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Drive my car. por Galaxy Diamond

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Notas del capitulo:

Ya ni siquiera pedir perdón sería algo decente. No tengo cara para decirles nada, pero la página no quería abrir mi cuenta y luego, con la mudanza, me fue algo dificil escribir. Pero aquí está el siguiente capitulo. 

Jimin salió de la ciudad esa misma noche. Ni siquiera esperó a que se le pagara lo que se debía. Simplemente quería alejarse de ese lugar en donde había encontrado al amor de su vida, pero que también había sentido su rechazo.  

Owol lo había visto en un estado de completa desesperación y furioso, lo llevó hasta su casa y ahí, estuvieron hablando casi toda la noche. Él y Owol estuvieron platicando durante horas.

Le habló de lo que hacía antes de entrar a la compañía de arquitectos, del bar gay, de la manera en la cual conoció a Suga y finalmente de sus sentimientos, que habían sido destrozados por el mayor, al darse cuenta de que Yoon Gi nunca aceptaría que ambos tuvieran una relación amorosa.

-       No le hagas caso, Jimin. Creo que Yoon Gi tiene inseguridad todavía. Quizás no ha asumido que le gustan los hombres. – Le dijo, mientras ambos tomaban una copa de vino, sentados en el sofá.

-       Eso es lo que más me molesta. Que no lo acepte, que piense que es algo de lo que puede deshacerse como si fuera una enfermedad o un virus. – Tomó un trago con brusquedad. – Y él para mi es… es… - Pero no terminó la frase, pues dos lágrimas salieron de sus ojos y las limpió con el dorso de su mano, violentamente.

-       Dale tiempo. Seguramente… - Trataba de consolarlo, pero Jimin se levantó y se acercó a la ventana, negando con la cabeza.

-       No le daré nada. No quiero que siga en mi corazón y me impida continuar con mi vida. No dejaré que Yoon Gi sea parte de mi futuro. – Determinó, mirando la noche oscura.

Owol se levantó y se acercó a Jimin.

-       En verdad lamento que las cosas estén mal para ti, pero eso me hace tener el valor de confesarte… que me gustas, me gustas mucho. – Le dijo, mirándolo fijamente. Ambos estaban de pie, junto a la ventana y cuando Owol habló, Jimin se giró para quedar frente a frente.

-       ¡Hyung! – Le dijo, sorprendido.

-       Si, lo sé. No es el momento, ni tampoco es lo adecuado, pero simplemente no puedo dejar que pienses que lo sucedido con Suga es lo común. Quiero que sepas que eres un chico muy atractivo, simpático y agradable y que somos muchos los que deseamos estar contigo y ser más que un amigo para ti. –

-       Yo… yo aún no podría empezar una relación con alguien… aún no… - Empezó a decir apenado, deseando que Owol comprendiera.

Pero éste lo interrumpió de pronto, colocando un dedo en sus labios.

-       No te preocupes, sé muy bien que aún no estás listo para iniciar una relación con alguien más. Eres demasiado honesto y no comenzarás algo que aún no sientes, pero quiero pedirte que me dejes quedarme contigo, aun sabiendo lo que siento por ti. – Le pidió.

-       ¿De verdad quieres hacer eso? Quizás sea mejor para ti, que busques a alguien más que no esté como yo, atado a un sentimiento estúpido. – Le contestó, sin poder mirarlo.

-       No es un sentimiento estúpido. Simplemente estás enamorado de Yoon Gi, pero se que algún día lo olvidarás si realmente lo deseas. Es solo cuestión de que te enfrasques en el trabajo y nos des oportunidad a los demás de tratarte bien, de cuidarte. – Le dijo, levantando el rostro de Jimin por la barbilla.

-       Hyung. No quiero que pierdas el tiempo esperando algo que… que quizás nunca suceda. –

-       Sucederá. Ya verás y entonces podremos comenzar algo tú y yo que nos hará inmensamente felices a los dos. Por lo pronto, quiero que te duermas y mañana nos vayamos a Busan para poder comenzar el nuevo proyecto. ¿Te parece? –

-       Claro que me parece. – Sonrió con su hermosa sonrisa de ojos y Owol solo sonrió también. Le dio la mano y le dijo:

-       Me voy, pero recuerda, mañana paso por ti, a las ocho de la mañana y nos vamos en mi coche. –

-       Pero yo quiero llevar mi coche. Si quieres, te sigo en mi automóvil. – Le propuso.

-       No, quiero que vayamos juntos, platicando y escuchando música, para que el viaje se haga menos pesado. Le diré a mi asistente que se lleve mi coche y nos alcance allá. – Decidió. Luego se giró para irse.

-       Gracias, hyung. Eres una persona demasiado amable conmigo. –

-       No agradezcas nada. Solo soy tu amigo y ya. Por ahora. – Le guiñó un ojo y luego se fue, dejando a Jimin con mucho mejor ánimo que antes.

 

Al día siguiente de la fiesta, hubo una reunión de los socios del despacho de arquitectos, pues el señor Kim requería hablar con todos ellos.

Jin y Jungkook observaban el rostro de cada uno de los presentes y todos tenían cara de pocos amigos.

Yoon Gi iba muy serio y tenía en los ojos unas ojeras tan grandes que parecía un zombi. Nam Joon también iba muy desvelado y estaba pidiendo con urgencia una pastilla para el dolor de cabeza, pues decía que estaba a punto de estallarle.

El señor Kim llegó acompañado de la señora Jeon, y ambos hablaban en voz baja, pues la señora insistía en que tomara otra pastilla extra de la presión, pues sabía que lo que quería decirles a los socios era algo que lo alteraría demasiado.

Hoseok llegó acompañado de Sara, y se sentaron en la mesa pero separados de todos, hablando siempre entre ellos. El señor Kim comenzó a hablar

-       Antes que nada, exijo que la señorita aquí presente. – Y señaló a Sara. – Se retire de la junta. Ella no es socia ni tiene por qué escuchar nuestras decisiones. – Dijo, con la voz algo alterada.

Era raro ver a ese hombre, generalmente muy tranquilo y relajado, mostrándose de esa manera molesta e incluso impaciente.

-       Me permito recordarle que su enfermera y Jungkook tampoco son miembros de la junta de socios y sin embargo nadie ha dicho nada sobre su presencia. – Contestó Hoseok, algo molesto.

-       Pero ella es mi enfermera. No nos afecta su presencia. – Le dijo.

-       Pues igual Sarita, ella es mi futura esposa, así que deberán acostumbrarse a su bella presencia. – Le contestó sonriéndole a su novia. Ella solo lo miró pero se sentía apenada de causar problemas.

-       Me iré. – Decidió la muchacha, levantándose de inmediato y caminando hacia la salida, abrió la puerta y salió del lugar.

-       Vaya, al parecer Sara tiene mucho más sentido común que tú, Hoseok. – Le dijo el señor Kim, algo sarcástico.

-       Solo quiere evitarme problemas. Pero entonces también deberán retirarse su enfermera y Jungkook. – Insistió Hoseok bastante enojado.

-       Me voy, cariño. Te veo al rato. – Le dijo Kookie a su novio y éste asintió. Sin embargo la señora Jeon siguió ahí. Hoseok la miró, indicándole que se retirara también.

-       No me iré. Y puede hacer todo el berrinche que quiera, pero no dejaré al señor Kim aquí, cuando sé que hoy hablarán de algo que puede alterarlo demasiado y hacerle daño. – Le dijo, valiente como siempre.

-       Pero… -

-       Nada. No me iré. Y puede hacerle como quiera. – Se cruzó de brazos mirándolo de una manera tan retadora, que Hoseok solo guardó silencio.

Jin solo sonrió. Su suegra era así. Una mujer con carácter tan fuerte que podía dominar al mismo demonio si era necesario. Y la amaba por eso.

-       Bueno, pues ahora hablemos de lo que usted desea decirnos señor Kim. – Le pidió.

El señor miró a todos y cada uno de los socios y recordó cuando, muchos años atrás, esos muchachos llegaron a su oficina, proponiéndole el proyecto de un despacho de arquitectos.

Le dieron el plan de Negocios tan bien hecho que él no dudo ni un momento en trabajar junto a ellos. Habían sido más de cinco años trabajando juntos, pero ahora, había tomado una decisión que los afectaría a todos.

-       Quiero retirarme de la empresa. – Les dijo sin más preámbulos.

-       Todos se quedaron asombrados y algo asustados. Eran una empresa que iba hacia arriba, en el top de los despachos de arquitectos y les llovían los trabajos, sin embargo, sabían que sin el apoyo del señor Kim, probablemente más de la mitad de las propuestas de negocios se desvanecerían.

-       ¿Pero… por qué? – Preguntó Nam Joon.

-       No tengo que darles mis razones. Cuando firmamos la sociedad, quedó muy claro que si alguno deseaba retirarse de la empresa, podría hacerlo sin dar razones. Y que los demás lo aceptaríamos sin protestar. –

-       Pero señor Kim… - Dijo Jin. – Usted sabe que si se separar de nosotros, perderemos más de la mitad de los proyectos propuestos. – Le explicó.

-       Tal vez. No es forzoso que eso ocurra. – Le contestó, fingiendo indiferencia.

-       Pero… - Iba a decir algo Yoon Gi, pero el señor Kim lo miró sonriendo sarcásticamente.

-       Tú mismo dices que te retiras, Yoon Gi, así que no puedes reclamar nada. – Le interrumpió.

-       Lo sé. – Dijo el mencionado. – Solo que, yo no soy tan importante como usted, y lo sabe. Mi presencia no es algo que vaya a desequilibrar a la empresa. – Le explicó.

Hoseok no decía nada. En el fondo, sabía muy bien la razón de lo que estaba por suceder, y se sentía molesto y presionado.

-       Déjenlo. Si no quiere seguir con nosotros, ¿Qué podemos hacer? – Intervino, y todos lo miraron asombrados.

-       Pero Hoseok, no digas estupideces. El señor Kim es nuestra imagen ante el mundo de los negocios. Gracias a él, la gente confía en nosotros y nos da sus proyectos. Si él se va de la empresa, lo perderemos todo. Todo. – Le dijo Nam Joon, impaciente por la estupidez de Hoseok.

-       Muchachos. Yo no soy imprescindible. Nadie lo es. Ustedes pueden continuar sin mi. No quiero discutir más. Es una decisión tomada. – Les dijo. – Quiero que en una semana estén listos los papeles para que yo pueda salir de su empresa. Mis abogados los contactarán. Eso es todo. Con permiso. –

La señora Jeon giró la silla y cuando iba a salir, Hoseok se puso en la puerta impidiéndole el paso.

-       ¿Es por Taehyung, verdad? ¿Se va a ir, porque yo ya no quiero ser novio de su hijo? – Lo miró retadoramente.

-       ¡Quítese de enfrente, muchacho! – Le dijo la señora Jeon, molesta y preocupada por su paciente. El señor Kim se veía más pálido que de costumbre y estaba segura que tendría la presión por los cielos.

-       No me iré hasta que acepte que es un tipo tan poco profesional que es capaz de terminar con un contrato solo porque su “Nene” ya no tiene novio. – Le dijo Hoseok, furioso.

-       Deja a mi hijo en paz. No lo metas en donde ya no tiene nada que ver. – Le contestó el buen hombre, muy molesto.

-       Pues entonces acepte lo que le digo. ¿Acaso si yo hubiera seguido con él, usted se hubiera salido? ¡No, claro que no, pero como Taehyung ya no me interesa, ahora usted se desquita con la empresa! – Le gritó, furioso.

-       ¡Mi hijo es demasiado para ti, eso me quedó claro desde el día en el que llegaste con tú… amiguita y se la echaste en cara! – Le contestó el señor Kim.

-       Señor Kim, tranquilícese. – Le dijo la señora Jeon, tomando su muñeca para medir sus pulsaciones que estaban muy aceleradas.

-       ¡Respete a Sara! ¡No es mi amiguita, es mi novia, mi prometida y la amo, la amo más de lo que jamás amé a su estúpido hijo! – Le gritó en la cara, haciendo que el hombre se levantara de su silla de ruedas, haciendo un enorme esfuerzo.

-       ¡Cobarde, maldito cobarde, poco hombre! – Y se le arrojó para estrangularlo, sin embargo, cuando logró llegar hasta Hoseok, le dio un colapso y se desmayó encima de él.

-       ¡Una ambulancia, pronto! – Gritó la señora Jeon, mientras le tomaba los signos vitales y se daba cuenta de que el señor Kim estaba a punto de morir.

 

Taehyung estaba en la calle, caminando tranquilamente. Trataba de no estar en la casa, encerrado y cavilando tristemente en lo que había sucedido con Hoseok.

Sabía perfectamente que para su hyung, él no era ya nadie importante, pero trataba de no dejarse caer.

Había hablado con su amigo Minjae, durante la noche, llorando por lo mal que se sentía al ver al hombre que amaba con una mujer, tan feliz y tan contento, pero también porque se arrepentía de haber sido un estúpido ingenuo de caer en las redes de alguien que solo lo había engañado.

Iba a entrar a una librería para buscar un libro que le habían recomendado mucho, de un escritor japonés muy bueno llamado Haruki Murakami que actualmente estaba de moda. Entonces sonó su teléfono celular.

Escuchó lo que la señora Jeon le decía y sin pensar en nada más, tomó un taxi hasta el hospital donde su appa agonizaba.

 

Llegó muy agitado, pues había subido corriendo los tres pisos hasta terapia intensiva.  Vio a Nam Joon, Jin, Jungkook, la señora Jeon, Yoon Gi y Hoseok con Sara, parados afuera del cuarto donde estaba el señor Kim.

-       ¿Qué sucedió? – Le preguntó a la señora Jeon, ignorando a todos los demás que lo miraban sumamente acongojados.

-       Tu appa, Taehyung… está muriendo. – Le dijo la señora Jeon, limpiándose las lágrimas de los ojos. Su hijo Jungkook la rodeaba por los hombros, tratando de hacerla sentir mejor.

-       Pero… él estaba bien en la mañana. Incluso desayunamos juntos. – La miró tratando de tranquilizarse. Seguramente la señora Jeon exageraba.

-       Lo sé. Pero él tuvo una discusión muy fuerte y… su corazón colapsó. Pudimos traerlo con vida, pero al parecer está muy grave. – Le explicó.

-       Entonces el doctor que atendía a su appa salió del cuarto donde estaba su padre. Taehyung se acercó de inmediato.

-       Soy el hijo del señor Kim. ¿Cómo está mi padre? –

-       Lo siento mucho, Taehyung. – Escuchó, sin poder creer lo que oía. – Tu appa está muy mal, quiero que entres y te despidas de él. Adentro está tu omma. – Le dijo, poniéndole una mano en el hombro.

-       Pero… ¿Se va a morir? ¿Mi appa se va a morir? – Le preguntó y sin darse cuenta comenzó a llorar.

-       Si, Tae. Lo siento mucho, pero su corazón está muy débil. De verdad no entiendo como aún puede latir. – Lo miró.

Entonces llegó SCoups y los miró a todos ahí, adivinando lo que sucedía. Se acercó a Jin, pero todos estaban pendientes de lo que decía el doctor y no lo miraron.

-       Ven conmigo. – El cardiólogo llevó a Taehyung hasta donde estaba su appa, y los demás se quedaron afuera en el pasillo, sin poder creer lo que pasaba.

Hoseok se sentía como un canalla al haber discutido de esa manera con ese buen hombre, que solo los había apoyado cuando nadie más quiso hacerlo. En verdad, se sentía como un perfecto imbécil.

Sara le tomó la mano, tratando de animarlo. Hoseok la miró y sus ojos estaban cristalizados por las lágrimas que ya no podía contener.

La señora Jeon lo miraba con enojo, y con odio. Para ella Hoseok era un asesino y le desagradaba que estuviera ahí, hipócritamente, cuando era obvio que no le importaba en nada la salud del señor Kim.

-       Deberían decirle que se vaya. No debe estar aquí. – Le dijo a Jungkook.

-       Déjalo omma. No intervengas en algo tan delicado. – Le susurró su hijo, sabiendo que su madre era perfectamente capaz de armar un escándalo en el hospital.

-       Es un asesino. – Determinó, tan fuerte que todos escucharon.

Hoseok la miró y luego, sin decir nada, miró a los demás que lo veían apenados. Luego sin más, se fue corriendo de ahí, seguido de Sara.

Taehyung entró al cuarto de su appa, quién estaba despierto, pero tenía los ojos cerrados.

El muchacho tomó la mano de su appa y la sintió muy fría.

No lloraba. Sabía que su padre se estaba muriendo, y se sentía muy triste, pero no quería llorar frente a él. Su padre debía irse con el recuerdo de su sonrisa que siempre le había gustado mucho.  

-       Appa, soy Taehyung. ¿Me escuchas? – Le preguntó acercándose al oído.

-       Claro… que te escucho, cariño. – Le dijo con trabajos.

-       No hables. Solo quédate quieto y trata de descansar, appa. – Le dijo, sonriéndole muy cerca del rostro.

-       Hijo… mi hijo ado… adorado. – Sonrió al mirar a su pequeño tan cerca de él y apretó su mano con debilidad. – Te amo tanto, Tae. – Taehyung levantó la mano de su padre para que tocara su rostro. No lloraba, aguantaba las lágrimas.

-       Yo también te amo demasiado, appa. Eres el mejor appa del mundo, el mejor padre que cualquier pudiera haber tenido. – Le susurró. – Quiero que sepas que… - Carraspeó, pues la voz se le quebraba y no quería. – Que me siento muy orgulloso de ser tu hijo y que siempre le doy gracias a Dios por haber nacido en tu casa. Por ser parte de ti, padre. – Le susurró.

-       Y yo también… le doy gracias a Dios… por el hijo que me envió. Gracias… por ser tan perfecto. Por ser… tan hermoso, bueno y tan cariñoso. Gra… gracias, Tae. – Le susurró.

-       Te amo, appa. Solo quiero que… - Y ahora si, comenzó a llorar. – Solo quiero que seas feliz. – Le sonrió a través de las lágrimas.

-       Soy… feliz… porque… porque… estás aquí. – Respiró con dificultar. – Debo irme, amor.  Cuídate, y sigue… siendo como… eres. Te amo, mí… pequeño. – Y luego respiró con fuerza. Taehyung le ayudó con el oxígeno que se había quitado y luego, cayó en su suave sueño.

El muchacho se quedó ahí, esperando, y poco a poco, mientras el lloraba, su padre murió. Los aparatos que marcaban sus signos vitales sonaron las alarmas y llegó la gente para ayudarlo, pero fue inútil, pues el buen hombre ya había fallecido.

Taehyung miraba a su appa muerto y lloraba lentamente, con una sonrisa, pues sabía que ahora estaba con Dios y que no había un mejor lugar en todo el universo para él, pero al mismo tiempo, sintiéndose extraño porque ya nunca más volvería a hablar ni a mirar a su querido padre.

Se quedó con él, hasta que llegaron a retirar el cuerpo para trasladarlo al velatorio. Los papeles estaban en regla y él firmó para que lo llevaran a la agencia funeraria que ya tenían establecida.

Su omma lloraba junto a él, aunque la buena mujer solo veía como su hijo se encargaba de los trámites, ayudándola en todo eso.

Finalmente, dos horas después, ambos se fueron a casa, para descansar un rato, antes de ir con su appa y acompañarlo hasta que fuera el momento de cremarlo y llevar sus cenizas a casa.

 

Yoon Gi fue a buscar a Hoseok una vez que el señor Kim murió. No se le hizo de buen gusto dejar a Taehyung solo, cuando todos los demás estaban ahí, para ponerse a disposición del chico que se quedaba solo, en todo ese papeleo.

Nam Joon le ofreció a su abogado, pero Taehyung lo declinó, pues ya tenían uno que se encargaría de todos los detalles.

Hoseok estaba en su casa, con Sara. Yoon Gi llegó hasta allá y cuando vio a la chica le pidió que lo dejara a solas con su amigo.

-       Pero… -

-       Anda, por favor, solo quiero hablar con él y francamente tú me incomodas. No te tengo confianza aún. – Le dijo sinceramente.

-       Luego te llamo, amor. – Le dijo Hoseok, escuchando un poco de lo que decían.

-       Está bien, amor. – Y la chica se fue, molesta, pero sabiendo que no podía hacer nada, pues los amigos de su novio no la querían, aún.

-       ¿Cómo está el señor Kim? – Preguntó Hoseok.

-       Acaba de morir. – Le dijo simplemente.

-       ¡Dioses, lo maté, yo lo maté! – Sollozó y comenzó a llorar sin control.

-       Tú no lo mataste, no seas ridículo. El señor Kim ya estaba mal desde antes. – Le dijo, impaciente.

-       Pero yo me puse como un idiota egoísta a discutir con él, aun cuando sabía que estaba enfermo y viejo. No me convencerás de lo contrario, yo lo maté y ahora… ahora solo debo cargar con eso por el resto de mi vida. – Y siguió llorando, tan triste que Yoon Gi solo se le acercó y lo abrazó con fuerza, tratando de ayudar a que su querido amigo dejara de sentirse tan mal. 

Notas finales:

Nuevamente, mil perdones. 

Espero les haya gustado la actualización. 

Por ahora, espero seguir subiendo el lunes y el jueves porque ahora solo es un fic y aunque haré un capitulo extra del otro TaeGi, les adelanto que subiré otro fic por mi cumpleaños. Espero lo puedan seguir. 

De todos modos muchas gracias por seguir leyendo y comentando. 

Muchos besos a todos. 

 


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