-Señor Yoo...
-Soy Youngjae. No necesito que me recuerde que soy todo lo contrario a mi padre.
-Youngjae... llevas solo dos minutos en mi consultorio y puedo ver que aun este indignado... –El doctor Bang decía mientras observaba al chico desde su escritorio. –Pero... ¿A qué se refiere con todo lo contrario a su padre?
-Débil, incompetente... soy la hija que nunca tuvo...
-Agresión verbal...
-¿Ahora sentirá lastima de mí? –Youngjae hablaba en su tono agridulce. Indispuesto a charlar en paz. –Ya pasé por esto... Después me encerrará, me dará una lista de medicamentos y cuando no funcione-...
-Se equivoca, no estará encerrado, podrá estar en las áreas recreativas cuantas veces quiera. No utilizaremos medicamentos para sobrellevar su situación... lo vivirá y enfrentará en tiempo real. –El doctor Bang en su voz directiva, aclaró los puntos y Youngjae no quedo convencido. Estaba resignado en furia. –Y no estará solo, tendrá un compañero con quien envolverse.
-¡¿M-me encerrarán con uno de sus enfermos?! ¡C-caeré en depresión! –Youngjae protestaba, él quería estar solo y tener privacidad. Además que las posibilidades de también volverse demente. –¡No estoy loco! Si me llevan con alguien que esté mal de la cabeza yo-...
-No está mal de la cabeza, Youngjae. Su nombre es Jung Daehyun, es un joven de tu edad. Tiende a ser un poco juzgante... igual que lo eres tú.
-¡Yo no soy juzgante!
-Ya veremos. ¿Alguna otra pregunta?
-¿Cuándo saldré de aquí? –Youngjae estaba bloqueado en jamás acostumbrarse a lugares como estos.
-No será hoy. –El doctor Bang se levantó, colocando el expediente de Youngjae dentro de otros archivos, enfermeros llegaban al lugar, para llevar al peli-negro. Su habitación que ya estaba lista, y tanto como eso, venía otra persona luchando por entrar a la fuerza.
-Doctor Bang, lo sentimos, pero se rehúsa a hablar con usted después...
-¡Suéltenme! Haré que los despidan por maltratar una personas como yo... –Luchaba un pelirrojo, estaba vestido en ropa blanca, pero con un diseño más moderno. El peli-negro pensó que tal vez la intrusa entrada, era porque seguramente estaba siendo internado como él.
-Daehyun, llegas en buen momento. –El doctor Bang estaba satisfecho. –Youngjae, tu compañero. Ambos pueden irse.
-¡¿Ah?! –Ambos compañeros dijeron al mismo tiempo. Viendo al doctor Bang y a ellos mismos.
V.
Youngjae no tenía problema en ser observado, siempre atrajo miradas cuando iba a lugares donde le trataran de forma "especial" sin embargo, su ahora compañero de cuarto lo llevaba viendo demasiado tiempo de lo normal para no hacer nada.
El hombre acababa de volver y ya no llevaba la ropa blanca de hace un momento si no ropa que le hacía ver más juvenil. Sentado en la orilla de la cama que estaba al frente y cuerpo echado hacia atrás. Tenía su cabeza arqueada con una sonrisa, de esas que le recordaban a Youngjae cuando le seducían personas extrañas. Aun observando al peli-azul, mordía sus labios.
Hubo un momento donde Youngjae mantuvo tanto la mirada con el peli-plateado que de un momento a otro no supo cuando este se montó en su cama y coloco ambas piernas a ambos lados de su cuerpo. Cortando la distancia a unos centímetros. Youngjae abrió sus ojos a la proximidad. Desde allí podía notar uno que otra imperfección de lo que parecía un rostro perfecto de comercial.
-Siento… tensión entre nosotros... –Jaebum habló. Se había atrevido a quitar los audífonos del peli-azul de sus oídos para ser escuchado. –Rompámosla... –Jaebum sonrió de nuevo y comenzó a toquetear a Youngjae con la yema de sus dedos. El menor solo observó como este lo hacía, pero su inexpresión no cambiaba. Jaebum dirigió sus manos a su pantalón y palmeó para lograr ver si había un bulto entre ellos.
Extrañamente aun no lo estaba.
Pero estaba con muchas ganas de ir tocar otras partes así que prefirió abrir sus pantalones y meter sus manos en su bóxer.
-¿Qué haces? –El peli-azul habló en un tono bajo cero.
-¿Quieres que te diga qué hago? ¿Te gustan esas cosas…? –Jaebum pensando que era un tipo de jugueteo de gustos del joven, sonrió pues no era mala la idea. Pero él chico le miro profundamente a los ojos.
-¿Estás aquí para causarme excitación? –El joven estaba curioso. –Pensé que solo eras mi compañero de cuarto...
-Puedo causarte eso y más.
-Oh... Pues adelante, buena suerte. –Youngjae dijo con su mayor sinceridad y apartó sus audífonos y aparato, abriendo sus brazos para que el peli-plateado continuara.
-Me agradas… –Este dijo sonriendo. Pues estaba de suerte, normalmente la gente huía de esas situaciones, y eso la hacía más excitante, pero este peli-azul tenía algo que Jaebum quería.
Comenzó levantando su camisa y ya retirando la mitad de esta, aprovechó besar el largo de su cuello, no olvidando dejar partes húmedas. Sus manos estaban acariciando especialmente sus partes bajas. Dando un apretón a su parte trasera pues Jaebum le gustaba que había donde agarrar, y volvió a llevar sus manos al frente donde algo le pareció muy extraño.
Este chico Youngjae no dejaba de obsérvalo con la misma expresión, no impresionado y algo peor era que mientras a Jaebum le yacía una dura erección, Youngjae estaba más que flácido.
Exactamente lucia nada excitado a los toques del peli-plateado. Así que paró de dar chupones para apartarse.
-¿Qué ocurre contigo?
-No lo sé... –Youngjae dijo en una sacudida de sus hombros.
-Pensé que querías hacer esto.
-Sí, pero no funciona si tú no me excitas. –Youngjae replicó, pues eso era obvio. Pero Jaebum estaba muy en shock como para responder. –Lo siento... buen intento. –Youngjae dio un golpecito en su hombro y comenzó a vestirse. Acomodando su cabellera azul.
-Espera-Espera... ¿No te excito?
-No…
-¿Es que acaso no sientes nada?
-No tengo apetito sexual si quieres ser más exacto. –Colocó sus audífonos pero no escuchando nada aun. La cara de Jaebum le preocupaba un poco. Seguramente no sabía nada.
-¿No tienes apetito sexual hacia mí? –Jaebum no podía entrarle en su cabeza.
-A nada... realmente...
-Pero-... ¿Cuántos años tienes? –Aunque eso no tenía nada que ver. El desde muy pequeño sintió atracción sexual hacia casi todo.
-16... –Era alrededor de 4 años menor que Jaebum pero aun así era imposible mantenerse quieto a esa edad.
-Maldición ¿no sientes nada cuando hago esto...? –Jaebum volvió a meter la mano en los pantalones del chico y busco la punta de su flácido miembro. Encontrándose con ningún nervio que le indicará que tuvo efecto. El menor no mentía y eso decepcionaba al peli-plateado a un nivel que jamás vivió.
-Lo siento...
VI.
-N-no iré con el... –Yoo Youngjae cayendo en un ciclo de miedo, estaba dando pasos hacia atrás. Aunque no recordaba su nombre, el veía las noticias y sabía de este joven, y si de algo estaba comprobado, era que este hombre era un peligro. Por algo estaba allí.
-Youngjae-... –El doctor Bang tomó paso a notar la cara del chico y el pánico que se dibujaba.
-¡No! ¡U-ustedes no pueden encerrarme con él! ¡Quiero volver a casa, ahora! –El peli-negro comenzó a gritar, estaba con principios de sudor y las imágenes de una terrible experiencia venía a su mente. Se paralizó viendo a Jung Daehyun.
El pelirrojo no decía nada, pero veía el desprecio de su rostro. Seguramente era una víctima de algo parecido o tenía alguna fobia, o quería hacerle sentir mal seguramente. Pero eso no le importaba porque aunque Jung Daehyun no le haya causado ningún dolor, igual le despreciaba por lo que se le acusaba injustamente.
-Solo vine a decir que no lo quiero de compañero. No me importa cuales sean sus estúpidos planes. –Daehyun salió de la habitación, lanzando la puerta. Youngjae aunque estaba temblando se relajó solo un poco pero sus manos no dejaban de temblar.
-N-no iré con el… ¡No lo hare! –Youngjae apretaba sus manos y negaba con su cabeza. –¿¡Cómo piensan ayudarme si me encierran con otro violador!? –Al internado solo le venían pensamientos de todo lo malo que le podría ocurrir. –¡¿Tratan de hacerme daño de nuevo?!
El doctor Bang dejo salir un exhaló. Dando orden con la señal de su cabeza. Prometió no forzar a Yoo Youngjae pero hay que hacer excepciones.
El peli-negro fue llevado a su habitación en mano de dos hombre tomándolo a la fuerza, gritando en lo más alto en súplicas que no le llevarán allí, pero fue inútil. No entendía cómo demonios le harían mejorar si no pensaban hacer nada con él y lo encerraban con su mayor temor personificado. En un hospital mental, no había nada que vivir si no sufrir, era un hecho.
Fue desechado dentro de la habitación y encerrado. Dejándole dicho que saldría después para caminar por el lugar y que nada sucedería. Youngjae trataba de no rendirse, respiraba hondo aunque se sentía que su vida corría peligro tanto como la última vez. Quería llorar porque su mamá no le dejo para ayudarle, sino para terminar de destruirle. En un vago intento más, se rindió, no había forma de abrir esa puerta. Se aferró a la superficie, deslizándose hasta agacharse en el suelo. Sintiendo frio y desolación. Sabía que si se daba vuelta, alguien estaría detrás de él para hacerle daño tarde o temprano.
-N-no sé qué clase de enfermo seas… pero no te me acerques. A menos que te estés muriendo y necesites ayuda para que mueras más rápido. –Dijo de la nada, la última vez que soltó palabras así termino muy mal. Causando una reacción de ironía en Daehyun.
-No soy un maldito enfermo. Y en todo caso, mientras estés aquí también eres uno.
-¡No te compares conmigo! –Youngjae limpiaba lágrimas. –Me encerraron contra mi voluntad, pero saldré de aquí en cuanto vean que no tengo ningún problema.
-Claro, eso decimos todos.
-¡No soy como ustedes!
-¿Entonces que mierda eres? Aquí todos tienen un problema, ¡Oh! espera, déjame adivinar... ¿Tienes un trauma y no lo superas? –Youngjae estaba listo para decir algo pero las palabras cayeron de su lengua cuando dieron en el blanco, llenándole de más odio. –Eso pensé.
-¡T-tu eres un violador! ¡Vi las noticias! –Acusaba. Daehyun por otro lado se levantó a caminar hacia otro lado. No oiría a ese chico. –E-estas igual de enfermos que todos, deberías estar encerrado como un animal. –Youngjae le dijo en mitad de miedo y otra de sacar su rabia previa, tal vez porque al ya estar sucio no le importaba que le atacara de una buena vez para que o le matara, o simplemente hubiera razón para que le sacaran de allí. Pero el pelirrojo volteó hacia el chico, apretando los dientes en molestia y rabia que se acumulaba en él.
No sabía lo que hacía.
Daehyun estuvo a punto de tener ímpetus de tomar el cuello de Youngjae y ahogarle contra la pared, estaba más enojado y afectado de lo normal por las palabras de ese tipo.
Youngjae le recordaba a la persona que le hizo caer en esa trampa para quitarle dinero y caer prisionero, al decir mentiras de él como un violador frente al juzgado.
Pero no, el pelirrojo prometió no tocar a nadie.
Así que esperando lo peor, Youngjae cerró sus ojos pero solo sintió el susto de una puerta siendo lanzada con mucha fuerza. Daehyun se había ido y Youngjae no estaba complacido porque la idea era que le hiciera daño, que mostrara su verdadero ser para demostrarles a los enfermeros que era un peligro, pero no sucedió. Dejándole ansioso en una mala manera.
-Señor Yoo, es hora de salir a las áreas recreativas... –Un enfermero apareció de la nada. Pero Youngjae ni siquiera se molestó en mirarle.
-Estoy cansado, d-déjenme aquí... –El enfermero hizo una reverencia y se retiró, mas no cerró la puerta. Youngjae se tiró en la cama, no sabía si llorar más por cómo le habían lanzado como un trozo de carne hacia leones hambrientos o por el hecho de que tarde o temprano, Jung Daehyun le haría daño y solo eso haría que le sacaran de aquí más herido.