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Love don´t break me por Xzafira

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Notas del capitulo:

Primero que todo, debo pedir disculpas porque no subí cuando prometí pero como escusa diré que fue porque estuve en parciales.

acabo de terminar el capitulo.

Además, quiero hacerles una aclaración, todo el fic está ambientado casi a finales del primer año escolar del instituto, después de ganar la copa de invierno.

Espero disfruten de este capítulo.

Para las que me pidieron MuraAka y HaiKise ya casi están listos los capítulos que estarán muy relacionados con la historia principal.

PD: necesito una beta, si alguien se ofrece, me ayudaría mucho.

 

I´m not ok

 

Las cosas habían dado un giro de  180° en la vida de Kuroko. 
Desde ese fatídico día las conversaciones con Kagami solo se daban en los entrenamientos y no era más que pequeñas palabras necesarias para que el partido se desarrollara bien. Kagami pasaba de él todo el resto del día, pegado al móvil o leyendo algún libro sobre la materia,  cosa mucho más rara aún, esto último debido a que Kise prácticamente le había amenazado para que saque buenas notas o no se verían el fin de semana.

 Esa situación había terminado de agotar a la sombra. Sus peores miedos estaban volviéndose realidad. Debido al remolino de emociones que llevaba dentro de sí,  Kuroko terminaba por agotarse mucho más rápido,  su  cuerpo terminaba por ceder en mitad del partido y caía al piso rendido. El As ya no le ayudaba a ponerse de pie,  de hecho la mayoría ignoraba si quiera que se encontraba tendido en medio de la cancha,  hasta que un desafortunado jugador tropezaba con él,  solo entonces Riko le retiraba,  era reemplazado y el partido seguía su curso.  Por esta razón Kagami se había acostumbrado a recibir los pases de todos y encestar sin problema; a pesar de la ausencia de Kuroko en la cancha,  su rendimiento y capacidad no había disminuido, al parecer estaba mejorando.

 Pero lo peor era al terminar las prácticas, donde ya era normal escuchar un gritito agudo que decía "¡Kagamicchi!" a todo pulmón. Kise, al salir un poco más temprano de su entrenamiento,  frecuentaba el instituto Seirin en busca de su novio. Eran una pareja  muy unida y realmente se complementaban, cuando Kise le hablaba sobre su trabajo o sobre las prácticas del equipo,  el pelirrojo se limitaba a prestarle atención y viceversa. Ambos reían, ambos hablaban, se acariciaban de forma muy sutil, pero eso no pasaba de ser percibido por el chico de ojos celestes, que no hacía más que apretar los puños y huir de ahí hacia los baños para devolver de su estómago la poca comida que llevaba a su boca.

 Se sentía muy impotente ante esa situación,  había sido relegado por todos sus amigos. 

-Kagami-kun... te parece...  ¿vamos al Maji Burger? - preguntó tímidamente mientras corrían.

-Oh... será otro día Kuroko,  quedé con Kise – le dijo el As, sin más se giró a seguir corriendo alrededor de la cancha.

"Por favor..." Pensó, pero cuando separó los labios,  el tigre ya no estaba a su lado. Una pequeña lágrima bajó por su sonrosada mejilla.

Durante toda la práctica fue relegado debido a su estado, la entrenadora casi se horrorizó al comprobar con su mirada que uno de sus jugadores estrella estaba en muy mal estado, había disminuido su capacidad física y los números que mostraba eran mucho más bajos de lo que eran al principio del año.

-Kuroko-kun, por favor quédate un momento- la llamada de su entrenadora le sacó de su aletargamiento.

Al pasar los minutos, todos se iban yendo; incluso su luz quien hablaba por teléfono con cierto rubio, lo supo por las mejillas sonrojadas y la sonrisa disimulada que tenía. El corazón de Kuroko dolió y  la necesidad de desaparecer realmente de todo el mundo se hizo repentinamente enfermiza, de desaparecer incluso para sí mismo.

“Miserable”

Susurró la voz en su cabeza.

Sus ojos descendieron hasta fijarse solo en el piso, era doloroso ver a Kagami, por un momento incluso agradeció que este ya no le prestara atención pues supuso que sería mucho más duro para sí mantener todo su dolor a raya ¿Cómo se supone que debía ver al novio de su ex compañero de equipo? Peor aún, ¿cómo debía el de tener la desfachatez de seguir enamorado de quien era su mejor amigo cuando este se veía tan feliz con su pareja?

Se sentía sucio, ¿qué estaba mal en él?

-Kuroko-kun, últimamente no  has estado bien en las prácticas, he notado tu falta de concentración, tus pases no han mejorado ¿Pasó algo?- sorprendido, la sombra escuchaba a su entrenadora, ella parecía preocupada.

“¡Genial!, ahora le causas problemas a los demás”

Volvió a susurrar esa voz.

-Lo lamento Riko-san, he descuidado un poco mis obligaciones- una sonrisa falsa pero tranquilizadora hizo suspirar resignada a su entrenadora; sabía que ella no confiaba en sus palabras, pero no iba a insistir. Además no era mentira, había descuidado varios aspectos de su vida, mas se negaba a decir la causa de ello.

-Concentrate más por favor, Kuroko-kun, no puedes descuidarte ahora, después de las vacaciones serán las eliminatorias necesitamos a todos los jugadores en buena forma para ganar la InterHigh- la sombra se limitó a darle la razón, tomó sus cosas y se dirigió hacia la salida del gimnasio.

Esa tarde,  después del instituto caminó  hacia el Maji, su estómago pedía algo de comer y a pesar del dolor en la boca del estómago no tenía apetito por lo cual concluyó que lo mejor sería un batido de vainilla, pue no había probado uno hace una semana. Tal vez se estaba castigando mucho.

 Sin prestar mucha atención al mundo que le rodeaba, la sombra se limitó a caminar de forma automática hacia el establecimiento. Un suspiro salió de sus labios y levantando la mirada hacia el cielo, le recorrió la misma extraña sensación de soledad que hace ya un tiempo había olvidado, la misma que había conocido cuando su antigua luz había cambiado, sentía que se quebraba, un poco más cada día. 

Su móvil sonó indicándole que un mensaje esperaba para ser leído. Decidió ignorarlo por el momento. El malestar en su estómago se incrementaba, sus labios se sentían secos y su cabeza de pronto quiso desconectarse del ahora.

Sin darse cuenta, ya estaba adentrándose para ir directo a la fila; su mente seguía un poco aletargada. Pagó por su batido y con el ticket en mano caminó unos pasos para recibir su pedido y al hacerlo puso la pajilla en sus labios y de inmediato giró sus ojos hacia la mesa que acostumbraba ocupar con Kagami.

 Lamentablemente esta ya estaba ocupada, con Kagami y Kise.

La pareja conversaba, o al menos era Kise quien lo hacía mientras Kagami acariciaba la mano del rubio de forma distraída al mismo tiempo que  sujetaba con la otra una de las hamburguesas que había pedido. El rubio tenía una también,  a la que ocasionalmente le daba un mordisco y luego continuaba hablando.

Kuroko sorbió un poco de batido, fue hacia la salida y tiró el batido a la basura. 
Nunca el sabor a vainilla le había sabido tan mal. 
Volvió a dar una mirada rápida a quien ya consideraba como su ex luz; este  besaba tiernamente los labios del modelo. 

Al salir del Maji, Kuroko caminó unos pasos hacia el pequeño callejón a su izquierda, su estómago se revolvía de forma casi perversa, sentía sus piernas flaquear y su visión se volvió borrosa. Kuroko simplemente no podía controlar las lágrimas. 

Como pudo, sacó su móvil y marcó el primer número que se le vino a la mente. Sentía que ya no podía más.

-Akashi-kun... por favor ayúdame- su voz no eran más que susurros pero su interlocutor pudo entenderlo perfectamente- estoy en el Maji, cerca de Seirin...yo, no puedo...- se dejó caer al piso, acunando sus rodillas en sus brazos tratando de normalizar su respiración y parar el temblor de sus músculos.

-Quédate donde estás,  ahora mismo mandaré a alguien a buscarte.

 Después de eso, Kuroko había perdido la noción del tiempo. No recordaba en qué momento le habían recogido o cuanto llevaba ya en el auto camino a Kioto. Sin embargo,  cuando la puerta del auto se abrió y sus ojos pudieron distinguir el color rojizo de una cabellera muy conocida entre los colores desenfocados debido a las lágrimas que no habían parado de brotar de sus ojos, no pudo aguantar más y su llanto se agravó tanto que sus músculos torácicos dolieron. Akashi no dudó no un minuto y lo abrazó de forma tierna, acariciando sus cabellos sin decir nada.

Así estuvieron por un largo tiempo hasta que la sombra de Seirin pudo calmar los sollozos de su dolido corazón, pasó la manga de su chaqueta por sus mejillas borrando el camino de sus lágrimas.

- Vamos adentro Kuroko- le dijo el capitán de Rakuzan, hizo que el más pequeño rodeara su cuello con su brazo y le ayudó a llegar al salón de la enorme estancia.

-Será mejor que descanses, comprendo qué es lo que te atormenta pero no es el momento para hablar de ello, haré que preparen una habitación para ti, te quedarás esta noche. Cuando despiertes, baja al comedor, mandaré a preparar algo ligero para que puedas comer- Kuroko se limitó a asentir ante las órdenes de su ex capitán quien le acompañó hasta una de las habitaciones para huéspedes. Una vez ahí esperó a que la mucama trajera un pijama prestado por Akashi para cambiarse y dormir.

Cuando la joven salió de la habitación susurrado un pequeño “Servido”, procedió a quitarse la ropa de forma lenta, a esas alturas sentía que hasta sus brazos pesaba.

“Akashi-kun lo sabe”

Se sentó en la cama mullida y cómoda para sacarse los pantalones, pero al hacerlo su móvil cayó al piso resonando de forma molesta. Tuvo que agacharse para recogerlo y al hacerlo tocó uno de los botones de casualidad causando que la pantalla se iluminara mostrando la hora y un recuadro pequeño que decía “Mensaje nuevo”. Decidió abrirlo.

De: Kise-kun

Asunto: :(

Lo siento, Kurokocchi

 

***

En la biblioteca, Akashi pudo escuchar el casi imperceptible sonido seco de algo caer.

Notas finales:

espero que les haya gustado pues sufrí mucho para terminar de escribirlo.

Si quieren que escriba sobre otra pareja por favor dejenmelo en los comentarios.


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