo- contesto como si fuera la cosa más simple y normal del mundo que un chico ciego viva en una gigantesca casa solo.


-¿En esta casa tan grande? ¿No te da miedo? ¿Qué es lo que haces solo?- pregunto sorprendido


-Veo películas- respondió encogiéndose de hombros.


-¿Ves... películas?- parpadeo seguidamente sin entenderlo.


-Si... ¿quieres ver algún día una conmigo?- pregunto con algo de timidez y sonrojándose un poco. Francis al escucharlo sintió que su corazón se detuvo y luego comenzó a latir rápidamente, sentía ganas de gritar de emoción, por aquello, más se contuvo


-¿Puedo hacer eso?- sonrió sin poder evitarlo


-Voy escoger la película que veremos- sonrió mientras jugaba con sus dedos, Francis estaba feliz a mas no poder.


-Entonces... ¿mañana?- pregunto con una gran sonrisa dibujada en su rostro.


-Si, en la tarde... te llamare para que vengas- si no se desmayó de la felicidad en ese momento fue porque dios es grande.


-Está bien, entonces, mañana vendré- dijo mientras besaba la frente del menor como forma de despedirse.- ¿tienes alguna comida favorita?- pregunto con los ojos algo brillosos, uno de sus sueños se estaba volviendo realidad


-Pues...si la tengo...

Notas finales:

Muchas gracias por haber llegado hasta aqui! dejen muchos reviews jaja todo comentario es bien recibido, dudas, sugerencias, etc, intentare de contestarlas todas :D

Hasta la proxima!! 


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