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"Sweet Love" por lanekorubia

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Notas del capitulo:

Holi!!!!! aca con una nueva idea xD

parejas principales: 

KiyoHana.

HyuReo.

ImaIzu.

MoriKasa.

RikoMomoi.

NebuKota.

secundarias:

KagaKuro.

AoKi.

MidoTaka.

AkaFuri.

MuraHimu.

 

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-¡Estoy embarazado!-Ok…tal vez gritarlo de esa manera, en medio de la fiesta de cumpleaños número 62 de su abuela no fue su mejor idea.

Sintió como miles de pares de ojos se clavaban en él.

Un silencio tenso hizo presencia en el salón.

-…¿Cómo?-el primero en reaccionar había sido su novio.

-Pues eso, estoy embarazado o lo estamos ya que no lo hice solo, así que no sé bien cuál es la palabra para…-empezó a balbucear, como cada vez que estaba nervioso.

-¡Eso es maravilloso!-lo corto el pelirrojo para luego alzarlo entre sus brazos.

-¿Lo crees?-por un efímero instante, Reo Mibuchi, creyó que así era.

-¡Por supuesto que no lo es!-grito su padre. Su voz decepcionada y furiosa lleno el salón.

-Papá…-sollozó Reo.

-Señor, sabe que voy a hacerme cargo y que amo a su hijo…-intento hablar el pelirrojo.

-No quiero escuchar nada-lo corto el señor Mibuchi, mirándolos a ambos adolescentes con profunda decepción- Esperaba más de ti, Reo. Es una vergüenza que mi hijo de dieciséis años me haya dado este disgusto. Un embarazo adolescente, sin siquiera comprometerse o terminar sus estudios.

-¡Ya verá que nos las arreglaremos señor!-intervino nuevamente el pelirrojo- hare lo posible porque ambos estén bien. Su hijo y su nieto están en buenas manos.

-¿Hijo?-el señor Mibuchi hizo una mueca- yo no tengo hijo. A partir de este momento, Reo Mibuchi queda desterrado de mi familia.

-Papá…-intento hablar Reo, con los ojos anegados en lágrimas.

-Ya no lo soy-replico el señor Mibuchi. Su voz era terminante- Te encargarás solo tú de ese bastardo-dijo con asco mientras señalaba el vientre de su ahora, ex hijo- Ya que al ser desterrado  de mi familia, también serás sacado completamente de la herencia.

Al escuchar eso Reo salió corriendo del salón. Lo que menos le importaba en ese instante era la maldita herencia. El desprecio de su padre era demasiado doloroso de soportar.

-¡Reo! ¡Espera!

El pelinegro se dio vuelta, viendo a su novio, quién le sonrío con dulzura al alcanzarlo.

-No te preocupes-le dijo mientras lo abrazaba- lo solucionaremos juntos.

-Pero yo apenas empiezo la preparatoria-sollozo el pelinegro- y tú acabas de cumplir la mayoría de edad…ninguno trabaja y me acaban de echar de mi casa y mi familia, ¿Cómo le podemos dar un buen futuro a nuestro bebé así?

-Eso no es importante-le corto su novio.- te aseguro que tu padre recapacitará sobre esto. Eres su primogénito y tu hermano es muy chico aún para ayudarlo en la compañía. Él no  va a desheredarte. No puede hacerlo.

-Eso es lo que menos me importa-replico Reo, sincero.

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Ring…Ring…

-Mamá levántate-Reo sentía una voz llamándolo a la lejanía.

-Hum…cinco minutos más…-pidió mientras rodaba en la cama.

No podía verlo, pero sabía que su hijo seguramente estaba rodando los ojos, frente a su actitud infantil. Eso lo hizo sonreír. Se suponía que él era el adulto ahí…pero su hijo solía comportarse muchas veces en la parte centrada y racional en aquel pequeño departamento.

-Sí no te levantas me veré obligado a utilizar técnicas que no te agradarán-le advirtió el pequeño.

Reo soltó una risita. Su hijo tenía seis años y usaba el vocabulario de un hombre de más de cuarenta años.

Humm…tal vez no fue buena idea regalarle diccionarios en vez de cuentos infantiles.

¡Pero no era su culpa! El pequeño despreciaba todo los libros de caricaturas, por lo que se vio obligado a dejarlo elegir y…grande fue su sorpresa cuando el enano que no llegaba a los cuatro años (en ese entonces) se le acerco con libros que se titulaban: Historia moderna de Japón, Antepasados de la Nación, Economía Mundial, Inglés básico y una gran colección de diccionarios tanto en japonés como en inglés y chino.

Su cara y la de la vendedora fueron para fotografiarse.

 -¡Ahhhhh!-soltó un grito al sentir como su cara era empapada en-… ¿Licor? ¡Sei-chan!-chillo mientras se levantaba de la cama, su piyama mojándose en el proceso-¿Por qué hiciste esto?-hizo un puchero- ¡Más importante! ¡¿De dónde sacaste el licor?!

-Moriyama-san me dio un poco-explico el menor- dijo que esto hacía que saltarás en seguida…

Bufo.

-Hablare seriamente con él-decidió con los brazos cruzados en su pose “seria”- Pero antes…-se arrojó a la cama, húmeda- ¡Cinco minutos más!

-¿Qué día crees que es hoy?-pregunto Seijuro mirando a su madre con una ceja arqueda.

-Hum… ¿Sábado? ¿domingo?-aventuro con los ojos cerrados, sin mucha importancia.

-Es lunes.

-¡Ah cierto!-asintió- Lunes…lunes… ¡¿HOY ES LUNES?!-prácticamente salto de la cama y corrió al baño.

Su jefe había sido terminante: llegaba tarde una vez más, y podía decirle adiós a su empleo.

Por veinteava vez consecutiva.

-¿Quéf fora esf?-preguntó con la boca llena de pasta de dentífrico mientras se metía a la ducha.

-Las siete y media.

-…¿QUÉÉÉÉÉÉÉÉ? ¡¿Por qué no me despertaste antes?!-chillo Reo mientras salía del baño con el cabello mojado y a medio vestir. Solo para encontrarse con su hijo perfectamente vestido y con la mochila ya preparada.

-Intente hacerlo, pero duermes como un oso en plena invernación-contesto el niño con tranquilidad.

-No sé si ofenderme o alegrarme por tu forma de hacer que el insulto suene menos insultante-comento Reo mientras buscaba unos zapatos que combinen con su blusa.

-Gracias, es un don.

-¡No encuentro mis zapatos lilas!-grito- ¡Y el olor a alcohol aún no sale!-se quejó.

-No importa lo que uses de todas formas debes ponerte otros zapatos que formen parte de tu uniforme, y probablemente el olor a alcohol se vaya cuando salgamos afuera, con el viento-comento Seijuro, tratando de tranquilizarlo- ahora vayamos antes de que llegue tarde a la guardería y tu vuelvas a llegar tarde al trabajo-comento poniéndose la mochila y caminando hacia la puerta- ¿Mamá?-dudo el pequeño al ver que su madre no lo seguía.

-¡Kyaa! ¡Sei-chan es tan mono!-chillo mientras abrazaba a su hijo.

El pequeño Akashi Seijuro solo suspiro. Luego lo abrazo también.

Porque conocía todos los esfuerzos que su madre hacía, todo lo que lucho y seguía luchando por ambos.

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Cuando Kasamatsu se despertó, noto que todos sus compañeros de casa estaban desparramados por el living. Suspiro.

La noche anterior habían discutido tanto acerca de qué película ver que Kasamatsu termino yendo a dormir irritado (y para no cometer un homicidio también) del infantil comportamiento de sus compañeros y amigos de vivienda. Aparentemente había habido otra discusión por quién dormía en el sillón para ver la peli…que dejo como ganador a Nakamura, recostado tranquilamente en el.

Tanto Moriyama, Hayakawa y Kobori dormían en el piso.

-Inútiles…-murmuro Kasamatsu mientras caminaba hacia la puerta. Le tocaba a él comprar las cosas para el desayuno- tenían sus habitaciones para dormir.

Mientras debatía acerca del sentido común inexistente que tenían sus amigos, casi tropieza al salir.

-¿Qué demonios es esto?-pregunto mientras se inclinaba para tomar la cesta que alguien había dejado en la puerta de su hogar- Si es otra broma de la señora Lee, esta vez acelerare cuándo la vez pasar, ninguno de los chicos me convencerá de lo contrario…-pensaba Yukio, pero se quedo estático al ver que, de hecho, lo que había en el cesto era: un bebé. Necesito todo su autocontrol para no soltarlo de la impresión-¡MORIYAMA!-grito- ¡Tenemos un problema!

El nombrado se levantó, soñoliento.

-¿Qué pasa…?-pregunto bostezando. Abrió los ojos de para en par cuándo Yukio le mostro al bebé.

-¡Ay, santa virgen de la papaya!-grito.

-¿Qué te dije de ver tan seguido maratones de los simpsons?-dijo Nakamura, incorporándose.- Hay gente que aún intenta dormir…¡Un bebé!-chillo cuando Yukio entro con la cesta.

Kobori y Hayakawa se despertaron y al ver al infante empezaron a pellizcarse entre ellos.

-¡Auch eso dolió!-se quejó Hayakawa.

-Al menos sabemos que no es un sueño-opino  Kobori restándole importancia- ¿Por qué lo dejaron aquí?

-¿Tengo cara de haberlo abandonado yo?-le pregunto Yukio, irónico

-¿O yo?-asintió Moriyama, aún en shock.

-Quien sabe-insinuó Kobori- eras el último en regresar cada vez que salíamos a bailar…

-¡Pero siempre me cuide!-chillo ocultándose detrás de Hayakawa.

-¡Aparentemente no espermatozoides locos!

-¡Ustedes, basta!-los corto Yukio, que había levantado al pequeño en sus brazos y había visto que el pequeño iba a acompañado con una carta- dejaron una carta.

Nakamura la tomo y empezó a leer:

-“No podemos hacernos cargo del bebé. Los hemos estado viendo estas últimas semanas y nos dimos cuenta de que son de las personas más normales de la cuadra. Decidimos llamar al bebé: Kise Ryouta. Pero si quieren, pueden cambiárselo, ya que ahora es suyo. Sabemos que van a cuidarlo bien. Suerte.”-arqueo una ceja al terminar de leerla- Nunca tuvimos vecinos que se apelliden Kise-comento- Hay algo extraño en todo esto…

-¡Sí! ¡Nos están espiando!-chillo Hayakawa mientras cerraba las cortinas.

-Al menos ya sabemos que no es de ninguno de nosotros-suspiro Moriyama, aliviado.

-¡Idiota!-le grito Yukio- al pequeño lo abandonaron y a ti te importa más que no sea hijo tuyo…

 -Este…

-No podemos quedarnos con él-comento Nakamura- apenas tenemos 18 años y  empezamos el primer año de universidad. Hay que llevarlo a la policía esta tarde.

-Sí-asintieron todos.

-Quiero dormir un poco más…-bostezo Hayakawa tirándose al piso.

-Bien, él que lo encontró que duerma con él-asintió Nakamura volvió al sofá.

Yukio suspiro.

-Parece que seremos tu y yo bebé-le hablo mientras lo recostaba en la cama. El pequeño lo miraba. Sintió ternura- ¿Sabes? Tienes unos bonitos ojos dorados…lamento lo que te paso. Pero no podemos hacernos cargo de un bebé…

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-¡Kise! ¡El desayuno está listo!-grito Kasamatsu en dirección a las escaleras.- ¡Cuando regreses de la guardería seguirás jugando! ¡Moriyama, tu desayuno también está listo! ¡Suelta esa cosa de luz fosforescente o llegarás tarde al trabajo…!

-¡Mi tío Hayakawacchi estaba ayudándome a bañarme okacchi-decía un pequeño rubio de seis años. Demasiado lindo para ser un niño.

-Me parece bien-opino Yukio. Hasta que vio al mayor- ¿Qué paso?

-Guerra de espuma-contestaron ambos al unísono.

Hayakawa estaba completamente mojado y lleno de espuma.  Kise, por su parte, tenía partes de su ropa mojadas.

-Vamos a tener que cambiarte-suspiro mientras tomaba la mano del pequeño rubio y lo guiaba hasta su cuarto-  ¡Y TÚ SAL QUE ACABO DE LIMPIAR EL SUELO!-le grito a Hayakawa, logrando que este saliera corriendo al patio.

Kise rió.

-¡Esto es un sable de luz!-dijo Moriyama, entrando al cuarto de Kise, mientras Kasamatsu lo ayudaba a atarse las zapatillas.- ¡¿Cierto, Kise?!

El rubio asintió.

-Es el sable de Luke Skywalker fue un legendario héroe de guerra y Jedi que fundó la Nueva Orden Jedi. Era el hijo del Caballero Jedi Anakin Skywalker y la senadora Padmé Amidala de Naboo, además hermano mellizo de Leia Organa.

Moriyama emitió un sollozo.

-¿Qué te pasa?-le pregunto Kasamtasu con una ceja arqueada.

-Es que…nunca me había sentido tan orgulloso antes.

Al ojiazul le aparecieron varias venas en la frente.

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-¿Sabes que te amo? ¿Verdad?-le pregunto Imayoshi al pelinegro que solo sonrío.

-Yo también te amo-susurro mientras se ponía de puntitas para besarlo. Algo que siempre le causo gracia al mayor de lentes.

-¡Shun! ¡Necesito tu ayuda para preparar la cena!

Imayoshi emitió un gruñido y siguió profundizando el beso.

-¡Shun! ¡Cariño, ¿Escuchaste?!

Izuki soltó una risita y se separó de su novio.

-¡Voy mamá!

-¿Sabes? La idea de pasar las vacaciones con tu familia ya no me parecen una buena idea…-bufo.

-Celoso-canturreo Izuki con la intención de molestar al mayor que solo se cruzó de brazos, como niño berrinchudo- Tranquilo, solo será un rato…esta noche estaremos juntos-intento animarlo.

-Sí, a menos que tu hermano vuelva a colarse en el cuarto porque le da miedo dormir solo…

-¡Es solo un niño!-lo defendió Izuki.

-¡Y yo tu novio!-dramatizo él abrazándolo.

-Ustedes dos van a volverme loco-suspiro Izuki sonriendo para luego darle un último beso- te vengo a buscar para cenar.

-Te espero-dijo Imayoshi mientras dejaba que el pelinegro saliera del cuarto para ayudar a su suegra.

Sinceramente, cuando Izuki le propuso pasar las vacaciones de verano en casa de su familia, había imaginado algo diferente.

No es que no quisiera a la familia de Shun…solo que, a veces quería tenerlo para él solo. Sobretodo cuándo las alborotadas hormonas adolescentes se hacían presentes.

-Hola cuñadito…-saludo una joven de curvas pronunciadas.

Imayoshi sonrío. Y ahí estaba el motivo por el cual resistían tan bien el no poder tener relaciones con Shun.

-¿Cuánto crees que les lleve cocinar?-pregunto el de lentes mientras metía a la chica en su habitación y la arrojaba a la cama.

-Tal vez una hora-contesto la chica con el mismo tono lujurioso en su voz.

Claro con qué ninguno contaba con que  la madre de Shun decida liberarlo antes de hacer el postre y este se encontrara con una escena…para nada agradable.

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Imayoshi despertó sobresaltado. Y ahí iba otra vez.

Habían pasado algunos años desde que eso paso. Y por alguna razón, hacía algunos mese había empezado a soñar con aquella triste escena. Cuando Izuki los encontró.

Se encogió de hombros. No era su culpa. Él no era fiel…no estaba en su…”naturaleza”. La única relación más o menos seria que había tenido había sido con el pelinegro en su adolescencia.

Pero todo había ido al caño cuándo este lo encontró follando a su hermana en su propia habitación.  

-Hey, despierta…-movió a la rubia que estaba durmiendo a su lado.

-¿Humm?

-¿Podrías largarte?

La chica abrió los ojos y lo miro con furia una vez que reconoció donde estaba.

-¡Eres un estúpido!-empezó a insultarlo  mientras se vestía, para luego marcharse hecha una furia.

A él le dio igual. No es cómo si esa escena no era habitual. Mujeres o donceles despertaban en su cama casi todos los días…

Ring…

Con el entrecejo fruncido escucho el sonido del timbre.

-¿Acaso te olvidaste alg…?-se detuvo al ver que frente a él se encontraba una joven de estatura baja y largo cabello verde.

Solo había visto una persona en su vida que tenía ese color de cabello tan…peculiar.

-¿Nagisa?-aventuro.

-No, soy Erika-replico la chica- Nagisa era mi mejor amiga, con la que te acostaste antes de hacerlo conmigo.

-Ahh….-un silencio se formó entre ambos- ¿Quieres pasar?-dudo. ¿Qué se supone que estaba haciendo ella en la puerta de su casa? ¿De qué hablas con tu ex compañera de Universidad con la que pasaste una noche?

-No tengo tiempo, así que vamos al grano-la chica tironeo su mano y pudo notar que un pequeño niño de cabello verde y anteojos estaba aferrada a ella- Él es Shintaro, tú hijo.

¿Qué?

-Tiene seis años, corresponde a la edad en la que estuvimos juntos. Quede embarazada pero no lo  supe hasta que tuve los dos meses y para entonces tú ya te habías mudado a Tokio. Lo crié sola durante estos seis años pero actualmente tengo un trabajo en Estados Unidos y no puedo llevarlo. Mi familia no quiere cuidarlo debido a que sufre síndrome de asperger así que es bastante delicado…-hablaba la chica sin pausas mientras entraba al departamento, arrastrando al niño con ella y varias maletas- así que te toca hacerte cargo. No sé cuándo vaya a volver así que ten-le dejo varios papeles- el pequeño tiene mi apellido: Midorima. Pero puedes cambiárselo si quieres, al fin y al cabo también eres el padre. Si tienes dudas simplemente hazle un examen de ADN o que se yo…nos vemos- se despidió de su hijo con un casto beso en la mejilla. El peliverde solo se quedó quieto y luego le hizo un gesto con la mano en forma de saludo. – cuídalo-le advirtió a Imayoshi para luego salir disparada del departamento.

Tardo varios minutos en que el de lentes reaccionara y la persiguiera, ya que ella ya había subido a un taxi cuando el logro alcanzarla.

-¡Espera!-grito. Pero la joven se había marchado.

Empezó a sacudir su cabello, desesperado. Tomo aire varias veces antes de entrar en su departamento. Rezando para que todo fuera una pesadilla…pero el pequeño peliverde que estaba en el rincón de su departamento le advirtió que todo era completamente real.

-Hoy tengo guardería-aviso sin despegar sus ojos de una revista.

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-¿Embarazado?-pregunto el señor Hayama observando a su hijo y a su “mejor amigo” ubicado junto a él.

-Señor yo…

-Papá, solo fue un accidente…

El señor Hayama suspiro.

-¿Ya tienen fecha?

El rubio arqueo una ceja. Nebuya levanto la cabeza, confundido (el moreno estaba esperando varios golpes, de hecho)

-¿Fecha para qué?-pregunto Kotaro.

-Para la boda-contesto el señor Hayama con naturalidad- ¿No pensarás criar a ese niño fuera del matrimonio, no?-le pregunto.

-Nosotros no habíamos pensado en…-intervino Nebuya al ver el shock que sufría el rubio.

-Tonterías-replico el señor Hayama- deben casarse, cuanto antes, mejor. Tienen 18 años por lo que la legalización no es un problema realmente…

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Nebuya sonrío al recordar el día en que se sintió la persona más feliz del mundo, al comprometerse con el rubio del que estaba enamorado desde niños. Pero su sonrisa se ensombreció cuando recordó que de hecho, el rubio, era el menos feliz del mundo.

Siempre había sabido que Kotaro odiaba el compromiso. Por lo que casarse de tan jóvenes y tener un hijo lo había aterrorizado.

Con el tiempo logro aceptarlo…solo que, en las ocasiones en que sentía que llevaba una vida muy hogareña…

-¿Mamá aún no llega de su viaje?-pregunto el pequeño Nebuya Aomine (Habían decidido nombrarlo Aomine en honor a la madre del rubio).

-Aún no Daiki-contesto Nebuya- pero no tardará en venir. Es tu primer día de guardería y jamás se lo perdería-contesto acariciando las hebras azules de su hijo de seis años.

-Eso espero… ¡Y qué me haya traído regalos!-añadió con entusiasmo.

Cada vez que Kotaro se sentía asfixiado con una vida familiar, solía huir con algún amante. Normalmente no aparecía luego de una semana o dos.

Durante esos días llamaba a Daiki pero se negaba a hablar con él.

Nebuya se lo perdonaba. Porque lo amaba demasiado.  A tal punto que ignoraba su propio dolor, dejando que Kotaro hiciera lo que quisiera. Incluso si era destrozarlo por dentro.

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-Esto simplemente no funciona-decía la peliceleste, alejándose de Teppei.

-¿Era necesario que lo digas frente a Tetsuya?

La mujer volteo y vio al pequeño niño de cuatro años, llorando en un rincón, abrazando su oso de peluche.

-¡¿QUÉ QUIERES QUE DIGA?!-grito- ¡¿QUÉ ESTOY FELIZ DE HABERLO TENIDO CUANDO SABES BIEN QUE QUISE ABORTARLO?!

Teppei tuvo que utilizar todo su autocontrol para no abofetearla.

-¡LARGATE! ¡SI PIENSAS DE ESA MANERA SOLO VETE!

-¡¿QUÉ CREES QUE INTENTE HACER DESDE QUE NACIO?!-grito antes de marcharse, furiosa.

-¿No volverá?-pregunto Kuroko con un hilo de voz, desde su escondite bajo la mesa.

Teppei se dejo caer al piso. Tenía muchas ganas de gritarle a esa mujer horrible varias verdades. Pero ahora esa rabia no era lo importante.

-Kuroko Teppei, ven aquí-llamó a su pequeño hijo.

Este gateo hasta su padre.

-Probablemente no-empezó a hablar- pero no debes preocuparte, ya que estoy aquí.-susurro mientras lo abrazaba. El peliceleste asintió, aun temblando.

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-¿Kuroko? ¿Te gusta?-le pregunto Teppei a su hijo de ahora seis años.

El peliceleste observaba su nuevo hogar con seriedad…luego, su rostro inexpresivo tomo la forma de una sonrisa.

-Es bonita…-murmuro.

-Me alegro-su padre suspiro con felicidad- Será nuestro hogar por mucho tiempo.

-¿Tenemos muchos vecinos?-pregunto Kuroko curioso. No le gustaban las personas nuevas.

Teppei rió. Conocía a la perfección la timidez de su hijo.

-No muchos-sonrío- como este tipo de departamentos es solo para que viva ununo, no hay muchos inquilinos…

 

-¿Me echaran si me descubren?-pregunto el pequeño peliceleste asustado mientras abrazaba al señor Teddy.

Teppei volvió a reír.

-Claro que no, pequeño-contesto alzando a su hijo- eres demasiado tierno y…bueno, como eres tan pequeño no ocupas mucho espacio…

Kuroko frunció el ceño.

-No soy pequeño-se quejó.

Teppei le sonrío mientras lo despeinaba.

-Claro que no. Pero aún tenemos que desempacar.

Desde que Mei los había abandonado, Teppei se las arreglaba para salir adelante y mantener a Kuroko. Sin embargo…había veces en que necesitaba ayuda.

-Kuroko…¿Cuánto tiempo crees que necesita el arroz para hervir?

Sí. Era un milagro que ambos hayan sobrevivido aquellos dos años.

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-¡NO VOY A ABORTAR!-grito una pelirrosa de apenas 15 años de edad.

-Pero hija…piénsalo-intento convencerla su madre.

-¡NO VOY A ABANDONAR A MI PROPIO HIJO! ¡O DARLO EN ADOPCIÓN O LO QU…!

Momoi dejo de gritar al sentir la cachetada que su madre le había dado.

-Si no quieres abortar, lárgate de mi casa. Yo no mantendré a una chiquilla que abre las piernas al primero que Se le cruce…

-Mamá…sabes que a mi…-sollozó.

-¡Que te vayas!

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-De eso ya pasaron seis años…-suspiro la pelirrosa dentro del auto.

-¿Satsuki, qué tienes?-le pregunto Alex, mirando a la joven con preocupación.

-Nada, Alex-chan-Momoi se esforzó por sonreír- ¿Ya estamos cerca?-pregunto.

-Sí y no me cambies de tema-Alex sonrío- ¿Estás así por qué me iré por unos meses, verdad? ¡Si quieres puedo cancelarlo y lo dejamos para cuando podamos ir los tres!

-¡No es necesario!-negó la pelirrosa.- no podría aceptarlo. Hace mucho que quieres ese viaje, es una recompensa de tu trabajo…

Momoi jamás se atrevería a no dejar que Alex viajara a Estados Unidos. La rubia la había ayudado muchísimo con su embarazo, recibiéndola en su casa y ayudándola para que pueda terminar sus estudios.

Satsuki había conocido a la rubia en un programa de ayuda social para adolescentes, dónde Alex se había comportado con ella como una verdadera madre.

Una sonrisa apareció en su rostro.

-Espero que yo y tu prima nos llevemos bien…-sonrío Momoi, tratando de no preocuparla más.

-¡Ya verás que sí!-sonrío Alex con entusiasmo- ¡Estoy segura de que Atsushi también se llevará genial!-añadió desviando su mirada al pelimorado de seis años que dormía tranquilamente en la parte trasera del auto.

 

Notas finales:

espero que les haya gustado la introducción xD y sep la kiseki son hijos de los sempais e.e xD 

en el prox cap. conoceremos el puno de vista del resto de los personajes xD

espero les guste :D dejen sus cometarios si fue asi!!!!!!

nos leemos!!!

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