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Drive my car. por Galaxy Diamond

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Notas del capitulo:

Aquí está otro capitulo. Espero lo disfruten. 

Jungkook observó a Jin mientras caminaba hacia el estacionamiento, observando que su andar era lento y depresivo.

 

Sintió mucha tristeza pues indudablemente, para su hyung,  la noticia de que habían encontrado a la tía del niño era demasiado triste, pues sabía que eso significaba perder la oportunidad de adoptar al niño que ya se había robado el corazón de Seokjin.

 

Jungkook se sentía como la más miserable mierda, por haberse mostrado enojado y celoso, durante el tiempo en que su  novio pudo disfrutar de la compañía del bebé, restándole felicidad a Jin.

 

Caminó con la cabeza inclinada, siguiendo a su hyung hasta el automóvil. Como ya no había nada que hacer en Busan, seguramente regresarían al hotel y luego, de vuelta a casa.

 

Levantó la cabeza, buscando el coche en el estacionamiento cuando, asombrado, miró a Jimin y a Suga que, bajando de un automóvil, se dirigían al muelle para, abordar un bote bastante grande junto con un muchacho que destacaba por su altura.

 

Se quedó ahí, parado, mirando a los que pensaba que eran sus amigos, pero la voz de Jin lo sacó de su abstracción.

 

-       Vamos, Jungkook. Quiero regresar a Seúl hoy mismo. – Le dijo y el menor corrió hasta llegar con su hyung y luego de entrar en el coche, se alejaron de ahí.

 

-       Yo… creo que vi a… - Le iba a decir lo que había visto, pero sintió la mano de Jin encima de la suya.

 

-       Quiero ir a la casa. Las cosas que compre deben estar ya ahí y quiero llevarlas a donar en algún orfanato. – Decidió, mientras manejaba.

 

-       Claro, hyung. Te ayudaré en lo que quieras. – Le dijo, apretando la mano de su mayor.

 

Jin lo miró rápidamente. Iban en el coche rumbo al hotel para empacar e irse, y mirar a ese chico hermoso a su lado, sabiendo que era su novio, lo hacía sentirse mejor.

 

-       Te amo, Kookie. ¿Lo sabes verdad? – Le preguntó.

 

-       Si, lo sé. Igual que tú sabes que yo te amo más que a mi vida Jin. – Le aseguró, sin dudar.

 

-       Espero que entiendas que yo, durante algunos días estaré… triste, deprimido, o no sé. Quiero que lo sepas, pues… quizás puedas pensar que estoy enojado contigo, pero en realidad no es así. Solo… solo voy a extrañar la sensación que tenía de volver a tener un bebé entre mis brazos. – Y al final, su voz se quebró, pero carraspeó para limpiar su garganta.

 

-       Yo te entiendo perfectamente, y no te preocupes por mí, pero no quiero que te deprimas. Mejor, pongámonos a trabajar en el entrenamiento para escalar. O… vamos a inscribirnos en una escuela de idiomas y aprendamos inglés o francés. – Le propuso.

 

-       Claro, como quieras. – Le contestó, pero Jungkook sabía que solo fingía por él, para no preocuparlo, para no hacerlo infeliz también.

 

 

 

Suga y Jimin abordaron la lancha de Jung Hong.

 

Se sentían muy nerviosos pues de pronto pensaban que era una trampa para secuestrarlos y que habían caído redonditos. No conocían al muchacho ni nada parecido y ahí estaban los dos, en un bote a solas con él. Sin embargo, al llegar a la isla, vieron a lo lejos una cabaña muy humilde y a un anciano que los miraba con una expresión seria.

 

-       Él es mi abuelo. – Les dijo y los tres se acercaron al señor.

 

-       Buenos días, venimos por… -

 

-       Si, lo sé, por Hoseok. – Les respondió el anciano.

 

-       Entren, Hoseok los espera. – Les dijo el joven. Suga y Jimin hicieron una reverencia al viejo y luego, entraron a la humilde cabaña.

 

-       ¡Yoon Gi, al fin llegas! – Le dijo Hoseok, desde su lecho, feliz de ver a su mejor amigo.

 

Suga corrió para acercarse a Hobi. Lo abrazó con tanta fuerza que lastimó sus heridas.

 

-       ¡Ouch! – Se quejó Hoseok.

 

-       Discúlpame amigo. – Yoon Gi se desprendió de su amigo y con cuidado lo ayudó a medio sentarse.

 

-       ¿Gustan café o un té? – Les propuso Jun Hong.

 

-       No, gracias. No queremos darte más molestias y me gustaría llevarme a Hoseok cuanto antes. Quiero que se instale en el mejor hospital de Busan. – Les dijo Suga, haciendo que Jun Hong y su abuelo bajaran la mirada, apenados por su pobreza.

 

-       ¡Hyung! – Jimin le dio un codazo, y señaló a los dos hombres que, desde lejos, se sentían ofendidos.

 

Suga se giró y trató de arreglarlo.

 

-       Lo siento, no me refiero a que esté mal el lugar, sino a que en un hospital tendrá mejores cuidados y dará menos molestias. – Les dijo, tratando de suavizar su tono de voz.

 

-       Entendemos perfectamente que quieras llevarte a tu amigo, hyung. – Le dijo Jun Hong, apretando sus labios después.

 

-       Mi hyung solo quiere que Hobi esté en la ciudad para poder estar junto a él. Es su mejor amigo y estaba desecho al pensar que había muerto. Por favor, no lo malinterpreten. – Les dijo Jimin.

 

-       Claro, ya lo entendimos. – Les dijo el anciano para luego salir y alejarse hacia la playa.

 

-       ¿Puedes viajar en la lancha, Hoseok? – Le preguntó Yoon Gi a su amigo.

 

-       No sé. No me he movido de aquí desde que llegué. Estaba muy mal, muy quemado, pero éstas personas me ayudaron mucho, me pusieron unas yerbas que me ayudaron a que las heridas cicatrizaran. Lo único que me duele mucho aún son las piernas. No puedo caminar bien. – Le explicó.

 

-       Yo te ayudaré. – Y lo trató de levantar, pero Hoseok se caía por la debilidad.

 

-       Entre los dos te ayudaremos. – Le dijo Jimin.

 

-       Esperen. – Les dijo Jun Hong antes de que lo cargaran. Se les acercó con unas vendas limpias. – Tenemos que cubrir su rostro, o el sol le quemará la piel de nuevo. – Y lo envolvió con cuidado.

 

Una vez que lo cubrieran, igual que las manos, lo sacaron de la casa y lo subieron al bote que, inmediatamente, los llevó hasta Busan.

 

Jimin analizaba la caja que les dieran Jun Hong y su abuelo, y vio que había un pasaporte, y unas identificaciones. Lo malo era que la fecha que marcaban era muy antigua.

 

Suga lo miró y sonrió.

 

-       Tengo un amigo que hará maravillas con eso, Jimin. – Y le guiñó un ojo.

 

-       ¿Un amigo? – Lo miró con sospechas.

 

-       Mejor no preguntes, cariño. – Le sonrió al fin.

 

Y el menor solo se quedó callado, pensando que aún tenía mucho por conocer de ese hombre que tenía frente a él.

 

-       Me duele mucho caminar, como si la piel se me desgarrara. – Les dijo Hoseok, haciendo gestos de dolor.

 

-       Pronto estarás mejor. – Le dijo Yoon Gi. - ¿Quién es Kiro Osaka? – Le preguntó.

 

-       Era un amigo de mi abuelo. Él está muerto y sus papeles están en ésta caja. El señor Jun me dijo que no quiere que nadie sepa que está vivo y creo que podríamos registrarlo con el nombre de Kiro Osaka. – Explicó Zelo, como le decían sus amigos.

 

-       Tenemos que inventar una historia, porque ese Osaka no está registrado entre los pasajeros del avión accidentado. Así que… - Suga pensaba mientras entre cerraba sus ojos.

 

-       Podemos decir que Kiro estaba en su lancha, cuando le cayó encima un pedazo del avión quemado y su bote explotó. Por eso sus heridas. – Le dijo Jimin.

 

 

-       Muy bien pensado, Jimini. – Le dijo Suga riendo.

 

-       Y luego, inventaremos que perdió la memoria y que sabemos que es Kiro por sus papeles. – Dijo Zelo.

 

-       Claro, y por eso, no sabe su dirección ni reconoce a nadie. – Agregó Suga. – Quizás podría recordar que es arquitecto y que diseña casas. – Sugirió. – Para que pueda trabajar con nosotros. –

 

-       ¿Y nosotros como lo conocemos? – Preguntó Jimin.

 

-       Pues porque les dejé mi numero en Busan para que me avisaran si Hoseok aparecía. Así que cuando vieron a un hombre quemado y herido en el mar, pensaron que era él, pero se equivocaron, pues Hoseok murió en el accidente. - Terminó.

 

-       Bien pensado, hyung. – Le dijo Jimin, con su encantadora risa.

 

-       Gracias, pero ésta historia la hicimos entre los tres. – Y siguieron su camino hasta Busan, con una historia que contar y documentos para demostrarla.

 

Llegando a la playa, Yoon Gi alquiló una ambulancia que transportó a Hoseok hasta el hospital, donde lo atendieron.

 

En Seúl, la gente se enteró de que encontraron a Kiro, pues seguían pendientes de lo que pasaba y, una ambulancia en la playa no era cosa de todos los días, así que, simplemente, se filtró la información.

 

-        ¿Entonces un japonés resultó herido en el accidente? – Le preguntó Bang a su fuente.

 

-       Si, hyung. Al parecer, un pedazo del avión le cayó sobre la lancha en la que descansaba. Es un tipo con dinero o algo así. – Le termino de decir.

 

-       Vaya, vaya. – Sonrió Bang. – Mantenme informado. – Y cortó la llamada.

 

Miraba a Sara que, coquetamente, lo miraba mientras trabajaba en un escritorio cerca de él.

 

Hacía dos noches que habían tenido sexo por primera vez y la chica se hacía las ilusiones de haber encontrado al amor de su vida. Bang solo sonreía pensando en el millón de dólares que le diera Taehyung por conseguirla, aunque se tardó más de una semana.

-       ¿Vamos a comer, Yongguk oppa? – Le preguntó, una vez que llegó la hora de la comida.   

 

-       Estoy ocupado ahora. – Le respondió. Y efectivamente tenía mucho que hacer, pues los negocios de Taehyung requerían toda su atención ya que el menor se había ido a Daegu, la noche anterior.

 

Solamente le había llamado diciendo:

-       Me voy a Daegu, encárgate de todo. – Y sin más, se fue, dejándolo a cargo de todos los negocios y las inversiones.

 

En verdad, que ese chico no había nacido para ser un empresario. Le faltaba carácter y voluntad, pensaba Bang, pero desechó de su mente ese pensamiento pues él no era un hombre de malos pensamientos.

 

Así que siguió trabajando en la oficina, haciendo lo que mejor sabía hacer y olvidándose por completo de Sara, provocando que ésta, se sintiera abandonada y triste.

 

Por la noche, cuando salieron, la chica se volvió a acercar a Yongguk.

 

-       Oppa, vamos a mi casa, anda. – Le pidió, sonriendo.

Yongguk miró a la chica y sonrió. No era una mujer fea, ni mucho menos y por supuesto, había disfrutado mucho al tener sexo con ella, sin embargo, por el momento, no quería involucrarse más con ella. Sabía que tendría que alejarse de ella muy pronto, pues no era alguien a quien Taehyung quisiera cerca de ellos. Así que hizo lo que su mente analítica decidió, ir terminando con las esperanzas de la chica.

 

-       Lo siento, pero hoy no podré. La verdad es que estoy demasiado cansado Sara. Hasta mañana. – Y sin más, subió a su coche, alejándose de la mujer que solo lo miraba irse, con el corazón adolorido.

 

Taehyung estaba en Daegu. Quería hablar con su amigo y pensaba que solo éste podría comprender sus sentimientos más profundos.

 

-       Te sientes culpable, ¿Verdad, Taehyung? – Le preguntó cuándo escuchó todo.

 

-       Sí, mucho. – Le contestó con el rostro abajo, muy apenado y triste. – Pero también tengo mucho dolor. Extraño mucho a Hoseok y sé que lo extrañaré por el resto de mi vida. – Terminó, sintiendo como las lágrimas llenaban sus ojos.

 

-       Te entiendo. No solo es culpa, es el enorme amor que siempre le tuviste y que ahora sabes que tendrás que guardarte hasta que mueras. Ya nunca más, podrás decirle que lo amas. – Lo miraba y sentía pena por él.

 

-       Sí, eso es. – Lo miró y a pesar de sus ojos con lágrimas, sonrió.

 

-       Taehyung, amigo mío. Nunca debiste tomar desquite contra ese hombre. Nunca. – Le dijo, sabiendo que era demasiado tarde para arreglarlo. – La venganza nunca es buena, porque mata el alma y la envenena. – Le dijo repitiendo un refrán antiguo.

 

-       ¡Por favor, no me atormentes más! – Le dijo, sollozando con fuerza.

 

-       Perdóname amigo. Pero quiero que estés muy consciente de tu error para que no vuelvas a cometerlo. – Lo abrazó cariñosamente, dándole a Taehyung la sensación de tener a su padre con él.

 

-       Lo sé, pero puedes creerme cuando te digo que… que yo mejor que nadie siente mucho arrepentimiento. – Sollozó. – ¡Ojalá y nunca lo hubiera conocido! ¡Ojalá y nunca me hubiera ido de aquí! – Sollozaba sin control.

 

-       Taehyung, amigo. Tú eres una buena persona y Dios sabía que tu camino no era éste. Por eso te envió a Hoseok. Ahora solo queda un aprendizaje. –

 

-       ¿Cuál? ¿Darme cuenta de lo estúpido que puedo ser? – Le preguntó, limpiándose las lágrimas.

 

-       Darte cuenta de que actuar por impulso, llevado por tus sentimientos, no es bueno. No puedes hacer las cosas con el corazón lleno de maldad y odio. –

 

-       Ahora no quiero hacer nada más. No quiero tomar decisiones ni hacer una vida. Solo quiero… morir. – Le dijo al fin, cansado de llorar.

 

-       No puedes morir, solo Dios puede decidir eso. – Le advirtió su amigo.

 

-       Solo eso me detiene. El temor de que si me mato, si cometo tan grande pecado, no volveré a ver a mi appa ni a Hoseok y no, no quiero que eso suceda. La única esperanza que tengo ahora es volver a ver a verlos en otra vida. – Terminó en un suave susurro.

 

-       Busca la felicidad. Si Hoseok no está ya en ésta vida, busca algo que te de la paz y la felicidad, como ayudar a los demás o bien, construir un hospital en nombre de tu padre o de Hoseok. Algo, pero eso solo tú puedes buscarlo en tu corazón. – Le aconsejó, haciendo que Taehyung se pusiera pensativo.

 

-       Quizás eso me ayudaría. – Dudo. Pero la semilla estaba plantada en su mente.

 

-       Por lo pronto, debes hacer una misa por Hoseok. Y también por la gente del accidente. Y luego, los nueve rosarios. Recuerda que tienes que pensar en la salvación de sus almas. –

 

-       Está bien. Lo haré. Le pediré a Yoon Gi hyung que lleve fotografías de Hoseok, cuando era feliz. Escalando y en las fiestas de su grupo. –

 

-       Claro, trata de demostrar su rostro feliz. Organiza todo para que la gente sepa que esa persona que para ti fue tan importante, existió alguna vez. –

 

-       Si, eso haré. – Sonreía, pensando en lo que haría en honor de Hoseok.

 

-       Taehyung no dejes que lo sucedido te acabe. Dios no quiere que mueras aún y no debes dejarte caer o abatir por lo que sucedió, debes continuar con tu vida y tratar de darte una segunda oportunidad. –

 

-       Taehyung lo miró serio y fijamente y luego, abrazó a su querido amigo que siempre tenía una respuesta a sus problemas.

 

-       Lo haré. Seré fuerte, y aunque en el fondo de mi corazón estoy seguro que no volveré a amar a nadie más, trataré de no ser una persona amargada y sin sentimientos. – Le prometió para luego alejarse de regreso a Seúl.

 

-       Que Dios te bendiga amigo. – Y, en ésta ocasión, el muchacho solo sonrió, agradecido.

 

 

Bang estaba recargado en sus manos, pensativo.

 

Sabía que habían encontrado a otra persona en Busan, y sabía que era un japonés que estuvo en un mal momento pescando en su bote. Pero no sabía si debía decírselo a Taehyung, pues… quién sabe cómo reaccionaría.

 

Sin embargo, durante el vuelo de regreso en el avión privado, Tae escuchó las noticias en el noticiero que veía distraído.

-       “Vaya, con que hubo otro sobreviviente” – Pensó, mientras veía la toma lejana de Hoseok completamente cubierto por vendas, mientras llegaba al hospital de Busan.

 

Pensó que le agradaría ayudar a ese hombre. Si no había encontrado a Hoseok, al menos ayudaría a los sobrevivientes a continuar con sus vidas sin problemas. Así que, por teléfono, le pidió que le pidiera una entrevista con Kiro Osaka.

Suga y Jimin se enteraron de la solicitud y, de principio, se la negaron.

-       Kiro no quiere entrevistas aún, está muy adolorido e incómodo. –

 

-       Pero Taehyung no es cualquier persona. Es el señor Kim, el magnate que… -

 

-       Ya sé quién es Taehyung, pero no me importa. No molestaré a Kiro solo por un capricho de ese niñito. – Le contestó Yoon Gi con enojo.

 

-       Está bien. Por favor, cuando despierte, avíseme. Me gustaría saber de su propia boca, que no desea ver a Tae. – Les dijo Bang, colgando el teléfono.

 

-       Lo haré. – Y también Suga colgó el teléfono.

 

-       Hyung, no puedes negarte para siempre. Los periódicos y muchas otras fuentes de información han solicitado una entrevista, no solo Taehyung. – Le dijo Jimin.

 

-       Pues lo pospondremos lo más posible. – Le dijo al mirarlo preocupado. Entonces lo abrazó con fuerza. – No te preocupes Jimini, es solo tiempo lo que necesitamos, mientras me traen los documentos falsos que mandé preparar. – Le susurró en el oído.

 

-       Lo se, hyung. Pero… no se, no me gusta nada eso de que Hoseok Hyung cambie su nombre. – Le contestó con preocupación.

 

-       ¿Confías en mí? – Y le dio un beso suave en los labios después de la pregunta.

 

-       Si, absolutamente. – Le respondió, con seriedad.

 

-       Entonces confía en que todo saldrá bien. Recuerda lo que te digo, pronto llegará el momento en el que Taehyung vendrá y verá a Kiro. Entonces las cosas serán como empezar de cero. – Le aseguró.

 

Y Jimin solo sonrió, confiando ciegamente en su hyung.  

 

 

Notas finales:

Gracias nuevamente por sus comentarios ypor leer. 

Espero actualizar el sábado. 

BESOS. 


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