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Drive my car. por Galaxy Diamond

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Notas del capitulo:

Hola. 

No actualicé el lunes, porque estuve subiendo capitulos durante la semana. 

Pero hoy tengo el siguiente. 

Gracias por sus comentarios y perdón por no contestarlos aún. Pero lo haré ahora mismo. 

 

Jungkook estaba pensando muy seriamente en participar en el concurso de strippers, sin embargo, aún lo detenían los escrúpulos que sentía de mostrarse desnudo o casi desnudo frente a una multitud de hombres libidinosos.

Cuando se había enterado de que Jimin había ganado el puesto de ingeniero asistente, le dio mucho gusto y le habló a Jin de su amigo.

─    Entonces… ¿Tu amigo es el que Suga odia tanto? – Le preguntó.

 

─    ¿Lo odia? –

 

─    Dice que es gay y Yoon Gi es homofóbico a morir. – Le explicó.

 

─    Qué estupidez. Jimin es gay, pero es un excelente ingeniero y además es listo como pocos. ¿Qué tiene de  malo ser gay? –

 

─    Nada. Yo tampoco estoy de acuerdo, pero no he podido quitarle a Suga ciertas ideas de su cabezota. – Le comentó.

Jungkook iba manejando perfectamente el coche de Jin. Los cambios de velocidad eran, impresionantemente sutiles, tan suaves, que el dueño del coche no podía sentirlos y eso lo hacía muy feliz, pues significaba que el menor trataba con mucho cuidado a su adorado coche.

Al fin llegaron a la construcción.

Jungkook ayudó a Jin a subir a su despacho. Lo tomaba de la cintura con suavidad, y aunque el mayor se apoyaba en las muletas, la ayuda  de Kookie al subir escaleras o bien al sentarse o pararse era muy útil.

─    ¿No se te ofrece nada más, hyung? –

 

─    No, ya puedes salir. ¿Irás a la universidad, para ver lo de tu regreso? –

 

─    No, tengo que hablar con Jimin. Iré a la obra y luego  regresaré aquí. No quiero dejarte solo por demasiado tiempo. –

Jin lo miró y sonrió.

─    No te preocupes por mí, están los chicos para ayudarme. –

 

─    Por eso me preocupo, hyung. En realidad tus amigos me parecen demasiado torpes. – Expresó con realismo.

 

─    Jungkook, eres demasiado… directo. – Le comentó sorprendido por la sinceridad del chico.

─    Lo soy porque es algo importante. Pero no tardaré. – Y salió de la oficina para ir con su amigo.

Mientras tanto, Jimin estaba en el cuarto piso de la obra, checando la instalación eléctrica que se acababa de poner ahí.

De repente, sintió unos ojos que lo miraban y vio de reojo hacia atrás de él.

Efectivamente, ahí estaba Suga observándolo fijamente, parado a unos diez metros de él. Jimin giró el rostro y lo miró directamente a los ojos, luego se echó a reír y finalmente, volvió a lo suyo.

Yoon Gi se quedó ahí, esperando a que no hubiera nadie más en el piso.

Cuando, media hora después, el último trabajador se retiró para subir al siguiente piso, se acercó al menor que arrodillado, checaba el último interruptor.

─    Creo que esa es tu posición natural. – Le dijo al menor, mirándolo desde su altura.

 

─    Ya sabía que vendrías a querer joderme. – Le contestó el otro, ocupado como estaba con los cables.

 

─    ¿Cómo carajos llegaste aquí? ¿Quién te avisó del trabajo? –

 

─    Solo llegué. – Le dijo Jimin. Al fin terminó y se levantó del suelo, sacudiéndose la ropa.

 

─    Pues si yo fuera tú me iría lo más pronto posible. Si mañana sigues aquí, comenzaré a joderte de verdad y no te gustará nadita. –

 

─    Gracias por el aviso, pero no me iré. Conseguí el empleo a pesar de ti, y eso es lo que lo hace más atractivo, porque sabía que lo odiarías. – Se rió.

 

─    Maldito Gay. –

 

─    ¿Tanto miedo nos tienes que no quieres a uno cerca de ti? – Le preguntó el menor.

 

─    Solo son… basura. –

 

─    Ah, vaya. – Sonrió pero ahora su risa tenía cierta amargura.

 

─    No sé por qué pierdo mi tiempo contigo, mocoso de mierda. – Se iba a dar media vuelta, cuando sintió como Jimin lo tiraba al suelo y se colocaba sobre él.

 

─    Deja de insultarme. No soy basura ni tampoco tú eres superior a mí. – Le dijo molesto.

 

─    ¡Suéltame! – Le ordenó, pero Jimin solo lo veía muy enojado.

 

─    Ahora que estás solo es diferente ¿Verdad? –

 

─    ¡Suéltame ahora mismo o verás! –

 

─    Ya, ya, deja de amenazar que a nadie asustas. – Se quitó de encima del mayor y  entonces escuchó su celular.

 

─    ¡Maldito cabrón! – Le dijo Suga sacudiéndose de todo el polvo del suelo. Luego lo miró mal y se fue lo más rápido que pudo.

 

─    ¡Tú lo serás! – Le gritó y luego contestó su teléfono. - ¡Diga! – Gritó sin darse cuenta.

 

─    Oye, no me grites. – Protestó Jungkook.

Jimin suavizó su voz, de inmediato.

─    Perdón Kookie. Estaba discutiendo con un idiota. – Le dijo mirando hacia Suga que bajaba la escalera de madera.

 

─    Necesito hablar contigo. ¿Puedes bajar o subo? – Preguntó.

 

─    Yo bajaré. No tardo ni un minuto. – Cortó la llamada y bajó ágilmente, evitando la escalera. Solo tomó un tubo y se deslizó sobre él, quedando junto a Jungkook.

 

─    En verdad que te gusta hacerte el interesante, hyung. – Le comentó Kookie, cuando observó las miradas de todos, admirando a Jimin.

 

─    Solo quería apurarme. – Miró a Suga que apenas salía de la construcción  y lo veía con asombro.

 

─    Quiero participar en el concurso, pero no quiero que nadie sepa que soy yo. Así que se me ocurrió que podría usar una máscara. ¿Se podrá? – Le dijo Jungkook a Jimin.

 

─    Que yo sepa, no hay ninguna regla que lo prohíba. – Le contestó inseguro. – Pero lo checaré hoy mismo. – Le dijo.

 

─    Por favor, es importante. Me gustaría tener ese dinero, pero me sentiría mal de salir con el rostro descubierto. ¿Qué tal si alguien me reconoce? –

 

─    No pasa nada. Pero si quieres usar máscara, le diré al dueño del bar que eso le daría algo de misterio a los participantes. –

 

─    No le digas a nadie más, para que  solo yo use la máscara. Quiero ser diferente de los demás. –

 

─    Claro, buena idea. Entonces guardaré el secreto. – Y luego miró hacia un lado de Jungkook, relamiéndose los gruesos labios. Éste intrigado, volteó la cabeza y vio a Taehyung quién, parado en la calle, los miraba con curiosidad.

 

─    Ese chico. Es muy atractivo. – Comentó Jimin.

 

─    Te gusta. – Opinó Kookie.

 

─    Me encanta. Se ve demasiado inocente. Creo que sería un buen bocadito para un fin de semana. – Lo miraba con deseo.

 

─    Jimin. Es solo un chico inocente, no seas pervertido. A ese hyung se le nota a kilómetros que no tiene ni idea de lo que es el sexo y esas cosas. –

 

─    Pues me ofreceré a enseñarle, aunque si no quiere, ya tengo otro gatito para jugar. – Y buscó con la mirada a Suga que seguía ahí, dándole indicaciones al contratista. Jungkook lo miró y le dijo, previniéndolo.

 

─    Ese hyung… Suga, es homofóbico. Ni le busques porque no lograrás nada con él. – Le comentó Jungkook.

 

─    ¿Me estás retando, amigo? – Le propuso.

 

─    No, para nada. Pero solo te advierto que es anti gays y que no creo que te haga ningún caso. –

 

─    Yo le quitaré lo homofóbico. Ya lo verás. –

 

─    Jimin. – Pero su amigo solo sonreía mirando a Suga.

 

─    De todos modos, primero me voy a comer un bocadito más dulce y luego me iré con el azúcar glas. – Y se dirigió a Taehyung.

El muchacho lo vio venir y enrojeció de inmediato. Era más alto que Jimin, pero se veía menor junto al imponente cuerpo del chico.

─    Hola, nene. ¿Qué haces aquí tan solito? –

 

─    Espero a mi appa. – Le dijo, sintiendo que el otro estaba demasiado cerca de él.

 

─    ¿Y quién es tu appa? – Lo miraba con descaro, sin disimular mientras se pasaba la lengua por los labios.

─    Mi appa es el señor Kim. El presidente del consejo. – Le contestó.

 

─    Vaya. Pero estás aquí… tan solito que alguien te podría robar y eso sería una pena. Mejor ven, yo te llevaré a donde estés más seguro. – Y lo tomó de la mano para llevarlo a la cafetería de la empresa.

 

─    Gracias, hyung, pero… - Taehyung iba a protestar, pero Jimin solo lo jalaba con la mano.

Jungkook los observó y sonrió. El pobre chico se veía demasiado débil junto a Jimin.

─    “Creo que lo rescataré de ese tiburón”. – Pensó y los siguió, sentándose en una mesa con los dos.

 

─    Hola, me llamo Jungkook y soy el chofer del arquitecto Jin. ¿Y tú eres? –

 

─    Taehyung, Kim Taehyung. – Se presentó.

 

─    Park Jimin, pero me puedes decir “cariño” o “amor”, como quieras. – Le propuso.

Taehyung enrojeció por las palabras de Jimin y solo tomó de su café.

─    ¿Qué haces aquí, Taehyung? – Le preguntó Jungkook tratando de desviar la atención de Jimin.

 

─    Terminé de estudiar y estoy de vacaciones. –

 

─    ¿Qué estudiaste? –

 

─    Soy sacerdote. – Les contestó y los ojos de ambos chicos lo miraron como si hubieran visto un fantasma.

 

─    ¿Sacerdote? – Preguntaron al mismo tiempo.

 

─    Sí. Cuando regrese al monasterio, me ordenaré sacerdote y me iré a Daegu. – Les explicó sonriendo.

 

─    Pero… ¡Qué desperdicio! – Dijo Jimin sin pensar.

 

─    ¿Por qué? – Preguntó Taehyung.

 

─    Porque eres demasiado lindo, demasiado guapo como para dedicarte solo a rezar y a estar encerrado en un monasterio. – Le contestó directo.

 

─    Quiero servir a Dios para siempre. – Le dijo el menor.

 

─    ¿En qué año naciste? –

 

─    Soy de Diciembre del 95. –

 

─    Hyung. – Dijo Jungkook.

 

─    Soy mayor que tú, así que soy tu hyung. – Comentó Jimin. - ¿Y te dieron vacaciones antes de encerrarte para siempre? –

 

─    Sí, es la última prueba. Debo vivir y enfrentar las tentaciones de la vida secular, antes de ordenarme. Algunos no regresarán al monasterio porque quizás se arrepientan de tomar los votos, pero yo no, yo regresaré y me haré sacerdote. – Les platicó.

 

─    Quizás si o quizás no. Mi querido Taehyung, yo te voy a mostrar todas las tentaciones del mundo y veremos si después quieres regresar a tu monasterio. –

Taehyung lo miró con asombro. Luego sonó su celular.

─    Perdón, es mi appa. – Y le contestó. – Estoy con dos amigos en la cafetería, pero ya me iré a casa. Ahí te veo. Adiós. – Y cortó. Luego los miró y sonrió. – Debo irme, chicos. Fue un placer conocerlos, los veré mañana. –

 

─    ¿Te llevo a tu casa, nene? – Le dijo Jimin.

 

─    No es necesario. Vivo en el edificio de enfrente, en el departamento 703. – Y les señaló el lugar. Luego se levantó y les hizo una reverencia.

 

─    No hagas eso, me siento como si fuera tu abuelito. – Le dijo Jimin, molesto.

 

─    Nos vemos después… - Y Taehyung se fue casi corriendo, para ir a ver a su appa.

 

─    Pues creo que tu plan de conquista se acaba de ir por el drenaje. – Le comentó Jungkook sonriendo.

 

─    Nada de eso. Al contrario. Si vino por tentaciones, yo le puedo dar todas las que necesita y convencerlo de lo hermoso que es la vida fuera de un monasterio. Es como un ratoncito y caerá en mi trampa sin siquiera meter las patitas. – Y solo se rio con una carcajada. – Me voy Kookie, entonces… ¿Entrarás al concurso? –

 

─    Solo si puedo usar la máscara. –

 

─    Ok, yo me encargo. El sábado, a las cinco comenzará el concurso. No vayas a faltar. – Y luego sin más, regresó a trabajar, después de pagar por el consumo de los tres.

 

─    Gracias, hyung. – Le dijo Jungkook al muchacho que, ágilmente, subía por las rampas de madera hasta el piso donde debía terminar su trabajo.

Mientras tanto, Suga iba furioso. Había sido vencido por un tipo gay, maricón y tonto, y además lo había amenazado.

 

─    ¡Idiota! – Gritó a la pared de su oficina.

 

─    ¿Qué te pasa? – Le preguntó Jin.

 

─    Nada. ¿Qué se te ofrece, hyung? –

 

─    Modificaste el plano del pent-house, y no me avisaste. Dime qué pasó. –

 

─    El señor Kim me pidió que le agregara una piscina y unas cosas más. –

 

─    ¿Le dijiste que el edificio no aguantará tanto peso? Si quiere piscina tendrá que tomar uno de los pisos de abajo. – Le recordó.

 

─    Podemos usar material más ligero, hyung. No te preocupes. –

 

─    Ya te he dicho que el material ligero solo es más barato, pero no es mejor. Por favor, hablaré con el señor Kim y le diré lo que te dije a ti. –

 

─    No lo hagas. Yo lo haré. – Respondió Suga.

 

─    Está bien. Pero hazlo mañana mismo. No lo dejes para luego. –

 

─    No, hyung. –

Jin solo lo miró y se fue, usando sus muletas.

─    Eres demasiado miedoso mi querido Jin, yo solucionaré el problema y nos ahorraremos bastante dinero. – Susurró Yoon Gi entre los labios.

Así que simplemente, decidió ignorar los consejos de su hyung.

 

Jungkook había subido al despacho de Jin, para ayudarlo cuando se moviera, así que cuando llegó a su oficina y no lo vio ahí, lo buscó por todos lados, tratando de contener su preocupación, pues su hyung se la pasaba caminando y eso no le ayudaría a su pierna.

Al fin lo encontró en el pasillo de regreso.

 

─    Hyung, recuerda que no debes caminar tanto. – Le dijo y lo ayudó a entrar en la oficina. Cuando iban a entrar, la pierna de Jin se debilitó y casi hace caer al mayor, pero Jungkook lo iba sujetando con fuerza y evitó que se cayera al suelo.

 

─    Gracias, Kookie. – Le dijo al muchacho que lo llevó cargando hasta el sofá que tenía en su despacho.

 

─    No es nada. – Pero el chico estaba preocupado por la pierna del mayor, así que la levantó y la masajeó, dándose cuenta de que aún le faltaba fuerza.

 

─    No sentí que me cayera. Realmente me salvaste de una fea caída. – Le dijo sonriendo.

 

─    Te comenzaré a dar masajes en la pierna mientras trabajas, hyung. Lo siento, pero será necesario. Es necesario revitalizarla. –

 

─    Pero… ¿aquí? –

 

─    Si, aquí. – Y le subió el pantalón, comenzando a masajear la extremidad. Sus manos eran suaves y apretaban la pierna con la fuerza necesaria para activar la circulación.

Jin lo miró y de pronto se dio cuenta de que el chico que estaba junto a él, se preocupaba por su pierna como nadie más lo hacía. Se percató de que Jungkook era la única persona a la que al parecer le importaba si estaba bien o no y eso lo hizo emocionarse mucho.

 

─    Gracias, Jungkook. En verdad, eres como un ángel que me envió el cielo, para ayudarme. – Le susurró y Kookie lo miró sorprendido.

 

─    No es nada, hyung. Soy tu asistente y enfermero, me pagas para que te cuide. –

 

─    Pero lo haces demasiado bien, demasiado preocupado por mí, y eso jamás te lo podré pagar. – Lo seguía mirando. De pronto, ambos hombres se quedaron viendo fijamente, sintiéndose muy conectados entre sí.

Sin embargo, se separaron cuando escucharon unos toques suaves en la puerta.

─    ¡Oppa, ¿Cómo estás?! – Era Suli que, sin su traje de enfermera, lo había ido a visitar.

 

─    Suli hermosa, qué sorpresa. – Le respondió Jin. Jungkook la miró parada en el umbral y lo único que hizo fue bajar el pantalón de su hyung para cubrir la pierna que estaba masajeando.

 

─    Ahora vengo, hyung. – Y salió del despacho, demasiado confuso como para decirle nada a la chica que seguía mirándolo como si quisiera matarlo.

 

─    Claro, Kookie. – Pero el menor ya se había ido.

 

─    Es un grosero. ¿Viste que ni siquiera me saludó? – Le dijo a Jin a punto de llorar.

 

─    Tú tampoco lo saludaste. Además Jungkook tiene muchos problemas ahora. No le hagas caso. Ven siéntate y dime cómo has estado. – Y la chica se sentó para platicar con Jin.

Jungkook estaba furioso. Odiaba a Suli, no solo porque era una chica muy grosera con él, sino porque intuía que la muchacha buscaba a Jin para algo más que una amistad y se sentía muy celoso. Si pudiera ahorcarla, la ahorcaría sin duda.

Iba caminando por el pasillo y de pronto chocó contra Hoseok.

─    Lo siento, hyung. – Se disculpó.

 

─    No te apures. ¿Llevas prisa? – Le preguntó sonriendo.

 

─    No, solo iba a tomar un poco de aire fresco. – Le respondió.

 

─    Te acompaño, Jungkook. –

Los dos chicos salieron del edificio y luego vieron al señor Kim en su silla de ruedas, acompañado por la señora Jeon.

Jungkook saludó a su omma con la mano y ésta solo le sonrió, pero luego siguió a su paciente. Entraron al edificio de enfrente y desaparecieron.

─    ¿La conoces? –

 

─    Sí, es mi omma. – Le respondió.

 

─    Oh, bien. – Sonrió y Jungkook se intrigó. - Había estado pensando en la manera de ir a ver al señor Kim, y tú me has dado el pretexto perfecto. –

 

─    ¿Para qué quieres ir a ver al señor Kim, hyung? –

 

─    A él no lo quiero ver, sino a Taehyung, su hijo. – Sonrió ilusionado.

 

─    ¿Te gusta, Taehyung? –

 

─    Me atrae y me da curiosidad. Es un chico tan callado y tan serio. –

 

─    Es sacerdote, hyung. – Le informó directamente.

 

─    ¿Qué? –

 

─    Lo que escuchaste, Taehyung es sacerdote y en dos meses, se ordenará. –

 

─    Es decir, aún no es sacerdote, bueno oficialmente. –

 

─    Así es. Pero él dice que no lo dejará y no creo que quiera tener una relación con nadie. –

 

─    Veremos. Por lo pronto, te acompaño a ver a tu omma para que le digas que te irás al cine conmigo en la tarde y de paso, invitaremos a Taehyung. ¿Te parece? –

 

─    Debo ir a cuidar a Jin hyung. – Le respondió.

 

─    ¡Oh vaya! Qué lástima,  entonces tendremos que ir Taehyung y yo solos. Ni modo. – Y le guiñó un ojo con picardía, haciendo reír a Jungkook.

 

─    Hyung, eres demasiado tramposo. – Pero siguió  a Hoseok hasta el edificio de enfrente. 

Notas finales:

Se que dije que me enfocaría en el JinKook y de hecho pienso hacerlo. Pero las historias del YoonMin y del VHope como que se me pusieron delante y no pude eludirlas. 

De todos modos, la historia principal es el JinKook así que no se preocupen si no les gustan las otras dos parejas. 

Les agradezco mucho sus comentarios, especialmente a pinkprincess Seokjin, pues se está tomando el trabajo de leer a pesar de que, según supe, estuvo mal ultimamente. 

Bueno, por supuesto a todos se les agradece que le den una oportunidad a un fic que yo se que no  es de las parejas preferidas, pero que a mi en lo personal me gusta mucho, sobre todo con el nuevo look del guapo Jin. 

Gracias por leer y por comentar, como siempre. 

BESOS. 


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