—Jimin, yo sé que puedes lograrlo, no te pongas tan nervioso.
—¿¡Cómo quieres que no me ponga nervioso!? ¿Qué pasa si me manda a la mierda?
Jimin estaba sentado en la cama de Taehyung mordiendo sus uñas con histeria, mientras que el menor lo miraba de brazos cruzados pensando en cómo calmar a su amigo sin que le lanzara almohadas a la cara como había hecho cinco veces ya.
—No lo hará, estoy completamente seguro.
—¿Cómo sabes eso?
—Es muy obvio, Jimin —Taehyung se lanzó al lado de su amigo, pasando su brazo alrededor de sus hombros—. Le gustas tanto como él a ti. Siempre está mirándote con ojitos brillosos, de esos que tienen los enamorados en los animes.
—Eso no... No es cierto, esas cosas no pasan en la realidad —Bufó.
—Cómo tú digas querido amigo, pero a Yoongi le encantas.
Taehyung se levantó separándose de Jimin, quien hacía un puchero de pura vergüenza al escuchar lo que el de cabello rojo –recientemente tinturado– decía.
—¿De verdad crees eso?
—Sí, idiota.
Jimin frunció el ceño pensativo, sin reparar en el insulto de Taehyung.
¿Debería confesar sus sentimientos por Yoongi? Era la pregunta que rondaba por la cabeza de Jimin, porque hasta ahora la única persona que sabía sobre sus sentimientos era Taehyung. Y cuando le contó, Jimin recordaba haber estado con los nervios de punta como tres días antes de decirlo y cuatro días después.
Suspiró.
Jimin ni siquiera recordaba cómo llegó a enamorarse de Min Yoongi, pero estaba seguro de que se sentía atraído por el mayor desde hace bastante tiempo. Cada vez que estaba solo con Yoongi su corazón se aceleraba, sentía sus neuronas chocar entre ellas y se le enredaba la lengua permitiéndole expresarse con pequeños balbuceos sin sentido, y ahora, con 15 años, Park Jimin estaba listo para declarar su amor... Ni tan listo estaba, pero bueno.
—Hobi dijo que tenía que hacer un trabajo con Yoongi hoy, ya debe estar por llegar —Miró el reloj en la pared de su habitación. Faltaban 5 minutos para las seis de la tarde, hora en la que llegaría el de cabello gris—. Aprovecha, secuéstralo y confiesa tu amor.
Jimin le pegó un zape en la frente a Taehyung y escondió su cabeza entre sus piernas, en forma de protegerse a sí mismo de sus conflictivas ideas acerca de la confesión.
—¿No debería ser algo más especial?
—Será especial según tus acciones, pequeño padawan.
—¡No hables como si supieras mucho, ni siquiera has dado tu primer beso!
Entre los gritos de ambos se escuchó sonar el timbre de la casa, indicando la llegada de el tan esperado Min Yoongi.
—¡Oh my cat! ¡Ya llegó! —Jimin se revolvió el cabello insistentemente, y hubiese olvidado como respirar si Taehyung no le recordaba.
—Cálmate, inhala y exhala —Taehyung colocó sus manos en los hombros del contrario, agitándolo para que volviera a sus sentidos, aunque poco funcionaba siendo que el nerviosismo de Jimin se le había pegado a Taehyung.
Ambos se dieron una sincronizada cachetada y salieron del cuarto.
Hoseok se acercaba a la puerta de entrada. Abrió, y con una de sus habituales sonrisas recibió a su mejor amigo.
—Hola Hoseok, Taehyung —Saludó Yoongi entrando a la sala y, fijando su mirada en los ojos de Jimin, continuó—. Hola Jiminie.
Y allí fue cuando el corazón del pobre Jimin se fue a correr una maratón.
—Hola Yoongi hyung—Respondió tímidamente con una voz unos cuantos tonos más aguda de lo habitual, mientras jugaba con sus dedos.
—Sí, Hola~ Yoongi hyung —Imitó Taehyung a Jimin, codeándolo en forma de molestarlo. Aunque solo logró que Jimin le pisara el pie.
—¿Y a ustedes qué mosco les picó? —Preguntó Yoongi con una mirada curiosa.
—Oh... Ninguno. A mí, porque a Jimin le picó uno llamado Cupi... —Se vio interrumpido por la mano del más bajo cubriendo su boca con desesperación evidente.
—¡Shh! —Jimin tomó a su mejor amigo del brazo y lo arrastró hasta el cuarto del menor, quien se despidió de los otros dos con su mano y una sonrisa.
Cuando entraron a la habitación, Jimin lanzó a Taehyung lejos y cerró la puerta, largando un gran suspiro para controlar sus nervios y corazón extremadamente alocados.
—Recuérdame porqué eres mi mejor amigo.
—Porque me amas desde que tenemos 5 años, Jiminie~
En la habitación consiguiente se encontraba un Jungkook de 13 años tratando de hacer su tarea de matemáticas, que no eran para nada su fuerte. No es que le fuera mal... Pero tampoco era muy bueno, así que tuvo que recurrir a llamar a su padre, el genio Kim Namjoon.
—Papá, ¿Me explicas esto? Por favor.
—Claro —Aceptó sin problemas, sentándose al lado del menor de sus hijos—. Pff, esto es muy fácil, lo entenderás rápido. Solo tienes que sacar el área de todas las figuras por separado, pero para sacar la del semicírculo debes hacerlo como si fuera un círculo completo y dividirlo por dos, luego sumas el área de todas las figuras ¿Entiendes? —Recibió un inseguro asentimiento de Jungkook—. Saldré con Jin a casa de su madre... La cena está en el refrigerador, adiós.
—Sí, adiós —Se despidió, y cuando su padre salió de la habitación, tiró su cabello mirando su cuaderno y suspiró frustrado—. Yo quería que me explicara la dos, no la uno.
Eran ya las ocho de la tarde y Min Yoongi sentía que alguien lo observaba, pero en la sala –además de sí mismo– solo estaba Hoseok, y este miraba atentamente una foto entre sus manos.
—¿No crees que TaeTae era una lindura cuando bebé? Ahora también, pero mira sus deditos arrugados —Le preguntó Hoseok sonriente, mostrando la imagen de un Taehyung con cuatro años de edad en la tina. Era una imagen que Jin le había pasado ese día, diciendo que la había encontrado en uno de los álbumes—. Creo que esta es del primer día que llegó a casa.
—Sí, sí, es muy lindo —Le restó importancia Yoongi, dando vuelta su cabeza hacia el lugar desde donde creía que lo observaban y también el lugar de donde un pequeño quejido había escapado.
Era el cuarto de Taehyung.
—¿Qué hacen tu hermano y Jiminie allí dentro? —Murmuró a Hoseok.
—No lo sé, ¿jugar?
—Siento que nos observan.
—Y después me dices paranoico a mí —Rodó los ojos, pero se sobresaltó al escuchar un golpe en la habitación de su hermano—. ¿Qué mierda?
Yoongi levantó ambas cejas y señaló el cuarto en el que estaban los menores, tratando de decirle que fueran a ver qué sucedía.
Al otro lado de la puerta, y realmente pegados a esta, se encontraba Jimin golpeando a Taehyung en la cabeza tratando de descargar sus celos.
¿Celos de qué? Pues el hecho de que Yoongi dijera que Taehyung era lindo (Aunque fuese desinteresadamente) le hacía sentir que le apretaban el estómago. Y Jimin debía desquitarse, así que Taehyung hacía de su saco de boxeo en ese momento. Pero su labor se vio interrumpida cuando la puerta se abrió inesperadamente, dejando ver a dos chicos extremadamente confundidos.
—¿Qué están haciendo? —Pronunció Yoongi.
Quizás espiar no había sido una muy buena idea después de todo...
—Yo... Nosotros.
—¡Jugábamos! —Exclamó Taehyung, levantándose con la ayuda de Hoseok.
—Sí, eso mismo.
—Jugaban, claro, a volverse objetos para golpear —Dijo Yoongi con algo de ironía—. Y por casualidad ¿Nos estaban observando?
Los ojos de ambos menores se abrieron en sorpresa al verse descubiertos, pero trataron de cubrirlo con mucha eficiencia.
—Já, claro que nosotros no los espiábamos con la puerta entreabierta, pff ¿Cómo crees? —Negó Taehyung hablando con rapidez. Luego largó una carcajada para restarle importancia, carcajada a la que Jimin también se unió (No sin antes haber golpeado a Taehyung por milésima vez en el día).
—Haré como que les creo por ahora, pero se explicaran después —Advirtió Yoongi, luego se giró para ver a Hoseok—. Como ya terminamos todo, debería irme, tengo sueño.
—Oh sí, Jimin también debería irse ¿No es así? —Sugirió Taehyung, prácticamente echando al otro que lo miraba incrédulo—. Deberías acompañarlo a casa hyung, para que no le suceda nada.
—Pero, yo...
Antes de que Jimin pudiera seguir reclamando, el pelirrojo le lanzó una mirada que decía "Aprovecha, secuéstralo y confiesa tu amor".
Obvio.
—Está bien —Aceptó Yoongi sin problemas (Algo extraño viniendo de él cuando tenía sueño)—. ¿Nos vamos Jiminie?
—S-sí —Bajó su cabeza avergonzado y salió con el mayor de la casa de los Kim.
—Misión completada, ahora todo dependerá del agente Jimin —Dijo Taehyung a nadie en particular, sintiéndose satisfecho, feliz y con ganas de abrazar algo.
Y ese algo se transformó en Hoseok.
—¿Y a ti qué? —Preguntó Hoseok divetido, correspondiendo el abrazo, pero sin entender.
—Nada —Sonrió—. Solo quería abrazar a mi hyung.
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