(POV BAEKHYUN)
Todos estábamos listos para irnos. No recordaba realmente como Chanyeol se veía la noche anterior, pero debo resaltar que en ese momento el se encontraba despampanante y eso que solamente usaba una sudadera gris, pantalones negros y un sombrero negro. Algo casual pero a la vez un tanto elegante.
-Eh… -Chanyeol interrumpió mis pensamientos y yo junto con mis hermanos lo volteamos a ver.
-Me encantaría ir, pero no creo que el dejar mi hogar sin una puerta sea lo más decente… saben.
En ese momento volteé a ver al marco de la puerta y recordé que al llegar mis hermanos, tiraron la puerta de un solo golpe. Me sentí un poco mal por él pero al mismo tiempo ganas de reír entraron y no las pude retener por mucho.
En menos de un segundo me estaba riendo hasta casi explotar.
Los otros tres hombres me miraron sorprendidos y confundidos al mismo tiempo.
-¿Baekhyun riendo? ¿Qué mas falta? ¿Unicornios lloviendo? –dijo con ironía Kris sin salir de su sorpresa.
Yo no podía dejar de reír. Se los juro. Traté con todas mis fuerzas pero esa era la primera vez que no podía suprimir mis acciones. Algo raro en una persona tan fría como yo.
-Dejando de lado el estado de Baekhyun, debemos encontrar como arreglar esto. –dijo como siempre calculador Junmyeon.
Yo deje de morir en el piso y me levanté para aportar alguna idea inteligente. -¿Lo pegamos con chicle?
La verdad no sabía que carajos estaba pasándome a mi y a mis estúpidas ideas pero no lo sé. Por primera vez me sentía del humor como para decir estupideces.
-No es normal que un vampiro se enferme pero.. ¿Baekhyun estas enfermo? –preguntó Kris con su ceja arcada.
-No. Solamente que me siento con ganas de hacer cosas estúpidas por primera vez en mi vida. Todo normal. –dije reponiendo mi compostura fría y calculadora.
-Creo que este humano te está pegando su estupidez…
-¡Yo no soy estúpido!
-¡Claro que eres estúpido! ¿Quién no se consigue una puerta que no pueda ser rota por vampiros! ¡DUH!
Y así fue que Kris y Chanyeol se metieron a una pelea infantil. Estaba considerando muy seriamente que la estupidez se nos estaba pegando a todos porque nunca en mi vida vi a Kris discutir por alto tan estúpido. Este humano estaba haciendo estragos en nuestras vidas.
-¡Dejen de gritar por un carajo! –calló Junmyeon pero a mi que no me mienta. Ese cascarrabias se estaba aguantando la risa. ¡Te caché bro!
De alguna manera logramos pegarle la puerta de nuevo. Ni me pregunten como, pero ciertamente no fue con chicle.
Después de esa muy humana experiencia, nos dirigimos a un lugar que tenia por titulo. “Estética los cenicientos” Un titulo ciertamente único.
Pero eso no era lo único, igualmente tenia un eslogan. “Entras como un pordiosero y sales como todo un ceniciento. 100% Asegurado”
-Chanyeol, no te preguntaré el por qué carajo conoces este establecimiento con ese nombre. Lo dejaré a tu criterio. –dijo Kris.
El lugar era bastante agradable en interior, si excluimos todos los maniquíes de mujeres japonesas y todas esas cosas de anime.
-¡Yoda, has regresado, que alegría de verte! –dijo un hombre con un peinado estrafalario con el cabello rosa y un yukata blanco. Simplemente único.
-Heechul, tan amable como siempre. –respondió irónicamente Chanyeol con una mueca parecida una sonrisa.
-Lo sé cariño, soy todo un amor pero ya tengo novio. Tal vez en la próxima vida encuentres a alguien tan buenote como yo.
Yo alcé mi ceja en desaprobación. Si había algo que nosotros los vampiros teníamos era narcisismo nivel dios. “Ni que estuviera tan bueno” dije en mis adentros.
Al parecer se dio cuenta de nosotros porque nos volteó a ver y les jurito la verdad cuando digo que se le cayó la saliva.
-¡Pero qué hombres caídos del cielo traes contigo! Deberías de aprender de ellos.
-Mucho gusto dulzuras, mi nombre es Kim Heechul o puedes llamarme cenicienta, como deseen –dijo sonriendo.
-Vinimos por un cambio para él. –dijo Junmyeon secamente, señalándome.
-¡PERO QUE TENEMOS AQUÍ, QUE HERMOSURA! –dijo apretujando mis mejillas. Este chico estaba realmente sacándome de mis casillas y si no fuera porque era la plena luz del día, ya le estuviera sacando las viseras.
-Queremos un nuevo look para él. ¿Podrías hacerlo?
-Yo, Kim Heechul que fui moldeado por los dioses te aseguro que con este material es más que suficiente para hacer maravillas. Dime cariño, ¿Qué tipo deseas? ¿De malote, princeso o algo más?
-En primer lugar, mi nombre no es cariño. Segundo lugar, haz lo que se te de la gana con que me vea presentable. –dije entre dientes, realmente cansado de su actitud.
Pero como si no hubiera usado un tono amenazante, el tipo simplemente seguía sonriendo. Ese hombre era de acero a mi odio inminente.
-Bien, haré lo mejor. –dijo con una sonrisa superior.
Después de unas horas me dejó mirarme al espejo.
-Wow. –fue lo que yo y los otros tres hombres que me esperaban pronunciamos al unísono.
-Lo sé, mi trabajo siempre deja a las personas sin palabras. –dijo exentándose.
Era casi como una nueva persona. Mi cabello ahora era negro, parado en un estilo muy formal y sensual a la vez. Lo consideré perfecto para no llamar la atención. Tenia un poco de delineador y sombra que acentuaba mis ojos. ¿Ese era yo?
Después de irnos del local y de que ese extraño hombre nos hiciera prometerle que lo visitaríamos de nuevo, nos dirigimos de nueva cuenta a la casa de Chanyeol. Quien extrañamente no me dejaba de ver luego del nuevo look.
-Park, si no me dejar de ver, me vas a desgastar. –dije con sequedad fingida porque dentro de mi producía nerviosismo. Este humano me iba a matar algún día de tantas emociones nuevas.
-A-ah, perdón
-Bien tortolos dejen de acortejar como pájaros en celo mientras nosotros estamos presentes. –dijo Kris sonriendo.
Los nos sonrojamos. ¿Pero qué carajo me pasaba? Nunca me había sonrojado y ahora mi estúpido cuerpo estaba actuando estúpidamente. Joder.
-Pienso que lo mejor en el momento es que Baekhyun se quede a vivir con Chanyeol. De esa manera Chanyeol lo protege de la policía y Baekhyun lo protege de los otro vampiros. Un muy buen escondite. De ahora en adelante, ninguno de nosotros se deberá referirse a Baekhyun por su nombre si no… -Junmyeon lo pensó unos segundos. –Baekkie.
Kris bufó. –Qué original.
-Esperen. ¿Baekhyun-… digo Baekkie vivirá conmigo?
-No me gusta ese apodo, no se escucha como un temeroso vampiro. Parece nombre de prostituta barata. –dije molesto, ignorando por completo al humano. Mis hermanos y yo nos enfrascamos en una discusión por otro nombre mientras Chanyeol poco a poco asimilaba que sí o sí me iba a tener en su casa.
-¿Tocino te parece?
-¡¿Qué?! ¡DE NINGUNA MANERA! ¡PREFIERO MIL VECES BAEKKIE!
-Bien, entonces Baekkie será. –dijo un sonriente Junmyeon. Maldito manipulador.
-Nosotros nos retiramos, rondaremos por el lugar para asegurar el lugar y mañana te llamaremos para asegurar que están bien. –dijo Kris poniéndose de pie junto con Junmyeon.
Antes de irse, se volteó a verme. –No olvides que desde que hiciste una unión con este bueno para nada, debes devotar tu vida para protegerlo, nada de ir a matar gente a lo estúpido. Ahora tienes una responsabilidad Byun Baekhyun. –dijo seriamente Junmyeon y Kris lo apoyó diciendo. “Ya sabes que nos tienes para lo que necesites hermano” para luego irse.
(***)
Había pasado por lo menos una semana con la misma rutina. Chanyeol iba a la comisaria, yo me quedaba la mayoría de las veces en la casa o si no me iba a reunir con mis hermanos en algún parque cercano para decirle como iba la investigación de mi caso.
Cada vez las personas se olvidaban de los asesinatos que en un momento cometí para inmiscuirse en otros nuevos. Realmente los humanos eran lamentables.
Lo que me preocupaba era que estaba pasando una semana y yo no me había alimentado. Nunca era bueno dejar a un vampiro sin alimentarse por mucho tiempo porque este se podría convertir en una bestia hambrienta.
Esa noche en especial estaba realmente hambriento y ya era hora de que Chanyeol llegara.
Para mi mala suerte este llegó y al parecer se había herido en el trabajo porque traía una bandita la muñeca porque solamente al entrar por la puerta pude oler a metros la sangre coagulada.
Yo me encontraba en la habitación tratando de cumplir mi parte del trato de no ir a asesinar a la gente así porque sí, pero en ese momento estaba muy necesitado y en a punto de sucumbir ante mis necesidades.
Chanyeol me encontró en la recamara rasgando mi garganta del dolor que sentía al tenerla seca haciendo que la piel en mi cuello se rasgara un poco.
-¡¿Qué estas haciendo Baekhyun?! –se acercó rápidamente y yo lo único que quería era tenerlo lejos para no terminar succionando su sangre y matarlo.
-A-aléjate… Chanyeol… -dije a como pude con mis colmillos afuera y mi mirada carmesí.
-No. –dijo muy decidido y preocupado por mi situación sin importarle mis colmillos ni mis ojos oscuros. Ese humano si que era idiota.
-Joder… no lo hagas más difícil.. llama a mis hermanos… los necesito… -dije sin poder dejar de rasgar mi garganta. Al parecer entendió que estaba muriendo de hambre porque salió del cuarto sin decir una palabra. Mejor para mi.
Pero empeoró cuando regresó sin camisa y en shorts, acercándose y levantando ligeramente su quijada para mostrar su cuello que en ese momento se veía lo más apetecible. –Bebe de mi. –dijo simplemente el muy estúpido.
-¿Q-qué coño haces Chanyeol? Aléjate, no aguantaré mucho. –era cada vez más difícil el retener a la bestia que quería salir. Por lo que me alejé de él la velocidad de un vampiro, pegándome en seco contra la otra parte de la habitación, haciendo que gimiera de dolor y unas cuantas cosas cayeran al piso haciendo gran estruendo.
-¿Por qué no solamente aceptas el beber de mí? –preguntó Chanyeol mientras intentaba acercarse a mi pero con mis manos ensangrentadas de mi propia sangre lo alejé débilmente.
-Es peligroso Chanyeol, no podré detenerme. Por favor aléjate y llama a mis hermanos. –supliqué
Como cazador de humanos nunca había tenido la delicadeza de preocuparme por la vidas que tomaba pero Chanyeol como mi humano al que me había enlazado, me preocupaba el matarlo al no tener la fortaleza de detenerme. Ciertamente lo había hecho una vez al tener relaciones y incluso yo me sorprendí pero no quería correr el riesgo de perderlo. Menos en ese estado en el que me encontraba pero al parecer el humano idiota no entendía porque se seguía acercando.
-Por un demonio. ¡QUE TE ALEJES! –grité con todo lo que pude a punto de atacarlo, utilizando mi ultima fuerza de voluntad.
Se sobresaltó un poco pero recuperó la compostura y se siguió acercando a mi persona. –Yo sé que te detendrás Baekhyun, confió en que no me harás daño. Y en caso de que me lo hagas, nunca te odiaré. –dijo sonriendo. ¿Qué se creía ese humano para darme su vida así? Sin dejarme replicar, sacó una pequeña navaja y corto levemente su cuello, dejando caer una pequeña hilera de sangre.
-Hazlo. Confió en ti. –Y ese olor fue lo suficiente como para que mi bestia que tanto estuve reteniendo saliera y aventara a Chanyeol a la cama, sacando un gemido de dolor de su parte.
Me senté encima de él, poniendo los piernas a lado de su cadera mientras el se encontraba en posición horizontal. Todos mis sentidos estaban nublados. El vampiro había tomado posesión de mí. Por lo que mi lado sádico salió a flote.
-Nunca vi a un humano tan tonto entregándome su vida. –reí irónicamente sin una pizca de felicidad pero de frialdad en mis ojos. Mi antiguo yo había tomado posesión de mi cuerpo.
Lamí lentamente su cuello saboreando los hilos de sangre que recorrían en el mismo. Chanyeol gimió gravemente haciendo que yo me emocionara más al pensar en incrustar mis colmillos en su tersa piel.
Mi sonrisa sádica surcó mis labios. El cerraba los ojos fervientemente entre miedo e incertidumbre.
-Gracias por la comida. –dije entre risas para morder el cuello tan apetecible de Chanyeol, mientras más succionaba más necesitaba de él. El puso sus manos en mi cadera sujetándola. Desde la primera vez que lo mordí supe que su sangre era diferente a la de las otras personas. Esta era adictiva como una droga y dulce como la miel. Era imposible pararse.
Mientras los minutos pasaban podía sentir menos la fuerza de sus manos sobre mi cadera. Chanyeol ahora se encontraba pálido. Lo estaba matando.
Sus palabras vinieron a mi cabeza como dagas. “Confío en que no me harás daño” “Yo sé que te detendrás”
¿Realmente sería capaz de detenerme?