No es extraño pensar que un chico tan hermoso como aquel que estaba sentado abandonado en una esquina llamara la atención de los demás comensales.
- Naruto… - le sonaba ese nombre de algo, lo recordaba vagamente pero no sabía de dónde.
Lee pasa a su lado mientras divaga, no se da cuenta que la cafetería comienza a llenarse y que Kakashi está por ahí rondando, si no lo ve trabajar lo correrá ese mismo día. Por eso Shikamaru se acerca y le susurra:
- Ponte a trabajar. – Sasuke da un leve respingo, la cercanía de ese hombre fue descaradamente innecesaria. Rechista y se pone en dirección a Naruto, la curiosidad merma en él, por eso quiere atenderlo personalmente.
Naruto está ido, no pone atención a nada allá afuera ni adentro. Solo ha ido ahí por los postres y por Kakashi, su viejo amigo, su inconfundible ex pareja.
Sasuke llega a lado del rubio, carraspea para atraer su atención.
- Buenas tardes, ¿desea ordenar algo? – Naruto espabila y pone atención a esa ronca voz, alza la cabeza y lo que ve lo deja anonadado. Sabe que trabajan hombres en ese establecimiento y que todos ellos se disfrazan de Lolitas para atender a los clientes, pero el chico ahí parado era tan andróginamente guapo que podía jugar a ambos sexos sin necesidad de travestirse.
El moreno se intimida por los ojos añiles del otro.
- Oh, sí, un panque de nuez y una malteada de chocolate. – Sasuke apunta con rapidez pero le tiemblan las manos. El rubio no deja de mirarlo. ¿tendría algo malo en la cara?
- ¿Algo más? – le pregunta pero Naruto niega con la cabeza, luego vuelve a su pose distraída, mirando sin mirar alguna otra parte que no sea Sasuke y eso sin duda, le molesta.
Kakashi admira a Naruto, esta embelesado por lo bello que esta ese día. Recuerda fugazmente sus noches de sexo desenfrenado, el rubio era maravilloso en la cama, y daría lo que fuera por repetir sesión con él. Pero Naruto es cruel, lo dejó por incompatibilidad de intereses. Era normal para un chico tan joven cambiar de pareja, para Kakashi fue un golpe bajo, aun así agradecía que siguiera siendo cliente asiduo a su cafetería y que lo dejara deleitarse con su hermoso cuerpo de adolescente.
- ¿Ese suspiro es resignado o de frustración? – Iruka pregunta.
No es necesario que Kakashi le diga que está loco y lo ignore. Conoce bien lo que tuvo con Naruto, Kakashi también sabia jugar sucio, y lo que empezó como una aventura termino en una seria relación. Sin embargo, su amigo, el de cabellos plata, era muy posesivo y celos, por eso cuando le comentó que Naruto lo dejó no se sorprendió. Una vez, en un arranque de celos forzó al chico de cabellos rubios a intimar con él en la oficina, nadie lo sabía, solo Iruka porque él olvido aquella noche su portafolio y volvió por él, escuchó a Naruto berrear que se detuviera porque lo lastimaba, Kakashi no se detuvo, al contrario, embistió fieramente.
Iruka no hizo nada, pensó que lo mejor era no comentar al respecto. Naruto perdonó a su amigo, era obvio pero lo terminó. Y ahora Kakashi se consolaba entre las piernas de Obito, un precioso muchacho alborotador que trabajaba los fines de semana como comediante, un joven pelinegro apuesto y enamorado hasta los huesos de Kakashi.
- Volverá a ser mío. – aseguró con esa voz de hierro que a Iruka no le agradaba mucho. Kakashi quería a Naruto y lo sabía muy bien, pero su manera de querer a veces asustaba.
Terminó de engullir sus alimentos, pidió la cuenta al mesero entristeciéndose porque no fuese el muchacho de cabellos negros quien se la trajera.
- ¿Le gusto su estancia aquí, joven Naruto? – Toneri preguntaba con ese nerviosismo impreso en su voz aniñada.
Naruto asintió, quería preguntar por el chico que lo atendió primero pero antes de poder hacerlo Kakashi se acercó a ellos. Ordenó a Toneri ir a otras mesas, el peligris se sentó frente a él, mirándolo suplicante.
- ¿Cuándo iras por tus cosas? – Naruto suspiró cansado de tener que lidiar con esa situación en la que Kakashi lo tenía.
Terminaron, eran amigos, ¿Qué más quería? Hasta ahora siempre había sido cauto con el tema, ya no quería recordar la noche en la que su ex pareja lo tomó en su contra. Si, intimaban, no tanto como anhelaba Hatake pero lo hacían, y luego de una discusión donde los celos emergieron, Kakashi lo llevó hasta la oficina, bajó sus pantalones y lo penetró con violencia.
- Quedamos que tú las mandarías. – el mayor asintió no muy convencido, Naruto se hacía del rogar y se estaba cansando, se arrepentía de lo que había hecho aquella noche, incluso busco su perdón de todas las maneras posibles pero aun así el rubio seguía renuente a reanudar lo que habían tenido.
Sasuke escuchó todo eso, él iba a llevar un chocolate caliente a una mesa y sin querer se enteró de lo que no quería.
Naruto se despidió seguido de Kakashi quien también pidió que cerraran sin él. El rubio aceptó ir por sus cosas al departamento del mayor. Esa era su oportunidad de convencerlo para que volvieran. Sasuke deseó internamente que el rubito no se dejara manipular por su jefe.
Agotado, enciende el televisor. Kakashi lo intentó otra vez pero no cedió. El sexo con él era increíble, pero no iba a volver a encamarse con el peligris ni por mucho que la necesidad lo abordara. Recuperó sus pertenencias, y eso le alegró mucho. Lamentó no haberse despedido del otro chico que le pareció bonito. No sabía su nombre, solo recordó que Lee le mencionó que su apodo de guerra era Misuki. Sonrió por el recuerdo, el muchacho lo hizo sentir estremecido con solo una mirada.