Yagari.
Habian pasado dos dias desde que la nueva clase nocturna llegó. En esos dos dias Zero intentó hablar con Yagari, pero este siempre estaba ocupado con temas de la asociación. Zero no insistía mucho ya que sabía lo dificil que debía ser para Yagari ser la nueva cabeza de la asociación y tener que areglar todo lo que hizo mal el anterior lider.
Por otra parte, Zero intentaba vigilar a los nuevos vampiros. Su conclusión habís sido que todos estaban locos. Los gemelos Darleen y Otto se pasaban el día jugando a vidiojuegos, pero eso no era lo raro. Lo raro era que Darleen estaba todo el día rodeada de gatos que a saber de donde salian, y Otto siempre huía de ellos. Parecía como si el chico les tuviera fobia o algo. A Zero le hacía bastante gracia como Darleen torturaba a su hermano con eso.
La otra chica, Aisha, era según Zero la más rara de todos. En algunas ocaciones, Zero, la había visto mirar a la nada sin pestañear durante minutos, con una expresión seria. Pero cuando alguien se le asercaba, y salia del "trance" volvía a ser la chica amabale y maja que parecía ser siempre.
Los otros tres chicos parecian ser normales, por lo menos Zero no los vió hacer nada raro. De los únicos de los que no sabía nada era de Alen y Sara, y eran los que más le intrigaban. No había visto a ninguno de los dos desde el día que llegaron. Lo más raro de todo era que Zero seguía encontrando flores nuevas cada vez que iba a la tumba de Ichiru. Eso le hizo sospechar que la persona muerta de la que hablaban era Ichiru, pero ¿de que lo conocian y por que les afectaba tanto su muerte?
Zero no iba a quedarse sentado esperando a que las respuestas vinieran a él por arte de magia, asi que cuando ese día vió a Alan a las afueras del bosque, apoyado en un arbol leyendo un libro, no dudo en ir a hablar con él. Se acercó sin hacer ruido pero el otro sujeto no tardo en darse cuenta de su presencia.
-Buenos dias, Zero.- Dijo Alan mientras le miraba con una pequeña sonrisa.
-Es por la mañana, ¿no deberias estar durmiendo o escondiendote del sol?- preguntó Zero, al ver que al supuesto vampiro no le molestaba en lo más mínimo el sol.
-Digamos que soy una excepsión. A mi me encanta el Sol.- Zero volvió a sentir esa mirada intensa que le dió la primera vez que se vieron, eso le hacía sentir incómodo, así que apartó la mirada del pelinegro.- ¿Pero no has venido a hablar con migo sobre eso, verdad?- Zero le miró de nuevo. Algo en su interior se removía cuando le miraba directamente a los ojos y una vocesita en su cabeza le decía que se asercara más.
-No, no he venido por eso.- Zero sintió que se ponía colorado por el hecho de que Alan no le quitaba la vista de encima.- ¿Quien eres?- Vió como Alan entrecerraba los ojos y sonreía, como si estuviera esperando esa pregunta desde el principio.
-Lo mismo que tú, Zero.- Zero le miró extrañado.
-¿Lo mismo que yo? Eso es imposible, yo soy casi un nível E y tu... bueno no sé que eres tú, pero estoy seguro de que no eres un vampiro. Asi que dime, ¿que eres?
-Me pregunto si me creerias si te lo dijera.
-Intentalo.- Zero esperó unos segundos pero Alan no parecía tener intensión de habalar.- De acuerdo, entonces dime, ¿por que esa chica, Sara, deja flores en la tumba de MI hermano?- Esta vez Alan dejó de sonreir.
-Tu hermano es tan importante para ella como lo es para ti.
-Vale, ahora dilo de manera que yo lo entienda.
-Con el tiempo iras recordando.
-¿Recordando? Se puede saber de que hablas.- Zero ya empezaba a enfadarse.
-¿Si te digo que esperes y que pronto lo sabras todo, me haras caso?
-Probablemente no.- Dijo el peliplata mirandolo con ojos enfadados. Alan simplemente sonrió.
-No, claro que no. Pensé que después de tantos años no te reconocería pero sigues siendo el Zero que yo conocía.- Dijo mientras se levantaba y se acercaba a Zero.- A lo mejor esto te ayuda a recordar.- Zero no tuvo tiempo de reaccionar o detener al pelinegro. Sin saber como esté le estaba besando. Zero cerró los ojos, y sin saber porque, correspondío disfrutando el beso. Notó como sus mejillas comenzaban a arder, nunca había besado ni había sido besado. Alan se separó de él lentamente y le sonrió.- Nos vemos, angel.- Sonrió como si hubiera dicho algo que le causara gracia y desapareció.
Zero se quedó mirando sonrojado el sitio donde segundos antes estaba Alan. Solo tardó unos segundos en comprender lo que acababa de pasar. Ese chico le acababa de robar su primer beso. Zero se llevó los dedos a los labios y los dejo allí, no es que le importaran esas cosas, simplemente le había sorprendido.
Con esos pensamientos en la cabeza Zero se dirigió a la casa de Cross. Yagari estaba en casa hablando con Cross sobre un ataque reciente de un grupo de nivels E a la ciudad. Cuando los dos adultos vieron entrar a Zero se pusieron tensos, asta Cross dejó su típica cara infantil por una seria que indicaba que ahora estaba en fase de cazador. La situación le extraño a Zero. Algo iba mal, muy mal.
-Zero,- dijo el director,- lee esto.- Le entregó una carta con el sello del consejo vampírico. Zero abrió la carta y empezó a leer.
Estimado Sr.Director:
Ha pasado un año desde que no nos comunicamos, pero esperamos que nos siga teniendo el mismo aprecio que antes, ya que necesito pedirle un favor. Hace un tiempo que tenemos ataques de nivels E al palacio Kuran y queriamos pedirle que volviera a aceptarnos en la clase nocturna. Su academia es el sitio más seguro que conozco y sé que Yuuki estará más segura allí. Yuuki también le hecha de menos a usted y a sus amigos de la cademia, por eso he pensado en volver a la academia junto con los demas. Estaré esperando vuestra respuesta.
Atentamente:
Kaname Kuran
Zero releyó la carta como unas tres veces antes de mirar a Cross interrogante.
-¿Por que derepente decidieron volver?- preguntó.- No puede ser por los nivels E, su guardia no es tan inconpetente como para que se tengan que ir de allí por eso.
-Lo sé, Zero. Voy a negar su petición.
-No puedes hacerlo.- Dijo Zero. Dos pares de mirades sorprendidas se posaron en él.- Si lo haces, podrias causar una guerra, recuerda que Kaname controla el consejo como le da la gana. Si se entera de que hay una nueva clase nocturna pero que a ellos se le ha negado la entrada podría poner el consejo en contra nuestra.
-Pero Zero...
-Que vengan. Los vigilaremos más de cerca y no les dejaremos hacer lo que quieran.
-¿Estas seguro Zero?- Este asintió. Cross se fué a escribir la respuesta al clan Kuran, dejando a Yagari y a Zero solos.
-Si hubieras dicho que no, ninguna guerra hubiera detenido a Cross para darles una patada a las sanguijuelas.- Dijo Yagari mirando serio a Zero.
-Lo sé. Pero una guerra es lo último que necesita ahora, Yagari-sensei.
-En eso tienes razón. La asociación es un caos ahora mismo.- Resopló Yagari.- De todas formas, eligiré a dos cazadores más para que te ayuden a poner el orden aquí.- Dijo Yagari levantandose y dirigiendose a la puerta de entrada, seguramente para volver a la asociación y comunicar el regreso de los Kuran a la academia.
-Yagari-sensei, quería preguntarle algo.
-Habla.
-Usted conocía de antes a los dos sangre puras de la nueva clase nocturna, ¿verdad?
-¿Que te hace pensar eso?- preguntó con voz neutra mientras se armaba.
-El otro día les oí hablar y le mencionaron. Dijeron que hace años que perdió la comunicación con ellos. Me preguntaba de que les conoce.
-Estupidos mocosos, no pueden tener más cuidado al hablar.- Se quejó Yagari. Zero le miró sorprendido, no se esperó de que Yagari lo admitiera a la primera.
-¿Entonces en verdad les conoce?- Yagari apretó los labios.
-Bueno, ya no hay caso de mentirte. Sí, si los conozco. Y eso es todo lo que tienes que saber por ahora.
Zero iba a replicar, pero Yagari salió rapidamente de la casa, dejandolo con la boca medio abierta para hablar. Zero no lo iba a dejar así. Ya tuvo suficiente con las mentiras de los Kuran, no iba a permitir que hicieran con él lo que les diera la gana otra vez. Salió detras de Yagari dispuesto a exigirle respuestas. Pero se detuvo al ver que Yagari se dirigía a las habitaciones de la clase nocturna. Por puro instinto Zero le siguió poniendo cuidado en que no le notara. Entró en las habitaciones después de él y le siguió al segundo piso. Escondido en un rincón vió como tocaba la puerta de una de las habitaciones.
-¿Quien es?- Zero no pudo evitar sonrojarse al oir esa voz.
-Soy yo, Alen, abré.
La puerta se abrió en seguida y Zero vió como Alen salía de la habitación. Tenía el pelo revuelto, seguramente porque se acababa de levantar, y llevaba la ropa arrugada por haber dormido con ella puesta. Zero no pudo evitar pensar que se veía sexy. Se reprendió enseguida.
-¿Pasa algo?- preguntó serio Alen.
-Tenemos que devolverle las memorias ya.
-Ya te dije, Yagari, que es demasiado peligroso. Podriamos dañarlo. Tiene que recuperarlas por si mismo.
-Alen, he sido el guardian de Zero desde que nació y te aseguro que es lo suficiente fuerte para soportarlo.
-No voy a correr riesgos. Sara no soportaría perder otro hermano... y yo tampoco podría perderlo otra vez.- Zero abrió los ojos sorprendido, ¿pero de que estaban hablando?
-Ya te hablé de los Kuran, ellos regresan, si Zero no recuerda su pasado, seguirá viviendo esta vida de mentira que le ha sido dada y saldrá más dañado de lo que ya está.
-¿Cuando vuelven?- preguntó Alan.
-Un día antes de que comienzen las clases, creo.
-Bien, faltan cuatro dias, si en ese tiempo Zero no recordó... le devolveremos los recuerdos.
-De acuerdo.- Aceptó Yagari.- ¿Como está Sara?
-Fingé que está bien pero se le nota que está demasiado dolida. Aun no se ha recuperado del todo por lo de mi hermano y ahora la muerte de Ichiru... no sé como lo aguanta. Sabes que al ser quien somos, nos es más difícil aceptar la partida de gente querida.
Yagari miró detras de Alan.
-¿Donde está? Estoy seguro de que querrá golpearme por no cuidar bién de Ichiru.
-Ella no te culpa, sabe que un guardian no puede cuidar más de una persona, tú eres el guardian de Zero y él está aquí, ella te está agradecida por ello.
-De todas formas, es culpa de los guardianes que Ichiru no tuviera a uno.
-Que te culpes no va a cambiar nada...
-Ya es suficiente.- Zero salió de su escondite y miró serio a los dos hombres que le miraban sorprendidos.- Ahora me vais a contar lo que está pasando aquí.