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Drive my car. por Galaxy Diamond

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Notas del capitulo:

Hola. Ahí les va el siguiente capitulo, espero les guste. 

El funeral del señor Kim se realizó inmediatamente. Ni Taehyung ni su madre deseaban dar un espectáculo por días enteros, así que, aun sabiendo que se les criticaría demasiado, decidieron velarlo, para cremarlo en las primeras horas del día siguiente.

-       ¿Cómo va todo, Tae? ¿Necesitas ayuda en algo? – Le preguntó Jin amablemente cuando llegó junto con Jungkook a la funeraria.

 

-       No, hyung. Muchas gracias, al parecer todo está en orden. – El muchacho estaba vestido con un traje negro, impecable, recibiendo a la gente que llegaba.

Se sentía demasiado triste, y solo deseaba estar a solas para llorar en privado o simplemente dormir, pero al mismo tiempo sabía que ser el hijo del Señor Kim, famoso industrial de Corea del Sur, era una responsabilidad muy grande y que tenía sus inconvenientes, como el no poder llorar a solas la muerte de su padre.

-       Ya sabes que cualquier cosa que se te ofrezca, no tienes nada más que decirnos. – Le terminó de decir Jin para entrar, tomado de la mano de Jungkook, y darle su pésame a la viuda Kim.

 

-       Gracias, hyung. – Le dijo, forzando una semi sonrisa.

 

Después de Jin, Yoon Gi y Nam Joon aparecieron y al igual que su hyung, le ofrecieron su apoyo en todo momento al joven muchacho.

Hoseok también apareció, siempre tomado de la mano de Sara.

Nadie le había dicho lo que realmente había ocurrido en la reunión con su padre, así que el muchacho no tenía ni idea de que tal vez, Hoseok había acelerado la muerte de su appa.

-       Taehyung, te doy mi más sentido pésame. – Le dijo Hoseok al menor, tratando de sonreír, aunque sin lograrlo del todo.

 

-       Gracias, hyung. Y te agradezco demasiado que te tomes la molestia de venir al velorio. – Le dijo, serio y con el rostro tan triste, que Hoseok se sintió aún más mal.

 

Sara solo le hizo una reverencia que Taehyung correspondió. Luego desvió su atención hacia las otras personas que iban llegando, mientras Hoseok y su novia se sentaban en alguno de los sofás del enorme salón, dispuestos a quedarse con la familia Kim hasta el final.

-       Pobre chico, se ve que le duele mucho que su padre haya muerto. – Comentó Sara en el oído de su novio.

 

-       Si. Siempre se quisieron mucho, y ahora Taehyung no solo pierde a su querido appa, sino que se debe quedar al frente de las empresas Kim. Espero que no sea demasiado para él. – Le comentó, observando al muchacho que aún en su dolor, lucía muy guapo en su traje oscuro.

Jungkook estaba muy molesto con Hoseok. Había estado hablando con su omma y ambos concordaron en que el mayor había tenido algo de culpa en que el señor Kim se pusiera mal, y ahora, mientras lo veía en el velatorio con su novia y actuando como si nada, solo se sentía más molesto aún.

-       Quita esa mirada, Kookie. – Le dijo Jin, al verlo tan molesto.

 

-       Es un cínico. No debería ni aparecer por aquí pero míralo, tan tranquilo como si fuera una inocente palomita. – Le contestó a Jin, mirando muy enojado a Hobi.

 

-       No es asunto nuestro. Y tampoco debemos ir contando por ahí lo que pasó. –

 

-       Yo no le he dicho a nadie, pero ganas no me faltan de decirle todo a Taehyung. –

 

-       No intervengas. Recuerda que hablaremos con él para que no nos abandone. Ahora que ya no está el señor Kim, tengo la esperanza de que Taehyung cambie el deseo de su padre y se quede en el despacho. –

 

-       Pero él debe saber, hyung. – Le dijo, molesto.

 

-       Por favor, Kookie. No intervengas. Si Taehyung se entera de todo, no querrá permanecer en la empresa y si eso sucede, los proyectos se irán de nuestras manos. –

 

-       Está bien, hyung. Solo por ser tú, no diré nada. Aunque aún creo que Tae debe enterarse algún día de lo que realmente pasó. –

 

-       Se lo diremos, pero no ahora. No antes de que firme el convenio con nosotros. – Lo miró y le sonrió. – Por favor. –

 

-       Ok, cariño. – Y le sonrió, alejando el tema de su mente.

 

El velorio fue muy cansado y desgastante. Todos trataban a Taehyung y a su Omma como si fueran de cristal cortado y les hacían caravanas, sabiendo que ahora todas las decisiones de las empresas Kim estaban en manos de ellos dos.

Llegó tanta gente que hubo necesidad de trasladar el cuerpo a una sala más grande, para que cupieran todos.

En la madrugada, el salón se había quedado semi vacío, pues la mayoría fue a bañarse y cambiarse para cuando fuera el momento de hacer el cortejo al crematorio.

Nam Joon y Yoon Gi se fueron a descansar, junto a los demás y Hoseok llevó a Sara a su casa, para que durmiera cómodamente.

Finalmente solo estaban Taehyung, su omma, la señora Jeon y Jungkook con Jin. El muchacho seguía de pie junto al féretro de su padre. La noche estaba muy callada y solo se escuchaban algunos suaves murmullos de las personas que estaban ahí.

Hoseok regresó después de dejar a Sara en su casa. Entró y miró al muchacho que estaba solo, con la mirada más triste del mundo.

Se le acercó, y cuando estuvo bastante cerca, le dijo:

-       Deberías descansar, Taehyung. –

 

Taehyung se giró para mirarlo y luego, al sentirlo demasiado cerca de él, se alejó un paso.

-       Ya descansaré luego. Por ahora no quiero separarme de él. Después ya no podré verlo más. – Le contestó, mirando el rostro de su querido appa. Dos lágrimas resbalaron de sus mejillas y con un pañuelo desechable las contuvo.

 

-       En verdad lamento mucho que tu padre haya muerto. Era todo un líder y nos hará mucha falta en la empresa. – Le dijo.

 

-       Lo sé. También en casa nos hará demasiada falta su liderazgo. No sé qué voy a hacer con tantas decisiones que tendré que tomar, tarde o temprano. – Le dijo, sin más.

 

-       Sí, me imagino. – Le contestó. Taehyung observó que su hyung estaba solo.

 

-       ¿Y Sara? –

 

-       La llevé a dormir, estaba exhausta. – Le contestó de la manera más natural posible.

 

-       Deberías ir con ella. Aquí estaremos bien. – Acarició el ataúd de su padre, de la mejor madera. – Y yo no pienso moverme de aquí, para nada. – Seguía mirando el rostro de su padre.

 

Hoseok se dio cuenta de que la tristeza de Taehyung era demasiado grande. Quería decirle que se había regresado solo para estar con él, y también quería hacerlo sonreír, hacer que le brindara esa hermosa risa, que tanto amaba, pero solo se quedó callado, sintiendo el enorme dolor de su amigo. Se alejó del chico para ir a sentarse en un asiento cercano, meditando sobre lo sucedido. 

 

Al fin, llegó el momento de la cremación. Taehyung acompañó a su appa en la carroza fúnebre que llevó los restos hasta el crematorio del cementerio. Luego, junto con su omma, entraron para certificar que era el cuerpo del señor Kim y vio, con lágrimas en los ojos, como cerraban la puerta del horno, para cremar a su papá.

La señora Kim y Taehyung regresaron al salón y solo quedaban algunas personas.

El resto de la gente se fue, después de despedir el cortejo y únicamente estaban Jin, Jungkook y su omma, Hoseok y Sara, y el abogado de la familia para acompañar a Tae y su mamá.

 

-       Te dejaré descansar dos días, Taehyung, pero hay asuntos urgentes que tienes que decidir. – Le informó su abogado.

 

-       No necesito descanso. Nada en el mundo me quitará esta enorme tristeza, pero sé que mi appa está en un lugar mejor, y eso me da fuerza para continuar. Y si hay cosas urgentes, pues dime cuales son. – Le dijo, mientras subían a la limusina.

 

-       Entre los asuntos urgentes, está la ratificación de la sociedad que tu padre formaba con nosotros, Taehyung. – Le informó Jin, directamente.

 

-       ¿Ratificación? –

 

-       Si, cada dos años, los socios principales firmamos la sociedad para que la empresa siga funcionando como una fusión entre empresas Kim y nuestro despacho. Tu appa era el socio mayoritario y el director del consejo, por eso es urgente que se firme el acuerdo y que te pongas al frente del consejo y decidamos cuales proyectos aceptaremos el año que viene. – Le resumió.

 

 

-       ¿Mi appa firmaba cada dos años ese acuerdo? – Preguntó al abogado.

 

-       Si, Taehyung, pero en éste año, él me hizo una observación que quizás pueda cambiar la fusión. – Le explicó, sacando una hoja. – Aquí están algunos pendientes que tu padre me escribió, justo un día antes de morir. – Le dio un sobre sellado. – En el sobre hay indicaciones personales para ti, y ésta es la lista de los asuntos que se debían solucionar cuanto antes. – Y también le dio la hoja.

 

-       Veamos. – El muchacho extendió la hoja, leyendo con el rostro concentrado. El sobre lo guardó en el bolsillo interno de su saco, para leerlo después.

 

Hoseok y Sara lo observaban, ambos admirando la perfección de las facciones del chico, así como su capacidad para serenarse.

La señora Jeon miraba a los dos con rabia. No le parecía que engañaran de esa manera a Taehyung, y mucho menos que se presentaran como una feliz pareja después de todo lo sucedido entre Tae y Hoseok. Estaba esperando el momento oportuno para hablar con el muchacho y contarle toda la verdad de la junta en la cual murió el señor Kim.

Taehyung levantó la vista de la hoja y miró a los demás que lo veían con el alma en un hilo. Definitivamente, Jin no quería que la fusión se rompiera.

-       ¿Cuándo puedes reunirte con nosotros Taehyung, para que hablemos del asunto, con calma? – Le preguntó al menor.

 

-       Al parecer, mi appa ya no quería seguir con ustedes, hyung. Aquí en esta carta me dice, explícitamente, que uno de sus deseos sería que nos separáramos de ustedes. – Le dijo, demasiado confundido con lo que acababa de leer.

 

-       En la junta que tuvimos con él, el día que… bueno, en esa junta, él dijo que deseaba la separación, pero estábamos tratando de convencerlo de quedarse. Por eso necesito que nos reunamos todos y hablemos del asunto. Por favor, te lo pido encarecidamente. Antes de tomar una decisión, habla con nosotros. – Jin hablaba con rapidez, tratando de convencer al menor.

Taehyung los miró, uno por uno, tratando de tomar una decisión que fuera justa. En realidad desconocía los motivos que su appa tendría para separarse de una sociedad de la que siempre habló maravillas, así que pensó que lo mejor sería hablar con los socios y que expusieran los detalles.

-       Mañana nos podemos reunir, hyung. Puedo ir a tu casa o bien ustedes pueden venir a la mía. – Le explicó a Jin.

 

-       Claro. Por favor, acepta ir a mi casa y ahí podemos hablar libremente. De paso, podrías cenar con Jungkook, su omma y conmigo. – Lo invitó sonriéndole.

 

-       Está bien. Mañana en la tarde los veré en tu casa, hyung. – Llegaron a la mansión Kim.

 

Ya no vivían en el departamento enfrente de la empresa, pues justo una semana antes, el señor y la señora Kim habían decidido regresar a la casa de los abuelos de Taehyung. 

El departamento nuevo, construido en el edificio inteligente, sería para  el muchacho, quién iría por sus cosas y luego se mudaría.   

-       Gracias por haber estado con nosotros. Por ahora, los dejamos, mi chofer los llevará a donde ustedes le indiquen. Que tengan un buen día. – Miró a Mingkyu, un joven chofer que acaban de contratar.

 

-       A la orden, Señor Kim. – Le dijo el muchacho, a lo que Taehyung negó.

 

-       El señor Kim era mi appa, yo solo soy Taehyung. – Y dicho lo cual entró con su omma en la casa, mientras los demás los veían.

 

Mingkyu llevó a los demás a la casa de Jin y de ahí, llamaron a Nam Joon y Yoon Gi para hacer un plan que convenciera a Taehyung de continuar con ellos.

Hoseok deseaba hablar con Taehyung. Quería decirle todo lo que había sucedido, y que se enterara por su propia boca y no por otros, que quizás tergiversarían sus palabras o sus actos.

Sabía que después de hablar con él, probablemente el menor ya no deseara verlo jamás, pero tenía que ser sincero con Taehyung. Su conciencia no le permitiría seguir viviendo con tranquilidad hasta que no confesara.

-       Debo hablar con Taehyung. – Les dijo, no bien se sentaron en el salón.

-       Pero no ahora, Hoseok. Necesitamos que firme el acuerdo por al menos otros dos años. – Le explicó Jin, preocupado.

-       Pero eso es hacer trampa. Debo decirle lo que pasó y una vez que lo sepa, debe tomar una decisión, si no dirá que tratamos de engañarlo y creo que será peor. –

-       El chico se ve muy tranquilo, y no creo que reaccione mal. – Intervino Sara.

Todos la miraron, haciéndole saber que era mejor que no interviniera, pero la chica los ignoró.

-       Hoseok debe decir la verdad. Siempre es mejor decir la verdad que mentir. – Determinó. Tomó la mano de su novio y lo miró directamente a los ojos. – Me sentiré muy decepcionada si no le dices hoy mismo lo que sucedió. – Le informó.

-       No intervengas, mujer. De todos modos, lo hecho, hecho está. El señor Kim está muerto y cremado. Así que no le hará daño que esperemos. – Le dijo Nam Joon, molesto.

-       Al señor Kim no le hará daño esperar, pero a Hoseok sí. ¿No lo ves cómo está pálido por la angustia? – Le preguntó y todos se dieron cuenta de que era verdad, su amigo se consumía por la culpa.

Hoseok los miró y luego de volver a mirar a Sara, se levantó. Estaba decidido, iría a buscar a Taehyung y le diría todo.

-       Pero Hobi, al menos espera a mañana y entre todos le decimos lo que sucedió. – Insistió Jin.

-       No. Lo haré ahora mismo. Iré a buscarlo a su casa y que pase lo que tenga que pasar. – Les dijo, decidido. Luego Sara se levantó con él.

-       Te acompañaré. – Le dijo y ambos salieron hacia la casa de Taehyung.

-       Pues ahora todo se fue a la… fregada. – Dijo Yoon Gi bastante molesto. De hecho todo el tiempo se veía molesto y con ganas de mandar todo al diablo.

-       Según dijiste, tú también nos abandonarás, así que no te afecta lo que sucede, hyung. – Le dijo Nam Joon.

Suga lo miró y se levantó. Sin decir nada más, salió de la habitación, dejando a los demás con una enorme preocupación.

 

Hoseok fue con Sara al departamento de los señores Kim. Bajaron del coche y el portero les informó que los señores se habían ido a la mansión Kim.

-       Quizás deba esperar a mañana, mejor.- Comentó Hoseok temeroso.

-       No. Iremos a la mansión. – Y lo jaló con ella para caminar hacia el coche.

Hoseok se dejó llevar dócilmente. Trataba de manejar con calma, pues los nervios los tenía al tope, sin embargo la mano de su novia sobre su pierna lo tranquilizó.

-       Calma. Llegaremos pronto. – Le dijo la Chica.

Al fin, llegaron a las puertas de la mansión y hablaron con el guardia de la puerta. Éste llamó por el interfono y luego les abrió la reja. El auto se estacionó lentamente en el enorme jardín del frente, y Hoseok bajó del coche, rodeando el automóvil para ayudar a su novia a bajar del automóvil.

Taehyung los esperaba en la sala de estar, sentado frente a la chimenea. Tenía una bata de casa muy elegante, un pantalón negro debajo y en sus ojos se veía la enorme tristeza de su corazón.

-       Me dijo el sirviente que les urgía verme. – Les dijo, no bien entraron.

-       Lamentamos interrumpir. Pero tengo algo que decirte, Taehyung. –

-       ¿No puede esperar a mañana? La verdad, no tengo ganas de… -

-       ¡No, no puede esperar, por favor no tardaré! – Le dijo Hoseok impaciente.

El muchacho lo miró serio. Algo en el rostro de su hyung le dijo que en verdad necesitaba decir lo que fuera que le diría.

-       Está bien. Por favor, siéntense. ¿Gustan tomar algo? – Ofreció educadamente.

-       No, gracias. No tardaremos mucho, de todos modos. – Contestó Hoseok, en voz mucho más baja.

Sara tomaba la mano de su novio, tratando de darle el valor suficiente como para decir lo que tenía que decir.

Taehyung lo miraba con una interrogación en la mirada. En verdad no se imaginaba que le sucedía a Hoseok y sobre todo, que era eso tan urgente que tenía que decirle.

Sara lo veía muy asustado, pero sobre todo, observaba que era la culpa lo que ahogaba a Hoseok. Sabía que esa noche, terminaría una relación con los Kim, pero también le daría paz al azorado corazón de Hobi.

Nadie dijo nada durante unos minutos, pero luego Hoseok se acercó a Taehyung y lo miró directamente a los ojos.

-       Yo… yo maté a tu padre. – Le dijo, haciendo que el menor lo mirara raro, para luego alejarse de él, lentamente.

-       ¿Qué… qué dijiste? – Le preguntó, mientras seguía retrocediendo y al fin, cayó al sillón que estaba más cerca. Simplemente no había escuchado bien.

-       El día de la junta, tu appa dijo que deseaba deslindarse de la fusión. No quiso dar explicaciones, pero yo sabía… yo sé, que lo hizo por… por lo ocurrido entre tú y yo. – Comenzó a decir. Miró a Sara, quién asintió, dándole valor para continuar. – Yo… entonces me enojé. Quería que lo aceptara y discutí con él. No sé cuántas estupideces dije, pero al final, le dije que… que yo nunca te había amado y… - Hoseok comenzó a llorar. – Le dije que… - Pero no podía continuar, pues el llanto lo impedía.

Taehyung comprendió. Su mente no necesitaba que el otro continuara diciendo lo sucedido, pues podía imaginarlo fácilmente. Su appa lo adoraba y estaba enojado con Hoseok por lo ocurrido, pues pensaba que solo jugó con él… como lo pensaba él también.

Pero no dijo nada.

Entonces Hoseok se limpió el rostro y continuó.

-       Yo… lo hice enojar tanto que por eso él tuvo un ataque y lo demás… lo demás ya lo sabes. – Terminó, sacando su pañuelo para limpiarse el rostro.

Se atrevió a levantar su cara para mirar la de Taehyung y solo se encontró con dos enormes pupilas vacías, que no reflejaban ninguna emoción.

-       Dime algo, Taehyung. Por favor. – Le pidió, en voz muy baja.

No dejaba de mirar a los ojos de ese chico que acababa de escuchar que él era el culpable de la muerte de su appa y deseaba de todo corazón, que Taehyung le dijera algo, cualquier cosa, pero que no lo siguiera mirando de esa manera.

-       No tengo nada que decir. – Le dijo al fin, con su voz tan grave que dificultaba que se le entendiera algo.

-       Pero… yo… tú… debes decirme algo, lo que sea. – Le pidió, sintiéndose más nervioso aún.

-       Lo único que puedo decirte, decirles… es que me dejen solo. Por ahora, no puedo hablar, no quiero hablar más. – Respondió. Se levantó del sillón y luego, sin más, salió de la habitación, dejándolos completamente solo.

-       ¡Taehyung, no puedes dejarme así! ¡Dime algo, por favor, lo que sea! – Le suplicó, corriendo tras el muchacho, quién caminaba muy aprisa, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas incontenibles.

-       ¡¿Qué quieres que te diga, Hoseok?! – Se giró, harto de escuchar al otro seguirlo. Se detuvo y lo miró fijamente.

-       Que me odias, que nunca me perdonarás, algo. Lo que sea. – Le pidió. Se veía tan azorado y tan culpable que el menor solo respondió.

-       Cualquier cosa que tranquilice tu sucia conciencia. ¿Verdad? – Le dijo, de pronto.

-       Si, lo que sea, me ayudará a sentirme menos mal. – Le respondió. Sara se había levantado y los miraba discutir.

-       Quizás tu penitencia sea esa. Quedarte sin ningún consuelo para tu alma. Quedarte para siempre, con la culpa por haberle hecho daño a un hombre que solo tuvo buenos momentos contigo. – Le respondió, enojado.

-       No fue a propósito… te lo juro, solo quería… -

-       Tan solo querías dejarle claro que yo no signifiqué nada en tu vida. Esa es la realidad. Querías lastimarlo, haciéndole ver que yo solo fui un juguete en tu vida, una diversión diferente para ti. – Le respondió, mirando a Sara. – Que ya habías encontrado a esa persona especial, con la que si estás dispuesto a formar una familia y ser feliz. – Volvió a mirar a Hoseok. – Pero yo no te daré ese placer. Yo no te diré que te perdono, ni tampoco te daré la paz que necesitas. – Se detuvo para tomar aire.

-       Taehyung, oppa, por favor, míralo como sufre. Solo dile que… - Intervino Sara, abrazando a Hoseok que lloraba desconsoladamente, por las palabras de Taehyung.

-       Díselo tú. Él es tu novio, yo no soy nada para él. Nunca lo fui y tampoco lo seré jamás. – Se dio la vuelta y subió las escaleras mientras decía. – Conocen la salida. No quiero verlos más en mi casa. – Y terminó entrando a su habitación.

Ambos muchachos salieron del lugar, escoltados por el mayordomo. Subieron al automóvil de Hoseok y Sara se puso al volante. Después de unos minutos, el automóvil desaparecía en la distancia, dejando atrás la mansión Kim.

 

Taehyung salió hacia la habitación de sus padres. Su omma no dormía ahí, se había mudado a la habitación de huéspedes, así que el chico entró y tomando una fotografía de su querido padre, se subió a la cama y abrazado a la foto, lloró profundamente, pues sabía que en parte él también era culpable de la muerte de su adorado progenitor.

-       ¡Si tan solo jamás hubiera dejado que Hoseok me convenciera! ¡Pero yo también soy culpable de tu muerte appa, y eso nadie jamás podrá cambiarlo! ¡Nadie! – Le dijo, mientras las lágrimas llenaban su rostro, por completo.   

 

 

Jungkook yacía sobre Jin, respirando agitadamente, con los ojos cerrados y el cuerpo sudando. Ambos estaban en igualdad de condiciones, como siempre que terminaban de hacer el amor.

 

Una vez que se marcharon los demás, la joven pareja subió a la habitación de Jin y se amaron de una forma tan agresiva y desesperada, que para ambos fue como  si hubieran corrido un maratón.

 

Jungkook quería hablar con Jin, hacerle ver que era necesario que él también hablara con Taehyung y no dejara todo en manos de Hoseok, pero éste solo se acercó y tomándolo de ambas mejillas, comenzó a besarlo de manera tan intensa y necesitada que pronto ambos estaban completamente embebidos en el otro.

 

Ahora, finalmente, terminaron y en la habitación solo se escuchaban sus rápidas y agitadas respiraciones.

 

-       Jini. – Le dijo Kookie, levantando el rostro que había estado sobre el pecho del mayor, escuchando el sonido que hacía su corazón al palpitar. Su sonido favorito.

 

-       Dime, amor. – Le pidió, mirándolo también.

 

-       Te amo. Te amo locamente. – Le dijo una vez más. Diario le decía que lo amaba, pero ahora sentía demasiadas ganas de hacerle saber al mayor lo que sentía por él.

 

-       Yo también te amo, pero no locamente, sino con todo mi raciocinio y mi mente, con mis cinco sentidos. – Le contestó, haciendo sonreír al menor.

 

-       Nunca podrás ganarme. Yo siempre te amaré más, mucho más. – Le dijo, acercándose a los labios de Jin para besarlo con suavidad, una vez pasada la locura del sexo.

 

-       Eso no es verdad. – Refutó, sobre los labios del otro.

 

-       Si lo es. –

 

-       Soy tu hyung, así que debes darme la razón. –

 

-       Cuando la tengas… hyung. – Le dijo burlón y entonces Jin lo abrazó con fuerza, deseando no separarse nunca de ese chico que le había robado el alma por completo.

 

-       ¿Crees que Taehyung perdone a Hoseok? – Le preguntó mientras se daban un duchazo.

 

-       No. Taehyung es una buena persona, pero sé que esto no será fácil de perdonar. – Le contestó mientras secaba su perfecto cuerpo, sintiendo la mirada del menor. – Deja de mirar, pervertido. – Lo regañó, cuando se encontró con los ojos brillantes de Jungkook, deslizándose sobre su parte baja.

 

-       No soy pervertido, solo examino lo que es mío. – Se acercó. Ambos desnudos y secos. La sonrisa del menor era lujuriosa.

 

-       Kookie, terminarás conmigo en poco tiempo. Eres demasiado para mí. – Le dijo, adivinando el deseo del otro.

 

-       Exageras, hyung. – Le contestó divertido. Luego ambos salieron del vestidor, listos para cenar algo mientras miraban la televisión.

-       ¿Qué harás, hyung? – Le preguntó finalmente.

 

-       Hablaré con Taehyung, mañana en la junta le diré la verdad. Si ellos nos abandonan, será el final de nuestro despacho. – Le dijo, mirándolo fijamente.

 

-       ¿De verdad? ¿Tan importante es que sigan los Kim? –

 

-       Sí, pero eso no significa que no lucharemos para subsistir. Lo peor de todo es que Suga también se va. Nos quedaremos solamente Hoseok, Nam Joon y yo. –

 

-       ¿Dejaras que Hoseok hyung siga en la empresa? Pero si él tiene la culpa de todos los problemas que ha habido. – Protestó, mirándolo con incredulidad.

 

-       No es su culpa no amar a Taehyung. – Le respondió sabiamente.

 

-       No. Pero si es su culpa discutir con el señor Kim como un idiota y causarle un infarto. – Le respondió muy enojado.

 

-       ¿Por qué estás tan enojado con él? – Le preguntó Jin.

 

-       Lo odio. Te está causando problemas y tú no debes sufrir tantas presiones, puede hacerte daño. – Le dijo, angustiado.

 

-       No me pasará nada, amor. No te preocupes por mí. – Le sonrió, abrazándolo con fuerza.

 

-       Siempre me preocuparé por ti, Jin. Si algo te pasara yo… yo me moriría. – Le confesó.

 

-       Nada me pasará. Si no soy un anciano, y no estoy enfermo. No te apures, pero de todos modos gracias por preocuparte. Nunca nadie lo hizo. – Lo miró, sonriendo.

 

-       Pues yo lo hago y lo haré siempre, porque te amo demasiado… hyung. – Le contestó, sonriendo porque Jin lo abrazaba.

 

-       Mi pequeño conejito Kookie. – Seguían abrazados, sabiendo que siempre que estuvieran juntos, nada los podría derrotar. Sabiendo que con su amor podían resistir lo que fuera. 

Notas finales:

Gracias por seguir leyendo y comentando. 

BESOS. 


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