La luz del astro rey del cielo molestaba a tus ojos mientras estabas bajo la sombra de aquel árbol donde jugabas cuando eras pequeño, la sombra era suficiente para protegerte del calor infernal que hacia ese día, solamente a tu abuelo se le ocurría mandarte afuera para que lo dejaras tranquilo por un rato… pero te lo merecías por revoltoso mientras él trabajaba. Suspiras por nada, ya perdiste la cuenta de cuanto has suspirado en los últimos meses -te aburriste de contar cuando ibas por las quinientas veces- y ya te estabas hartando de hacerlo, miras tu celular y ves que no tienes ningún mensaje ni llamada, un poco enojado lo tiras al pasto y lo ignoras.
Ves las flores del lugar y te dan ganas de sacarlas con todas tus fuerzas y tirárselas a la cara a cierta persona que todavía no llega a buscarte, te enojas contigo mismo por volver a pensar en él, ya sabes maso o menos la razón por la que no ha vuelto contactar, pero te llena de rabia de igual forma. Miras el cielo intentando pensar en otra cosa, en tus amigos que ahora deben estar disfrutando de sus vacaciones junto a sus seres queridos, en la playa, en los hermosos bosques que en estos momentos te gustaría visitar para correr del calor que sube a cada minuto en tu cuerpo.
Te concentras en el calor para no pensar en otra cosa.
En el amor por ejemplo.
Cuando te llego el mensaje sentiste que tu alma volvió a tu cuerpo, que tu corazón volvía a bombear la sangre que tanto necesita el cuerpo para vivir, sentiste tantas cosas que no podías enumerarlas nunca, pero el sentimiento principal fue la esperanza.
Con esos pensamientos en mente te relajas en el árbol en que estas apoyado y tratas de dejar tu mente en blanco, dejaras a cupido actuar tranquilamente, no te quieres angustiar más si Ticky vendrá hoy día o mañana o dentro de muchos años más.
Toda la espera valdrá la pena algún día.
Eso esperas.
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Por fin llego el día te dices a ti mismo, por fin tendrás a tu amor en tus brazos, los abrazaras como si el mundo se estuviera acabando, lo besaras como si fuera el último beso que le darás en tu vida… si sobrevives a la golpiza que -crees- que te espera por dejarlo sin avisarle y contactarlo después de dos meses sin señales de vida, espera que la estadía en el hospital no sea tan larga y que te vallan a visitar.
Miras por la ventana del bus -sí, te gusta viajar en bus porque te hace sentirte algo normal- y ruegas para que Lavi este de buen humor y no salga corriendo hacia ti con una patada voladora, tampoco esperas que corra hacia ti con corazones a su alrededor y que sea una escena cliché de un anime shoujo que algunas veces tienes que ver con tu hermano -que es mayor que tu- porque te obliga. Cuando el bus llega a tu parada sientes que tu corazón late más rápido de lo normal y que tus pulmones no captan el oxígeno necesario para que tu cuerpo se mueva (nt: siento que me acabo de contradecir), pero te obligas a bajar y tomar tus bolsas para después tomar un taxi que te lleve a la casa del abuelo de Lavi. Dirección que conseguiste tras muchas amenazas por parte de Allen y sus amigos, te costó mucho tiempo conseguirla hasta que les dijiste que era para arreglar todo.
El camino se te hace eterno, aunque solo fueran diez minutos.
Diez minutos más separados de Lavi.
El chico que robo tu corazón y el cual no quieres recuperar.
El taxi paro y te preparas para el gran reencuentro.
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Caminas mirando hacia la nada, tu mente por fin esta en blanco, sin ningún pensamiento en particular que nuble tu mente, ves tu alrededor admirando la naturaleza del lugar mientras caminas de vuelta a la casa de tu abuelo ya que te cansaste de estar tanto tiempo afuera -además el calor te está matando y ya no soportas el sudor-, realmente esperas que el humor le haya mejorado y que no te tire otro libro a la cabeza por estar haciendo ruido.
Ibas tan distraído que no viste a la persona frente a la casa hasta que sentiste unos brazos a tu alrededor. Cerraste los ojos -no sabes porque- y sentiste un aroma que reconocerías en cualquier lugar del mundo, con luz o sin luz.
Ticky te estaba abrazando después de tanto tiempo. No sabias que hacer.
Devolverle el abrazo o golpearlo en el estómago.
Elegiste la opción más obvia.
El golpe le tuvo que doler por la cara que puso.
-Tengo que decir que me esperaba que golpearas- te dijo Ticky mientras se acariciaba el estómago.
- Agradece que no te golpee en el otro lugar.
Todo el color de la cara de Ticky se esfumo ante tu frase, tu solo reíste con todas tus ganas. Cuando ya dejaste de reír lo miraste fijamente mientras cruzabas tus brazos esperando que empezara a hablar.
-Bueno, primero que nada, tengo que decirte que…
-ESPERA -gritas de repente- vallamos a otro lugar para que me des la bonita explicación del porque me abandonaste después de una muy buena noche y no diste señales de vida por dos meses, no quiero que mi abuelo salga de la casa y me vea cometiendo un asesinato. Sígueme.
Lo llevas hasta el jardín de tu casa, el mejor lugar donde tener una conversación. Te sientas en el pasto y esperas a que Ticky haga lo mismo, cuando lo hace se quedan mirando fijamente durante unos minutos, esperas pacientemente a que hable.
-Lo siento, realmente siento haberte dejado sin ninguna explicación y desaparecer sin dejar rastro. No tengo excusa para mi comportamiento y si no me quieres perdonar lo aceptare. Tenía miedo por la reacción de mi familia si sabían que estaba saliendo contigo, cuando lo supieron tuvimos una gran pelea y la única que me apoyo fue mi pequeña sobrina, después de ello no quería saber de nadie, solo trabajaba, Allen me decía todo el día lo triste que te sentías por no saber de mí, pero yo lo ignoraba y seguía trabajando. Durante dos meses me sentí como un robot, no mostraba sentimientos a nadie, hacia todo por inercia, hasta que un día estando fuera de la cuidad y mirando las estrellas me di cuenta que todo lo que estaba haciendo estaba mal, adoro mi familia, pero no se pueden meter en mis relaciones, así que después de que te mande el mensaje me prepare para hablar con ellos, les dije todo lo que sentía por ti y trate de convencerlos, no muchos aceptaron por el simple hecho de no conocerte, pero me vieron tan cambiado que aceptaron que te amara. Me demore tanto en venir a verte porque tenía que dejar todo el trabajo que terminado para estar tranquilos y evitar que mi hermano me llamara cada cinco minutos.
Mientras decía todo eso bajaste la cabeza para evitar mirarlo, pero escuchaste todo lo que dijo, desde la primera palabra hasta la última. Ahora entiendes un poco más el porque te dejo de un día para otro. No sabias cómo reaccionar y Ticky se dio cuenta.
-Sé que me debes odiar ahora, te hice tanto daño, me puedes perdonar o me puedes echar de tu lado para siempre.
- ¿Qué pasaría si te echo de mi lado? - dijiste por fin después de unos minutos.
- Nunca más volvería a buscarte, sin llamadas, sin nada que te pusiera en contacto contigo, estaría solo con añoranza y estupidez.
- ¿Y si te perdono?
- Dedicaría cada día de mi vida a enamorarte de nuevo, a mimarte, abrazarte y besarte, haría cualquier cosa para que nunca más llores, haría lindos recuerdos que ayuden a olvidar estos meses tan amargos que tuviste porque sé que no los vas a olvidar y aguantaría cada vez que me saques en cara mi error porque me lo merezco.
Levantas lentamente tu cara y te dignas a mirar los ojos de Ticky en ellos había tantos sentimientos entre mezclados que no podías decir cuál era el que predominaba entre ellos.
Perdonarlo o echarlo de tu vida.
Suspiras y miras al cielo.
Ya tomaste tu decisión cuando te llego el mensaje.
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Meses después.
Caminas por la calle alborotada de gente con tu fiel bufanda verde en tu cuello, el invierno estaba en su plenitud y no perdonaba a nadie que no se abrigara bien, en tus manos llevabas unos guantes que tenía dibujos de conejos -cortesía de Lenalee- un poco infantiles pero abrigadores. Mientras caminas silvas una canción que suenan en tus audífonos, tus botas protegen tus pies de estar mojados así que no te preocupan los charcos de agua que están en tu camino, la bolsa en tu mano se va balanceando de un lado al otro haciendo que el objeto en su interior se mueva. Miras la hora en tu celular y ves que estas un poco atrasado así que apuras un poco el paso. De lejos ves la cafetería y suspiras aliviado al ver que llegaste a la hora. Entras a ella y sientes el olor a café y chocolate caliente, también a los pasteles que se veían tan sabrosos en las vitrinas.
-¡Lavi aquí!
Caminas hacia la persona que te llamo lentamente y una sonrisa se formó en tus labios.
-Hola Ticky.
Tu sonrisa sigue en tu cara durante el resto del dia. Al igual que el amor que sientes por el hombre frente a ti.
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-Si te perdono Ticky
Y con esas simples palabras besaste al hombre que te dejo por tanto tiempo -meses, pero para ti fueron una eternidad- y lo abrazaste.
Los dos se prometieron ese día que nunca más se separarían.
-Oye Ticky…- le dijiste después de recuperar el aire
- ¿Que pasa Lavi?
- ¿Sabes que igual te voy a dar una paliza?
Ticky no termino en el hospital, pero los moretones no se fueron por semanas.
“ ¡El amor no es ningún juego! ¡No es una estupidez con florecitas! Es esfuerzo: una búsqueda que nunca termina. Lo exige todo de uno: sobre todo la verdad. Solo entonces produce gratificación. “
Cupido, “La Casa de Hades” Saga HoO